Esto de tenerque ir de acá para allá me viene bárbaro. Porque la verdad chicos, chicas, elcolectivo es un lugar excitante, ratoneante, más que un telo o un sauna, mirá.Tras la que hice con Estela, el miércoles volví a viajar en el 19, ahora porotra cosa, quería ver en Munro camperas de cuero, quiero comprarme una nueva,la mía está ya viejita. Temprano, tipo 8 y algo, con sueño pero biendesayunado, subí nomás y me fui. Tenía más ganas de dormirme una siesta ahí quede otra cosa.
Pero cómohacer con lindas mujeres alrededor, más si están perfumadas. Y más si justo se embellecenahí mismo. Justo me senté al lado de una señora rubia, de unos 60, bienvestida, pollera, que tanto me excita, y que justo abrió su cartera paramaquillarse. Sí, ahí en el bondi, loco. Genial, bárbaro. Apenas olí el olorcitoa cosmético me dio ganas de manosearle la vagina, pero me contuve, aunque nopodía parar de ratonearme escuchando el ruido de la mujer maquillándose. Abrió la cartera, sacó pincelde ojos y sombra, se pintó, guardó, sacó rubor, se pasó, lo guardó, sacó ellápiz de labios, lo abrió, se lo pasó dos veces por la boca y se notó el fuertearoma a pintura, que me volvía loco. Y para terminar, tras guardar el lápizlabial en la cartera, la señora sacó la cremita, la abrió y se colocó cremapara las manos. Yo oía, olía y quería darme, sentía mi pene crecer bajo elpantalón holgado, tanto que no pude evitar toquetearme el pene, y de laexcitación me creció y engordó tanto que traté de aflojar, sino cuando melevantara se me iba a notar el re bulto.
Pero no pude,el aroma a pintura y crema, la cartera fina de cuero, la mujer, era mucho paramí. Me siguió creciendo el pene, y apenas la tipa se aprestó a bajar, me hiceel boludo, me levanté y bajé con ella, siguiéndola para donde iba. La mujer,muy bien vestida de saco liviano y pollera blanca, tacos, cartera, hacía ruidocon su caminar rápido. Yo la seguí y seguí, y cuando estábamos llegando a unacuadra más tranquila, me le fui encima, la llevé por delante, la mujer se fuepara adelante, yo la estrujé, no le di tiempo y la manoseé toda, y tras bajarlela pollera, le bajé la bombacha y le metí mi tremendo pene grueso y largo en sucola. La mujer gimió de la sorpresa y la excitación. Se la di duro, ella gozóaunque no se la esperaba, y le eyaculé terrible tremendo semen en su cola.Luego le subí la bombacha, que se mojó un poco con mi semen, ella se acomodótodo, nos besamos y tras darme su teléfono, se ve que quería un hombre encima,me invitó a cenar una de estas noches. Y sí chicos, el colectivo es un buenlugar para sexo. Aunque tengas que pagar 20 mangos.
Pero cómohacer con lindas mujeres alrededor, más si están perfumadas. Y más si justo se embellecenahí mismo. Justo me senté al lado de una señora rubia, de unos 60, bienvestida, pollera, que tanto me excita, y que justo abrió su cartera paramaquillarse. Sí, ahí en el bondi, loco. Genial, bárbaro. Apenas olí el olorcitoa cosmético me dio ganas de manosearle la vagina, pero me contuve, aunque nopodía parar de ratonearme escuchando el ruido de la mujer maquillándose. Abrió la cartera, sacó pincelde ojos y sombra, se pintó, guardó, sacó rubor, se pasó, lo guardó, sacó ellápiz de labios, lo abrió, se lo pasó dos veces por la boca y se notó el fuertearoma a pintura, que me volvía loco. Y para terminar, tras guardar el lápizlabial en la cartera, la señora sacó la cremita, la abrió y se colocó cremapara las manos. Yo oía, olía y quería darme, sentía mi pene crecer bajo elpantalón holgado, tanto que no pude evitar toquetearme el pene, y de laexcitación me creció y engordó tanto que traté de aflojar, sino cuando melevantara se me iba a notar el re bulto.
Pero no pude,el aroma a pintura y crema, la cartera fina de cuero, la mujer, era mucho paramí. Me siguió creciendo el pene, y apenas la tipa se aprestó a bajar, me hiceel boludo, me levanté y bajé con ella, siguiéndola para donde iba. La mujer,muy bien vestida de saco liviano y pollera blanca, tacos, cartera, hacía ruidocon su caminar rápido. Yo la seguí y seguí, y cuando estábamos llegando a unacuadra más tranquila, me le fui encima, la llevé por delante, la mujer se fuepara adelante, yo la estrujé, no le di tiempo y la manoseé toda, y tras bajarlela pollera, le bajé la bombacha y le metí mi tremendo pene grueso y largo en sucola. La mujer gimió de la sorpresa y la excitación. Se la di duro, ella gozóaunque no se la esperaba, y le eyaculé terrible tremendo semen en su cola.Luego le subí la bombacha, que se mojó un poco con mi semen, ella se acomodótodo, nos besamos y tras darme su teléfono, se ve que quería un hombre encima,me invitó a cenar una de estas noches. Y sí chicos, el colectivo es un buenlugar para sexo. Aunque tengas que pagar 20 mangos.
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