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El camino del deseo incestuoso I: La profesora (Parte 1)

Nota: Estos relatos están basados en mi historia sexual, con algunos cambios a la historia y cambios de nombre por proteccion, pero tanto los años como los lugares son reales. Como la historia sigue mi vida real, no todo va a ser tan rápido como en otros relatos. Es mi primer publicación, agradezco todos los comentarios. Mi mail es: pibeplatense@hotmail.com


Hasta el año 2003 mi historia es la de cualquier chico que crece en las afueras de la ciudad de La Plata, en Argentina. Más precisamente en Gonnet, una familia tipo de clase media, con una casa espaciosa, con pileta ubicada en una parte más bien selecta, entre los caminos Centenario y Belgrano. Me llamo Tomas. Para ese año yo tenía 16 años, mi hermana Lucía tenía 18, mi padre Roberto 45 y mi madre Victoria 42. En la casa de al lado, en un terreno subdividido hace tiempo, había hecho su casa mi tía, con su esposo y sus hijos chicos. Mi tía Claudia era bastante más joven que mi mamá, tenía 25 y fue fruto de un embarazo no deseado en un principio Mi tío Juan tenía 30 años y sus hijos tenían 3 y 1 año. Siempre supimos que por las historia del nacimiento de mi tia, tanto ella como mi mamá había decidido tener hijos jóvenes y la anticoncepción era una charla común derivada de las historias familiares.
En el año 2003 todo cambió. Llegó internet a mi casa y de poder ver alguna revista con amigos y tratar de ver el canal codificado del cable, el mundo de la sexualidad explotó. La posibilidad de tener la computadora en mi cuarto fue una batalla que valió la pena. A los pocos meses estaba mirando todo tipo de pornografía, hasta que me encontré con el incesto.
Desde pequeños videos que podía descargar con mi conexión de dial-up, pase rápidamente a los relatos, que copiaba en un word eterno así podía leer sin internet. Con el correr de unas pocas semanas, pasé a vivir mi sexualidad muchísimas horas al día. Y el efecto más palpable: sexualizar mi cotidiano. A la explosión de hormonas le sumaba las miradas a mi hermana y mi mama, junto con un “cariño” renovado que tenía por ellas. Abrazos más prolongados, con todo el cuerpo, eran mis tímidas exploraciones que me dejaba mi cabeza en ese momento. Los mejores momentos venían de poder ver a mi tía, que casi dejando de amamantar, tenía unas tetas increibles. Además, ella me veía todavía como un nene, con lo cual nuestros abrazos me permitían sentir todo su cuerpo y para mi era oro que luego cuando me masturbaba con los relatos, pagaba doble.
Desde siempre había sido muy curioso respecto a lo intelectual, así que en base a relatos y alguna búsqueda apurada que salió mal en “Altavista”, también empecé a leer sobre psicología. La mezcla de placer sexual e intelectual fue irresistible y al año siguiente, cuando todo el mundo comenzó a ver que carrera estudiaba, yo ya sabía que era psicología. Esto sorprendió muchísimo a mi familia, que siempre me había oído decir que yo sería médico.
La lectura sobre el taboo del incesto me permitió dejar de sentir culpa de como me calentaban mis familiares, vivirlo como algo más común. También, la cantidad de relatos que devoraba me permitieron saber un poco mas de como acercarme a las chicas. Durante el verano de 2003 a 2004 perdi mi virginidad y mi apetito sexual se fue expandiendo. Empecé a pensar que mis familiares podrían no ser indiferentes a mi cuerpo y ser más consciente de mi capacidad de seducir. Durante todo el 2004 me masturbe con prendas de mi mama y mi hermana, inclusive con alguna foto en la playa de las vacaciones. Cada vez echaba mas leche, gemía más fuerte. En alguna salida donde me encontraba con Lucía, con el alcohol que teníamos ambos en nuestros cuerpos, terminamos hasta durmiendo en el sillón del living, implicando mis primeras apoyadas inevitables, que mi hermana nunca se separaba mucho y hasta a veces notaba como empujaba con su cola. Esto nunca pasaba a mas, pero me dejaba caliente por días. Varias veces me masturbaba sin cerrar la puerta, sumándole algo de voyeurismo a mis ganas de experimentar con el incesto. No tenía la creencia de que por verme se iban a excitar, sino simplemente que supieran que yo estaba muy caliente, siempre.
A mediados de 2005 llegaría una nueva etapa. Aunque siempre tuve buenas notas y nunca me costó estudiar, acomodarme a la Universidad fue trabajoso. A raíz de eso mi padres me enviaron a una psicopedagoga, cuando mis primeros parciales no fueron grandes notas y mis salidas y mi estadía fuera de casa era a tiempo completo. Proteste un poco, pero como era una vecina, Juliana (37 años), amiga de mi mamá, termine yendo ya que no era lo peor, hasta me podía ayudar.
Durante varios encuentros repasamos métodos de estudio básicos y me todo muy tranquilo. No era la mujer mas hermosa, pero si tenia unas tetas de buen tamaño, que le caían muy lindas en las camisas que usaba siempre. Varias veces la había mirado y hasta me había hecho una paja en su baño, de calenton total. Mis padres me habían sacado un poco de plata, así que salía menos y por lo tanto tenía aún menos sexo. Cuando terminamos de trabajar siempre charlabamos un poco y varias veces me había dicho que era un chico muy lindo. Yo le respondía que ojala encontrara una mujer como ella. Aunque no siempre, había una especie de juego muy inocente, que nunca pasaba de unos comentarios, aunque subían un poco de tono cuando me preguntaba si salía el sábado y le decía que llegaba tarde, ella especulando que yo estaba “cansado de lo que haría en mis salidas” todo el tiempo.
Durante las clases ella se sentaba al lado mío en el living de la casa, donde estábamos solos ya que su marido trabajaba y su hijo dormía la siesta arriba después de volver del jardín de infantes. Cuando le preguntaba algo, tomo la costumbre de pararse y por encima de mis hombros corregirme. Inevitablemente, sus tetas se posaban en mis hombros y hasta mi nuca. Las primeras veces me puse tenso y hasta nervioso, pero me fui relajando. Y hasta queriendo lentamente avanzar. Si ella me apoyaba sus tetas, yo disimuladamente corria mi cara y le preguntaba algo, teniendo sus tetas a centimetros de mi cara. Hasta intentaba respirarle cerca y juro que vi como se le ponía la piel de gallina en todo el nacimiento de sus pechos. Las erecciones en sus clases eran constantes y ya no me importaba disimularlas mucho. Estos juegos eran muy excitantes.
En los segundos exámenes mejoré, pero no todo lo que esperaban tanto mi papá y mi mama como Juliana. Ya casi sin poder enseñarme nuevas cosas, llegó una tarde en que estábamos en su casa y mi tía pasa a dejar unos papeles. Mi tía vino con un lindo escote, pero mas me impresiono como se le marcaba la cola. Cegado por la calentura, la miré hasta que se fue de la casa, lo cual hizo que Juliana se diera cuenta. Para peor, se me puso muy dura la verga y se notaba mucho, más que nada por el jogging que me habia puesto por tenerlo cerca al momento de vestirme. Juliana se sonrió  y me mandó a mi casa, a que volviera la semana que viene “más aliviado… del estudio”. La pausa de unos segundos me hizo pensar que su comentario había sido distinto que siempre, pero no para humillarme, sino entre gracioso y seductor.
La semana siguiente me espero con una prueba práctica, pero la sorpresa fue al principio: estaba vestida muy parecida a como había ido mi tía a su casa. Aunque no tenía la gran cola, el pantalón de jean le apretaba mucho. Y la camisa, ahora abierta un botón más que siempre, estaba sosteniendo sus hermosas tetas que amenazaban al corpiño deportivo que las intentaba retener.
Me costó mucho poder no mirarla y ya la pija se me había empezado a abultar. Vale decir que no soy nadie de tamaño enorme, actualmente mide 18,5 desde la base de los huevos, pero siempre me alabaron más por ser un poco más ancha de lo normal. Vale decir que a mis 18 años no estaba todo lo desarrollada, tenía casi 1 cm menos. El problema había sido que mi calenturienta mente me dio la idea de ir con un pantalon de futbol, pequeño y que cualquier erección se marcaba. Esta tarde iba a ser difícil, sin duda.
Mi sorpresa vino cuando el texto que me indicó para hacer las prácticas era sobre la relación entre Freud y su cuñada, Minna. En base al eterno rumor de su relación, construía un diario íntimo de Freud. En el final de ese texto, insinuaba que Freud se sentía atraído por Minna, no solo por ser su cuñada, sino que la diferencia de edad también la ponía en el lugar de hija. Tardé muy poco en excitarme muchísimo, tanto que tuve que acomodarme la verga varias veces por el dolor que me producía. No había posibilidad que Juliana no notara esto.
Al finalizar todos los métodos de estudio, le iba a dar el trabajo para que lo corrigiera, pero me hace con la mano que no.


-Hoy no te voy a corregir así. Quiero que me hagas un resumen oral del texto, ya que dentro de poco vas a tener tus primeros finales orales.

-Bueno, en este texto se explora la relación de Freud con Minna, su cuñada. Es una estructura de relato básico, aunque intenta utilizar conceptos académicos para darle más verosimilitud. En la interacción entre Freud y Minna vemos una constante tensión sexual, hecha por una relación desigual, en la edad, en lo académico y en lo sexual. El final es abierto, donde no termina de resolver en ningún sentido la tensión sexual que ya se hace más evidente.

-Me parece que está demasiado resumido como lo contas, aunque hablas muy bien para lo que se espera de un estudiante de primer año. Voy a jugar un poco a abogada del diablo y que me tengas que explicar como si no supiera nada, si? Igual, no soy psicóloga, así que sé poco y nada, realmente.

-Barbaro, preguntame.

-¿Qué conceptos académicos usa el texto?

-Principalmente, el taboo del incesto.

-Bien… ¿de qué se trata?

-Bueno, Freud dice que en las relaciones familiares, especialmente en las de madre e hijo y padre e hija se dan momentos en donde los hijos e hijas expresan deseos sexuales como una etapa de crecimiento. Y, en algunos casos, esos procesos no tienen un corte y por lo tanto se dan los casos de atracción y hasta de relaciones sexuales.

-Bien, me parece buena explicación. ¿Y cómo resuelve el texto esa tensión?

-No la resuelve. La deja a nuestra imaginación.

Después de esta última pregunta me hizo algunas consideraciones sobre cómo me expresaba. Nos quedaron unos minutos y ella me da vuelta la silla, quedando enfrentados, con la mesa al lado.

-Che, me dejó medio impactada lo del taboo del incesto. ¿Vos decis que me hijo se va asentir atraido por mi?

Al momento que me dice esto, se pone un poco colorada.

-Te molesta que te pregunte eso?

-No, todo bien, me gusta hablar de estos temas de mi carrera

Mi calentura se había reactivado, me puse en alerta… y me empecé a poner duro.

-Mira… siendo sincero, sí. Tu hijo se va a sentir atraído por vos. En general va a pasar en estos años y capaz tengas algún momento incomodo, pero después va a pasar. Si se prolonga, generalmente el va a fantasear, te va a mirar… probablemente se pueda hacer una paja pensando en tus.. en vos. Y mucho del goce puede venir de lo prohibido, del secreto

Me había ido de boca. Ella vio como mis ojos se fueron para abajo. Y cuando volvió a levantar la mirada, vio como instintivamente me acomode la verga.

-Ay es rarisimo todo lo que me contas, pero me da intriga. Y gracias por decir lo que no dijiste, jajajaja. Aunque no es la cola de tu tía.

Casi me muero. Me puse coloradismo. Intente disimular. Era imposible.

-No bueno, no es lo que vos pensas…

-Tranquilo, se que es muy linda. Y si el secreto es parte del asunto, yo no voy a decir nada. Lo dije un poco de envidia nomas.

-Ay, bueno, gracias. Si estamos en confianza y guardamos secretos, no tienes mucho que envidiarle. Tu hijo va a tener mucho material…

Termine de decir eso con una sonrisa. Se hizo silencio. Me di cuenta que de nuevo me había ido a la mierda. Ella tardo unos segundos, donde parecía que me media.

-Mira como te di un poco de cabida y ya te zarpaste…

-Perdoname, lo dije sin pensar, no quería decir eso.

-Ya está, ya lo dijiste, pero queda entre nosotros. Empecemos a levantar las cosas, si?

Bueno, la había cagado. Sin dudas. Levantamos todo, yo la ayude siempre con el mate que ponía y fuimos a la cocina, en silencio total. mientras lavaba, yo miraba al piso (y un poco a su cola) y vuelve a hablar.

-Una cosa que me quedo… siempre me hablaste de hijos e hijas que desean a sus padres… ¿no pasa al revés?

-Si, obvio. Algunos de los casos tienen que ver con algunos traumas del nacimiento, como enfermedades de bebés que dejan vínculos profundos. Otros con no poder manejar ciertas cuestiones, como madres que se excitan porque amamantan y les genera un vínculo muy sexualizado. También tiene que ver con la diferencia de edad, la idea de que los padres pueden guiar en todo en su vida a los hijos y eso genera un vínculo de poder y atracción total, que desborda a lo sexual. Ahí la idea de tener sexo con quien uno va enseñando es muy en espejo a la de tener sexo con quien le enseña a uno. Y también, sin duda, lo prohibido funciona muchísimo con madres y padres. Algunas corrientes sostienen que quienes se sienten atraídos por gente mucho más joven o mucho más grande, son reemplazos parciales de una pulsión incestuosa…

-Mira, eso último no lo sabía… Me podes pasar un vaso?

Me doy vuelta a buscar el vaso, que estaba arriba de un barra desayunadora y cuando vuelvo, me sigue hablando, pero ya mirándome de frente y noto que tenia algo mas marcados los pezones. ¿Se había excitado? Le doy el vaso y empieza a hablar.

-Te quiero hacer una devolución express de estas semanas y la semana que viene te voy a dar un informe para tus papás. Creo que sos un excelente estudiante y dominas todos los métodos, pero tenes un problema… pásame un vaso más, por favor.

Me doy vuelta buscar más vasos, que estaban en una alacena arriba de un barra desayunadora. Escuchó que su voz se acerca.

-Tu problema viene de un tema de atención, que recién hoy veo claramente.

Cada vez la escuchaba más cerca, y siento como, con una mano de ella, me inmoviliza las mías que estaban buscando los vasos y quedo estirado en puntas de pie. Sin cambiar el tono continúa.

-Yo no soy psicóloga, pero yo creo que a vos te interesa más que académicamente todo esto. Como me miras del primer día, como se dio nuestro vínculo… NO TE DES VUELTA.

Su tono fue firme, justo cuando quise mirarla sin entender todo. Al instante se clarificó, para mi mayor sorpresa.

-Este es el problema de tu estudio y tu rendimiento.

Y me agarro, con su mano libre, la verga por sobre el pantalon de futbol. No me lo esperaba, pensé que era un juego. Me estaba agarrando. Casi tengo un infarto y el primer instinto fue moverme como huyendo, pero ella me mantuvo quieto. Y yo gemí.

-Desde el primer día que venis con la pija así. Y encima te hiciste una paja en mi baño. No aguanto mas ver y nada más.

Con la mano que me tenía, me soltó y bajó mi pantalón y el boxer. Y con la mano libre, me empezó a hacer una paja.

-Y encima todo lo que largaste hoy del incesto, del poder, de quien te educa… No podes calentar así, nene. Sos un zarpado diciendo que me hijo se va a excitar conmigo…

Estaba en el cielo, pero pude recuperarme un poco y articular algo

-Con una mama asi, quien no querría…

Me di vuelta, gire la cara y la miré.

-¿Me das teta?

Sin dudarlo, tomó una silla de esas altas típicas de las barras y me sienta. Empieza a desabotonar la camisa y saca una teta por sobre el corpiño

-Si el comentario de calentarse mientras amamantaba fue un lance, le pegaste, me mojaba toda.

-Sos la mejor mama, le dije casi sin dejar de chuparle el pezon.

Baje la mano y le empeze a tocar sobre el pantalón, pero me sacó.

-Acá toco yo, nene... Como me calienta tu verga dura.

Eso me puso a mil. Sentía como me subía la sangre. Estaba sentado en un silla alta, con el short y el boxer en las rodilla, mientras Juliana me hacía una paja hermosa y yo chupaba su teta derecha.

-Ay si, dale, chupame las tetas, mamame toda!! Chupa la otra! me ordenó mientras muy caliente rompió el corpiño deportivo y cayeron las dos, sueltas y libres.

-Me calentas mas que cuando me chupaba mi hijo, no aguanto mas!! Dame tu leche!!

Duramos solo 5 minutos más. Ella tuvo un orgasmo corto e intenso de solo chuparle las tetas y yo explote en una gran acabada larga, que mancho todo el desayunador y el piso, además de su mano. Gemí mucho con las tetas en su boca, hasta le mordisqueó un pezón, cosa que se que le encantó.

En silencio nos vestimos. Ella se limpió. Cuando me estaba yendo, me dijo.

-La semana que viene, el informe completo para tus papis.


9 comentarios - El camino del deseo incestuoso I: La profesora (Parte 1)

pacovader
Muy interesante, podría haber sido mucho más morboso, pero igualmente va por buen camino.
PUPPYBRC +1
Muy bueno espero más !! + 10
Fran1983Fran +1
Excelete, hacia mucho que no lei un relato de incesto tan bueno! Van puntos y espero el próximo!
nicosc91 +1
Muy bueno! La parte 2 es genial