Hace pocos días, de casualidad, me encontré con Ezequiel, el primo de Mariana, mi esposa. Como todos saben, mi esposa y su primo son amantes hace muchos años. Eso me convierte en un cornudo feliz, cosa que me genera un profundo placer.
Ni Ezequiel ni yo teníamos mucho que hacer en ese momento y lo invité a tomar unas cervezas. Trago va, trago viene, empezamos como siempre a charlar sobre Mariana. "Nunca me voy a olvidar de nuestra primera vez", me dice el macho y primo de mi esposa. "¡Contamela ya!", le dije. Se tomó de un solo trago la cerveza que tenía adelante, que no era la primera, y empezó el relato:
"En esa época hacía poco que nos habíamos vuelto a ver. Solo cruzábamos algunos mensajes por Whatsapp, que de a poco fueron subiendo su intensidad. Un día yo estaba con quilombos en el laburo y con la excusa de ayudarme a armar mi curriculum vitae, me invita a su casa. A la casa de ustedes, digamos.
Llegué, nos sentamos en el sillón, me ofreció algo para tomar, charlamos de cualquier cosa, hasta que en un momento se levanta para ir a buscar algo a la cocina y me doy cuenta que intencionalmente pasa adelante mío y me roza con su hermoso culo.
«No juegues con fuego», le dije, pero la verdad es que nunca pensé que fuera a pasar nada entre nosotros, más allá del histeriqueo por Whatsapp.
Se dio vuelta, me clavó la mirada y me dijo «¿Qué pasa si te la chupo?». El corazón empezó a bombear sangre a lo loco, toda dirigida hacia mi verga. Lo único que se me ocurrió para decirle fue «Si te gusta, dale. ¿Que puede pasar?»
Ahí mismo metió mano, sacó mi pija que ya estaba más parada que el Obelisco, se arrodilló enfrente mío y empezó el pete más increíble de mi vida. Increíble porque era realmente buena haciéndolo, muy buena; e increíble también porque... ¡Era mi prima la que me estaba chupando la pija!
Tiré la cabeza para atrás, me dejé llevar por su boca de puta experta hasta que me di cuenta que no era solo una chupadita para precalentar. Me esta chupando la pija y no iba a parar. La bestia en mi interior se iba apoderando de mí. La agarré del pelo y le dije, casi gruñendo, «¿Te gusta? ¿La querés?». Se sacó mi pija de la boca, me miró y me dijo «¡Damela toda"»
No lo podía creer. Tiré de vuelta la cabeza para atrás y me entregué. Esa boquita hermosa de la puta de mi prima, de la puta de tu esposa, me hizo explotar toda la leche. Apenas acabé, me alarmé como diciendo «¿Qué hicimos?» la miré un poco asustado pero ella tenía una expresión de placer indescriptible. Me miraba fijo, estaba súper serena. De a poco veo que abre la boca, me muestra toda mi leche y... ¡Se la tragó! Toda. No dejó nada. Cuando la última gota cruzó por su garganta se levantó, me besó y me dijo al oído «Cogeme toda»
Ni Ezequiel ni yo teníamos mucho que hacer en ese momento y lo invité a tomar unas cervezas. Trago va, trago viene, empezamos como siempre a charlar sobre Mariana. "Nunca me voy a olvidar de nuestra primera vez", me dice el macho y primo de mi esposa. "¡Contamela ya!", le dije. Se tomó de un solo trago la cerveza que tenía adelante, que no era la primera, y empezó el relato:
"En esa época hacía poco que nos habíamos vuelto a ver. Solo cruzábamos algunos mensajes por Whatsapp, que de a poco fueron subiendo su intensidad. Un día yo estaba con quilombos en el laburo y con la excusa de ayudarme a armar mi curriculum vitae, me invita a su casa. A la casa de ustedes, digamos.
Llegué, nos sentamos en el sillón, me ofreció algo para tomar, charlamos de cualquier cosa, hasta que en un momento se levanta para ir a buscar algo a la cocina y me doy cuenta que intencionalmente pasa adelante mío y me roza con su hermoso culo.
«No juegues con fuego», le dije, pero la verdad es que nunca pensé que fuera a pasar nada entre nosotros, más allá del histeriqueo por Whatsapp.
Se dio vuelta, me clavó la mirada y me dijo «¿Qué pasa si te la chupo?». El corazón empezó a bombear sangre a lo loco, toda dirigida hacia mi verga. Lo único que se me ocurrió para decirle fue «Si te gusta, dale. ¿Que puede pasar?»
Ahí mismo metió mano, sacó mi pija que ya estaba más parada que el Obelisco, se arrodilló enfrente mío y empezó el pete más increíble de mi vida. Increíble porque era realmente buena haciéndolo, muy buena; e increíble también porque... ¡Era mi prima la que me estaba chupando la pija!
Tiré la cabeza para atrás, me dejé llevar por su boca de puta experta hasta que me di cuenta que no era solo una chupadita para precalentar. Me esta chupando la pija y no iba a parar. La bestia en mi interior se iba apoderando de mí. La agarré del pelo y le dije, casi gruñendo, «¿Te gusta? ¿La querés?». Se sacó mi pija de la boca, me miró y me dijo «¡Damela toda"»
No lo podía creer. Tiré de vuelta la cabeza para atrás y me entregué. Esa boquita hermosa de la puta de mi prima, de la puta de tu esposa, me hizo explotar toda la leche. Apenas acabé, me alarmé como diciendo «¿Qué hicimos?» la miré un poco asustado pero ella tenía una expresión de placer indescriptible. Me miraba fijo, estaba súper serena. De a poco veo que abre la boca, me muestra toda mi leche y... ¡Se la tragó! Toda. No dejó nada. Cuando la última gota cruzó por su garganta se levantó, me besó y me dijo al oído «Cogeme toda»
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