Pareceque ahora mi onda es, en vez de coger, preguntar. Otra con quien busquéinformación fue Martina, mi linda, rubia y madura vecina y amiga de Carapachay,y vaya si la tuve, detalle por detalle.
Hace tiempoles conté que me hice amigo de ella acá en Carapachay y que una noche querefrescó me dio su campera de cuero, y con eso paja, olvidate. Bueno, quisevolver a verla pero esta vez con la locura de preguntarle intimidades suyas,porque hablando una vez me insinuó cositas. Excitado, la llamé, arreglamos y elsábado me fui para su casa, vestido con campera de cuero, pantalón, zapatos, empapadode perfume fuerte hasta las manos de la calentura y con un paquete con fiambrey demás para comer sandwichitos. Martina me recibió muy elegante, de saco ypollera fina, tacos y bien maquillada, más un perfume que me volvió loco deentrada. La mujer dispuso todo, me acomodó, me sacó la campera, me hizo sentar,todo. Como si fuéramos a coger, nada más que simplemente era una cena. Comimosnomás sandwiches con bastante mayonesa, que le pedí porque quería tener buenapotencia sexual después, y ella nomás me los hizo como le pedí. Y charlamos detodo, que Carapa, que la música, que la política, que la tele. Pero poco desexo, no me animaba a preguntarle, estaba con cagazo de perder una amiga.
Perotuve otra vez suerte. Martina, re charleta y simpática, me vio que hablaba pocoy estaba indeciso, y me preguntó qué me pasaba. Le dije que le quería preguntarun tema, pero que no me animaba, tal vez ella lo tomaría mal y me mandaría a lamierda. La blonda replicó de una: "Dale mi amor, preguntame, no pasa nada,somos amigos…". Yo tenía miedo por si venía el marido, que trabaja denoche, y nos agarraba en offside. Pero Martu me tranquilizó: "Nooo,quedate tranqui que viene tipo 7 de la mañana, el remise lo tiene toda lanoche".
Listo,al ataque. Con timidez y disimulo, le pregunté: "¿Te jode si te consultopor alguna intimidad tuya?" Y Martina, gaucha de aquéllas, respondió sindudar: "Para nada, amor, contame, ¿qué querés saber?" Y, qué noquiero le dije más o menos. Arranqué tranqui, con qué dormía: "Ah, yo usocamisón holgadito y nada mmás, bombacha no porque tengo ardor vaginal y memolesta". Y luego, lo mejor: un acto sexual suyo y sus gustos. Párrafoaparte, lean, lean.
"Demi ex marido nada porque era un animal, me dominaba en la cama casi hastapegarme, mirá. Pero sí me encanta acordarme de ese camionero, lo conocí unavez, salimos, estuvimos en pareja muy bien y convivimos. Apenas él llegaba, yolo agarraba y lo empujaba a nuestra cama, así de bruta, excitada con ganas decoger. Y bueno, mimos, besos y luego volaban nuestras ropas, calzón, pantalones,saco, camisa, mi blusa, bombacha, todo por el suelo. Me acostaba con laspiernas abiertas, él loco se subía y despacito me penetraba haciéndomecaricias. No sabés cómo gozaba la penetración, y cuando empezaba a darme…Uuuhhh, eso era el "summum", yo pegaba unos gemidos tremendos, es quesoy muy apasionada. Aparte un pene como a mí me gusta, largo, duro, grueso,terrible, casi me hace bolsa la concha. Y qué te digo cuando eyaculaba, cómosentí los latidos de su pene y el semen en mi vagina, que cuando él me losacaba chorreaba de lo lindo".
Le seguípreguntando otros detalles y me contó. "Con mi ex marido fingí mucho, tuvepocos orgasmos, no sentía nada. Pero con éste la pasé bomba, y con otrostambién. Siempre preferí por la vagina, incluso yo acostada arriba de él y élme la ponía perfecto y acababa bien. Por la cola o tragar semen nunca me gustó,lo hice un par de veces pero no me sienta bien. Como te dije, no uso bombachapara dormir, pero sí en el día, tengo unas cuantas". Genia total. Pero mequedaba otra cosita, y qué cosita: cómo se masturbaba cuando se separó.
"Ahh,la pasaba bomba, amor. Como no tenía tiempo de sexo, mis tres hijos eranchiquitos, resolví hacerme la paja nomás. Cuando ellos se dormían, iba muycampante a mi cama, me sacaba la ropa, me pasaba cremita en corpiño y bombacha,agarraba mi cartera, sacaba una toallita femenina, la enrollaba, me sacabaexcitada la bombacha y me la metía en la vagina, me daba y acababa de lo lindopegando tremendos gemidos, no sabés, la pasaba genial, incluso tres o cuatroveces en la noche". Le agradecí mientras tomábamos café con unas masitas,que no sé cómo no se me atragantaron. Como a ella sí el pene y el semen de sushombres. Y sus confesiones inolvidables.
0 comentarios - Martina me contó sus intimidades bien eróticas