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Estela me dio de comer y me la cepillé bien

Con Estela somos tan amigos, amigos con derecho, derecho el pene,que una vez hasta me dio nomás de comer en su casa.
 
Un mediodía llegué de unas diligencias a mi departamento, y detanto lío no llegué a hacer las compras, y justo cagada tenía la heladera casivacía. Cuando pensaba qué podría hacer, justo llamó Estela para preguntarmecómo andaba. Le conté más o menos, y charlando le conté que iba a comer peroque no tenía nada. Entonces la pelirroja re dulce se ofreció y divina, meinvitó a su casa a almorzar. “Mi amorcito, te doy yo de comer, no te preocupes,venite a casita y pasás un ratito conmigo, mmm”, decía Estelita con su dulzura,finura y muy mimosa, como queriendo algo más conmigo.
 
Acepté, me excité, me bañé, me perfumé un montón y vestido concamisa, pantalón negro y zapatos, elegante, me tomé un auto y fui a Olivos.Llegué, me recibió Estela con un beso y su perfume y pintura de labios meexcitaron como siempre. La mamá de las cuatro chicas estaba muy linda, de blusay pollera blanca, tacos, bañada, maquillada y de rico perfume, y encima comosiempre hace se puso cremita. Le tenía unas ganas bárbaras, pero preferícontenerme. Y Estelita me hizo mimos, me sentó en un sofá en su comedor,preparó todo y sirvió mientras me charlaba dulce y me ofrecía un jugo hasta queestuviera el almuerzo. Y nomás, Estela me dio gran almuerzo: picada con queso yfiambre, y luego unos canelones de ricotta con salsa blancah que me encantan. Ymientras disfrutaba la comida, charlábamos y nos contábamos nuestras cosas deldía. Luego, la preciosa y fina mujer me convidó flan con dulce de leche, y lapasé bombacha con ella, comiendo y disfrutando un rato agradable,.
 
Pero había, como yo pensé, algo más. Tras el postre, Estela mellevó a su pieza y me invitó a dormir la siesta. Demasiado más sugestiva de loque ya es, la pelirroja se quitó la ropa, se puso camisón y me invitó a sacarmetodo y meterme en la cama. Y enseguida, aunque no le hacía falta, Estela sepuso de nuevo crema para las manos. Y claro, yo entré enseguida, más cuando latipa me mimó y abrazó, mimosa me dijo que me aflojara y durmiera la siestita,todo así, mimosona. Obvio que entre´con tutti, ya excitado con su sola presencia,me agarró la locura, no pude más y de pronto, cuando ella me hablaba y mimaba,le toqué primero el corpiño, luego la espalda y después, sin miedo alguno, lamanoseé por las tetas y la cola. Esperé el sopapo de ella, de última me di elgusto.
 
Pero yo sé que Estela es gaucha. Por respuesta, no sólo gustó sinoque me pidió más mimos y tocadas. Los dos empezamos a hacernos de todo, besosen la boca, mimosa y más, Estela se sacó el camisón, me quitó mi camiseta y memanoseó la panza y el pene, que me empezó a engordar y creció. Ella lo palpó,lo apretó y me sacó el calzón. Enloquecí, le saqué su corpiño a pedido suyo, yjadeando y excitadísima, Estela se quitó su bombacha.
 
Y ahí fui un tornado arriba de ella. Estelita abrió las piernas,yo me volvií loco y me le subí con brutalidad y furia, y la despedacéliteralmente. Tras acostármele, la penetré por la vagina y Estela pegó unosalaridos de locura mientras pedía y pedí a que le diera duro. Yo me lerevolconeé, la reventé y tras 20 de frotar fuerte, retrasando la eyaculada, alfin me mandé y eyaculé tremendo semen en la vagina de Estela, que acabó unmontón. Nos pasamos la lengua, ella chupó mi semen y yo su flujo. Y luego, comoestábamos bien alimentaditos, bañados, perfumados y ella con ese aroma a cremaque me da demencia, la reventé con tutti con mi salchichón y un vibrador queella me dio por concha y culo, eyaculé en su boca, Estela tragó excitada misemen y me dio de mamar su vagina, y  yochocho lo hice con placer y excitadísimo. La cepillé, la cogí, la violé, lallené de abundante semen. Y pasé un mediodía y una tardecita ideal: estómagolleno, siestita y  sexo salvaje. Y con lamejor: Estela.
 
 
 

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