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Mi Tia y yo

No sabía si escribir esta historia o no, es algo íntimo y que para muchos puede ser desopilante, enfermizo, y hasta delictivo, pero desde que estoy con Andy descubrí que las vivencias que nos hicieron feliz en un momento hay que vivirlas sin culpas, y si recordarlas nos vuelve a traer ese placer, pues entonces por qué no compartir ese placer con todos…
No recuerdo bien qué edad tenia, entre 12 y 14 años tal vez, la adolescencia ya había llegado a mi vida y como casi todos mis amigos, bromeábamos sobre el tema, o sobre las chicas de nuestra edad o la hermana de algún amigo, yo participaba de las bromas, era un chico normal, pero algo en mí siempre me atrajo desde el primer momento, las chicas de grandes curvas, mujeres de grandes proporciones, que salían de los canones de belleza. En ese entonces aceptarlo delante de mis amigos era imposible, pero siempre tuve esa debilidad.
En un verano empecé a ir donde mi abuela porque estaban haciendo arreglos en mi casa, y no había mucho para hacer, era una casa humilde pero con una patio grande, con árboles frutales y siempre estaban mis primos dando vueltas que era una buena compañía para las vacaciones, y además estaba mi TIA GLADYS. Mi tía era una mujer 5 años menor que mi madre, madre soltera, que vivía en casa de mi abuela con su hija que era algo mayor que yo, era una mujer morena y de muy grandes curvas, con un culo enorme, unas etas gigantes y unos ojos que mezclaban seducción enojo y a veces tristeza, aclaro que nunca la vi con otros ojos que no fuera el de un sobrino que ve a su tía.
En una siesta calurosa estaba donde mi abuela perdiendo el tiempo, y veo que mi tía Gladys sale del baño, que quedaba en el patio hacia su habitación, cubierta con una toalla desvencijada que no alcanzaba ni siquiera a darle la vuelta del todo a su gordo cuerpo, el culo enorme y moreno quedaba al aire, las tetas no podían quedarse dentro, y ella sin ningún reparo salió y me miro sonriendo, no sé si se reía de mi cara de estúpido o una risa de saludo o no sabía que había sido, pero desde ese día ya nada fue igual. Yo estaba perplejo, no podía creer lo que mis ojos habían visto, la mujer de mis sueños que había soñado muchas veces y que había provocado mis primero sueños húmedos, se materializo en frente mía apenas cubierta con una toalla corroída y era la hermana de mi madre….
Ese día me fui a mi casa y creo que no hable más en todo el día solo pensaba en volver a ver a mi tía, en volver a ver ese cuerpo, ese culo esas tetas, no me importaba nada, nunca pensé nada más, en disfrutar el ver ese espectáculo (creo que ahí me salió lo voyerista), no pedía nada más. Llego el día siguiente y fui de nuevo donde mi abuela y casi con una puntualidad suiza veo que mi tía de nuevo sale del baño, pero esta vez se había olvidado la toalla y se había puesto una remera musculosa que usaba para hacer las cosas de la casa encima de su cuerpo mojado, podía ver como se trasparentaba y sus areolas negras se notaban a través de la tela mojada por su cuerpo, no lo podía creer, me hacía sentir más y más loco, era vivir en un sueño, y cuando pensaba que no podía ser más perfecto ahí estaba esa sonrisa de nuevo, pero esta vez, creo que noto que algo había cambiado de aquel niño que la vio el día anterior. Esta vez era la cara de un hombre que deseaba el cuerpo de una mujer desnuda y mojada.
La sinfonía vespertina de cuerpo desnudo mojado y sobrino pervertido disfrutando duro por varios días, creo que nunca en mi vida fui tan puntual. Hasta que llego el día donde quise ir mas allá, antes que mi tía se metiera al baño yo estaba con ella en su habitación, me preguntaba bobadas de un televisor viejo que tenía y yo como buen sobrino, se lo arreglaba y le ayudaba, entretenido entre el televisor y de reojo veía las tetas de mi tía debajo de su remera sin corpiño, me dice, bueno voy a bañarme y vuelvo vos seguí, obviamente no sabía que hacer me voy, la espero que hago? Y así fue como el diablo gano la partida y espere que viniera el regalo del destino, entro y me vio, cerró la puerta y se dio cuenta que esta vez no había lugar para fingir ni disimular, el que estaba enfrente de ella era un hombre que la deseaba y que tenía la verga dura por ella, que sus formas grandes y cuerpo gordo calentaban al hijo de su hna, como a ningún otro hombre en mucho tiempo, se sacó la toalla, y quedo desnuda por completo, nunca había visto una concha en mi vida, fue hermoso, sentí que temblaba, me tuve que sentar y ella se dio cuenta de mi erección, me llamo hacia la cama y me sentó me dijo si ya me había hecho hombre y le dije que sí, ella se rio y me dijo a ver? Ahí baje mis shorts aun con a boca abierta y vi como mi tía suspiro, se dio cuenta que su sobrino era un hombre ahora, y que esa erección era por ella y para ella.
Se sentó a mi lado y empezó a tocarlo con su mano, de arriba abajo yo no podía creer lo que estaba pasando, ella ya no era mi tía era una puta que me miraba y babeaba por comer mi verga, yo solo disfrutaba del espectáculo, y veía sus tetas enormes tan cerca mío, con sus areolas y sus pezones negros y gigantes. Veía su culo aplastado sobre la cama erra perfecto, y aún más perfecto cuando se inclinó a chuparme la verga, era el cielo no lo podía creer no entendía que mierda pasaba, estaba teniendo sexo con la mujer que estaba en mis sueños y a la vez era mi tía, demasiado para mi cabeza en ese momento, después paro, yo atónito no sabía que iba pasar, lo confieso, se acostó y abrió sus piernas de par en par, me tomo de la cintura me dio vuelta y tomo mi verga y la fue llevando hasta su concha peluda , húmeda y sobre todo caliente , fue como si mi verga estaba siendo devorada por una boca hirviendo, ella empezó a moverse y a dirigir las embestidas agarrándome del culo, cada vez era más el calor, los líquidos, la excitación la lujuria, el pecado. El chorro de leche fue inevitable, sentí que ese chorro contenido por tanto tiempo lleno hasta las entrañas a mi tía que en ese momento era mi puta, fue delicioso, sentí que sus gemidos se hicieron más intensos y sonoros, seria mentir si me di cuenta si acabo o no, pero sé que lo disfruto, terminamos, ella me saco de encima suyo y con el pedazo de toalla desvencijado me limpio la verga aun dura, la beso y me dijo eso es entre tú y yo, ahora anda a tu casa que tu mama se va a preocupar. Yo no podía creer lo que había pasado, llegue a mi casa y no podía decir nada, era todo una mezcla de sensaciones que creo que hasta hoy estoy volviendo a saber qué fue lo que pasó. Después de eso todo continuo como antes tía y sobrina , y nunca más paso nada, ni hablamos del tema, solo algunas miradas y nada más, pero ese recuerdo de esa siesta calurosa en casa de mi abuela, no podré olvidarla jamás y mi tía Gladys estoy seguro que tampoco.

3 comentarios - Mi Tia y yo

brunik89
fotos de ella no hay?? jamas volviste a seducirla??
drbbwlover
No volvimos a seducirnos, algún día subiré
Alberyandy +1
Hermosa y envidiable primera experiencia...
drbbwlover
Lo más envidiable es como ahora disfruto recordarla sin culpas junto a mi chica
gust7387
Muy buen relato y que pena nunca mas te la hayas vuelto a coger