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Compañera de trabajo pícara - relato

No es extraño enamorarse de una compañera de trabajo -o al menos desearla sexualmente- cuando pasás al menos ocho horas del día, y cuarenta horas a la semana, viéndole la cara y dialogando con ella. A veces interactuas más con una compañera de trabajo que con tu propia pareja, si es que no conviven. Y si esa compañera de trabajo, con la que compartís tanto tiempo, encima es linda, es la combinación perfecta. Y de eso se trata esta historia. 
Trabajo en el departamento comercial de una pequeña empresa en Argentina. El mandamás, gerente general, tenía trabajando únicamente a sus dos hijas como administrativas, a su padre como supervisor, y hace poco tiempo me contrató a mi como asistente, ya que una de sus hijas tuvo que renunciar al trabajo porque debió viajar por estudio a Europa. Al ver que no podían cubrir ellos el trabajo, revisaron los currículums, y me llamaron a mi. 
Es un ambiente muy cálido, el dueño es amable y simpático, su padre es un poco más serio pero aún así siempre está dispuesto a ayudar cuando se plantea un problema. La hija, protagonista de esta historia, es muy simpática, y tremendamente hermosa. Tiene treinta y cinco años, bastante mayor que yo, que tengo veinte, pero realmente ella aparenta veinte y pocos años, gracia a que hace deporte desde su infancia, y se cuida mucho la piel con tratamientos en spa. 
Después de pasar unos meses trabajando con ellos, me dieron las llaves de la oficina, ya que todos vivían a más de media hora de viaje, mientras que yo estaba a tan solo diez minutos. Y a veces surgía algún trámite que hacer, o algún documento que recibir, en un día libre o fin de semana, por lo tanto era yo el encargado de eso, por vivir cerca. 
Una tarde de sábado, estaba en casa tomando café y recordé que había dejado en la oficina el parlante portátil, que siempre lo llevaba para escuchar música, y el viernes lo había dejado cargando, y al irme olvidé guardarlo. Pensé en dejarlo allí, y recogerlo el lunes, pero ya que el domingo tenía una reunión de amigos y siempre era yo el encargado de la música, decidí ir a buscarlo esa misma tarde. Terminé el café, me cepillé los dientes, y arranqué en la moto. Al llegar entré al edificio, y subí las escaleras. Como estábamos en un segundo piso nunca usaba el ascensor. 
Me acerqué a la puerta, puse la llave con cuidado -por costumbre, ya que en el edificio retumba todo-, destranque y abrí. Que sorpresa. Me encontré con la hija de mi jefe desnuda, masturbándose, sentada en mi silla. Sus hermosos pechos blanquitos, bien redondos y con algunas pecas. Su cintura bien marcada, los dedos de su mano derecha -todos los dedos- super mojados de flujo. El pelo rubio tirando a rojizo, todo entreverado. Sus dos pies perfectos, descalzos, apoyados en mi escritorio, y en mi parlante sonando un video porno -el cual no podía ver porque la computadora estaba "de espaldas"-. Ella se sobresaltó, se paró de un salto, después se tiró abajo del escritorio. En el camino le dió dos golpes al teclado, supongo que para intentar pausar el video, sin éxito. -Ya me voy. Espera ahí. Perdón- me dijo, con su voz temblando del miedo. Yo quedé paralizado, no sabía que hacer. Me quedé parado en un rincón de la entrada, donde ella ya no podía verme, ni yo a ella. -Venía a buscar mi parlante- le dije tímidamente. Ella no respondió. Sentí un sollozo. Es lógico, después de ese momento vergonzoso vivido, llorar era lo menos que podría hacer. Pero gracias a eso tuve una idea. Tranqué la puerta con una sola vuelta para que nadie pudiera abrir, me saqué la ropa rápido, y me acerqué lentamente a ella. La encontré arrodillada, abajo de mi escritorio, juntando su ropa desparramada por el piso. El video ya pausado en mi computadora (este era el video https://www.xnxx.com/video-fbfpza2/two_little_hotties_lesbian_play y después de esto me enteré que ella es bisexual). -Juli- le dije. Se asustó y se dio vuelta rápido, tapándose los enormes pechos con sus manos. Su cara de sorpresa me indicó que no esperaba verme desnudo ahí. Su pecosa cara estaba roja como un tomate, y confirmé lo que me parecía; estaba llorando. -No te preocupes. Yo también miro porno. Te voy a acompañar, terminá tranquila- dije. Puse play en el video, me senté en mi silla y empecé a masturbarme. Ella quedó sorprendida, no esperaba eso para nada. Aún estaba temblando. Me masturbé diez segundos mientras ella me miraba. Pasados los diez segundos, sonrió, me miró a los ojos y se acercó a mi. Me agarró de la nuca, acercó su boca a mi oído y me susurró -Gracias-. Mientras yo seguía masturbandome, ella juntó su nariz con la mía, me miró unos segundos y me besó. Primero solo con sus labios, despacio. Después, de a poco empezó a meter la lengua en mi boca. Mientras su mano izquierda seguía en mi nuca, haciendo fuerza hacia ella, su mano derecha se posó sobre su vagina, y empezó a masturbarse. Su vagina parecía un lago, goteaba flujo de lo caliente que estaba. Nos masturbamos así durante un rato. Después, ella se acostó en el suelo y me llamó con su dedo. El suelo era cómodo, porque era alfombra. Nos acostamos juntos en el piso y continuamos masturbándonos. El porno ya se había terminado, pero no lo necesitábamos. Calentaba más vernos a nosotros en vivo, y esos besos profundos que nos dábamos. En determinado momento, ella se arrodilla adelante mío, junta las dos plantas de mis pies y las acerca a mis nalgas, dejándome así las piernas super abiertas. Me miró de manera muy pícara, y se metió mi pija entera en su boca. Sentir el calor de su boca en mi pene fue increíble. Empezó a moverse con mucho cuidado arriba y abajo, mientras con una mano acariciaba mi escroto. Después de un rato así, empezó a girarse, sin sacar mi pene de su boca, hasta el punto que su vagina me quedó a escasos centímetros de mi cara. Enseguida levanté la cabeza y me hundí en su concha. Era la concha más deliciosa que probé en mi vida. Y la más mojada. Lamí su clítoris durante varios minutos mientras ella me la chupaba a mi. Después empecé a meterle dos dedos, y ella empezó a gemir, cada vez más fuerte. A cada dedazo que metía, ella largaba unas gotas más de flujo, Yo tenía mojada toda la mano, la cara, la pera y parte del cuello. Después, volvió a arrodillarse adelante mío, y volvió a ponerme en la posición de antes, con mis dos pies juntos y mis rodillas bien separadas. ¿Que hizo después?... Se sentó en mi pija. Fue lo más hermoso. Al estar tan mojada, parecía que flotaba. Se tiró para adelante y empezó a mover la cadera. Yo veía su espalda, y me incliné un poco hacia un costado para poder ver sus pechos, que rebotaban en contra de sus saltos en mi pija y me excitaban aún más. Después se dió vuelta, quedando de frente a mi, y se volvió a sentar. Ya no precisabamos ni usar las manos para meterla, estaba tan lubricada y dilatada, que la pija entraba sola. La absorbía. Siguió cabalgando un buen rato mientras gemía fuertísimo. Mis manos se posaban en sus pechos cada tanto, para sentirlos. Eran duritos y perfectos. Y cuando los soltaba, volvían a saltar al ritmo del coito. Eran tan grandes, que al bajar casi podía sentir el ruido que hacían. En un momento dejó de moverse e hizo fuerza hacia abajo, metiendo mi pene bien hasta el fondo, acompañando esto con un -¡Uuuuuuuuuuuuh!-. Había acabado. Pasó unos segundos quieta. Después saltó de donde estaba, se metió la punta de mi pija en la boca, y con sus dos manos empezó a masturbarme rapidísimo. En menos de un minuto le llené la boca de leche. Mientras la largaba, ella seguía con el movimiento de las manos, y haciendo fuerza con sus labios en la cabeza de mi pene. Cuando ya no salió más leche, sacó la boca con cuidado de no derramar nada, y lo mejor de la tarde; se la tragó. Toda transpirada y fatigada, se acostó a mi lado en el piso. -Pasé mejor que nunca, te juro- me dijo. 
El lunes al reencontrarnos fue muy gracioso. Nuestras miradas y sonrisas lo decían todo, pero nadie más supo de eso. A partir de este episodio, que ocurrió hace más o menos dos meses, lo repetimos otros dos sábados. Pero este fue el más especial, por ser tan improvisado e inesperado.

2 comentarios - Compañera de trabajo pícara - relato

ptucu +1
Muy bueno!
cristiansex15
Gracias capo! Abrazo
altopirata
Muy bueno
Solo falta una foto de.ella y listo. Vam puntos
cristiansex15
Gracias capo! Me dejó publicar la historia pero me pidió que no pusiera fotos 😞 perdon 😞 un abrazo!
altopirata
@cristiansex15 al.privado manda ja