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El tren a las nubes

Los que les voy a relatar sucedió a mediados de los años 80.


Estudiaba en esa época Abogacía en Santa Fe y los fines de semana viajaba a Rosario a ver a mi novia ... habré tenido alrededor de 23/24 años.
Ese viernes salí de la facu y me dirigí a la estación de trenes de la ciudad de Santa Fe. Saqué el boleto a Rosario en el tren de las 23 hs... el viaje duraría alrededor de 4 horas o más, no había muchos pasajeros por lo que se veía, algunos matrimonios grandes, estudiantes y cadetes del Liceo militar, pero quien llamó mi atención fue una muy joven madre con su bebé que no paraba de llorar.

Llegada la hora fuimos subiendo de a poco a ocupar nuestros asientos: en mi vagón iban dos matrimonios y ... la madre con el niño llorón !!.

Cuando se ubicó y vi que se sentaba en los asientos del otro lado del pasillo pero enfrente del mío pensé: " ... no voy a poder dormir en todo el viaje la puta madre !!! ..."
Me estiré a lo largo de los dos asientos ya que había lugar de sobra, metí mi bolso debajo y acomodé una campera entre el asiento y el vidrio de la ventanilla para poder ubicar mi cabeza y dormir.
Comenzó el traqueteo característico y como burla del destino el bebé comenzó a llorar... la jovencísima madre la acunaba cantándole y acaraciandolo, logrando luego de varios minutos que se durmiera.

Habrán pasado unos 30 minutos cuando a raíz del movimiento del tren y el cansancio noté que mi pija se estaba poniendo dura ... me hice el dormido y entreabriendo los ojos me fijé en la chica ... parecía dormida al igual que su hijo.
Aprovechando ésto más la oscuridad reinante, empecé a tocarme por sobre el pantalón, acariciando mi verga... estaba en eso cuando una brusca frenada del tren despertó al bebé y a la madre.
Ella - que se había acomodado igual que yo con las piernas ocupando todos los asientos - se sobresaltó, asustando al chico que comenzó a llorar desconsoladamente.
Esta chica tenía puesto un vestido tipo solera con botones en la parte superior que le facilitaba la tarea de amamantar, por lo que desprendió dos de ellos y sacando un pecho se lo puso en la boca a su hijo.
Era una teta hermosa, grande, redonda, llena de leche ... por impulso animal llevé nuevamente mi mano a mi bulto para acariciarlo: el ruido que hacía el chico al succionar el pecho de su madre y verla morderse los labios cada tanto mientras su hijo mamaba hizo que mi morbo llegase al extremo.
Sin dejar de tocarme levanté la vista y vi que me estaba mirando ... me invadió un sentimiento de vergüenza, no sabía cómo obrar. Retiré mi mano y me senté, y sacando mi bolso de abajo del asiento simulé buscar algo.
El niño se había dormido, la madre lo acomodó en una especie de cuna portátil y lo puso a un costado, en el piso, asegurándolo con una maleta grande que no dejaría que se mueva. Yo observaba todo de reojo.

Saqué del bolso una botella con jugo y le dí un sorbo, ella me estaba mirando ... haciéndole un gesto con la botella le pregunté si quería un trago ... asintió y se sentó en el asiento libre para poder agarrar la bebida.
Tomó bastante y agradeciéndome me dijo: " ... tenía sed, gracias ... olvidé comprar antes de salir ... esto de amamantar me hace dar sed ..."
Le pregunté su nombre: " ... Cristina ..... voy a visitar a mis tíos, soy del Chaco ..." dijo apagando mi curiosidad.
Saqué un sándwich que había comprado y partiéndolo por la mitad la convidé. Se negó, pero ante mi insistencia aceptó y cruzando el pasillo se ubicó a mi lado.
Era joven, muy joven ... tal vez tendría 17/18 años, no quise preguntar su edad para no incomodarla.
Sus tetas se veían tan inmensas como apetecibles ... y como adivinando mi pensamiento, las apretó y comentó que le dolían mucho, tenía demasiada leche ... 
" ... y tengo que esperar mas de dos horas para que despierte y quiera prenderse de nuevo ..." hablaba mirándome a los ojos y agarrándoselas con sus dos manos.
Sonreí nervioso ... ella desprendió un botón para quitar presión y como si fuera guionado por un director de cine se levantó del asiento y miró a nuestro alrededor, desprendió el otro botón y me acercó sus pechos a mi boca.
Tomé sus tetas suavemente con mis manos acariciándolas por todo el contorno ... besé la hermosa redondez hasta llegar al pezón ... mordí despacio moldeando la aureola y probé su leche, que al roce de mis labios ya había empezado a gotear.
Ella llevó su mano a mi pantalón y cuando liberó mi verga se dedicó a hacerme una lenta paja ... el resto del pasaje era un decorado, no nos interesaba en lo mínimo.

Al momento de acabar bajó de rodillas y acomodándose ente mis piernas fue ella quién probó ahora mi leche...

Nos acomodamos y me contó de su vida: era madre soltera, su novio de la secundaria la había dejado ni bien se enteró que estaba embarazada ... hacía mas de un año que no tenía relaciones y cuando vio que yo me estaba tocando al observarla amamantar se había puesto caliente... que no sabía cómo se había atrevido a hacer lo que hizo sin conocerme y en un tren, pero que lo pensaba y mas la calentaba... y reímos a carcajadas.

Después de ver si su hijo se encontraba bien volvió conmigo y empezamos un franeleo que fue elevando la temperatura ... Cristina metió su mano por debajo del vestido sacándose la bombacha,  y dejándola a un costado se sentó sobre mis piernas, agarrándome la pija con una de sus manos  y enterrándosela sin pausa.
Cabalgaba al ritmo del tren ... se movía exquisitamente mientras yo no dejaba escapar ni una sola gota de leche de sus tetas ... hasta acabar juntos.

Luego de una hora llegamos a destino. Nos bajamos en la estación, la ayudé con sus bolsos y la acompañé a la parada del ómnibus hasta que subió y se fue.
Nunca supe más de Cristina, pero siempre le voy a estar agradecido por hacer más corto el viaje, elevándome a las nubes.

2 comentarios - El tren a las nubes

kramalo
muy bueno..!! si te la encontrás de nuevo.... y tiene dos pibes...fijate si uno se parece a vos....jaaaa!