Hoy no es un jueves normal, mi marido y yo estamos muy nerviosos, bueno yo más que él. Hoy después de una larga jornada de trabajo iremos a un bar swinger. Llegó a nuestra casa y tomo una larga ducha, se me cruzan muchas ideas por la mente ¿qué pasara esa noche?, ¿interactuaremos con otras parejas?, ¿qué harán esas parejas?, ¿veremos penetraciones anales?, ¿se tocarán entre todos? Mientras pienso en todo esto noto que mi vagina esta mojada y mi clítoris se está poniendo duro, pero prefiero esperar a esta noche. Cuando llega mi marido me besa y me pregunta si estoy segura de ir, recuerdo todas las ideas que tuve en la ducha y le respondo que sí. Él toma una ducha rápida, nos vestimos de forma muy sexy y nos vamos al bar..
Después de unos minutos en el taxi llegamos y entramos, la mitad de los espacios disponibles están ocupados con otras parejas, las hay de personas atractivas y otras no tanto. Nos sentamos en una silla cerca de una pantalla donde proyectan porno, pero la verdad es muy suave al compararlo con el que estamos acostumbrados a ver con mi marido. La camarera se acerca y pedimos el licor de siempre, después de tomar unas copas de licor, mi marido empieza a meter su mano bajo mi falda, yo lo miro y sabe que me gusta, de forma tal que llega a mi clítoris y comienza a jugar con él dejándome muy mojada. Suena una canción que nos gusta, mi marido saca su mano de mi falda y nos vamos a la pista de baile, algunas parejas se paran a bailar. Y aunque hay espacio disponible para bailar, preferimos estar muy cerca para poder sentir rozando su deliciosa y dura verga en mi vagina, dejándome aun con más ganas de que me rompa.
Esperamos por un momento sentados, pero después de bailar necesitamos urgentemente estar juntos. Nos dirigimos tomados de la mano a una sección del lugar, en la cual hay una cama muy larga. Sin embargo, mi marido no me deja llegar a la cama, me gira y me baja los pantis, se arrodilla y comienza a comerse mi clítoris chupándolo y moviendo su deliciosa lengua, haciéndome gemir y gritar de placer. Yo no aguanto necesito que me rompa. Lo levanto y lo llevo hacia mí mientras le bajo el pantalón dado que ni ropa interior lleva, lo siguiente que sintiendo es como su verga entra en mi vagina húmeda rompiéndola y abriéndola cada vez más. Creo que mis gemidos han atraído a más parejas, las cuales llegan a ver el buen espectáculo de sexo que estamos dando y algunas comienzan a masturbarse entre ellas mientras nos ven.
Después de mojar la cama con mi placer nos damos cuenta de que la ropa nos estorba, así que mi marido me quita la camisa comiéndose mis pezones dejándolos muy paráditos, sacando mucha leche de ellos. Una mujer que nos veía se antoja, se acerca y me besa tocándome toda y comiéndose también mis pezones, haciendo que mi marido se excite más y comience a romperme con fuerza y cada vez más rápido. Yo ya no aguanto, necesito que me rompa el culo, así que me giro y me coloco en una de mis posiciones favoritas en cuatro. Mi marido ve mi delicioso culo levantado y se lo come metiendo toda su lengua en mí interior, dejándome incluso con más ganas de sentir su verga rompiéndome. Mientras esto sucede la otra mujer se acuesta y come mis pezones … me besa. Mi marido quiere ver mejor lo que sucede, así que se arrodilla detrás mío y me rompe de forma deliciosa el culo, metiendo su dura verga, abriéndome y haciéndome gemir y gritar de placer mojando la cama con mi placer de nuevo.
Después de llegar muchas veces analmente, me acuesto boca arriba dispuesta a comerme la verga de mi marido, pero otro hombre se acerca y mete sus dedos en mi vagina masturbándome y comiéndose mis tetas haciéndome llegar de nuevo, miro a mi marido y él está ahora masturbando a la mujer que acompaña al hombre, el cual no para de masturbarme y chuparme las tetas, mi marido entonces comienza a comerse también las tetas de la otra mujer. Mi marido no aguanta más, lo veo en sus ojos, me tiene que romper, así que corre la mano del otro tipo y me rompe con su verga deliciosa y dura la vagina dejándome sin aliento, gimiendo y llegando más veces, mojándolo aún más y es cuando siento como su deliciosa leche llena mi vagina.
Nos sentamos y nos disponemos a mirar como las otras parejas gimen y sentimos el calor intenso, el olor a sexo y leche; así que tomamos nuestras cosas y nos vamos a vestir, no sin antes ver como en otra sala dos parejas están bailando y tocándose dispuestos a iniciar una orgia. Al salir del bar tomamos un taxi para regresar a nuestra casa, pero durante nuestro recorrido vamos hablando de lo que hicimos y vimos excitándonos más, es entonces, cuando mi marido mete su mano en mi falda sintiendo como mi clítoris esta durito de nuevo y mi vagina está muy mojada. Al llegar a nuestra cama me quita la ropa y me rompe el culo con su deliciosa verga llenándolo de leche y dejándolo muy abierto
Después de una deliciosa noche con mi marido, descansamos abrazados toda la noche, yo estoy feliz y llena de leche.
Después de unos minutos en el taxi llegamos y entramos, la mitad de los espacios disponibles están ocupados con otras parejas, las hay de personas atractivas y otras no tanto. Nos sentamos en una silla cerca de una pantalla donde proyectan porno, pero la verdad es muy suave al compararlo con el que estamos acostumbrados a ver con mi marido. La camarera se acerca y pedimos el licor de siempre, después de tomar unas copas de licor, mi marido empieza a meter su mano bajo mi falda, yo lo miro y sabe que me gusta, de forma tal que llega a mi clítoris y comienza a jugar con él dejándome muy mojada. Suena una canción que nos gusta, mi marido saca su mano de mi falda y nos vamos a la pista de baile, algunas parejas se paran a bailar. Y aunque hay espacio disponible para bailar, preferimos estar muy cerca para poder sentir rozando su deliciosa y dura verga en mi vagina, dejándome aun con más ganas de que me rompa.
Esperamos por un momento sentados, pero después de bailar necesitamos urgentemente estar juntos. Nos dirigimos tomados de la mano a una sección del lugar, en la cual hay una cama muy larga. Sin embargo, mi marido no me deja llegar a la cama, me gira y me baja los pantis, se arrodilla y comienza a comerse mi clítoris chupándolo y moviendo su deliciosa lengua, haciéndome gemir y gritar de placer. Yo no aguanto necesito que me rompa. Lo levanto y lo llevo hacia mí mientras le bajo el pantalón dado que ni ropa interior lleva, lo siguiente que sintiendo es como su verga entra en mi vagina húmeda rompiéndola y abriéndola cada vez más. Creo que mis gemidos han atraído a más parejas, las cuales llegan a ver el buen espectáculo de sexo que estamos dando y algunas comienzan a masturbarse entre ellas mientras nos ven.
Después de mojar la cama con mi placer nos damos cuenta de que la ropa nos estorba, así que mi marido me quita la camisa comiéndose mis pezones dejándolos muy paráditos, sacando mucha leche de ellos. Una mujer que nos veía se antoja, se acerca y me besa tocándome toda y comiéndose también mis pezones, haciendo que mi marido se excite más y comience a romperme con fuerza y cada vez más rápido. Yo ya no aguanto, necesito que me rompa el culo, así que me giro y me coloco en una de mis posiciones favoritas en cuatro. Mi marido ve mi delicioso culo levantado y se lo come metiendo toda su lengua en mí interior, dejándome incluso con más ganas de sentir su verga rompiéndome. Mientras esto sucede la otra mujer se acuesta y come mis pezones … me besa. Mi marido quiere ver mejor lo que sucede, así que se arrodilla detrás mío y me rompe de forma deliciosa el culo, metiendo su dura verga, abriéndome y haciéndome gemir y gritar de placer mojando la cama con mi placer de nuevo.
Después de llegar muchas veces analmente, me acuesto boca arriba dispuesta a comerme la verga de mi marido, pero otro hombre se acerca y mete sus dedos en mi vagina masturbándome y comiéndose mis tetas haciéndome llegar de nuevo, miro a mi marido y él está ahora masturbando a la mujer que acompaña al hombre, el cual no para de masturbarme y chuparme las tetas, mi marido entonces comienza a comerse también las tetas de la otra mujer. Mi marido no aguanta más, lo veo en sus ojos, me tiene que romper, así que corre la mano del otro tipo y me rompe con su verga deliciosa y dura la vagina dejándome sin aliento, gimiendo y llegando más veces, mojándolo aún más y es cuando siento como su deliciosa leche llena mi vagina.
Nos sentamos y nos disponemos a mirar como las otras parejas gimen y sentimos el calor intenso, el olor a sexo y leche; así que tomamos nuestras cosas y nos vamos a vestir, no sin antes ver como en otra sala dos parejas están bailando y tocándose dispuestos a iniciar una orgia. Al salir del bar tomamos un taxi para regresar a nuestra casa, pero durante nuestro recorrido vamos hablando de lo que hicimos y vimos excitándonos más, es entonces, cuando mi marido mete su mano en mi falda sintiendo como mi clítoris esta durito de nuevo y mi vagina está muy mojada. Al llegar a nuestra cama me quita la ropa y me rompe el culo con su deliciosa verga llenándolo de leche y dejándolo muy abierto
Después de una deliciosa noche con mi marido, descansamos abrazados toda la noche, yo estoy feliz y llena de leche.
7 comentarios - Nuestra visita a un bar Swinger