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Mi vida en Europa 3: Liberen a Willi 1

Atención: esta historia no tiene que ver con animales, y no es un relato gay, lo siento 😉



Hoy les traigo una historia con una compañera de trabajo, de peso pesado… espero que les guste.


Su nombre es Angelika, una chica de más o menos 34 años, casada, sin hijos, con un trabajo y una vida estable.
Físicamente ella es grande, muy grande… nunca le he preguntado por su altura, pero calculo que mínimo 1.87 m, caderona, con tetas de buen tamaño, blanca, cabello castaño y ojos claros; culo grande, pero plano y flojo… y es bien piernona. Realmente no es obesa, pero es que tiene mucho tamaño, y un par de Kg más la hacen ver gigante

Una pequeña foto de nuestra enorme amiga:

Mi vida en Europa 3: Liberen a Willi 1


Cuando llegué a la empresa, a ella la nombraron mi “madrina”; ella me enseñó todo lo relacionado a la parte organizacional y me estuvo ayudando con esa basura, además de que me ayudaba con el idioma. De ahí que hicimos buena amistad. De vez en cuando iba a su casa y jugaba a la Xbox con el marido… no muy seguido, pero sí al menos cada 2 meses… algo así… además ella también estudió con mi mujer en el bachillerato, así que siempre teníamos algo de qué hablar.

Un año después me cambiaron de oficina, y ya no nos vimos tan seguido. Estoy hablando por allá del 2015.

Durante todo este tiempo, me di cuenta de que ella es un poco complicada, depresiva, a veces está alegre… a veces está obstinada… amargada… es muy difícil predecirla. Ella se enferma por todo, es alérgica a todo… no sé, es como hipocondríaca… todo la enferma, no podía hacer ejercicios, todo le hacía daño. A veces acordábamos que para dar un paseo con los colegas y ella decía que no podía porque tenía algo, que nunca decía qué, en las piernas y por eso no podía caminar. Si íbamos al cine, entonces no comía chips ni nada porque tenía una enfermedad, que no decía cuál, y por eso no comía… muy rara. Todos dicen que son sólo excusas para no hacer ejercicios, para no compartir con los demás…

Un día estábamos viendo fotos viejas de la empresa, y vi unas fotos de ella cuando recién empezó a trabajar, y estaba muy flaca, se veía como una modelo, era realmente hermosa… y al ver como ahora está de gorda, me imaginé que eso es lo que a veces la deprime. Esas fueron mis conclusiones.

Más o menos en septiembre del 2017, de un momento a otro la vi un poco más delgada, no mucho pero sí un par de kilos menos, y se lo dije. Ella se emocionó tanto, como si hubiese recibido un regalo; me contó que tenía un par de meses entrenando en un gimnasio, pero hasta ahora nadie le había dicho nada, y mi halago la motivaba a seguir entrenando. La verdad es que me pareció muy bueno de su parte que empezara a dar un cambio, y me llevó a pensar que sus “enfermedades” de verdad eran sólo excusas, porque ahora no le estaban causando problemas.
Las semanas pasaban y se le notaba el ejercicio, poco a poco iba perdiendo peso y ganando firmeza, y en cuanto yo lo notaba, se lo hacía saber, y ella respondía con una sonrisa enorme, y los ojos le brillaban.

Sinceramente nunca la había visto con ojos más allá de lo laboral, ella es casada, yo también, conoce a mi mujer, además es testigo de jehová (son una secta muy estricta), y bueno, simplemente no me atraía, yo sólo le decía que se veía bien porque se le veía el cambio y la quería motivar, dado que estaba muy sedentaria.

Misteriosamente nos empezamos a encontrar más seguido en la cocina de la empresa, como que cada vez que me escuchaba, de una vez llegaba a saludar. Un día ella salió a correr en la pausa de medio día, y llegó toda sudada, yo estaba en la cocina. Verla así con los cachetes rojos, sudada, con la licra pegada e imaginarme las tetas brincando, me despertó de inmediato un morbo por Angelika que antes no había sentido. De ahí en adelante, ya no le decía que se veía más flaca, sino bonita, hermosa y ella empezó a estar más pendiente de su aspecto físico.

Las cosas siguieron igual sin nada especial hasta mayo de 2018. Tuvimos un viaje de trabajo con la empresa entera en Hamburgo, más o menos 60 personas, con Angelika incluida, claro está. La idea era pasar el viernes todos juntos, haciendo trabajos en equipo blablablá, y nos regresaríamos el sábado a medio día. Misteriosamente ella y yo quedamos en el mismo grupo con 3 colegas más… hicimos lo que había que hacer, reímos, la pasamos bien…

A eso de las 5pm fuimos de regreso al hotel, yo me bañé y a las 6 nos encontramos de nuevo en el restaurant.

Más o menos a las 7:30 ya había muchos colegas borrachos… aquí las cervezas son de medio litro, y lo que estaban tomando estaba medio fuerte. Yo por mi parte estaba controlado tomando solo agua y de vez en cuando un jugo, no sé, no tenía ganar de beber licor.
Como a las 8pm, Angelika se me acercó al bar y comenzamos a hablar, nos burlábamos de los colegas y reíamos mucho. Ella insistía en que la acompañara a tomar, que no quería estar sola y con el único que quería estar era conmigo, porque los otros estaban muy borrachos, y los demás eran aburridos. Así que bueno, tuve que aceptar y pedimos un par de tragos.

Después de 1 hora y 3 copas Angelika ya estaba en esa fase de la alcoholización donde la gente se vuelve sincera y abre sus sentimientos, pero no se confundan, no tenía nada que ver conmigo sino con su vida. Se empezó a quejar de sus padres, de cuando era joven, que la obligaron a ser testigo de jehová, ella no quería, pero tenía que hacerlo, luego ahí conoció a su marido, que era un buen hombre, pero se casaron cuando ella tenía 19 años y ella no quería, pero en la iglesia los estaban presionando; ella ama a su marido, pero piensa que podría haber aprovechado mejor su juventud, no necesariamente con más hombres, pero empezó una vida de casada muy joven, y eso la alejó de sus amigos, obviamente.

Me contó que sí fue modelo desde los 15 años hasta que se casó. Dijo que durante esa época fue muy difícil porque sus padres no querían ese estilo de vida para ella, sin embargo, ella lo hizo. No era modelaje sexy, pero los fotógrafos de la zona la buscaban mucho.
Después de que se casó, dejó el modelaje y a la vez comenzó a trabajar. El sedentarismo, el estrés, y la vida de casada la llevaron a ganar peso y eso la deprimía.
Angelika abrió sus sentimientos y yo estaba ahí para escucharla, la entendí muy bien y me daba rabia cómo llegó a esa situación, no la culpaba a ella, culpaba a sus padres, y a esa secta. Pero bueno… ya no podía hacer nada para rescatarla.

Como a las 10 pm nos dimos cuenta de que sólo quedaban como 8 colegas y nosotros 2; y ellos ya estaban literalmente vueltos mierda, les habrías podido partir una botella en la cara y no se daban cuenta. En ese momento Angelika dijo que ya era hora de ir a dormir... no le llevé la contraria y nos fuimos.

Cuando íbamos por las escaleras ella me dice:
-    Mmmm arriba hay una botella de vino blanco en la nevera… te la quieres tomar conmigo?
-    (se me subió toda la sangre a la cabeza de un momento a otro) eehh, sí, sí claro!!!

Cuando llegamos a la puerta de su habitación, como por instinto, ambos miramos alrededor para ver si estábamos solos, y entramos. Ella se fue directamente a la ventana y aseguró las cortinas. Yo tenía un morbo infernal. ¡¡¡Jamás había estado con una mujer tan grande, yo mido 1,7 y con zapatos!!! Mi primer snu-snu!!!


Mi vida en Europa 3: Liberen a Willi 1


Pero claro, lo que más morbo me daba era que no estaba seguro de lo que ella quería. Podía ser que ella sólo quería compartir y yo sólo tenía la mente cochina. Pero imaginar que podría llegar a excitar a semejante animalón me provocaba una lujuria descontrolada.

Después de la segunda copa, retomé el tema de su vida como modelo, cómo se inició, exactamente qué hacía... y cómo era "esa vida". Todo normal, no era modelaje fuera de lo común, fotos para pancartas en la ciudad, o simplemente para que los fotógrafos mostraran su talento... cosas así.

Así que tuve una idea genial y le pedí que si podía hacer un par de ejemplos, como si estuviera en una pasarela. Ella se empezó a reír, y sin más, se puso de pie, tomó un trago, se puso seria, manos en la cintura y se fue hasta la puerta y comenzó a caminar hacia mí, toda muy metida en el papel.  



Mi vida en Europa 3: Liberen a Willi 1


 
Ese cuerpo era enorme, las caderas iban de un lado a otro, las tetas le brincaban y en cuestión de segundos yo estaba al palo.
-    Qué te pareció?
-    Perfecto!! Ahora prueba otra prenda (y para no ser tan indiscreto y abusivo), no sé, prueba con tu sweater
-    Ok…

Ella desfilaba con su abrigo de un lado a otro, sonriente… llegaba hasta la puerta, miraba hacia atrás, y regresaba.
-    Qué te parece si ahora pruebas con música?
-    Mmmm ok

Encendió la tv y buscó un canal de música. La cosa ya estaba mejor, Angelika se veía muy suelta y tranquila. Yo sólo rogaba no estar equivocándome.
-    Ok, ok, muy bien. Qué tanta ropa trajiste? Te puedes probar otra cosa?
-    Mmmm sí, tengo ropa como para 5 días jajajaja me pruebo este pantalón, o este vestido, o la licra?
-    Ponte primero el pantalón con esta blusa, y con esa chaqueta, se ve elegante


Para que tengan más o menos una idea de la habitación. Perdonen mis dotes en paint y de arquitecto... las proporciones seguro están mal, pero para que tengan una idea:

Mi vida en Europa 3: Liberen a Willi 1


Se fue al baño, la puerta estaba justo frente a mí y era de vidrio satinado, sólo veía su silueta y veía cómo se quitaba la ropa, y quedó en ropa interior negra… yo estaba que explotaba. Al fin salió y modeló muy elegante, sofisticada, como toda una ejecutiva. El movimiento de su cuerpo era de verdad hipnotizante a pesar de no tener un cuerpo de modelo, se notaba que lo había hecho durante mucho tiempo y que tenía experiencia.
-    Bien, ahora qué me pongo? (sonriente y receptiva)
-    Ponte el vestido.
-    Ok, ya vengo
-    Espera, espera!, por qué no te cambias aquí? Así te veo mejor
-    Mmm bueeeeno, está bien 😉

Me sorprendió que no tuve que rogar ni poner cara de mascota triste.

Comenzó a desnudarse, pero no como cuando lo hizo en el baño, esta vez lo estaba haciendo muy despacio, se quitó la chaqueta poco a poco, la colocó a mi lado en el sofá y prosiguió a sacarse la blusa del pantalón, la desabotonó lentamente sin quitarme la mirada, ya no sonreía, se veía muy sexy y provocativa. Con la blusa desabrochada, pero sin quitarla, comenzó a desabrochar el pantalón. Esperé a que me mirara y me acomodé el mástil, para que viera que me tenía excitado. Se humedeció los labios y empezó a menear las caderas y piernas para bajar el pantalón, le quedaba apretado.

Me dio la espalda mientras acomodaba el vestido para ponérselo. Tenía ese culo enorme casi en mi cara, tenía unas ganas de terminar de desnudarla, pero había que esperar un poco más.
-    Hermosa, te ves muy hermosa
-    (soltó la risa, pero no dijo nada)
-    Mira cómo me tienes
-    (se volteó y miró mi paquete, mientras yo lo apretaba con una mano… respiró profundo y se notó su nerviosismo en la cara, o tal vez excitación)

Modeló una vez más, manoteaba su vestido lado a lado con ímpetu, era la dueña de la pasarela.
-    Ahora probamos con la licra?
-    Sí, pero te puedo ayudar?
-    Bueno (con una sonrisa algo pícara y nerviosa)

Se acercó lentamente hacia mí, desde esa posición se veía obviamente mucho más grande. Metí mis manos debajo del vestido, acaricié sus muslos, estaban muy suaves, tenía una piel muy hidratada. Ella no me quitaba la mirada de encima. Cuando llegué a sus nalgas, me levanté y quedé a una enorme distancia de sus labios, ella miraba hacia abajo, y yo hacia arriba. Me sentí como Jondri ENP y Phoenix Marie.

Me puse detrás de ella bajé el cierre del vestido, ella estaba entregada al 100%. Bajé el vestido por sus hombros, brazos y lo dejamos caer. Desde la espalda, le acaricié las caderas y luego el vientre. Nunca había acariciado a una mujer con esas proporciones. Era blandita, pero no me quejaba.
Se colocó la licra, una franelilla y regresó a su pasarela, no sin antes recibir una palmada en las nalgas, Me senté de nuevo en el sofá a deleitarme con su desfile. Ella se metió en su papel de nuevo y comenzó a modelar. Se movía rápido, enérgica, estaba completamente decidida. Era una profesional, y en ese momento estaba desatada.

Esta vez caminó más que las veces anteriores. Le hice señas para que se tocara las tetas, y lo hizo sin pensarlo dos veces. Eso la llevó a soltarse el pelo y despeinarse ella misma mientras pasaba sus manos de forma sensual por su cabeza.

Se detuvo frente al sofá y comenzó a bailar muy sensualmente, se agachaba con el ritmo de la música y yo no podía creer que mi compañera la testigo de jehová me estaba haciendo un striptease!

2 comentarios - Mi vida en Europa 3: Liberen a Willi 1

vaan28
Excelente!!? Quiero maaaassss
luismiguelito78
Que buen relato Amigo!!! es como si la estuviera viendo en vivo y directoMi vida en Europa 3: Liberen a Willi 1