Leyendas o verdades consumadas, en el libro "la vida sexual del vaticano" hay de todo. Desde Papas violadores y zoofilicos hasta Papas homosexuales y fetichistas, por su puesto, Santos Padres incestuosos, pedófilos o sádicos, pasando por Papas hijos de Papas y Papas hijos de sacerdotes.
Algunos fueron asesinados por los maridos de sus amantes en pleno acto sexual. Otros fueron depuestos de sus cargos, procesados por sus travesuras sexuales y prohibidos en historia de la Iglesia. Otros murieron de sífilis, como el Papa Julio II, elegido en 1503, que pasó a la historia por haber inventado el primer burdel homosexual del que se tenga memoria.
Bonifacio IX dejó 34 hijos, a los que llamaba, cariñosamente, los “adorables sobrinos”. Martín V gustaba de encargar historias eróticas que gustaba leer en la intimidad de su habitación.
Paulo II era homosexual y Sixto IV, que cometió incesto con sus sobrinos, bisexual. Inocencio VIII reconoció a todos los niños que tuvo y los llevó a la Santa Sede. Uno de ellos se convirtió en un violador. Juan XI (931-936) cometido incesto con su propia madre, violaba a los fieles y organizaba orgias con chicos.
Sergio III tuvo la desgracia de apasionarse con una madre y su hija, y no con medias tintas: se entregó a la práctica del ménage à trois. Benedicto V solo estuvo en el gobierno de la iglesia 29 días, luego de haber dicho que tenía una niña de 14 años durante una confesión. Después de ser encontrado culpable, huyó y se llevó gran parte del tesoro papal.
Juan XIII era servido por un batallón de vírgenes, deshonró a la concubina de su padre y a una sobrina y comía en platos de oro mientras veía las danzas de bailarinas orientales. Las danzas se terminaron cuando fue asesinado por el marido de una amante en el acto sexual. Silvestre II hizo un pacto con el diablo. Era ateo y además practicaba magia. Acabó envenenado.
Dámaso I, que la Iglesia canonizó, promovía hombres en el ciclo eclesiástico, siendo la moneda de cambio el dormir con sus esposas. Ya el Papa Anastasio, que tenía esclavas, tuvo un hijo con una noble romana, que se convertiría en el Papa Inocencio I (famoso por su séquito de chicas jóvenes). Padre e hijo acabaron canonizados.
Leo I era invitado a las orgías del emperador, pero siempre se defendió diciendo que sólo estaba mirando. Sin embargo, embarazó a una niña de 14 años, a quien mandó a encerrar en un convento por el resto de su vida. Benedicto VIII murió de sífilis y Benedicto IX era zoofilico. Urbano II creó una ley en la que los sacerdotes tenían permitido tener amantes, siempre y cuando pagaran un impuesto.
Alejandro III tuvo relaciones sexuales con los creyentes a cambio de indultos y dejó 62 niños. Fue expulsado, pero la Iglesia tuvo que concederle una pensión de por vida, con el fin de apoyar a los niños.
Gregorio I gustaba de castigar a las mujeres pecadoras, pelándolas y dándoles latigazos. Bonifacio VI rezaba misas privadas solamente para mujeres, y Juan XI violó, durante cuatro días, a una madre y dos hijas. Al mismo tiempo.
1. Juan Pablo II: Acusado de tener una hija secreta.
En 1995, el norteamericano Leon Hayblum escribió un polemico libro en el que afirmaba ser el padre de la nieta de Juan Pablo II. Durante la ocupación nazi de Polonia, Wojtyla se habría casado en secreto con una judía. Relación de la que nació una niña, que su propio padre entregó, con seis semanas, a un convento local. En su pontificado se especuló mucho acerca de las novias que tuvo antes del sacerdocio. El Papa admitió algunas, pero garantizó que nunca tuvieron relaciones sexuales. En el Vaticano, se hacía acompañar por una filósofa norteamericana, Anna Teresa Tymieniecka, con quien escribió su obra más filosófica. Acabaron enojados, supuestamente por celos.
2. Pablo VI: ¿Homosexual?
Una vez que llegó al Vaticano, Pablo VI era muy conservador con respecto a los asuntos relacionados con la sexualidad. En 1976, indignado por las declaraciones homofóbicas de Pablo VI, un diplomático e historiador francés, Roger Peyrefitte, le dijo al mundo que, después de todo, el Papa era homosexual y que mantenía una relación con un actor conocido. El escándalo fue tremendo: Pablo VI negó todo y el Vaticano llegó a pedir oraciones a los fieles del mundo entero por los insultos hechos contra el Papa. Pablo VI murió en 1978, a los 81 años, después del 15 de pontificado, sufrió un edema pulmonar causado en gran medida, por fumar dos paquetes de cigarrillos al día.
3. Inocencio X: Amante de su cuñada.
Elegido en el cónclave de 1644, Inocencio X mantuvo una relación con Olimpia Maidalchini, la viuda de su hermano mayor, un hecho que le valió el desprecio de las cortes de Europa. Inocencio X no era, de hecho, un gran defensor del celibato. Olimpia ejercia una gran influencia en el Vaticano y llegó a gestionar decretos papales. En un momento dado, el Papa se enamoró de otra mujer, Cornelia, lo que enfureció a Olimpia. Aun así, fue su cuñada quien estuvo con él hasta la muerte y quien aseguró el funcionamiento del Vaticano cuando Inocencio estaba muriendo. Cuando murió, en 1655, Olimpia se llevó todo lo que pudo de la Santa Sede hasta su palacio en Roma, temerosa de que el nuevo Papa no le permitiera llevar nada.
4. León X: Murió de sífilis.
Después de que Julio II murió de sífilis en 1513 llega el Papa León X, a quien le encantaba organizar bailes, donde los invitados eran solamente cardenales y dónde jóvenes de ambos sexos aparecían con el rostro cubierto y el cuerpo desnudo. El Papa gustaba de los chicos jóvenes, a veces vestía de mujer y adoraba el alcohol. “Cuando fue elegido tenía dificultad para sentarse en el trono, debido a las úlceras anales de las que sufría, después de largos años de sodomía”, escribe Frattini. Estos y otros excesos llevaron a Lutero a publicar sus 95 tesis, lo que le valió la excomunión 1521. León X murió de sífilis a los 46 años.
5. Alejandro VI: El insaciable.
Disfrutaba las orgías y forzó a un joven de 15 años a tener relaciones sexuales con él siete veces en el espacio de una hora, hasta que el niño murió de agotamiento. Tuvo varios hijos, que nombró cardenales. Una vez que llegó al papado en 1431, cambió a su amante por una más joven, Julia. Ella tenía 15 años, él 58. Fue Alejandro VI, quien creó el famoso “Concurso de putas”. En el concurso, el Papa ofrecía un premio en monedas de oro para el participante que consiguiera tener el mayor número de relaciones sexuales con prostitutas en una noche. Después de su muerte, el Vaticano ordenó que el nombre de Alejandro VI fuera desterrado de la historia de la Iglesia y sus aposentos en el Vaticano fueran sellados hasta mediados del siglo XIX.
6. Juan XXIII: Violó a sus hermanas y 300 monjas.
No aparece en la lista oficial de los papas y acabó preso en 1415. El antipapa conseguía dinero al recomendar vírgenes de familias adineradas a conventos importantes. Pero las violaba antes de que se fueran. Él tenía un séquito de 200 mujeres, muchas de ellas monjas. Creó un impuesto especial para las prostitutas de Bolonia. Tuvo relaciones sexuales con dos de sus hermanas. Se defendió, diciendo que no las penetraba y que por lo tanto no cometió ningún pecado. Fue juzgado bajo la acusación de 70 delitos de piratería, asesinato, violación, sodomía e incesto. Entre otros hechos, el tribunal consideró como un hecho que el Papa tuvo sexo con 300 monjas y que violó a tres de sus hermanas. Fue depuesto de su cargo y arrestado. Regresó al Vaticano, años más tarde, como un cardenal.
7. Benedicto IX: Sodomizaba animales.
Llegó a Papa en 1032 a los 11 años. Bisexual, sodomizaba animales y fue acusado de brujería, satanismo y violaciones. Invocaba espíritus malignos y Sacrificaba vírgenes. Poseía un harén y tuvo relaciones sexuales con su hermana de 15 años. Gustaba, de hecho, de verla en la cama con otros hombres. “Le gustaba ver cuando practicaba sexo con hasta nueve amigos, mientras bendecia la unión”, escribe Eric Frattini. Invitó a los nobles, soldados y vagabundos a orgías. Dante Alighieri consideró que el pontificado de Benedicto IX fue el momento en que el papado alcanzó su nivel más bajo de degradación. Benedicto IX cansado de tanta misa, renunció para casarse con una prima – que abandonaría más tarde.
8. Clemente VI: Compró un burdel.
En 1342, con Clemente VI llega a la Iglesia Juana de Nápoles, su amante favorita. El Papa compró un “burdel respetable”, sólo para los miembros de la curia. Un negocio, según los documentos de la época, hecho por “el bien de nuestro Señor Jesucristo”. Se convirtió en proxeneta de las prostitutas de Avignon (a las que cobraba un impuesto especial) y tuvo la idea de dar, dos veces a la semana, audiencias exclusivamente a las mujeres. Recibía a sus amantes en una habitación a pocos metros del espacio en el cual los verdugos de la Inquisición hacian su trabajo. En su funeral, en Avignon, se distribuyó un panfleto en el que el mismo diablo agradeció al Papa Clemente VI, ya que, con su mal ejemplo, “poblaba el infierno de almas.”
9. Sixto III: Violó a una monja y fue canonizado.
Obsesionado con las mujeres más jóvenes, fue acusado de violar a una monja en una visita a un convento cerca de Roma. Mientras oraba en la capilla, el Papa elegido en 432, pidió ayuda a dos novicias. Violó a una, pero la segunda se escapó y lo denunció. En la corte, Sixto III se defendió, recordando la historia bíblica de la mujer sorprendida en adulterio. Acto seguido, los más altos miembros eclesiásticos se reunieron para condenar al Papa violador, no se atrevieron a “tirar la primera piedra” y el asunto fue cerrado. De hecho, Sixto III fue canonizado después de morir.
10. Juan XII: Asesinado por el marido de su amante.
En los conventos oraba hasta morir. Juan XII era bisexual y forzaba a jóvenes a tener relaciones sexuales delante de todo el mundo. Disfrutaba viendo a perros y burros atacar a las jóvenes prostitutas. Organizó un burdel y cometió incesto con su media hermana de 14 años. Raptaba peregrinas en los caminos a lugares santos y ordenó a un obispo en un establo. Cuando el cardenal le recriminó, lo mandó a castrar. Un grupo de prelados italianos, alemanes y franceses lo juzgaron por sodomía con su madre y por tener un pacto con el diablo para ser su representante en la tierra. Fue declarado culpable de incesto y adulterio y depuesto de su cargo en 964. Fue asesinado – Apuñalado y golpeado – en pleno coito por el marido de una de sus muchas amantes.
Algunos fueron asesinados por los maridos de sus amantes en pleno acto sexual. Otros fueron depuestos de sus cargos, procesados por sus travesuras sexuales y prohibidos en historia de la Iglesia. Otros murieron de sífilis, como el Papa Julio II, elegido en 1503, que pasó a la historia por haber inventado el primer burdel homosexual del que se tenga memoria.
Bonifacio IX dejó 34 hijos, a los que llamaba, cariñosamente, los “adorables sobrinos”. Martín V gustaba de encargar historias eróticas que gustaba leer en la intimidad de su habitación.
Paulo II era homosexual y Sixto IV, que cometió incesto con sus sobrinos, bisexual. Inocencio VIII reconoció a todos los niños que tuvo y los llevó a la Santa Sede. Uno de ellos se convirtió en un violador. Juan XI (931-936) cometido incesto con su propia madre, violaba a los fieles y organizaba orgias con chicos.
Sergio III tuvo la desgracia de apasionarse con una madre y su hija, y no con medias tintas: se entregó a la práctica del ménage à trois. Benedicto V solo estuvo en el gobierno de la iglesia 29 días, luego de haber dicho que tenía una niña de 14 años durante una confesión. Después de ser encontrado culpable, huyó y se llevó gran parte del tesoro papal.
Juan XIII era servido por un batallón de vírgenes, deshonró a la concubina de su padre y a una sobrina y comía en platos de oro mientras veía las danzas de bailarinas orientales. Las danzas se terminaron cuando fue asesinado por el marido de una amante en el acto sexual. Silvestre II hizo un pacto con el diablo. Era ateo y además practicaba magia. Acabó envenenado.
Dámaso I, que la Iglesia canonizó, promovía hombres en el ciclo eclesiástico, siendo la moneda de cambio el dormir con sus esposas. Ya el Papa Anastasio, que tenía esclavas, tuvo un hijo con una noble romana, que se convertiría en el Papa Inocencio I (famoso por su séquito de chicas jóvenes). Padre e hijo acabaron canonizados.
Leo I era invitado a las orgías del emperador, pero siempre se defendió diciendo que sólo estaba mirando. Sin embargo, embarazó a una niña de 14 años, a quien mandó a encerrar en un convento por el resto de su vida. Benedicto VIII murió de sífilis y Benedicto IX era zoofilico. Urbano II creó una ley en la que los sacerdotes tenían permitido tener amantes, siempre y cuando pagaran un impuesto.
Alejandro III tuvo relaciones sexuales con los creyentes a cambio de indultos y dejó 62 niños. Fue expulsado, pero la Iglesia tuvo que concederle una pensión de por vida, con el fin de apoyar a los niños.
Gregorio I gustaba de castigar a las mujeres pecadoras, pelándolas y dándoles latigazos. Bonifacio VI rezaba misas privadas solamente para mujeres, y Juan XI violó, durante cuatro días, a una madre y dos hijas. Al mismo tiempo.
1. Juan Pablo II: Acusado de tener una hija secreta.
En 1995, el norteamericano Leon Hayblum escribió un polemico libro en el que afirmaba ser el padre de la nieta de Juan Pablo II. Durante la ocupación nazi de Polonia, Wojtyla se habría casado en secreto con una judía. Relación de la que nació una niña, que su propio padre entregó, con seis semanas, a un convento local. En su pontificado se especuló mucho acerca de las novias que tuvo antes del sacerdocio. El Papa admitió algunas, pero garantizó que nunca tuvieron relaciones sexuales. En el Vaticano, se hacía acompañar por una filósofa norteamericana, Anna Teresa Tymieniecka, con quien escribió su obra más filosófica. Acabaron enojados, supuestamente por celos.
2. Pablo VI: ¿Homosexual?
Una vez que llegó al Vaticano, Pablo VI era muy conservador con respecto a los asuntos relacionados con la sexualidad. En 1976, indignado por las declaraciones homofóbicas de Pablo VI, un diplomático e historiador francés, Roger Peyrefitte, le dijo al mundo que, después de todo, el Papa era homosexual y que mantenía una relación con un actor conocido. El escándalo fue tremendo: Pablo VI negó todo y el Vaticano llegó a pedir oraciones a los fieles del mundo entero por los insultos hechos contra el Papa. Pablo VI murió en 1978, a los 81 años, después del 15 de pontificado, sufrió un edema pulmonar causado en gran medida, por fumar dos paquetes de cigarrillos al día.
3. Inocencio X: Amante de su cuñada.
Elegido en el cónclave de 1644, Inocencio X mantuvo una relación con Olimpia Maidalchini, la viuda de su hermano mayor, un hecho que le valió el desprecio de las cortes de Europa. Inocencio X no era, de hecho, un gran defensor del celibato. Olimpia ejercia una gran influencia en el Vaticano y llegó a gestionar decretos papales. En un momento dado, el Papa se enamoró de otra mujer, Cornelia, lo que enfureció a Olimpia. Aun así, fue su cuñada quien estuvo con él hasta la muerte y quien aseguró el funcionamiento del Vaticano cuando Inocencio estaba muriendo. Cuando murió, en 1655, Olimpia se llevó todo lo que pudo de la Santa Sede hasta su palacio en Roma, temerosa de que el nuevo Papa no le permitiera llevar nada.
4. León X: Murió de sífilis.
Después de que Julio II murió de sífilis en 1513 llega el Papa León X, a quien le encantaba organizar bailes, donde los invitados eran solamente cardenales y dónde jóvenes de ambos sexos aparecían con el rostro cubierto y el cuerpo desnudo. El Papa gustaba de los chicos jóvenes, a veces vestía de mujer y adoraba el alcohol. “Cuando fue elegido tenía dificultad para sentarse en el trono, debido a las úlceras anales de las que sufría, después de largos años de sodomía”, escribe Frattini. Estos y otros excesos llevaron a Lutero a publicar sus 95 tesis, lo que le valió la excomunión 1521. León X murió de sífilis a los 46 años.
5. Alejandro VI: El insaciable.
Disfrutaba las orgías y forzó a un joven de 15 años a tener relaciones sexuales con él siete veces en el espacio de una hora, hasta que el niño murió de agotamiento. Tuvo varios hijos, que nombró cardenales. Una vez que llegó al papado en 1431, cambió a su amante por una más joven, Julia. Ella tenía 15 años, él 58. Fue Alejandro VI, quien creó el famoso “Concurso de putas”. En el concurso, el Papa ofrecía un premio en monedas de oro para el participante que consiguiera tener el mayor número de relaciones sexuales con prostitutas en una noche. Después de su muerte, el Vaticano ordenó que el nombre de Alejandro VI fuera desterrado de la historia de la Iglesia y sus aposentos en el Vaticano fueran sellados hasta mediados del siglo XIX.
6. Juan XXIII: Violó a sus hermanas y 300 monjas.
No aparece en la lista oficial de los papas y acabó preso en 1415. El antipapa conseguía dinero al recomendar vírgenes de familias adineradas a conventos importantes. Pero las violaba antes de que se fueran. Él tenía un séquito de 200 mujeres, muchas de ellas monjas. Creó un impuesto especial para las prostitutas de Bolonia. Tuvo relaciones sexuales con dos de sus hermanas. Se defendió, diciendo que no las penetraba y que por lo tanto no cometió ningún pecado. Fue juzgado bajo la acusación de 70 delitos de piratería, asesinato, violación, sodomía e incesto. Entre otros hechos, el tribunal consideró como un hecho que el Papa tuvo sexo con 300 monjas y que violó a tres de sus hermanas. Fue depuesto de su cargo y arrestado. Regresó al Vaticano, años más tarde, como un cardenal.
7. Benedicto IX: Sodomizaba animales.
Llegó a Papa en 1032 a los 11 años. Bisexual, sodomizaba animales y fue acusado de brujería, satanismo y violaciones. Invocaba espíritus malignos y Sacrificaba vírgenes. Poseía un harén y tuvo relaciones sexuales con su hermana de 15 años. Gustaba, de hecho, de verla en la cama con otros hombres. “Le gustaba ver cuando practicaba sexo con hasta nueve amigos, mientras bendecia la unión”, escribe Eric Frattini. Invitó a los nobles, soldados y vagabundos a orgías. Dante Alighieri consideró que el pontificado de Benedicto IX fue el momento en que el papado alcanzó su nivel más bajo de degradación. Benedicto IX cansado de tanta misa, renunció para casarse con una prima – que abandonaría más tarde.
8. Clemente VI: Compró un burdel.
En 1342, con Clemente VI llega a la Iglesia Juana de Nápoles, su amante favorita. El Papa compró un “burdel respetable”, sólo para los miembros de la curia. Un negocio, según los documentos de la época, hecho por “el bien de nuestro Señor Jesucristo”. Se convirtió en proxeneta de las prostitutas de Avignon (a las que cobraba un impuesto especial) y tuvo la idea de dar, dos veces a la semana, audiencias exclusivamente a las mujeres. Recibía a sus amantes en una habitación a pocos metros del espacio en el cual los verdugos de la Inquisición hacian su trabajo. En su funeral, en Avignon, se distribuyó un panfleto en el que el mismo diablo agradeció al Papa Clemente VI, ya que, con su mal ejemplo, “poblaba el infierno de almas.”
9. Sixto III: Violó a una monja y fue canonizado.
Obsesionado con las mujeres más jóvenes, fue acusado de violar a una monja en una visita a un convento cerca de Roma. Mientras oraba en la capilla, el Papa elegido en 432, pidió ayuda a dos novicias. Violó a una, pero la segunda se escapó y lo denunció. En la corte, Sixto III se defendió, recordando la historia bíblica de la mujer sorprendida en adulterio. Acto seguido, los más altos miembros eclesiásticos se reunieron para condenar al Papa violador, no se atrevieron a “tirar la primera piedra” y el asunto fue cerrado. De hecho, Sixto III fue canonizado después de morir.
10. Juan XII: Asesinado por el marido de su amante.
En los conventos oraba hasta morir. Juan XII era bisexual y forzaba a jóvenes a tener relaciones sexuales delante de todo el mundo. Disfrutaba viendo a perros y burros atacar a las jóvenes prostitutas. Organizó un burdel y cometió incesto con su media hermana de 14 años. Raptaba peregrinas en los caminos a lugares santos y ordenó a un obispo en un establo. Cuando el cardenal le recriminó, lo mandó a castrar. Un grupo de prelados italianos, alemanes y franceses lo juzgaron por sodomía con su madre y por tener un pacto con el diablo para ser su representante en la tierra. Fue declarado culpable de incesto y adulterio y depuesto de su cargo en 964. Fue asesinado – Apuñalado y golpeado – en pleno coito por el marido de una de sus muchas amantes.
4 comentarios - La vida sexual de los Papas
gracias por el aporte.