Un día llegamos a casa de mi cuña y sin siquiera terminar de cerrar la puerta, ya tenía mi mano dentro de su conchita, sintiendo lo mojado de su caliente vagina, me encanta sentir su sexo húmedo, me hace sentir que es toda mía. Comencé a besarle los labios, el cuello, los hombros, todo mientras le quitaba la ropa y la lanzaba lejos, quería tenerla completamente desnuda para disfrutar su caliente cuerpo, de repente su teléfono comenzó a sonar, pero no le dimos importancia.
– Deja que se vaya a buzón, es Raúl – dijo mientras dejaba el teléfono en la mesa ignorando la llamada de su marido.
Seguí besándola, en especial mamando sus tetotas gordas y deliciosas, pero su teléfono volvió a sonar.
– ¿Qué quieres?- Le respondió a su marido.
– Nada más quería saber qué harás de cenar, se me antoja algo rico – se oyó por el altavoz.
– Hago lo que quieras, tú dime.
– Al rato que llegue te digo, espérame con ropa bonita a ver si mejor te como a ti – dijo Raúl tratando de ser seductor.
– Está bien, te espero vestidita y mojadita, mi amor – dijo ella , mientras me guiñaba un ojo y mi mano estaba en su vagina
– Perfecto, te veo al rato – dijo Raúl y colgó.
– Ahora vas a tener que dejarme bien mojada, para cumplirle a mi marido – dijo ella mientras me quitaba la blusa y me mamaba las tetas.
Sentía su lengua recorriendo mis tetas, sus dientes apretando mis pezones, quería comerle la cochita, sentir su húmedad en mis labios, la lancé a la cama y comencé a lamer sus tetas mientras acariciaba su clitoris, la quería bien mojada cuando mi lengua llegara a su vagina, la sentía temblar y gemir mientras la tocaba, llegué a su conchita y pasé mi lengua por su duro clitoris, ella se retorció en mi lengua…
– También te quiero comer, quiero probarte, que nos vengamos juntas – me pidió , así que me subí a la cama y puse mi conchita en su boca mientras seguía comiendo la suya, un exquisito 69 era lo que necesitábamos.
Estaba sintiéndome en el cielo, con la lengua de mi cuñada recorriendome y la mía sintiendo sus jugos, pero en un momento ella se detuvo, no le di mucha importancia, supuse que estaba a punto de venirse y por eso se había detenido, seguí comiendo su deliciosa vagina cuando de repente sentí unas manos en mi cadera, quise moverme, pero no pude.
yo sin poder moverme por la mano de Raúl, él es un tipo muy alto, más de 1.90, y de complexión robusta,, volteé mi cabeza y lo único que veía era su rostro molesto y que estaba desabrochando su cinturón, no quería ver eso, me imaginaba lo que se avecinaba, me sentía excitada por la idea de un trío
Raúl dejó caer su pantalón y con su mano derecha comenzó a meterme dos dedos en la conchita, sus dedos eran gruesos y ásperos, pero yo estaba tan mojada que entraron sin ningún problema, llegó sin problemas a mi punto G, que estando a gasta quedaba completamente a su disposición.
– Estás bien mojada, perra, y tienes la conchita bien apretadita, , se nota que no te han entrado muchas vergas. – Me estaba ofendiendo, pero yo me sentía extremadamente caliente, casi le grito que me metiera la verga de una buena vez.
su enorme verga ya estaba enterrada en mi conchita; a pesar de tener un hijo y haber tenido bastantes parejas sexuales, la verga de Raúl era la más grande que me hubiera penetrado, al principio sentí mucho dolor, la lubricación previa no fue suficiente para aminorar el impacto de semejante verga. Comenzó un mete saca maravilloso, no podía creer lo mucho que estaba disfrutando sentir a ese cerdo cogiéndome en contra mi voluntad., digo contra mi voluntad porque no estaba programado este trio , pero me encantaba
en un momento comencé a sentir sus dedos en mi clitoris, me sentía en las nubes, con una verga enorme penetrándome y unos deditos suaves masajeando mi botoncito, me vine como una loca, sentí que solté un chorro que le mojó hasta los huevos a Raúl.
Una vez que Raúl me soltó, me recosté en la cama y mi cuña pudo moverse, Raúl la tomó del brazo, la bajó de la cama y la puso de rodillas en el suelo, sin mayor contemplación, le metió toda su enorme verga en la boca, fue sorprendente que le entrara toda, le salían lágrimas de los ojos, mientras él le metía y le sacaba sus 20 centímetros de carne.mi cuñada se sacó la verga de la boca
– Ya metemela, quiero acabar como ella, te quiero adentro,
– Quiero ver cómo le comes las tetas a sami – le dijo a mi cuñada, por lo que ella, muy obediente, se acercó a mí y comenzó a chuparme.
Sentía su lengua tibia recorrerme y no podía evitar mojarme, me fascina su lengua, mientras ella chupaba mis tetas, Raúl me levantaba las piernas hasta sus hombros y me penetraba de nuevo, me sentía completamente llena, era una sensación indescriptible, deliciosa. Raúl entraba y salía de mí con una facilidad increíble, y yo no dejaba de mojarme por las chupadas de tetas que me daba.mi cuñada
– ¡Sí, dámela toda! ¡Cógeme bien duro! – le rogaba a Raúl, totalmente entregada a su dura verga.
Sintiendo a mi cuñada acariciar y chupar mis tetas, y a su marido como me estaba cogiendo me sentia tan puta
Raúl me cogía sin contemplaciones y yo tenía un orgasmo tras otro, sentía que me escurría por todas partes, mi espalda estaba empapada de mis venidas, ya no aguantaba más, hasta que Raúl anunció que se venía.
sentí los chorros de leche caliente llenándome, tuve otro orgasmo delicioso tan sólo de sentir su espeso semen entrando en mi cuerpo.
– Ahora si tanto te gusta comerte a esta perra, cómete la leche de su conchita – le dijo Raúl a su esposa
No me imaginé que fuera a hacerlo, pero comencé a sentir su lengua en mi clitoris, sentí cómo metía toda su lengua en mi vagina, succionando la leche que Raúl me había lanzado, me sentía volar, tuve al menos otros dos orgasmos gracias a la lengua de mi hermosa y caliente amante.
Los tres nos quedamos recostados en la cama hasta que fue hora de recoger a los hijos de la colonia… los tres llegamos y al salir los niños nos despedimos como si nada hubiera pasado. Yo me fui a mi casa y cuando mi marido quiso coger le di algún pretexto idiota, no tenía energía después de las metidas que me dio Raúl. A pesar de haber sido prácticamente violada, moría de ganas por repetirlo, su enorme verga mezclada con la boca de mi hermosa cuñada
, fue algo fuera de serie.
– Deja que se vaya a buzón, es Raúl – dijo mientras dejaba el teléfono en la mesa ignorando la llamada de su marido.
Seguí besándola, en especial mamando sus tetotas gordas y deliciosas, pero su teléfono volvió a sonar.
– ¿Qué quieres?- Le respondió a su marido.
– Nada más quería saber qué harás de cenar, se me antoja algo rico – se oyó por el altavoz.
– Hago lo que quieras, tú dime.
– Al rato que llegue te digo, espérame con ropa bonita a ver si mejor te como a ti – dijo Raúl tratando de ser seductor.
– Está bien, te espero vestidita y mojadita, mi amor – dijo ella , mientras me guiñaba un ojo y mi mano estaba en su vagina
– Perfecto, te veo al rato – dijo Raúl y colgó.
– Ahora vas a tener que dejarme bien mojada, para cumplirle a mi marido – dijo ella mientras me quitaba la blusa y me mamaba las tetas.
Sentía su lengua recorriendo mis tetas, sus dientes apretando mis pezones, quería comerle la cochita, sentir su húmedad en mis labios, la lancé a la cama y comencé a lamer sus tetas mientras acariciaba su clitoris, la quería bien mojada cuando mi lengua llegara a su vagina, la sentía temblar y gemir mientras la tocaba, llegué a su conchita y pasé mi lengua por su duro clitoris, ella se retorció en mi lengua…
– También te quiero comer, quiero probarte, que nos vengamos juntas – me pidió , así que me subí a la cama y puse mi conchita en su boca mientras seguía comiendo la suya, un exquisito 69 era lo que necesitábamos.
Estaba sintiéndome en el cielo, con la lengua de mi cuñada recorriendome y la mía sintiendo sus jugos, pero en un momento ella se detuvo, no le di mucha importancia, supuse que estaba a punto de venirse y por eso se había detenido, seguí comiendo su deliciosa vagina cuando de repente sentí unas manos en mi cadera, quise moverme, pero no pude.
yo sin poder moverme por la mano de Raúl, él es un tipo muy alto, más de 1.90, y de complexión robusta,, volteé mi cabeza y lo único que veía era su rostro molesto y que estaba desabrochando su cinturón, no quería ver eso, me imaginaba lo que se avecinaba, me sentía excitada por la idea de un trío
Raúl dejó caer su pantalón y con su mano derecha comenzó a meterme dos dedos en la conchita, sus dedos eran gruesos y ásperos, pero yo estaba tan mojada que entraron sin ningún problema, llegó sin problemas a mi punto G, que estando a gasta quedaba completamente a su disposición.
– Estás bien mojada, perra, y tienes la conchita bien apretadita, , se nota que no te han entrado muchas vergas. – Me estaba ofendiendo, pero yo me sentía extremadamente caliente, casi le grito que me metiera la verga de una buena vez.
su enorme verga ya estaba enterrada en mi conchita; a pesar de tener un hijo y haber tenido bastantes parejas sexuales, la verga de Raúl era la más grande que me hubiera penetrado, al principio sentí mucho dolor, la lubricación previa no fue suficiente para aminorar el impacto de semejante verga. Comenzó un mete saca maravilloso, no podía creer lo mucho que estaba disfrutando sentir a ese cerdo cogiéndome en contra mi voluntad., digo contra mi voluntad porque no estaba programado este trio , pero me encantaba
en un momento comencé a sentir sus dedos en mi clitoris, me sentía en las nubes, con una verga enorme penetrándome y unos deditos suaves masajeando mi botoncito, me vine como una loca, sentí que solté un chorro que le mojó hasta los huevos a Raúl.
Una vez que Raúl me soltó, me recosté en la cama y mi cuña pudo moverse, Raúl la tomó del brazo, la bajó de la cama y la puso de rodillas en el suelo, sin mayor contemplación, le metió toda su enorme verga en la boca, fue sorprendente que le entrara toda, le salían lágrimas de los ojos, mientras él le metía y le sacaba sus 20 centímetros de carne.mi cuñada se sacó la verga de la boca
– Ya metemela, quiero acabar como ella, te quiero adentro,
– Quiero ver cómo le comes las tetas a sami – le dijo a mi cuñada, por lo que ella, muy obediente, se acercó a mí y comenzó a chuparme.
Sentía su lengua tibia recorrerme y no podía evitar mojarme, me fascina su lengua, mientras ella chupaba mis tetas, Raúl me levantaba las piernas hasta sus hombros y me penetraba de nuevo, me sentía completamente llena, era una sensación indescriptible, deliciosa. Raúl entraba y salía de mí con una facilidad increíble, y yo no dejaba de mojarme por las chupadas de tetas que me daba.mi cuñada
– ¡Sí, dámela toda! ¡Cógeme bien duro! – le rogaba a Raúl, totalmente entregada a su dura verga.
Sintiendo a mi cuñada acariciar y chupar mis tetas, y a su marido como me estaba cogiendo me sentia tan puta
Raúl me cogía sin contemplaciones y yo tenía un orgasmo tras otro, sentía que me escurría por todas partes, mi espalda estaba empapada de mis venidas, ya no aguantaba más, hasta que Raúl anunció que se venía.
sentí los chorros de leche caliente llenándome, tuve otro orgasmo delicioso tan sólo de sentir su espeso semen entrando en mi cuerpo.
– Ahora si tanto te gusta comerte a esta perra, cómete la leche de su conchita – le dijo Raúl a su esposa
No me imaginé que fuera a hacerlo, pero comencé a sentir su lengua en mi clitoris, sentí cómo metía toda su lengua en mi vagina, succionando la leche que Raúl me había lanzado, me sentía volar, tuve al menos otros dos orgasmos gracias a la lengua de mi hermosa y caliente amante.
Los tres nos quedamos recostados en la cama hasta que fue hora de recoger a los hijos de la colonia… los tres llegamos y al salir los niños nos despedimos como si nada hubiera pasado. Yo me fui a mi casa y cuando mi marido quiso coger le di algún pretexto idiota, no tenía energía después de las metidas que me dio Raúl. A pesar de haber sido prácticamente violada, moría de ganas por repetirlo, su enorme verga mezclada con la boca de mi hermosa cuñada
, fue algo fuera de serie.
4 comentarios - empece cogiendo con mi cuñada y terminamos en trio