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Fanfiction de Dragon Ball : La tradición saiyajin

Parte 1 - La primera vez de Bra

Les traigo un nuevo fanfiction, esta vez no del mundo de Harry Potter o Pokémon, sino del anime Dragon Ball. Los sucesos pasan varios años después de lo acontecido en Super y la película de Broly. Todos los personajes son mayores de edad.

Espero que lo disfruten, la 2da parte ya esta terminada y estoy trabajando en otra historia 😉

En este "número" Vegeta, en paz y con la Tierra segura, recuerda viejas tradiciones de su raza guerrera y un impulso prohibido ante su insinuante hija, Bra.

Protagonistas: Bra (onda la de GT) y Bulma


Fanfiction de Dragon Ball : La tradición saiyajin

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Era el cumpleaños de Bra y se festejaba como siempre, en la ostentosa Isla de Capsule Corps, una de las nuevas excentricidades de Bulma. Y aunque Vegeta se mantenía al margen de esas ostentaciones terrícolas, tampoco las reprobaba. Era épocas de paz, y comenzaba a disfrutar de estar con su familia como nunca.

Vegeta, el príncipe de los saiyajin, estaba en una reposera sentado como en un trono. Analizaba el panorama y disfrutaba del sol apartado del resto, mirando con detenimiento el deporte acuático que su hija compartía con Maron, la hija de Krilin y 18, Pan, la nieta de Goku, y otras jovencitas que desconocía.

No podía evitar analizar algo más que sus niveles de poder, como si tuviera un rastreador invisible, media la exuberancia de sus cuerpos. Con las mallas empapadas, saltando y arrojándose al agua para que una pelota no la tocara y pasara una red. Su hija, en particular, había crecido por todos lados, la malla de dos piezas le quedaba increíblemente apretada, remarcando una figura casi idéntica a la que su madre ostentaba en su misma edad. Costaba creer el volumen de pechos y trasero que había adquirido, sin dudas era su orgullo, en su belleza estaban los depurados genes saiyajin. Cada tanto, veía que se acomodaba la pequeña tirita que su trasero ocultaba, sin dudas le resultaba incómoda por lo apretada que era.

El equipo de Bra contaba con Pan, la atrevida jovencita llevaba una remera corta que se trasparentaba y un pequeño short de jean todo apretado, mojado y rotoso. Además el botón de este estaba desabrochado, dando la ilusión de que su cierre se abriría con cada salto. Esta, por su entrenamiento, les hacia ganar todas las pelotas. Maron, en el otro equipo, estaba usando una bikini traslúcida de un color demasiado claro que combinaba con sus cabellos rubios, remarcando sus curvas más obscenas y toda la belleza heredada de su madre. Cansada de perder, inició una pelea de agua en la que todas las jóvenes se sumaron entre chillidos y chapoteos.

Vegeta lo analizó todo, con más detalle que en otras ocasiones, en especial cuanto había crecido el cuerpo de su hija, viéndola caer sobre una montaña de amigas casi tan grande como la montaña de regalos que le habían dejado. Al fin, Bulma intervino temiendo por la salud de las jovencitas (con Pan presente, nunca se sabía) y volvieron a jugar a la pelota.

Al igual que tantas cosas de la Tierra, desconocía las reglas de ese juego y trataba de entenderlas tan solo mirando. Lo que si conocía, eran sus tradiciones Saiyajin, muchas de ellas olvidadas, recordadas tan solo por relatos de su padre, muy distintas a las costumbres terrícolas.

- Pasan los años y siempre estás apartado del resto, como la primera vez que llegaste aquí. ¿Lo recuerdas?

- Sí, en esos tiempos todavía podía darle una paliza a Gohan.- Riendo para sus adentros.

- Pero no a Piccoro.- Le recordó su esposa.- ¿Está interesante el juego?- Preguntó Bulma, sentándose a su lado con un trago colorido, sospechando de su esposo frente a la piscina.

- Desde aquí veo todo. Dile a ese insecto de Yamcha que si vuelve a ponerte una mano encima lo mandaré al planeta de Broly.- Refunfuño como de costumbre.

- Ten se lo va a llevar, otra vez se paso de copas.- Rió Bulma haciendo el clásico gesto de alguien que bebe, sorprendida de que haya notado lo que ocurría en las mesas más allá de la piscina, donde todos bromeaban, hablaban y en el caso de Goku y Majin Bu, comían.

- Cuanto ha crecido nuestra Bra, será un dolor de cabeza cuando los muchachos empiecen a cortejarla. ¿No?- Lo provocó en un susurro.

- Eso no pasara.- Sentenció Vegeta, atemorizado ante la perspectiva de que se le presente un día con un Yamcha cualquiera.- Ella no se andará con insectos.

- ¿Tú crees? Lo dices muy seguro– Pregunto su esposa, suspicaz, acercándose a su oído.- Esta en edad de tener su primera vez…

Vegeta tomó la copa de Bulma y se la bebió toda.

- Tenemos que hablar sobre eso. Ningún insecto le pondrá una mano. Para mi raza la primera vez es muy importante, no debe tomarse a la ligera como sucede en este planeta.

- ¿A qué te refieres? - Se sorprendió por su seriedad.- Entiendo que es importante para algunos pero casi siempre es con cualquiera, amorcito. Será afortunada si no está ebria al hacerlo, si es que me entiendes. – Riendo de su propio comentario por algún recuerdo obsceno.- Creo que hablé demasiado.

Un mozo pasó y le dejó una copa llenándola, dejando otra para Vegeta en su apoyabrazos.

- Tendré una charla con ella mañana. Charla padre e hija como ustedes dicen- Ese comentario por sí solo, casi hizo que Bulma escupiera su trago.

- Es todo un avance. Nunca tuviste esas charlas con Trunks, cabrón, ¿lo que hacen un buen par de tetas he?- Vegeta rió.

Justamente Bra salió de la piscina, empapada, se acercó a ellos y más precisamente a su padre, por el cual tenía devoción. Aún seguía obnubilada con él, admiraba su seriedad, sus pocas pero precisas palabras y por sobre todo, las batallas legendarias que tuvo que le relataba de pequeña.

- Quiero que juegues, Pan convenció a Gohan, te necesitamos.

La jovencita se acerco casi sensual, se inclino con su cuerpo mojado sobre él, goteando sobre su vientre y le robándole la copa, bebiéndose su contenido, los ojos del hombre pasaron de sus ojos suplicantes a sus exuberantes tetas colgando como péndulos.

- No me gusta que bebas, Bra.- La reprimió Bulma, desinteresada, bajándose las gafas al ver la extraña conducta de su esposo.

- No le hará daño, es una saiyajin.- La defendió Vegeta.- Puede beber lo que se le dé la gana.

- Siempre pones esa excusa, aquí está en la Tierra y a su edad no se bebe con tanto descaro.

- ¡Vamos apúrate! ¡Quiero ganar!- Insistió Bra tironeando del brazo hercúleo de su padre.

- No conozco las reglas y puede ser peligroso, soy muy competitivo.

- ¡Por eso mismo! ¡Vamos! Hagamos de cuenta que el destino de la Tierra depende del juego.

- ¡Vamos, señor Vegeta! ¡Es buena idea para controlar nuestro ki!- Intervino desde la piscina Gohan, alentándolo a participar.

- Solo debo impedir que la pelota toque el agua en nuestro lado de la red y pasarla al otro lado ¿Verdad? – Cedió incorporándose. Su hija se abrazó a su brazo, emocionada.

- Y solo podemos dar tres toques de pelota antes de rematar. ¿Entendido? ¡Contigo ganaremos!


Pasadas varias horas de finalizarse el cumpleaños de Bra, ya dentro de la residencia en la Corporación Cápsula en Capital del Oeste, al anochecer, Vegeta se sentaba en el sillón frente a la enorme pantalla plana del televisor y Bra, somnolienta, lo acompañaba viendo el canal destinado a las artes marciales, el deporte más popular del mundo y de las cosas que más disfrutaba de ver. A veces, incluso aprendía cosas de aquellos insectos de ki bajísimo que solo debían valerse de su técnica y experiencia para ganar. Para él era como ver combates de hormigas, pero cada tanto, algunas hormigas hacían cosas interesantes.

-¿Dónde está Trunks? De pequeño no se perdía estos programas.

- Déjalo, papa, es un aburrido, debe estar estudiando o con el baboso de Goten.- Vegeta sonrió ante se último comentario. Era un baboso. Su hija se sentó bien pegada a él, tomándolo del brazo. Había acabado de bañarse y estaba lista para dormir, en sus ropas de cama.

Bulma irrumpió en la sala hecha una furia, teléfono en mano.

- ¡El coste de hacer una nueva piscina será astronómico! Los precios se inflaron estos años. ¿Por qué tuviste que ser tan salvaje? Era solo un juego.

Bra rió desinteresada. No conocía del esfuerzo necesario para ganar dinero.

- Yo no tuve la culpa de que Kakaroto decidiera participar. Nunca perderé contra él y lo sabes.- Riendo ante el descalabro que fue ese juego cuando su compañero de luchas, Goten y Trunks, también se unieron. Los no saiyajins tuvieron que salir de la piscina por el miedo y algunos invitados se marcharon alarmados ante las risas de los Guerreros Z presentes, Krilin, Piccoro, Ten Shin Han, Chaoz y Yamcha.

- Dirás, no volveré a perder.- Lo corrigió su esposa, maliciosa, pegándole donde le dolía.

-La primera pelea no cuenta. Fue injusta, tuvo ayuda de su hijo, Krilin, y ese insecto que me cortó la cola. Esa pelea fue un desastre.

- Si lo que digas, pero huiste del planeta con el rabo entre las piernas.

- Fue lo mejor de mi cumpleaños, me descalabré de risa cuando Mr. Satán aprovechó para aclarar al público que estaban usando técnicas que él les había enseñando. Es un mentiroso descarado. – Recordó lo sucedido a medida que el juego se descontrolaba y el agua se evaporaba con la pelota viajando de un lado a otro a velocidades supersónicas.

- Fue una buena tarde, ese deporte me ha gustado. Deberíamos crear una sala de gravedad con una pileta, sería un entrenamiento increíble.

Bulma bufó de rabia al ser ignorada y se marchó diciendo buenas noches evidentemente cabreada.

Vegeta y Bra se quedaron mirando peleas hasta tarde, como solían hacer. La chica le enumeró los regalos recibidos desde el más lindo al más vulgar. Había heredado el materialismo de su madre.

- Lo que siempre recordaras fue el juego acuático, lo material lo olvidarás, no tiene importancia.- Reflexionó con el rostro iluminado por la pantalla.

- Es muy cierto, papa, aunque hay un regalo que nadie vio…- Dijo misteriosa acercándose.- Me lo obsequió Pan.

- ¿A qué te refieres?- Preguntó algo alarmado sin siquiera estar cerca de lo que se trataba.

- Bueno, no puedo enseñártelo, o mejor dicho no debo.- Admitió dubitativa, incitándola a que se lo pidiera.

- ¿No se trata de uno de esos tontos dibujos que no se quitan, verdad? ¿O sustancias dañinas?- Preguntó tratando de no alzar la voz. No le gustaban esas vulgaridades terrícolas.

- No es un tatuaje, papa, y menos drogas, es distinto. Si me prometes no decirle a nadie, puedo enseñártelo…- Susurró casi queriendo seducirlo, de no ser que se trataba de su hija hubiera pensado que de eso se trataba. Había escuchado el mismo tono en Bulma cuando recién se conocían y tenían intimidad en el receso antes de la llegada de los androides.

- Debe ser una vulgaridad, esas cosas que heredaste de tu madre.- La reprimió tratando de concentrarse en una pelea, evidentemente perturbado por lo que podía ser ese regalo.

Bra, impaciente por recibir una respuesta clara, decidió enseñarle el regalo “secreto” retirándose la remera, quedando con el busto desnudo. ¡Le enseñaba los pechos! ¡A su propio padre!

Vegeta retrocedió más alarmado que la vez que Cell llegó a su perfección y comprendía su error al dejarlo absorber a 18. No podía entender porqué se desnudaba frente a él.

- ¿Lo notas? ¿Qué te parecen?- Preguntaba sin dale importancia a su exhibicionismo, le enseñaba las perforaciones en sus pezones, rosaditos y endureciéndose por estar al aire, agitándolos para que los aretes brillantes se agitaran, tenían forma de herradura con un pequeño adorno al final.

- Bueno… no veo la necesidad de un arete allí, debe ser doloroso.- Dijo desviando la mirada del adorno. – No es propio de una saiyajin, pueden calentarse en una batalla o ser arrancados.

- Se llama piercing, papa. Vamos, que aguafiestas, debes ser más atrevido, además yo no voy de batalla en batalla como tú lo hiciste.- Lo alentó, sin despegarle la mirada.- Quería tu opinión.

- No deberías enseñarme las tetas.- Susurro aparentando calma, aunque estaba perturbado, incómodo por ese buen par de bamboleantes tetas que el mismo engendro.

- Es que quería mostrarle el piercing a alguien y no sabía a quién, quizás debí enseñárselo a otro…- Dijo desilusionada.

- ¿¡Que!? ¿A quién se las hubieras enseñado? – Se espanto imaginándosela pelando los pechos ante un Yamcha cualquiera.- No, no haces bien. – Se corrigió.- Debiste preguntarme a mí antes de ponértelos, pero es algo interesante de ver. Se te ven bien.- Concedió al menos.

Bra se ruborizo, sin siquiera amagar con ocultar sus encantos. Los ojos de Vegeta se desviaban cada vez más a los pechos de Bra, exhibiendo esos adornos obscenos con orgullo, cuanto habían crecido esas tetas, y que apetitosas se veían, comenzaba a preguntarse cómo se sentiría en la boca un pezón con esos adornos…

Casi se golpea a sí mismo por pensar tales cosas, era su hija, y por lo poco que veía en ese planeta esas acciones estaban prohibidas. No obstante, Bra empeoró las cosas al despedirse.

- Me voy a la cama, jugar en la pileta me dejó destrozada. Que duermas bien.

Bra se inclinó sobre él, apoyó una mano en la entrepierna del príncipe y le besó los labios con dulzura.

- Hasta mañana.- Dijo, tratando de desentenderse del aparente inocente beso, cualquiera diría que fue un accidente que le besara los labios, o que su mano justo se apoyará allí, sin embargo, esos accidentes se repetían cada noche, y era incapaz de reprimirla, al contrario, la alentaba.

Primero había pedido perdón cuando se despidió besándolo sin querer, luego lo hizo adrede, así como su mano, que antes se apoyaba en su musculoso torso, y cada día bajó más sin que le dijera ni mu.

- Bra.- Le llamó la atención antes de que se perdiera en el pasillo. Ella se detuvo y posó contra la pared, con los pechos al descubierto como una modelo de las revista de Roshi.- Mañana ven a la sala de gravedad, tras el entrenamiento tengo un obsequio que darte.

- ¿Un regalo? – Se sobresalto incrédula- Tu no trabajas, nunca me compras nada, es decir, no te pagan por defender la Tierra- le reconoció, por si acaso, de lo más resuelta, como si estar así frente a su padre fuera lo más normal.- ¿De qué se trata?

- Mañana ven a la sala de gravedad y lo descubrirás, te daré un regalo que yo miso prepare.

- No puedo esperar…- Susurró, mordiéndose el labio

¿Mordiéndose el labio?

Vegeta casi no pudo dormir, con la continua lucha de su moral contra sus impulsos. Precisamente él, que había masacrado aldeas de namekianos en sus días más oscuros y se había sacrificado para matar a Majin Bu en un arrebato de bondad. Ahora no sabía con exactitud en qué lado de la vara se ubicaba lo que sus impulsos deseaban. Eran actos impropios de terrícolas, más no de saiyajins. La conducta de Bra, había traído recuerdos de su infancia…

Aunque los recuerdos de esa época eran difusos debido a que inicio la conquista de planetas a temprana edad, había escuchado que responsabilizarse de la primera vez de sus hijos era una tradición de la realeza saiyajin. Las madres con los hijos varones, y los padres con sus hijas. Parecía que esa alocada costumbre casi primitiva, asquerosa para los terrícolas, y también peligrosa, había renacido en él y quizás hasta en Bra, que dándose cuenta o no, lo estaba llevando a un sitio impensado.

Mañana se sacaría las dudas, pensó, antes de abrazarse a Bulma y dormirse en su cama matrimonial. La conducta de su hija parecía ir encaminada a algo prohibido y él no se quedaría con las dudas. No le gustaban los misterios ni las vueltas, si ella quería algo prohibido lo tendría.

Por la mañana, Vegeta permaneció en la cama más de la cuenta con un motivo claro. Quizás pensaban que dormía, o descansaba, mientras su familia desayunaba acaloradamente, no obstante, estaba agazapado esperando una presa mientras abajo todo transcurría con normalidad…

- Parece que el cumpleaños te dejó exhausta, hermanita.- Escuchó decirle a Trunks que desayunaba desde mucho antes té caliente, sin poder evitar que se encontraba en ropa interior de la cintura para abajo y una remera de Capsule Corp vieja y agujereada arriba.

- No me digas hermanita, tonto.- Refunfuñó.- Y deja de mirarme las tetas- Le susurró provocando que Trunks escupiera el té. Vegeta escuchó la risa de su hija. - ¡Siempre te incomodas con facilidad! Eres un tonto, y eso que eres mayor.

- ¡Bra! ¿Esas son maneras de vestirse para desayunar? Yo usaba esa remera cuando tenía cinco años menos que tú, tírala de una vez. - La reprimió su madre mientras le ponía tostadas en un plato y una charola con mermeladas al lado.

- ¡Así me fui a dormir y así me levantaré! Además no soy la única despechugada, mírate tú.

Bulma no pudo replicar mucho dado que estaba en bata, sin miramientos, olvidó la contienda y rodeo a su hija, atosigándola a mimos, olvidando la contienda, felicitándola por tener un año más y haber crecido tanto.

Sus oídos de saiyajin escucharon a Bra replicando por enésima vez que no la tratase como una niña. Luego de desayunar copiosamente, informo que su padre le había prometido entrenar en la sala de gravead. Vegeta la escuchó usar el ascensor hacia la nueva sala, seguro pensando que ya estaba allí entrenando. Bulma le dijo que seguramente seguía durmiendo cuando no lo encontró.

Trunks se despidió al irse a quien sabe dónde, mientras Bra y Bulma hablaban de los obsequios, como la ropa y la tecnología hasta que retomó la promesa del entrenamiento. Vegeta se impacientaba pero sabía que tarde o temprano su hija subiría a buscarlo.

- ¿No puedes sentir su ki? Llevas años con él, debió enseñarte a detectar ki. Quizás se fue con Kakaroto o Wiss y no te diste cuenta.

- Tu padre es así, come de súbito toneladas de comida y también puede dormir como si no hubiera mañana. Cada tanto hace eso.- Trató de calmarla.

- ¿Justo hoy se le ocurre dormirse como Majin Bu?- Refunfuño. – Podría haber dormido hasta tarde o empezar una videollamada con Maron.- Bulma se mostró harta de sus quejas. – Me canse de esperarlo, voy a despertarlo de una vez.

Bulma no dijo nada, Vegeta imagino algún gesto sospechoso en su inteligente esposa, la conocía tanto que casi le parecía verla.

Se quejó, subiendo las escaleras, presurosa, casi a la carrera hacia la habitación matrimonial, decidida a voltearle la cama con tal de que se levantara, sin embargo, a pesar de la relación de parentesco, la que quedó volteada fue ella…

Vegeta la esperaba con la habitación en penumbras, rayos de sol se colaban dibujando los contornos de su musculoso cuerpo, que se hacía el dormido desnudo, con la sábana blanca apenas cubriendo su entrepierna. Bra no supo cómo, pero apareció a su lado, admirando su físico varonil sorprendida de sí misma. Vegeta contuvo una risa. No había tardado nada en acercarse.

Estaba parada frente a su padre durmiente sin el control de su cuerpo, luchando contra sus demonios, sin dudas, su mano temblaba por dirigirse a la sabana y cuidadosamente, retirarla para tener un vistazo de su masculinidad. Tan solo observar la herramienta prohibida que la trajo al mundo.

Los pensamientos de su hija casi podían oírse: “¿Qué diablos estoy pensando? Es mi padre, me matará por solo estar aquí parada…” no obstante, no se movía. Sus ojos viajaban desde su rostro dormido (aún serio) a sus enormes pectorales que se inflaban con cada inhalación, a sus abdominales marcados y lo que la sábana ocultaba perezosa más abajo. “Llegue hasta aquí, miro al motivo de porqué mamá está loca por él, luego voy a la puerta fingiendo que nunca me pare aquí” Planeó sorprendida de sus intenciones.
Cuando estaba inclinada sobre su padre y casi tocaba la sábana, Vegeta abrió los ojos y la miro con curiosidad.

- ¡Papá! Yo… solo quería… despertarte.- Susurró colorada como un tomate, sin retroceder. Vegeta se incorporó restándole importancia, apoyando su espalda en el respaldo de la cama. Ahora la sábana lo cubría aún menos.- Mamá me dijo que a veces dormías mucho y…pensé en despertarte.

- No veo que me hayas querido despertar. – Expresó serio y calmado, aunque sin parecer enojado. Bra quedó paralizada.- ¿Y bien? ¿Qué esperas?

- ¿Qué espero para qué? – Pregunto sin comprender del todo, o sin creer que lo que entendía era lo correcto.

- Tienes curiosidad, deseos, impulsos, ponle el nombre que quieras ¿Te irás sin deshacerte de ellos? Esa no es una actitud saiyajin.- Dijo sin titubeos ni repiquetear.

- ¿Se lo dirás a mamá? – Se le escapó- ¡No! ¡¿Qué estoy diciendo?! – Se sorprendió de sus palabras muy nerviosa, retrocediendo.- Es que está mal, no debería querer verte… eso. - Jadeo sin comprender que su padre sea cómplice de sus ideas malsanas.

- No seas histeriquita, Bra. Cada noche tu mano se posa donde no debe y tus labios encuentran los míos, te estoy dando la oportunidad de que hagas lo que quieras, de que aprendas.

Bra quedó paralizada, quizás Vegeta se estaba excediendo, aunque la idea de que sus besos y manoteos de buenas noches sean accidentados le parecía imposible. Ni hablar con el exhibicionismo de la noche anterior.

- No tiene nada de malo tener curiosidad, los saiyajin nos manejamos de otra manera.- La tentó corriendo un poco la sábana. Ahora tenía una pierna desnuda y musculosa descubierta. -Si vas hacer algo hazlo a fondo, nunca te quedes con las ganas de nada. Eres una saiyajin como tu padre y no somos como los demás.

- Entonces… si yo estuviera desnuda, y tu tuvieras ganas de verme ¿Lo harías? ¿Correrías la sábana?- Trató de encontrarle lógica al enredo, sin dudas interesada, aunque con claras barreras que le impedían avanzar.

- Al fin estás entendiendo…- Dijo sugestivo.- Bien, ¿Has visto un pene antes?

- Bueno, Maron tiene unas revistas muy…

- ¿Revistas?- Bufó con fastidio.- Hablo de una experiencia real. Es un tipo de batalla distinta, no puedes aprender de peleas por revistas ni de sexo. Lo bueno es que puedes aprender conmigo ambas cosas, si tú quieres.

- Bueno, no.- Admitió perdiendo los nervios.- Admito que deseaba esto desde hace tiempo, y ahora que lo tengo enfrente, siento que está mal, muy mal. ¿Qué es lo que tú quiere, padre?

- Me preocupa que tengas tu primera experiencia con un insecto o un cualquiera como tu madre, eres mi hija, y en nuestros tiempos, los padres eran los encargados de aleccionar en estas cosas porque nos preocupaba, aunque no sea una costumbre muy terrícola debo ser yo quien te ayude a dar los primeros pasos y luego al encontrar una pareja nada será un misterio y sabrás como actuar.

- ¿Entonces esto es una clase de tradición?- Estaba conociendo una faceta de su padre desconocida, ella no sabía que se podían hablar esos temas con él de manera tan resuelta, como si fueran amantes de toda la vida, sin dudas los saiyajin se manejaban de otra manera y no creía que hablaría tales cosas con él.

- Exacto. Y es tu decisión si la mantienes viva, o no. Yo solo te doy a escoger…

Sin decir más nada, la mano se colocó en el pecho curvilíneo de su padre, la yema de sus dedos se hundían en sus músculos hasta apoyar la palma transpirada de nerviosa, y de allí fue bajando con suspenso, hasta llegar a la sábana. Su mano estaba sobre el miembro y lo palpó obnubilada, con la vista fija en la entrepierna del hombre.

Vegeta casi podía sentir los nervios en ella, teniéndola tan cerca, sentía la fragancia de sus cabellos y esa proximidad, lo estaba excitando. Bra lo notó, rozaba el tronco que se endurecía y estaba por emerger de la sábana por sí solo, como ansiando verle la cara a su hija con propia voluntad...

Sin embargo, se escucharon pasos acelerados en la escalera, el pasillo…

- Vegeta, despiértate.- Entró en la habitación Bulma, encendiendo la luz.- Esa Bra, le dije que te despertara, pequeña insolente… ¿Qué haces desnudo?

Su esposa arruino el momento, o mejor dicho, evito el desastre. Vegeta se excusó por el calor sabiendo que su hija estaba oculta pobremente bajo la cama, ansiosa por escapar de la incómoda interrupción. Las luces estaban encendidas, en cualquier momento, Bulma cruzaría la habitación a abrir las persianas y vería a su hija…

Sin mediar palabra, se levanto, tomó el brazo de su esposa y la besó con ahínco arrinconándola contra la pared.

- Vegeta… mmngh, mmm… ¿Qué haces? Bra te espera mmgh en…- Trato de explicar con la lengua de su esposo dentro de su boca.- ¿Estás cariñoso?- Preguntó dejándose llevar por el beso, sintiendo la excitación del hombre contra su vientre.

- ¿Erección mañanera? – Dijo sonriente, tomándole la palanca de carne, sorprendida pero satisfecha con el giro de acontecimientos.

El saiyajin le sacó la bata, dejándola desnuda con sus exuberantes tetas cada vez más portentosas, levanto una pierna de ella, la coloco en su hombro, y sin darle tiempo a un respiro, la penetro hasta el fondo, en un único y preciso movimiento.

- Ahhh… ¡Vegeta!- Jadeó abrazada a él.- Nos van a oír, Bra anda por ahí…- pero solo recibió empellones ruidosos de respuesta.- Ahhh, ahhh, ahh... mmmhh… Vegeta, tenías ganitas…

- Si no quieres ser oída no gimas tanto.

- ¿Crees que puedo evitarlo? Me ensartas semejante tronco y esperas que lo aguante… aaah, recuerda que soy terrícola, ahhh…

Las uñas de su esposa se clavaron en la espalda musculosa a medida que la velocidad aumentaba como una locomotora saliendo de la estación, bombeándola a una velocidad que solo él podía alcanzar. Acto seguido la tiro a la cama, con él sobre ella, con la espectacular visión de su rostro extasiado y sus tetas portentosas bamboleándose con cada empellón. Vegeta se inclinó para besarla mientras la penetraba con sumo vigor.

Tras despegar sus labios, vio de reojo que Bra ya no estaba a un lado de la cama. Desde esa posición Bulma no podía verla escapar, de seguro, si era lista, se había escabullido por debajo de la cama hacia la puerta.

Aunque su objetivo estaba cumplido, de todas formas una ronda de sexo mañanero con su esposa le venía bien para aliviar tensiones sexuales, y sin pausa, rítmicamente, eyaculo copiosamente en su vagina, hastiándola de semiente saiyajin que se chorreó por la vagina depilada.

- Hacia tiempo que no teníamos un mañanero…- Reconoció Bulma, aún abierta, transpirada, totalmente agotada.- ¿Tenías que acabarme adentro, cabrón? - Dijo mostrándole un dedo lleno de semen como quien toca un pastel con crema.

- Es importante mantener las buenas costumbres.- Dijo, con la cabeza puesta en otra costumbre, mientras se vestía con el clásico uniforme azul. No quería hacer esperar a su hija.



dragonball


Gracias por leer! Pronto subo la 2da parte con la resolución de esta historia en la que se descubre si Vegeta lleva a cabo sus intenciones sin que su esposa lo descubra (:o)

Si les gusto no se olviden de comentar y puntuar, así se si les copa esta clase de historias!

3 comentarios - Fanfiction de Dragon Ball : La tradición saiyajin

Rafaqm02 +1
Me encanto
El_Cochinoco
Gracias man! en unos día subo la secuela
Rafaqm02 +1
@El_Cochinoco me he vuelto fiel lector de tus post...
supervegeta555 +1
bra y vegeta son la mejor pareja
El_Cochinoco
Siempre me gusto Bra en su look de GT jaja fue la inspiracion para este relato