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Domando a la Zorra de mi Cuñada 8

Domando a la Zorra de mi Cuñada 8
Con El Sello De Placer y Morbo…
Si mi primera noche con mi cuñada fue en gran medida sexo forzado, en la segunda Natalia se entregó a mí voluntaria y totalmente. Habiendo descubierto un placer que hasta entonces le era desconocido, decidió que junto conmigo iba a explorar todas sus facetas y comportándose como una autentica zorra, buscó una y otra vez mis brazos aunque eso supusiera traicionar la confianza de su hermana. Yo la verdad, la traba mal y la despreciaba mucho, y aun seguía muy pegada a mi, en ocasiones me asustaba, lo de ella, era enfermizo, rayaba en la locura, a mi parecer, pero al final deseo de cogerme a esa hembra, siempre me ganaba, pero claro, no dejaba que ella se diera cuenta. Aunque durante años, esa morena y yo no nos podíamos soportarnos el uno al otro, después de la experiencia vivida, comprendió que su rechazo no era más que una forma de ocultar la atracción que sentía por mí y por eso al despertar esa mañana en mi cama, sintió celos de María que todavía dormida, se acurrucaba al otro lado de mi cuerpo. Sin podérselo creer, supo que aunque había disfrutado con ella también no le gustaba que otra mujer estuviera en mis brazos, eso seria problema en el futuro, eso lo olí a kilómetros, una mujer celosa era lo peor, y mas cuando es tu amante la celosa, solo rogaba para que Natalia no hiciera nada estúpido con respecto a Irma. De mal humor, despertando a la inglesa, le dijo:
--Vete… anda a ver si Alberth te necesita.
Yo, que seguía dormido, no me enteré de que la rubia se había ido. Mi cuñada al quedarnos solos, se volvió a abrazar a mí y sintiéndome suyo, sonrió mientras con su mano me empezaba a acariciar. Sin mediar intención por mi parte, involuntariamente mi pene reaccionó a sus caricias y poco a poco fue poniéndose duro ante la mirada satisfecha de esa mujer. Al alcanzar la longitud que estaba buscando, se puso a horcajadas sobre mí y poniendo mi glande en su sexo, se empaló lentamente. Al sentirlo, me desperté y me quedé pasmado al comprobar la mirada de amor con la que la zorra de mi cuñada me recibió. Como estaba dormido, no la supe interpretar bien y creí que lo que esa mujer sentía era deseo y por eso, cogiendo sus nalgas entre mis manos, introduje hasta el fondo el resto de mi miembro.
--Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay…
Natalia al sentir que la cabeza de mi pene chocaba contra la pared de su vagina, pegó un grito y como desesperada, empezó a cabalgar sobre mí buscando que nuevamente derramara mi simiente en su interior.
--Uffff, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaa, hussssffff, Uffff, haaaaaa, ha, haa, ha, Mmmmnnnnn, ha, haaaaaaa, ha, ha, Haaaaaaaaaaaa…
--Se ha despertado bruta la zorra de mi cuñada. -Dije al comprobar el volumen de sus berridos.
Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaay... Siiiiii, Te, te, teree necesito. -Fue lo único que alcanzó a decir la hermana de mi mujer antes de empezar a sentir que un orgasmo le atenazaba la garganta. --Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaay…
Con su coño convertido en manantial antes de tiempo, la mujer que durante años me había hecho la vida un infierno, comprendió que en solo días se había vuelto adicta a mí y mientras se corría, comenzó a llorar en silencio.
--Ahhhhh… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha… Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha… Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac… ha, ha, ha, ha, ha, Sigueeeee, ha, ha, ha, ha, haaaaaay, Mmmmnnnnn… Ahhhh ohhh que rico, Siiiiii… Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac… Ricooooo, ha, ha, ha, Ricooooo, ha, ha, ha, Ricooooo, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Ricooooo, Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay…
Sin exteriorizarlo, disfrutaba y sufría con mi pene inserto en su cuerpo. Deseaba a la vez que me desparramara y sembrara su útero con mi semen pero por otra parte quería salir corriendo y no verme más. Ajeno a su sufrimiento, cogí sus pechos entre mis manos y llevándolos hasta mi boca, me puse a mamar de ellos mientras le decía.
--¡Me pasaría toda mi vida entre tus tetas!
Mi comentario jocoso en absoluto tenía un significado más allá de un piropo un tanto brusco, pero mi cuñada al oírlo creyó que compartía su mismo sentimiento y abrazándose a mí, me dijo.
--Yo también te amo pero no quiero hacerle daño a mi hermana.
Su confesión me puso los pelos de punta y retirándola de un empujón, salí de la cama todavía empalmado. Natalia que no se había percatado de mi cara, creyó que era parte de un juego y poniéndose a cuatro patas, me pidió que volviera con ella.
--Ven… dame lo que quieres, partirme el culo es tuyo papi.
Aunque en otro momento no me hubiese podido resistir a semejante ofrecimiento entonces me pareció fuera de lugar y sentándome en una silla, le pedí que me explicara qué era eso de que me amaba. Al ver mi seriedad, Natalia echándose a llorar me reconoció que desde que había sido mía, no podía pensar en otra cosa más que en compartir su vida conmigo.
--¡Tú estás loca! ¡Tu hermana es mi mujer! -exclamé indignado. Echa una energúmena, se lanzó contra mí diciendo:
--Maldito, ¡Eso no te importó al violarme en la playa!
Os juro que si no llego a parar sus brazos, esa mujer me hubiera pegado una buena abofeteada, pero afortunadamente conseguí detenerla y ya aprisionada, intenté razonar con ella.
--¡Lo dice la mujer que desde que empecé a salir con Irma me ha hecho la vida imposible! ¡Siempre has demostrado tu odio hacia mí! -Ella intento soltarse de mí, pero yo la tome con más fuerza.
..Haaaaaaa. -Se quejo por mi amare con fuerza.
--¡Ahora me dices que me amas! ¡¿Y pretendes que, que?! ¡¿Te creo?! ¡No me hagas reír Natalia! ¡Estas loca o que! ¡Lo que sientes es solo la pasión del momento no es amor, tu no sientes amor por mi ho por nadie, eres una devoradora de hombres, solo los utilizas no es así! -Tal ves mis palabras no eran las correcta para clamarla, pero estaba muy enojado como para parar me, recordé todos los desplantes y humillación que en el pasado ella me hiso pasar.
Luego bueno, admito que me equipo que, pues luego se puso histérica rabiosa, como animal salvaje. Por mucho que intenté que recapacitara, como una loca se retorció e intentó darme patadas, por lo que no me quedó más remedio que soltarle un tortazo. Desde el suelo, me gritó.
--¡No te basta con haber destrozado mi vida que ahora me pegas!
--¿Destrizarte la vida? Ja, no me hagas reír Natalia ¡deja el melodrama!
Comprendí al ver la señal de mi mano en su cara que me había pasado y tratando de reparar mi torpeza, me senté junto a ella, hay estuve minutos sin decir nada, solo estuve hay cerca de ella en silencio, y la trate de tranquilizar diciendo.
--Natalia, yo también te quiero pero lo nuestro es imposible… debes estar clara en eso… yo… yo bueno yo admito que te odio. -Dije ella me miro desolada. --Pero tambien te quiero, no se como es eso, pero lo es, el hombre es complicado.
Al sentirme a su lado, se arrodilló a mis pies y con genuinas lágrimas en los ojos, me pidió que lo intentáramos diciendo.
--No me importa ser tu amante… ni siquiera la zorra en la que liberes tu tensión cuando te enfades con tu esposa pero te lo ruego… ¡No me dejes!
Pensando que una vez en casa, mi cuñada aceptaría la realidad y se olvidaría de tan absurda petición, di mi brazo a torcer diciendo.
--De acuerdo, lo pensare… pero ahora vístete.
Soltando un grito de alegría, se levantó del suelo y me obedeció. Os juro que entonces no valoré apropiadamente lo cabezota que era esa mujer pero no tardaría en comprobarlo porque cuando ya vestidos salíamos del yate, rumbo al hotel, entornando los ojos susurró en mi oído.
--¿Crees que mi hermana aceptaría compartirte conmigo?
--¡Tu esas loca! ¡Tú no conoces a la celosa de tu hermana!
Sé que debí cortar por lo sano pero esa idea me pareció además de irrealizable, súper morbosa y como todavía nos quedaba un día en esa playa, preferí dejar para la casa ese trance y disfrutar de esa zorra lo que quedaba de estancia por esos parajes. Por eso, azuzando su ritmo la llevé hasta mi cuarto.
Continuara…

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