Yo tenía en ese entonces 24 años, estudiaba abogacía en mi ciudad y mi amiga de toda la vida, Cristina, estudiaba en Buenos Aires la carrera de Traductorado de Inglés.
Éramos muy amigos, de esos que se cuentan todas las intimidades: yo sabía cada garche suyo y ella los míos.
Nunca tuvimos nada mas que algún "piquito" llevados por el alcohol y la joda, pero mas allá de ese roce, nada, y además era íntima amiga de mi novia.
Para su cumpleaños n°22 invitó a un montón de amigos a su casa y - tal como me lo había adelantado- iba a elegir algún pibe que le gustara y se lo iba a garchar todo el fin de semana en la quinta de sus padres.
Obviamente esto sucedió así y Cristina se empalmó a un pendejo de físico bien marcado y se lo llevó para cogérselo, contándonos a mi novia y a mí días más tarde todo lo sucedido con lujo de detalle.
Luego de aproximadamente 6 meses, Cristina volvió a nuestra ciudad y fué cuando recibí su llamado telefónico rogándome fuera a su casa que tenía que contarme algo.
Le dije que íbamos a ir con Mari mi novia pero me remarcó que fuese solo.
Cuando la ví noté que estaba rara, realmente la veía mas linda que de costumbre y fue cuando me confesó que estaba embarazada... nos miramos y me abrazó llorando: me dijo que había sido su "error" del día de cumpleaños, que el alcohol, que la fiesta .... y no paraba de llorar. Le dije que fuésemos a dar una vuelta y tomando las llaves de la quinta me pidió que la llevase.
Llegamos a la finca y sus quejidos y llanto no se iban ... la abracé muy fuerte y ella a mí. Estuvimos un largo rato así mientras me contaba que había sido con aquel pendejo que se lo había cogido el día de su cumple, que no se habían cuidado y que pasó lo que yo tenía ahora ante mis ojos.
Fue una sensación extraña: del abrazo pasamos a los besos y a las caricias cada vez más intensas ... fuimos hacia la habitación y sin dejar de besarnos nos sacamos la ropa ... hoy lo veo como un acto de cariño más que un deseo sexual.
Hicimos el amor sin apuro, explorándonos mutuamente ... allí estaba mi amiga de años, con su hermosa pancita y sus pechos duros, entregados ambos a disfrutar en silencio de cada embestida acompasada que nos unía aún más.
Fuimos a ducharnos juntos, reímos y juramos hacer eterno este momento sin que jamás nadie supiese lo sucedido.
Me las arreglé para intercalar tiempo entre mi novia y Cristina sin levantar sospechas: debo decir que fue una de las mujeres que más me ha hecho gozar, aún a pesar de su embarazo cada vez mas prominente.
Tuvimos relaciones hasta unos días antes de ser madre... ella como premio me pidió que fuese el Padrino de Bautismo de su hijo.
Después del nacimiento no volvimos a tener relaciones nunca más, pero en algunas charlas de amigos -sin nombrarme- cuenta que hubo una persona que no se cansó de llenarla de leche y acariciarle la panza.
Éramos muy amigos, de esos que se cuentan todas las intimidades: yo sabía cada garche suyo y ella los míos.
Nunca tuvimos nada mas que algún "piquito" llevados por el alcohol y la joda, pero mas allá de ese roce, nada, y además era íntima amiga de mi novia.
Para su cumpleaños n°22 invitó a un montón de amigos a su casa y - tal como me lo había adelantado- iba a elegir algún pibe que le gustara y se lo iba a garchar todo el fin de semana en la quinta de sus padres.
Obviamente esto sucedió así y Cristina se empalmó a un pendejo de físico bien marcado y se lo llevó para cogérselo, contándonos a mi novia y a mí días más tarde todo lo sucedido con lujo de detalle.
Luego de aproximadamente 6 meses, Cristina volvió a nuestra ciudad y fué cuando recibí su llamado telefónico rogándome fuera a su casa que tenía que contarme algo.
Le dije que íbamos a ir con Mari mi novia pero me remarcó que fuese solo.
Cuando la ví noté que estaba rara, realmente la veía mas linda que de costumbre y fue cuando me confesó que estaba embarazada... nos miramos y me abrazó llorando: me dijo que había sido su "error" del día de cumpleaños, que el alcohol, que la fiesta .... y no paraba de llorar. Le dije que fuésemos a dar una vuelta y tomando las llaves de la quinta me pidió que la llevase.
Llegamos a la finca y sus quejidos y llanto no se iban ... la abracé muy fuerte y ella a mí. Estuvimos un largo rato así mientras me contaba que había sido con aquel pendejo que se lo había cogido el día de su cumple, que no se habían cuidado y que pasó lo que yo tenía ahora ante mis ojos.
Fue una sensación extraña: del abrazo pasamos a los besos y a las caricias cada vez más intensas ... fuimos hacia la habitación y sin dejar de besarnos nos sacamos la ropa ... hoy lo veo como un acto de cariño más que un deseo sexual.
Hicimos el amor sin apuro, explorándonos mutuamente ... allí estaba mi amiga de años, con su hermosa pancita y sus pechos duros, entregados ambos a disfrutar en silencio de cada embestida acompasada que nos unía aún más.
Fuimos a ducharnos juntos, reímos y juramos hacer eterno este momento sin que jamás nadie supiese lo sucedido.
Me las arreglé para intercalar tiempo entre mi novia y Cristina sin levantar sospechas: debo decir que fue una de las mujeres que más me ha hecho gozar, aún a pesar de su embarazo cada vez mas prominente.
Tuvimos relaciones hasta unos días antes de ser madre... ella como premio me pidió que fuese el Padrino de Bautismo de su hijo.
Después del nacimiento no volvimos a tener relaciones nunca más, pero en algunas charlas de amigos -sin nombrarme- cuenta que hubo una persona que no se cansó de llenarla de leche y acariciarle la panza.
4 comentarios - La confesión de mi amiga