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un profesor de la facultad

¿Alguna vez les paso que alguien los besara en los labios sin querer?
No hablo de un beso… beso, sino de ese piquito accidental que te acierta a la comisura de los labios o a la mitad de la boca y que ocurre, generalmente, producto de un error de cálculo; principalmente cuando una de las dos personas gira la cabeza de más o de menos.
Esta historia comienza así, con un medio beso dado por error.
Los que estudian en la universidad sabrán que la unidad de tiempo no es dia y horas, sino semestres y clases. Así que esta historia, como ocurre en la universidad, vamos a situarla hace dos o tres semestres atrás y a tres clases del final del mismo.
Cursaba yo una materia del primer año de la carrera de derecho de una universidad de la Capital provincial. El profesor adjunto (que nos daba clases todas las semanas) era un Rockstar, un profesor de esos que hacen que tener que levantarte un sábado a la mañana en pleno invierno no sea un castigo divino. Vamos a dejarlo ahí, porque tampoco vamos a decir que era un placer, porque seamos realistas a quien le gusta madrugar un sábado para ir aescuchar la historia del derecho.
La clase gracias a él era amena y entretenida, él tenía muy buena onda y predisposición para tratar a los alumnos.
Tenía varias compañeras que estaban medio enamoradas de él y aunque me parecía un tipo copado e interesante, no llegaba a ver que les atraía. Siempre me hacían gracias las conversaciones en el grupo de WhatsApp los sábados a la tarde donde “las chicas” convertían al adjunto y su ayudante de catedra en un objeto de deseo y comentarios muyyyy subidos de tono.
Faltaban tres clases para terminar: la última clase, el segundo parcial y el recuperatorio de este (al que esperaba no tener que asistir). Estaba parada en el pasillo entre las mesas de los alumnos conversando con mis compañeras cuando llegó el profesor, nos saludó a todos y a las que estábamos en el pasillo (interrumpiendo su paso hacia su escritorio) comenzóa saludarnos con un beso (algo poco común, pero no raro en él) cuando llega a mí, como se imaginaran, gire la cabeza y quede en un ángulo raro por lo que su beso acabó en la mitad de mi boca. Me sonroje y baje la cabeza el me miró un segundo y siguió saludando como si nada hubiera pasado.
Ninguna de las cinco chicas que estaban conmigo se dió cuenta de lo que sucedió así que no comenté nada y lo dejé estar ya que el no beso había sido más culpa mía que suya y sinceramente no era la primera vez que me pasaba algo así.
La clase comenzó y fue como todas las últimas clases que había tenido a lo largo de mi extensa vida universitaria. Yo note que el profesor se me quedaba mirando un par de segundos de más cuando hacia alguna de las intervenciones en respuesta a sus preguntas y aunque esa atención me hacía sonrojar un poco, había decidido no darle más relevancia de la que tenía (pensé que seguramente él estaría calibrando si había girado la cabeza de manera intensional o sólo por accidente)
Terminó la clase y mientras juntaba mis cosas el ayudante de cátedra se acercó a mí y me pidió que me quedara un segundo que él profesor quería hablar conmigo. Lo hizo en voz baja y con mucha discreción asentí y mientras mis compañeras salían del aula les dije que quería preguntarle algo a alprofesor sobre el parcial (tres de mis amigas iban y volvían en mi auto, por lo que me tenían que esperar)
El aula se vació rápidamente y me acerqué al escritorio en el que él estaba apoyado.
-     Me dijo Sebastián que quería hablar conmigo. -consulté.
-     Sí, quería pedirte disculpas por lo que pasó al inicio de la clase. No era mi intensión besarte de esa manera -aclaró mirándome a los ojos, como buscando una respuesta a una pregunta que no había hecho.
No baje la mirada ni me achiqué, recular no está en mi codificación genética (y si alguna vez leíste alguno de mis relatos entenderás porque)
-     No pasa nada, en parte es mi culpa por girarme. -minimicé.
-     Bueno, no quería que te sientas extraña o acosada. -agregó haciéndome sonreír.
-     Se necesita mucho más que eso para que yo me sienta incomoda -respondí- y ni que decir para que me sienta acosada. -agregué sin pensar.
Volvió a mirarme con una intensidad que me desconcertó.
-     Bueno, aclarado esto me voy. -dije y comencé a recorrer el pasillo hasta donde había dejado mis cosas. Tome mi bolso y cuando me gire me choque con él que estaba parado detrás mío. Me rodeo con sus brazos para evitar que me cayera sobre los pupitres. Alce los ojos y sonreí ante mi torpeza. Él estaba serio, bajó la cabeza y me besó.
Me tensé. Llevo demasiado tiempo sin ser aquella chica que vivía su vida sin importarle el que dirán, manteniendo a raya la parte de mi personalidad que es una descocada (ven hace tanto que me reprimo que me cuesta decir de mi misma que era una trola de cuidado).
El profesor me lamió los labios y bue… nada… le respondí el beso.
Nos besamos de manera frenética, solté mi bolso sobre el banco que tenía a mi costado, y recorrí su pecho sobre la ropa. Él metió las manos dentro de mi blusa y comenzó a ascender hacia mis pechos. Perdida en la lujuria del momento no escuché que la puerta se habría hasta que escuché la voz de Sebastián (el ayudante de catedra) diciendo: -disculpen.
Nos separamos le sonreí y dije: -esa es mi señal para irme.
-     Espera, ¿no queres que vayamos a otro lado? -preguntó.
-     No puedo las chicas me están esperando para que las lleve.
-     Está bien. -respondió y efectivamente cuando salimos mis tres compañeras estaban ahí mirándome con cara de interrogante.
En el auto mientras regresábamos, me sometieron a un interrogatorio ya que las tres habían visto a Sebastián abrir la puerta, pedir disculpas y salir.Respondí con una cantidad de evasivas que no me creyeron y menos aún por el estado rojo e inflamado de mis labios.
Durante la semana la culpa, por haber roto la promesa que me había hecho a mí misma de no volver a ser infiel, comenzó a atacarme. Así que a mitad de semana decidí no presentarme al examen y rendir la materia libre en el siguiente llamado que era dos semanas más tarde.
Le avise a mis compañeras que no iba a ir al examen, para que cada una buscara como llegar hasta la facultad ese día.
Sábado…(Lo que sucedió según mis amigas)
 
Cuando el profesor llegó al aula miro a todos los alumnos que ya estaban ahí y se quedó mirándolas a ellas, cuando los pocos rezagados que aún estaban afuera entraron se acercó a una de mis amigas y le preguntó:
-       ¿y Carina?
-       Nos avisó que no iba a venir a rendir. La va dar en la mesa de libres. -respondió Elba.
-       ¿les dijo por qué?
-       No. -respondió Zulema cortante, yo me había sincerado con ella y le había contado lo que sucedió y como eso me había confundido. .
Gustavo (que es el nombre que le vamos a poner al profesor, para dejar de llamarlo él)se acercó a su ayudante y le dijo algo en voz baja. Enseguida Sebastián comenzóa repartir las hojas del parcial y cuando llegó a uno de los chicos que se sentaban en el fondo le pidió mi número de teléfono sin ningún disimulo.
Cuando terminó de repartir las hojas volvió al escritorio y le dio el papel en el que había anotado mi número a Gustavo.
Yo estaba en mi casa, cuando sonó un mensaje de WhatsApp desde un número desconocido:
 “ Así que no vas a venir a rendir?” como estoy en el grupo de WhatsApp de la comisión es bastante normal recibir mensajes de compañeros que no tengo agendados.
“no, no voy a ir. La voy a rendir libre”
“ en serio vas a dejar que un beso te arruine la cursada?”
“quien sos?” -pregunté.
“Gustavo” -pensé en clavarle el visto y no responderle. Pero… que se yo, llevaba una semana con la cabeza demasiado alborotada como para poder controlarme.
“no es por el beso, es un poco más complicado que eso”
“explícamelo, por favor” ­- pidió. Yo me pregunté cómo le explicaba que su beso despertó una parte de mi personalidad que me había costado mucho reprimir. Que si otra vez nos quedamos solos no iba a saber decirle que no, que estaba cansada de ser la “chica buena” que cumple con todos los roles sociales que le han sido asignados, sin importarle que la vida que está viviendola tiene bastante hastiada????
Como le explicaba que unos años atrás me hubiera importado una mierda que mis amigas estuvieran esperando y me lo hubiera tirado en el aula, que seguramente me habría arrodillado y se la hubiera chupado hasta dejarlo seco?
No todo eso no se lo podía decir, así que respondí:
“soy casada” que escusa más patética pensé,mientras miraba que él me estaba escribiendo.
“yo también, y te juro que nunca le fui infiel a mi mujer” - ¿que se le contesta a eso? me preguntaba, cuando vi que estaba escribiendo de nuevo- “no importa que no quieras nada conmigo, vení a rendir el examen. Me sentiría muy culpable si perdes la materia por mi”
“ya es tarde, no te parece?” -respondí.
“no, con que llegues antes de las doce podes rendir” eran las nueve y veinte. Tardaría cincuenta minutos hasta la facultad, lo medité unos minutos. Y me decidí:
“voy” -fue mi respuesta.
Tarde una hora en llegar cuando entré al salón 25 pares de ojos se voltearon a verme.Sonreí sonrojada.
-          Perdón profesor.Tuve problemas con el auto -dije acercándome a su escritorio-.¿Puedo hacer el examen?
-         Sí, claro. -respondió mientras yo me sentaba en el primer banco vacío. Sebastián me dio la hoja con las preguntas y me dispuse a responder.
Mientras yo escribía lo más rápido que podía a las cinco preguntas el aula comenzó a vaciarse. Tenía sentimientos encontrados, por un lado quería que nos quedemos solos y por el otro quería salir corriendo. Inevitablemente el aula se vació y nos quedamos los tres solos.
Gustavo se acercó a mí.
-       ¿Cómo vas?.
-       Bien, me faltan dos respuestas.
-       No hace falta que las contestes, te voy a aprobar igual.
Lo miré a los ojos indignada: - no hagas eso, no quiero aprobar de favor. Si vamos a hacer esto, me vas a poner la nota que me merezco.
-         ¿si vamos a hacer qué? -preguntó.
Lo mire en blanco y me encogí de hombros y volví a escribir.
-       ¿Es tu manera sutil de decirme que si quiero acostarme con vos tengo luz verde?- asentí sin dejar de escribir. Me tomó de la barbilla levantó la cara y me dio un suave beso en los labios. Se levantó y le dijo a su ayudante (que había sido testigo de todo el intercambio) que salía a fumar y que él se quedara.
Termine el examen quince minutos después. Me acerque a Sebastián y él me dijo: - es un buen tipo y es la primera vez en cinco años que lo veo comportarse así con una alumna.
-       No sé cómo interpretar esas palabras -respondí sincera.
-       No entiendo demasiado lo que paso la semana pasada. Sólo sé que se la pasó hablando de vos toda la cursada, interpretá eso cómo quieras.
Le sonreí. -¿Qué queres que te diga? Me confunde. Mucho. Yo no busca nada con nadie y la semana pasada me encontré besándolo fuera de control.
-       ¿sos casada?
-       Sí.
-       Ya veo. Ser infiel la primera vez es complicado,porque te llena de culpa. Pero pensé que si todo estuviera bien en tu pareja le hubieras dado vuelta la cara de un sopapo al primer intento de besarte.
En ese momento casi me rio. Sus palabras estaban tan alejada de la verdad como el sol de la tierra. Pero la realidad era mucho más compleja de explicar.
Salí del aula y mis amigas me esperaban para interrogarme.
Le inventé algo (ya no recuerdo, que) y fui al baño. Cuando salí me sonó el celular era Gustavo que me pedía que lo vea en su oficina. Les dije a las chicas que me iba a quedar estudiando en la biblioteca. Para que ellas se fuera y Zulema que leyó mucho más en mis palabras que lo que decían, las convenció de irse.
Llegue a su oficina y toque la puerta. Entré, cuando medio paso, y él me asaltó empujándome contra la pared. Empezó a besarme. Mi bolso cayó al piso con un ruido sordo.
Sus manos recorrían mi cuerpo frenéticas y yo no opuseninguna resistencia, todo lo contrario, metí las manos debajo de su ropa y comencé a tocarlo. El me besaba el cuello y yo suspiraba con fuerza conteniendo los gemidos.
Acaricie su entre pierna sobre la ropa y él ni lento y perezoso de desprendió el pantalón para que lo tocara. Así lo hice, comencé amasturbarlo el volvió a besarme, mientras me acariciaba los pechos que habían Sido liberados del sostén.
Me agache y cumplí con mi fantasía de hacerle unafelatio. Su verga era normal, algo más gruesa que el promedio. Estaba limpia y olía agradable. La recorrí con mi lengua para humedecerla y que mis labios se deslizaran con suavidad. Me la metí completa en la boca, mientras la succionabaun poco. Al parecer eso le encantó porque soltó un gemido profundo y gutural que cortó el silencio del despacho.
La chupé un rato tratando de que entrara toda en la boca,sentí como la falta de práctica hacia que me costara conseguirlo. En ningún momentoGustavo trato de guiarme o forzarme a que tomara más de sí.
-       Pará, para -pidió-. No quiero correrme en tuboca.
Me hizo levantar y me levantó la blusa para dejar mispechos al aire. Comenzó a chupar, morder y estirar los pezones con los labios ydientes, mientras sus manos me desprendían el pantalón y se internaban entremis piernas en la búsqueda de mi clítoris. Me acariciaba con destreza arrancándome suave gemidos. Mi cuerpo se tensaba en búsqueda de la liberación cuando dejo de acariciarme. Me giro dejándome apoyada contra la pared. Escuche que algo caíaal piso y me gire para ver que se estaba poniendo un preservativo. Me baje másel pantalón hasta que quedo enroscado en mis tobillos. Me penetro profundo y fuerte. Sus estocadas no tardaron mucho en llevarme al límite y en hacerme caeren un dulce orgasmo. Tres o cuatro movimiento más el me acompañó.
Nos quedamos unos minutos recuperando el aliento. Nos vestimos en un incómodo silencio, que el rompió al decir: -te voy a desaprobar este parcial, así venís la semana que viene al recuperatorio.
-       Eso es injusto. -protesté.
-       Injusto sería aprobarte y que desaparezcas, como seguramente pensas hacer.
Me sonroje con fuerza.
-       No quiero dejar de verte. -insistió. Sonreí y me encogí de hombros.
-       ¿Hasta que el cuatrimestre que viene encuentres otra alumna? -pregunté sin pensar.
-       Sé que no me vas a creer si te digo que nunca había hecho esto. Así que me voy a ahorrar la discusión sin sentido. No desaparezcas,por favor.
-       No sé qué hacer. -Respondí confundida.
-       Déjate llevar y mientras duren las ganas de estar juntos, lo hacemos.
-       ¿sin reproches y sin compromisos? ¿solo stienemos ganas y si nuestros horarios coinciden? -preguntó la vieja yo haciéndose cargo de la situación.
-       Así es. -me contestó sonriendo.
A la mierda todo, pensé mientras asentía.
 
 
 
 
 
 
 
 

7 comentarios - un profesor de la facultad

C_Kramer
De repente, volviste. Y no podía ser de otra manera que con este gran relato! Van 10!
Gabyfenix87 +1
No soy nuevo en p! Y no suelo leer relatos.. Pero me llamo mucho la atención el título y bueno... Tuve que leerlo todo. Muy bueno estuvo! Y busqué en tu muro(?) y vi shouts(?) que datan de hace 5 o 6 años atrás... Entonces volví a este post y me alegré al
Gabyfenix87
Decía: que me alegré al leer que tu post data de hace sólo 7 días. Que bueno que continúes. No sé, necesitaba que lo sepas. Un beso
lalocadelpizarron
@Gabyfenix87 gracias. Hace un tiempo era asidua a la página hasta que un desubicado me asustó apareciendo en mi trabajo. Así que había dejado de publicar. Supongo que hay vicios que uno puede suspender pero nunca termina de abandonar
Gabyfenix87
@lalocadelpizarron es verdad que aunque sea en el anonimato uno está expuesto de alguna manera, así es en todos lados. Espero nadie más te vuelva a asustar así. Y bueno, gracias que volviste entonces. Me parece que voy a empezar a leer relatos tuyos