Para quienes no conocen la historia les dejo el link de la primera parte:
ww.poringa.net/posts/relatos/3406284/La-tia-Alicia.html
Llegó el lunes y Alicia vino a casa temprano como de costumbre. Vestía una remera mangas largas roja y una pollera corta de color negro. Su cabello estaba arreglado en una gran trenza y calzaba botitas de lona también negras ... aparentaba 5 años menos ... estaba hermosa.
Me saludó con un beso en la mejilla y preguntó si ya había desayunado, y al responderle negativamente me dijo que enseguida preparaba un café con leche para ambos... no podía dejar de mirarla, era un imán su andar.
Nos sentamos a desayunar y hablamos de todo: chusmeríos de la tele, de música ... reímos con anécdotas de la secundaria ... todo transcurría en un ámbito normal, en una conversación cualquiera entre tía y sobrino.
Levantó la mesa y me dijo que se iba a ver como estaba Fran mi hermano.
Como demoraba en salir y mi calentura pedía acción, fui hasta la pieza donde dormía mi hermano.
Alicia estaba acostada al lado de él ... con una mano sostenía su cabeza y sus piernas estaban ocupando todo el largo de la cama ... una vez más comprobé lo linda y sensual que era. Mi pija también lo asimiló.
Me senté a su lado, en el borde de la cama. Mi tía acariciaba el cabello de mi hermanito dulcemente, pero ese momento tierno no coincidía con mis pensamientos: después tendría tiempo para hacerlo.
Como adivinando mis intenciones ella estiró su mano y tomó la mía, entrelazando los dedos. Estuvimos asi unos segundos, los dos sabíamos que era otro el destino acordado para nuestras manos.
Lamió uno a uno mis dedos llenándolos de saliva y los llevó a su entrepierna ... levantó uno de sus muslos dejando lugar a mi mano y guiándome, hizo que comenzara a acariciarla.
Pasé mi mano desde la rodillo hasta la entrepierna, suavemente ...poco a poco fui introduciendo mis dedos y tocando sus labios totalmente húmedos... Alicia gemía despacio...
Levantó un poco el cuerpo para permitirme sacar su bombacha, y luego de retirarla por completo, me dediqué a besar el interior de sus muslos hasta llegar a su concha... lamí una y mil veces, su jugo inundaba mi cara... tomó mi cabeza y empujó para que acelerara mis lenguetazos... ví cómo mordía la almohada para no gritar.
Sorbí violentamente su clítoris haciendo ruido con mi saliva. Alicia se arqueó apretando mi cabeza con sus piernas ... su orgasmo era intenso ...
De a poco fue dejando de presionarme con sus piernas, yo seguí lamiendo. Alicia acarició mis cabellos y empujó suavemente para librarse de mí ... sonreía y era más linda aún así, con sus cabellos revueltos y sus piernas mojadas.
Nos levantamos y ella fue al baño, yo me quedé sentado en el comedor esperando que regresara.
Se acercó riendo y me besó profundamente ... pasaba su lengua por mis labios como marcándolos ... los mordía ... llevó su mano hacia mi bulto y tirando de él me obligó a pararme.
Sin dejar de sonreír lo liberó del pantalón y tomando mi lugar en la silla me dijo que me sentara en la mesa.
Comenzó con su particular manera de hacer la paja: mano rodeando el miembro pero flojita, "flotando" sobre todo su ancho y largo ... mojándose los dedos con saliva para frotar mi frenillo de arriba a abajo ... pasando cada tanto su lengua para humedecerlo cada vez más.
Ella intuyó que no iba a aguantar mucho por lo que se la metió entera en la boca y ordeñó hasta lograr sacarme todo, dejando mi pija limpia de todo resto... se levantó y me dio un beso, dejándome sentir el gusto de mi propia leche.
Como siempre, luego de nuestro encuentro nos duchamos juntos.
Todas las mañanas durante dos años repetimos nuestro "secreto", nunca dejó que fuera más allá.
El recuerdo de esa vez lo tuve guardado mucho tiempo en el ropero de mi habitación: su bombacha...
Cuando ella falleció la quemé en el fondo de casa.
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Llegó el lunes y Alicia vino a casa temprano como de costumbre. Vestía una remera mangas largas roja y una pollera corta de color negro. Su cabello estaba arreglado en una gran trenza y calzaba botitas de lona también negras ... aparentaba 5 años menos ... estaba hermosa.
Me saludó con un beso en la mejilla y preguntó si ya había desayunado, y al responderle negativamente me dijo que enseguida preparaba un café con leche para ambos... no podía dejar de mirarla, era un imán su andar.
Nos sentamos a desayunar y hablamos de todo: chusmeríos de la tele, de música ... reímos con anécdotas de la secundaria ... todo transcurría en un ámbito normal, en una conversación cualquiera entre tía y sobrino.
Levantó la mesa y me dijo que se iba a ver como estaba Fran mi hermano.
Como demoraba en salir y mi calentura pedía acción, fui hasta la pieza donde dormía mi hermano.
Alicia estaba acostada al lado de él ... con una mano sostenía su cabeza y sus piernas estaban ocupando todo el largo de la cama ... una vez más comprobé lo linda y sensual que era. Mi pija también lo asimiló.
Me senté a su lado, en el borde de la cama. Mi tía acariciaba el cabello de mi hermanito dulcemente, pero ese momento tierno no coincidía con mis pensamientos: después tendría tiempo para hacerlo.
Como adivinando mis intenciones ella estiró su mano y tomó la mía, entrelazando los dedos. Estuvimos asi unos segundos, los dos sabíamos que era otro el destino acordado para nuestras manos.
Lamió uno a uno mis dedos llenándolos de saliva y los llevó a su entrepierna ... levantó uno de sus muslos dejando lugar a mi mano y guiándome, hizo que comenzara a acariciarla.
Pasé mi mano desde la rodillo hasta la entrepierna, suavemente ...poco a poco fui introduciendo mis dedos y tocando sus labios totalmente húmedos... Alicia gemía despacio...
Levantó un poco el cuerpo para permitirme sacar su bombacha, y luego de retirarla por completo, me dediqué a besar el interior de sus muslos hasta llegar a su concha... lamí una y mil veces, su jugo inundaba mi cara... tomó mi cabeza y empujó para que acelerara mis lenguetazos... ví cómo mordía la almohada para no gritar.
Sorbí violentamente su clítoris haciendo ruido con mi saliva. Alicia se arqueó apretando mi cabeza con sus piernas ... su orgasmo era intenso ...
De a poco fue dejando de presionarme con sus piernas, yo seguí lamiendo. Alicia acarició mis cabellos y empujó suavemente para librarse de mí ... sonreía y era más linda aún así, con sus cabellos revueltos y sus piernas mojadas.
Nos levantamos y ella fue al baño, yo me quedé sentado en el comedor esperando que regresara.
Se acercó riendo y me besó profundamente ... pasaba su lengua por mis labios como marcándolos ... los mordía ... llevó su mano hacia mi bulto y tirando de él me obligó a pararme.
Sin dejar de sonreír lo liberó del pantalón y tomando mi lugar en la silla me dijo que me sentara en la mesa.
Comenzó con su particular manera de hacer la paja: mano rodeando el miembro pero flojita, "flotando" sobre todo su ancho y largo ... mojándose los dedos con saliva para frotar mi frenillo de arriba a abajo ... pasando cada tanto su lengua para humedecerlo cada vez más.
Ella intuyó que no iba a aguantar mucho por lo que se la metió entera en la boca y ordeñó hasta lograr sacarme todo, dejando mi pija limpia de todo resto... se levantó y me dio un beso, dejándome sentir el gusto de mi propia leche.
Como siempre, luego de nuestro encuentro nos duchamos juntos.
Todas las mañanas durante dos años repetimos nuestro "secreto", nunca dejó que fuera más allá.
El recuerdo de esa vez lo tuve guardado mucho tiempo en el ropero de mi habitación: su bombacha...
Cuando ella falleció la quemé en el fondo de casa.
3 comentarios - La tía Alicia (2° parte)