Luego del fin de semana en la playa, volví a mi rutina de estudio. No hubo mucho tiempo para que volviera a pasar algo con Melisa, ya que aprovechó para volver a Colombia a visitar a su familia antes de comenzar el año nuevamente.
Yo aún no estaba muy integrada, así que tuve que soportar la ola de calor sola casi sin hacer nada. Y cuando digo sola, digo sola. De la poca gente que conocía estaban todos en sus pueblos / ciudades / países disfrutando las vacaciones.
Para calmar un poco mi ansiedad sexual coordinaba con Lucas o Christian sesiones de sexo virtual. Nos poníamos de acuerdo en el horario, así yo los esperaba despierta y podía disfrutar un poco con mis amantes argentinos. Audios, fotos, videos, mensajes. Todo valía. Yo los calentaba, ellos me calentaban, nos tocábamos y explotábamos juntos. Luego, me cambiaba e iba a cursar. Relajadita.
Pero lejos de calmarme, me volvía todo como un bumerang y terminaba aún más caliente. Algunas noches me ponía a revisar viejas conversaciones y me tocaba de nuevo sola. Un par de tardes, las charlas con mis amigas derivaban en chats privados con Agustina y terminábamos calentándonos y tocándonos juntas. Estaba cada vez más caliente. Hasta aquí un poco lo que venía siendo mi verano.
Todo cambió en estos días cuando volvió Meli. Empecé nuevamente a tener mi compinche de salidas. A pesar que me moría de ganas de tirarme encima y comerle la boca, algo me detenía. Y era lógico: yo no era así, era algo que recién estaba descubriendo y con la única que me había animado a avanzar era con mi mejor amiga. A ella recién la estaba conociendo, y tal vez no llegaba a darme cuenta si me mandaba o no señales. Por las dudas, no hacía nada.
"Sabés quién viene hoy?" me preguntó de la nada, ya sentadas en la mesa. "Matteo" me respondió con una sonrisa. Matteo era el chico que ella se garchaba, con el que fuimos a la playa. La última noche ella había deslizado que tenía ganas de hacer un trio, ellos dos y yo. Mi cabeza se puso a mil, mi rostro trató de disimular la emoción al imaginar esa pija gorda. Meli se dio cuenta y se empezó a reír.
Llegó Matteo con unos amigos, se sentaron con nosotras y a pesar que hubo algún histeriqueo con algunos, Meli cada vez que podía me miraba y me recordaba que esa noche teníamos que terminar los 3. Las ganas de tener esa pija adentro mío y de volver a tocarme con Meli hicieron que rechazara toda tentación de los otros pibes.
Cuando Meli se levantó con Matteo para irse y yo les pregunté si podía sumarme. "Pensé que te ibas con alguno de mis amigos, no te gustó ninguno?" me preguntaba el chongo de Meli, sin sospechar lo que le esperaba. Cuando llegamos a su casa comprendió todo. "Juli, subís?" me preguntó Meli. Se le transformó el rostro, y ahí entendió lo que se venía.
Apenas entramos, Matteo se fue a preparar algo para tomar y nosotras arrancamos sin él. Lo hicimos sentar y observar. Meli me tomaba de la nuca apretando mi cara contra la suya. Mis manos bajaron recorriendo su espalda hasta su cola y apretaron fuerte.
Ella empezó a desvestirme, dejándome solo con la tanguita blanca que había llevado. Me dio vuelta mirando hacia Matteo y empezó a pegarme chirlos en la cola. Me dejé caer sobre el sillón que estaba en la sala y me puse en 4 para que ella siguiera castigándome, todo apuntando hacia el pibe que ya se pajeaba en la platea preferencial.
Los labios de mi amiga empezaron a rozar mi piel. Me estremecía cada vez que besaba mis nalgas o sus dedos rozaban la parte interior de mis muslos. Corrió un poco la tanga y enterró su lengua directo en mi cola. Pegué un grito de placer mientras arqueaba la espalda y levantaba la cola. Su lengua seguía escarbando en mi ano y sus dedos ya se habían metido en mi concha que no paraba de mojarse.
Sentí otras manos sobre mi cuerpo. Matteo se había levantado y quería participar. Lo primero que hizo fue agarrarme fuerte el culo. Con otra mano manoseaba mis tetas. Meli seguía concentrada en mi ano. Matteo ya estaba desnudo, arrodillado al lado mío. Di vuelta la cara y no dudé un instante en agarrar esa pija gorda que tenía colgando a mi lado. "Ay siii" exclamé desde el alma al sentir por fin una pija nuevamente en mis manos.
Era más gorda de lo que recordaba. Creo que con mis dos manos no llegaba a rodearla. Meli tiene una boca bien pulposa y grande, por eso no le costaba tragársela. Yo no, por lo que me resultaba imposible meter más de la mitad de esa verga. A pesar que no era muy larga, era imposible. La llené de saliva con mi boca y mis manos, mientras mi amiga me cogía con sus dedos. Sus movimientos hicieron que acabara casi de inmediato, no solo por lo bien que lo hacía sino por la calentura que traía.
Temblé de tal manera que se frenaron los dos y no podían creer como había explotado. Yo seguía agitada, recuperándome. Meli tiró al piso a Matteo y se puso sobre su cuerpo, haciendo un 69 para chuparle la pija. "Vení, ayudame" me dijo mientras hacía desaparecer su verga en sus labios.
Me tiré a su lado y empezamos a pasarle la lengua al tronco, una de cada lado. El roce de nuestros labios no tardó en transformarse en un beso profundo y húmedo, en el cual ella ahogaba los gemidos que le producía nuestro macho con la lengua.
Cuando levanté la vista, vi como no solo estaba chupándole la concha sino que tenía ya un dedo en la concha y otro en la colita de mi amiga. Esa imagen aun hoy la recuerdo y me calienta. Meli se paró, sin sacar la concha de la cara de Matteo y yo me senté frente a ella. Agarré el tronco y lo apunté a mi concha, ya empapada, y me dejé caer encima.
Noté todo el tiempo que hacía que no garchaba. Sentí que me abría como si fuese la primera vez que me sentaba en una pija. Fui bajando despacio, sintiendo como mi concha se iba acostumbrando de nuevo a tener un pijón adentro. "Qué pasa amiga?" me preguntaba Meli al ver mi cara mitad sufrimiento y dolor, mitad placer. Solo respondí con una sonrisa entre las muecas de dolor.
Hasta que llegó a entrar entera. Me quedé un rato así, abracé a Meli y la besé para empezar a cabalgarla cada vez más fuerte. Meli acabó besándome y gritando desesperada. Salió de encima de Matteo y me dejó que siguiera con mi trabajo. Se arrodilló al lado mío, manoseándome toda. Sus manos recorrían mi espalda, mi cola, mi panza, mis tetas. Se quedó un rato ahí, chupándomelas. Yo estaba como loca, saltando cada vez más fuerte sobre la verga de Matteo hasta que llegué a acabar de nuevo.
Cuando pude recuperarme, le dejé el turno a Meli. Se sentó encima, ella con mucha más facilidad que yo, y empezó una cabalgata que me dejó atónita. la forma de mover sus caderas, la velocidad y la agilidad con lo que lo hacía... Recordé una vez que mi hermano hablaba con los amigos sobre lo bien que cogían las colombianas. Y lo comprobé en persona.
"Vení" me dijo sacándose la pija. Empezamos a chuparla entre las dos, hasta que lo hizo acabar. Ella al sentir el primer chorro se la metió en la boca para tragarse toda la descarga. Luego, me besó para que sienta el sabor agridulce de su lengua. Meli no había soltado la pija de Matteo, que seguía latiendo.
Nos dejamos caer al piso y nos trenzamos en una lucha de besos, caricias, manotazos. Me agarró del pelo y apretó mi cara contra su boca. Mis manos agarraron fuerte su cola. Acomodamos nuestras piernas para rozar nuestras conchas con movimientos cada vez más fuertes e intensos. Matteo seguía con la pija durísima queriendo meterse, pero dejó que acabáramos para actuar.
Cuando nos frenamos, extasiadas, se acomodó atrás de Meli. Yo quedé boca arriba, ella encima mío. Nos besábamos mientras Matteo desde atrás nos cogía alternadamente. Primero se la ponía a Meli. Luego a mi. Mi concha ya estaba dilatada y su pija entraba más fácil. Agarró fuerte a Meli de la cadera y le empezó a dar con fuerza. La sostenía del pelo y le pegaba cada vez que hacía estrellar su cuerpo contra su verga. La sacó totalmente chorreando los flujos de mi amiga, y nos dio vuelta.
Ahora era mi turno. Me puso en 4 para recibir una genial garchada, dura y violenta. Cerré mis ojos y mordí mis labios disfrutando tanto ese momento. Realmente necesitaba una pija así que me haga sentir bien puta y me rompa toda. Cuando sus piernas no dieron más, nos arrodillamos a sus pies. Meli abrió la boca y sacó la lengua mientras él se pajeaba sobre ella. Yo me puse al lado, le agarré la cara y le abrí la boca apoyandosela en la punta de la verga de Matteo que acabó de solo ver esa situación.
Descargó todo en la boca de mi amiga, que al contrario de la vez anterior, no tragó nada. Dejó que el semen chorreara por su cara y fuera cayendo a sus pechos, panza, piernas... Me arrodillé atrás de ella y con mis manos empecé a limpiarla, esparciendo toda la leche como si fuese una cremita. Todo esto mirando con mi mejor cara de puta a Matteo que no dejaba de observar todo maravillado.
Nos sentamos a tomar algo en la mesa. Luego de un rato, Meli volvió a arrodillarse ante la pija de Matteo. Yo también seguía re caliente, para que lo voy a ocultar, así que me senté encima suyo para besarlo mientras ella le chupaba la pija, pero también mi concha y mi culo. Sin perder tiempo abrió mis piernas y me enterró la pija. Yo me movía sobre la verga y Meli chupaba mi colita.
Lo hice frenar y nos fuimos a su habitación. Lo tiré en la cama, yo me puse arriba y Meli atrás siguió jugando con su lengua en mi cola. "Metelo" le ordené cuando sentí como su dedo jugaba rodeando la entradita de mi ano. No dudó un instante en meterlo y empezar a dilatar mi colita. La pija de Matteo estaba totalmente adentro mío, pero yo no podía moverme mucho. Ahora 2 dedos de Meli abrían mi colita.
Me pusieron en 4 sobre el borde de la cama. Matteo estaba atrás, observando como mi amiga me abría la cola, y la preparaba para su pija. Pero él no se aguantó y también quiso jugar. Empezó a chuparmela y a seguir metiendo más dedos. Me dejaron el culo bien abierto y pidiendo pija. Me la puso un rato en la concha, la sacó y se la metió en la boca a Meli para lubricarla y luego la apoyó en mi cola.
Ya solo sentir la punta de esa verga gorda sabía que iba a costar. Melisa se sentó adelante de mi cara y me puso su concha empapada en mi cara. Se la chupé mientras Matteo hacía fuerza para romperme la cola. Cerrada como estaba, hacía falta mucha paciencia.
Despacio fue abriendo paso. Me relajé, y aguanté un poco el dolor porque sabía que cuando se acostumbrara, el placer iba a ser inmenso. Me concentré en la concha de mi amiga que estaba desesperada y al borde de otro orgasmo.
Mi cola se acostumbró al pijón. Meli, temblando, acabó chorreándose en mi boca. Matteo aceleró el ritmo, disfrutando de romperme el culo con ganas. Meli se puso en 4 al lado mío y empezó a colarse ella sola los dedos en la cola. "Quiero quiero quiero" gritaba. Matteo sacó la pija de mi cola, besó mis nalgas y se puso atrás de ella. Tiró el forro y le clavó la pija en la boca. Mi amiga la llenó de saliva. Cuando la dejó bien lubricada, se puso atrás y con una facilidad que me sorprendió, le enterró la pija hasta el fondo.
Me levanté y me puse al lado de Matteo, lo besaba en en cuello, tocaba su cuerpo. Él hacía lo mismo conmigo. Me pajeaba a mi y le rompía el orto a mi amiga. Era increíble ver, desde arriba, como su pija desaparecía en la cola de ella. Me re calentó esa imagen. Y ni hablar cuando él empezó a gritar y a clavársela más y más fuerte, y de pronto, cada vez que metía la pija rebalsaba leche. Le había acabado adentro, la había llenado de leche... y se la seguía culeando haciendo que el culo le rebalsara de semen con cada embestida.
A pesar de haber acabado, no se frenó. Sacaba la pija, dejaba caer un poco de leche y se la volvía a meter. Cuando la sacó por completo, la sacudió en una nalga de Meli y se fue a limpiar. Quedamos las dos solas. Mi cara no salía del asombro de lo que acababa de ver. Ella se incorporó, me abrazó y me besó. Ahí reaccioné un poco. La abracé y terminamos arrodilladas en la cama a los besos pajeándonos mutuamente hasta que acabamos casi al mismo tiempo.
Cuando volvió Matteo nos encontró durmiendo abrazadas. Se acomodó entre las dos y nos dormimos hasta que amaneció y nos volvimos a casa.
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Yo aún no estaba muy integrada, así que tuve que soportar la ola de calor sola casi sin hacer nada. Y cuando digo sola, digo sola. De la poca gente que conocía estaban todos en sus pueblos / ciudades / países disfrutando las vacaciones.
Para calmar un poco mi ansiedad sexual coordinaba con Lucas o Christian sesiones de sexo virtual. Nos poníamos de acuerdo en el horario, así yo los esperaba despierta y podía disfrutar un poco con mis amantes argentinos. Audios, fotos, videos, mensajes. Todo valía. Yo los calentaba, ellos me calentaban, nos tocábamos y explotábamos juntos. Luego, me cambiaba e iba a cursar. Relajadita.
Pero lejos de calmarme, me volvía todo como un bumerang y terminaba aún más caliente. Algunas noches me ponía a revisar viejas conversaciones y me tocaba de nuevo sola. Un par de tardes, las charlas con mis amigas derivaban en chats privados con Agustina y terminábamos calentándonos y tocándonos juntas. Estaba cada vez más caliente. Hasta aquí un poco lo que venía siendo mi verano.
Todo cambió en estos días cuando volvió Meli. Empecé nuevamente a tener mi compinche de salidas. A pesar que me moría de ganas de tirarme encima y comerle la boca, algo me detenía. Y era lógico: yo no era así, era algo que recién estaba descubriendo y con la única que me había animado a avanzar era con mi mejor amiga. A ella recién la estaba conociendo, y tal vez no llegaba a darme cuenta si me mandaba o no señales. Por las dudas, no hacía nada.
"Sabés quién viene hoy?" me preguntó de la nada, ya sentadas en la mesa. "Matteo" me respondió con una sonrisa. Matteo era el chico que ella se garchaba, con el que fuimos a la playa. La última noche ella había deslizado que tenía ganas de hacer un trio, ellos dos y yo. Mi cabeza se puso a mil, mi rostro trató de disimular la emoción al imaginar esa pija gorda. Meli se dio cuenta y se empezó a reír.
Llegó Matteo con unos amigos, se sentaron con nosotras y a pesar que hubo algún histeriqueo con algunos, Meli cada vez que podía me miraba y me recordaba que esa noche teníamos que terminar los 3. Las ganas de tener esa pija adentro mío y de volver a tocarme con Meli hicieron que rechazara toda tentación de los otros pibes.
Cuando Meli se levantó con Matteo para irse y yo les pregunté si podía sumarme. "Pensé que te ibas con alguno de mis amigos, no te gustó ninguno?" me preguntaba el chongo de Meli, sin sospechar lo que le esperaba. Cuando llegamos a su casa comprendió todo. "Juli, subís?" me preguntó Meli. Se le transformó el rostro, y ahí entendió lo que se venía.
Apenas entramos, Matteo se fue a preparar algo para tomar y nosotras arrancamos sin él. Lo hicimos sentar y observar. Meli me tomaba de la nuca apretando mi cara contra la suya. Mis manos bajaron recorriendo su espalda hasta su cola y apretaron fuerte.
Ella empezó a desvestirme, dejándome solo con la tanguita blanca que había llevado. Me dio vuelta mirando hacia Matteo y empezó a pegarme chirlos en la cola. Me dejé caer sobre el sillón que estaba en la sala y me puse en 4 para que ella siguiera castigándome, todo apuntando hacia el pibe que ya se pajeaba en la platea preferencial.
Los labios de mi amiga empezaron a rozar mi piel. Me estremecía cada vez que besaba mis nalgas o sus dedos rozaban la parte interior de mis muslos. Corrió un poco la tanga y enterró su lengua directo en mi cola. Pegué un grito de placer mientras arqueaba la espalda y levantaba la cola. Su lengua seguía escarbando en mi ano y sus dedos ya se habían metido en mi concha que no paraba de mojarse.
Sentí otras manos sobre mi cuerpo. Matteo se había levantado y quería participar. Lo primero que hizo fue agarrarme fuerte el culo. Con otra mano manoseaba mis tetas. Meli seguía concentrada en mi ano. Matteo ya estaba desnudo, arrodillado al lado mío. Di vuelta la cara y no dudé un instante en agarrar esa pija gorda que tenía colgando a mi lado. "Ay siii" exclamé desde el alma al sentir por fin una pija nuevamente en mis manos.
Era más gorda de lo que recordaba. Creo que con mis dos manos no llegaba a rodearla. Meli tiene una boca bien pulposa y grande, por eso no le costaba tragársela. Yo no, por lo que me resultaba imposible meter más de la mitad de esa verga. A pesar que no era muy larga, era imposible. La llené de saliva con mi boca y mis manos, mientras mi amiga me cogía con sus dedos. Sus movimientos hicieron que acabara casi de inmediato, no solo por lo bien que lo hacía sino por la calentura que traía.
Temblé de tal manera que se frenaron los dos y no podían creer como había explotado. Yo seguía agitada, recuperándome. Meli tiró al piso a Matteo y se puso sobre su cuerpo, haciendo un 69 para chuparle la pija. "Vení, ayudame" me dijo mientras hacía desaparecer su verga en sus labios.
Me tiré a su lado y empezamos a pasarle la lengua al tronco, una de cada lado. El roce de nuestros labios no tardó en transformarse en un beso profundo y húmedo, en el cual ella ahogaba los gemidos que le producía nuestro macho con la lengua.
Cuando levanté la vista, vi como no solo estaba chupándole la concha sino que tenía ya un dedo en la concha y otro en la colita de mi amiga. Esa imagen aun hoy la recuerdo y me calienta. Meli se paró, sin sacar la concha de la cara de Matteo y yo me senté frente a ella. Agarré el tronco y lo apunté a mi concha, ya empapada, y me dejé caer encima.
Noté todo el tiempo que hacía que no garchaba. Sentí que me abría como si fuese la primera vez que me sentaba en una pija. Fui bajando despacio, sintiendo como mi concha se iba acostumbrando de nuevo a tener un pijón adentro. "Qué pasa amiga?" me preguntaba Meli al ver mi cara mitad sufrimiento y dolor, mitad placer. Solo respondí con una sonrisa entre las muecas de dolor.
Hasta que llegó a entrar entera. Me quedé un rato así, abracé a Meli y la besé para empezar a cabalgarla cada vez más fuerte. Meli acabó besándome y gritando desesperada. Salió de encima de Matteo y me dejó que siguiera con mi trabajo. Se arrodilló al lado mío, manoseándome toda. Sus manos recorrían mi espalda, mi cola, mi panza, mis tetas. Se quedó un rato ahí, chupándomelas. Yo estaba como loca, saltando cada vez más fuerte sobre la verga de Matteo hasta que llegué a acabar de nuevo.
Cuando pude recuperarme, le dejé el turno a Meli. Se sentó encima, ella con mucha más facilidad que yo, y empezó una cabalgata que me dejó atónita. la forma de mover sus caderas, la velocidad y la agilidad con lo que lo hacía... Recordé una vez que mi hermano hablaba con los amigos sobre lo bien que cogían las colombianas. Y lo comprobé en persona.
"Vení" me dijo sacándose la pija. Empezamos a chuparla entre las dos, hasta que lo hizo acabar. Ella al sentir el primer chorro se la metió en la boca para tragarse toda la descarga. Luego, me besó para que sienta el sabor agridulce de su lengua. Meli no había soltado la pija de Matteo, que seguía latiendo.
Nos dejamos caer al piso y nos trenzamos en una lucha de besos, caricias, manotazos. Me agarró del pelo y apretó mi cara contra su boca. Mis manos agarraron fuerte su cola. Acomodamos nuestras piernas para rozar nuestras conchas con movimientos cada vez más fuertes e intensos. Matteo seguía con la pija durísima queriendo meterse, pero dejó que acabáramos para actuar.
Cuando nos frenamos, extasiadas, se acomodó atrás de Meli. Yo quedé boca arriba, ella encima mío. Nos besábamos mientras Matteo desde atrás nos cogía alternadamente. Primero se la ponía a Meli. Luego a mi. Mi concha ya estaba dilatada y su pija entraba más fácil. Agarró fuerte a Meli de la cadera y le empezó a dar con fuerza. La sostenía del pelo y le pegaba cada vez que hacía estrellar su cuerpo contra su verga. La sacó totalmente chorreando los flujos de mi amiga, y nos dio vuelta.
Ahora era mi turno. Me puso en 4 para recibir una genial garchada, dura y violenta. Cerré mis ojos y mordí mis labios disfrutando tanto ese momento. Realmente necesitaba una pija así que me haga sentir bien puta y me rompa toda. Cuando sus piernas no dieron más, nos arrodillamos a sus pies. Meli abrió la boca y sacó la lengua mientras él se pajeaba sobre ella. Yo me puse al lado, le agarré la cara y le abrí la boca apoyandosela en la punta de la verga de Matteo que acabó de solo ver esa situación.
Descargó todo en la boca de mi amiga, que al contrario de la vez anterior, no tragó nada. Dejó que el semen chorreara por su cara y fuera cayendo a sus pechos, panza, piernas... Me arrodillé atrás de ella y con mis manos empecé a limpiarla, esparciendo toda la leche como si fuese una cremita. Todo esto mirando con mi mejor cara de puta a Matteo que no dejaba de observar todo maravillado.
Nos sentamos a tomar algo en la mesa. Luego de un rato, Meli volvió a arrodillarse ante la pija de Matteo. Yo también seguía re caliente, para que lo voy a ocultar, así que me senté encima suyo para besarlo mientras ella le chupaba la pija, pero también mi concha y mi culo. Sin perder tiempo abrió mis piernas y me enterró la pija. Yo me movía sobre la verga y Meli chupaba mi colita.
Lo hice frenar y nos fuimos a su habitación. Lo tiré en la cama, yo me puse arriba y Meli atrás siguió jugando con su lengua en mi cola. "Metelo" le ordené cuando sentí como su dedo jugaba rodeando la entradita de mi ano. No dudó un instante en meterlo y empezar a dilatar mi colita. La pija de Matteo estaba totalmente adentro mío, pero yo no podía moverme mucho. Ahora 2 dedos de Meli abrían mi colita.
Me pusieron en 4 sobre el borde de la cama. Matteo estaba atrás, observando como mi amiga me abría la cola, y la preparaba para su pija. Pero él no se aguantó y también quiso jugar. Empezó a chuparmela y a seguir metiendo más dedos. Me dejaron el culo bien abierto y pidiendo pija. Me la puso un rato en la concha, la sacó y se la metió en la boca a Meli para lubricarla y luego la apoyó en mi cola.
Ya solo sentir la punta de esa verga gorda sabía que iba a costar. Melisa se sentó adelante de mi cara y me puso su concha empapada en mi cara. Se la chupé mientras Matteo hacía fuerza para romperme la cola. Cerrada como estaba, hacía falta mucha paciencia.
Despacio fue abriendo paso. Me relajé, y aguanté un poco el dolor porque sabía que cuando se acostumbrara, el placer iba a ser inmenso. Me concentré en la concha de mi amiga que estaba desesperada y al borde de otro orgasmo.
Mi cola se acostumbró al pijón. Meli, temblando, acabó chorreándose en mi boca. Matteo aceleró el ritmo, disfrutando de romperme el culo con ganas. Meli se puso en 4 al lado mío y empezó a colarse ella sola los dedos en la cola. "Quiero quiero quiero" gritaba. Matteo sacó la pija de mi cola, besó mis nalgas y se puso atrás de ella. Tiró el forro y le clavó la pija en la boca. Mi amiga la llenó de saliva. Cuando la dejó bien lubricada, se puso atrás y con una facilidad que me sorprendió, le enterró la pija hasta el fondo.
Me levanté y me puse al lado de Matteo, lo besaba en en cuello, tocaba su cuerpo. Él hacía lo mismo conmigo. Me pajeaba a mi y le rompía el orto a mi amiga. Era increíble ver, desde arriba, como su pija desaparecía en la cola de ella. Me re calentó esa imagen. Y ni hablar cuando él empezó a gritar y a clavársela más y más fuerte, y de pronto, cada vez que metía la pija rebalsaba leche. Le había acabado adentro, la había llenado de leche... y se la seguía culeando haciendo que el culo le rebalsara de semen con cada embestida.
A pesar de haber acabado, no se frenó. Sacaba la pija, dejaba caer un poco de leche y se la volvía a meter. Cuando la sacó por completo, la sacudió en una nalga de Meli y se fue a limpiar. Quedamos las dos solas. Mi cara no salía del asombro de lo que acababa de ver. Ella se incorporó, me abrazó y me besó. Ahí reaccioné un poco. La abracé y terminamos arrodilladas en la cama a los besos pajeándonos mutuamente hasta que acabamos casi al mismo tiempo.
Cuando volvió Matteo nos encontró durmiendo abrazadas. Se acomodó entre las dos y nos dormimos hasta que amaneció y nos volvimos a casa.
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19 comentarios - Al fin recibí lo que necesitaba
gracias por pasar!
espero disfrutes los proximos 😉
Van 10, como siempre...
gracias!
Veo que mal no lo pasas por Europa. A ver si vienes a España.
gracias por pasar
Una pregunta que sería largo y ancho en cms para vos ??
van puntos
Hermoso relato!!! Tuvo de todo... Pajas, oral, anal, vaginal, lésbico, trío. Sos um genia
Me parece a mi o te quedaste con ganas que te enchastren la cola como a Meli?? 😝
Besos y puntos!
PD: Me encantó la miniatura xD