Una mañana, estando en casa preparándome para ir al gimnasio (voy 2 veces por semana), llamaron por el portero eléctrico.
-¿Quien llama? -pregunte
-¿La señora samantha?
-Si ¿Quién es?
-Señora, me envía su marido -contestó una voz cristalina- traigo un cuadro. Dijo que Ud. sabía dónde ubicarlo y me dio herramientas para poder colocarlo en su lugar.
Me molestaba que no me consultara si tenía tiempo de atender la cuestión. Decidí que este día no tendría gimnasia
Cuando abrí la puerta del departamento, estaba con el cuadro un muchacho alto y muy apuesto con una sonrisa cautivadora, me dijo:
-No le avisé porque su esposo me dijo que no hacía falta.
-Está bien -le contesté- lo colocaremos en reemplazo de un Cristo en la cabecera del dormitorio.
-Me dijo su marido que Ud. tenía el soporte que lleva en la parte trasera. -pidió- si me lo da, lo colocaré
-Está bien,seguime y lo colocarás en la cocina.
Estaba con la ropa de gimnasia, que era una remera ajustada y unos pantaloncitos que marcaban bastante una linda cola que tengo, coronando unas piernas firmes a costa del trabajo en aparatos y ejercicios para busto y piernas. Sin vanidades, debo admitir que tengo un cuerpo bien formado y apetecible según mis amigas.
Mientras caminaba el pasillo hacia la cocina, sentí la mirada del muchacho en mis partes. Realmente, me gustó. Sería la falta de atención de mi esposo pero realmente me gustaba que un muchacho como ese se sintiera atraído por mí.
El soporte para el cuadro estaba en la parte alta de la alacena, me estiré para tomarlo (y de paso para que el muchacho tuviera una gratificación visual de mi cuerpo). Como no llegaba, sentí que se acercó por detrás de mí.
-Permítame que le ayude -dijo- y se acercó por mi espalda a tomar el soporte.
Sentí sus brazos rozando los míos y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, excitándome. Me quedé quieta mientras sentía su cuerpo pegado a mi espalda, hasta me pareció notar cierta excitación en su entrepierna.
-¿Te parezco tan atractiva? -dije también mirándolo a los ojos-
Me sentía excitada y sentía su mano en mi brazo y mi humedecida vagina daba cuenta de mi estado. Era mucho tiempo de necesidad y este ejemplar de macho, me hacía presa fácil de la pasión dormida largo tiempo.
Acariciando mis brazos con ambas manos, me dijo al oído:
-Será nuestro secreto lo que pase esta mañana entre nosotros -me dijo.
-Podré contar con tu silencio.
vos me excitas muchísimo. Desde que la vi, tuve deseos intensos de tenerla.
Pasó sus brazos tras mi cintura y apretando mi cuerpo al suyo, me besó con una pasión tan ansiada por mí, que me parecía desfallecer. Respondí sus besos con el desenfreno desesperado
Sus manos recorrían mi cuerpo. Metió sus manos bajo mi remera y la sacó por sobre mi cabeza. Desprendió mi sujetador dejando mis pechos expuestos a sus labios.
-Hazme tuya bebé -rogué- quiero que me poseas y me dejes disfrutarte.
-Yo también quiero sentir a una hembra hermosa como vos -dijo mientras me sacaba las pocas prendas que me quedaban y me tendía en el piso del living con alfombra.
Besaba y succionaba mis pezones. Yo gemía descontrolada:
-Así bebé, no te detengas -gemía mientras descendía por mi vientre- Asiiii, hazme tuya, por favor. Sigue, Sigue.
Besaba mi concha y su boca chupaba mi vagina casi con desesperación (mía y de él). Mis uñas se clavaban en su espalda recién desnudada. Me incliné y también besé y chupé su hermoso miembro rígido y de un tamaño interesante
-Quiero que me penetres, por favor, quiero sentirte dentro mío. Dame más, dame esa bella verga. Dámelaaaa...
Se ubicó entre mis piernas y lentamente sin respetar mi desesperación y ansiedad, lentamente me fue penetrando.
Sentía ese candente pene en mi interior , me decia que putas , como te moves , tus tetas me vuelven loco
Sus palabras me enloquecían y mis piernas se apretaban a su espalda.
-Voy a venirme, bebé -gemí- acabooo. Dios mío estoy acabando. -gritaba en medio de mi orgasmo.
Quedamos agotados tendidos en el piso. Fue maravilloso Nos bañamos juntos, besándonos y acariciándonos
Colocó el cuadro cumpliendo su tarea y programamos de vernos en otras ocaciones ..
no tengo culpas por mi adulterio.
-¿Quien llama? -pregunte
-¿La señora samantha?
-Si ¿Quién es?
-Señora, me envía su marido -contestó una voz cristalina- traigo un cuadro. Dijo que Ud. sabía dónde ubicarlo y me dio herramientas para poder colocarlo en su lugar.
Me molestaba que no me consultara si tenía tiempo de atender la cuestión. Decidí que este día no tendría gimnasia
Cuando abrí la puerta del departamento, estaba con el cuadro un muchacho alto y muy apuesto con una sonrisa cautivadora, me dijo:
-No le avisé porque su esposo me dijo que no hacía falta.
-Está bien -le contesté- lo colocaremos en reemplazo de un Cristo en la cabecera del dormitorio.
-Me dijo su marido que Ud. tenía el soporte que lleva en la parte trasera. -pidió- si me lo da, lo colocaré
-Está bien,seguime y lo colocarás en la cocina.
Estaba con la ropa de gimnasia, que era una remera ajustada y unos pantaloncitos que marcaban bastante una linda cola que tengo, coronando unas piernas firmes a costa del trabajo en aparatos y ejercicios para busto y piernas. Sin vanidades, debo admitir que tengo un cuerpo bien formado y apetecible según mis amigas.
Mientras caminaba el pasillo hacia la cocina, sentí la mirada del muchacho en mis partes. Realmente, me gustó. Sería la falta de atención de mi esposo pero realmente me gustaba que un muchacho como ese se sintiera atraído por mí.
El soporte para el cuadro estaba en la parte alta de la alacena, me estiré para tomarlo (y de paso para que el muchacho tuviera una gratificación visual de mi cuerpo). Como no llegaba, sentí que se acercó por detrás de mí.
-Permítame que le ayude -dijo- y se acercó por mi espalda a tomar el soporte.
Sentí sus brazos rozando los míos y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, excitándome. Me quedé quieta mientras sentía su cuerpo pegado a mi espalda, hasta me pareció notar cierta excitación en su entrepierna.
-¿Te parezco tan atractiva? -dije también mirándolo a los ojos-
Me sentía excitada y sentía su mano en mi brazo y mi humedecida vagina daba cuenta de mi estado. Era mucho tiempo de necesidad y este ejemplar de macho, me hacía presa fácil de la pasión dormida largo tiempo.
Acariciando mis brazos con ambas manos, me dijo al oído:
-Será nuestro secreto lo que pase esta mañana entre nosotros -me dijo.
-Podré contar con tu silencio.
vos me excitas muchísimo. Desde que la vi, tuve deseos intensos de tenerla.
Pasó sus brazos tras mi cintura y apretando mi cuerpo al suyo, me besó con una pasión tan ansiada por mí, que me parecía desfallecer. Respondí sus besos con el desenfreno desesperado
Sus manos recorrían mi cuerpo. Metió sus manos bajo mi remera y la sacó por sobre mi cabeza. Desprendió mi sujetador dejando mis pechos expuestos a sus labios.
-Hazme tuya bebé -rogué- quiero que me poseas y me dejes disfrutarte.
-Yo también quiero sentir a una hembra hermosa como vos -dijo mientras me sacaba las pocas prendas que me quedaban y me tendía en el piso del living con alfombra.
Besaba y succionaba mis pezones. Yo gemía descontrolada:
-Así bebé, no te detengas -gemía mientras descendía por mi vientre- Asiiii, hazme tuya, por favor. Sigue, Sigue.
Besaba mi concha y su boca chupaba mi vagina casi con desesperación (mía y de él). Mis uñas se clavaban en su espalda recién desnudada. Me incliné y también besé y chupé su hermoso miembro rígido y de un tamaño interesante
-Quiero que me penetres, por favor, quiero sentirte dentro mío. Dame más, dame esa bella verga. Dámelaaaa...
Se ubicó entre mis piernas y lentamente sin respetar mi desesperación y ansiedad, lentamente me fue penetrando.
Sentía ese candente pene en mi interior , me decia que putas , como te moves , tus tetas me vuelven loco
Sus palabras me enloquecían y mis piernas se apretaban a su espalda.
-Voy a venirme, bebé -gemí- acabooo. Dios mío estoy acabando. -gritaba en medio de mi orgasmo.
Quedamos agotados tendidos en el piso. Fue maravilloso Nos bañamos juntos, besándonos y acariciándonos
Colocó el cuadro cumpliendo su tarea y programamos de vernos en otras ocaciones ..
no tengo culpas por mi adulterio.
15 comentarios - caliente y entregada