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Segunda noche con Eugenia

Luego de pasar el día en casa de mis amigos, de dormir una siesta de una hora, al llegar la noche regreso a donde Eugenia y Gabriel, aunque él ya se había ido nuevamente. Me recibe Eugenia, me hace pasar a la casa, se la nota de buen humor como siempre pero algo cansada. Le pregunto si le sucede algo, y me responde que en realidad nada malo, solo que después de la noche de sexo que habíamos tenido, al llegar Gabriel y preguntarle cómo nos había ido, y ella contarle, ambos se excitaron mucho y tuvieron sexo toda la mañana, durmieron algo en las primeras horas de la tarde y luego fueron a la playa. Por lo que no había descansado bien.

Le dije:
- Así que a Gabriel le calienta que se cojan a la mujer.

Ella se ríe mucho, y me dice que eso parece, que hacía mucho tiempo no tenían sexo de esa manera. Le pregunto si nunca lo había hecho con otro mientras estaba en pareja con Gabriel y él se enterara, me responde que nunca estuvo con nadie, que le gustaba ser fiel. Paso siguiente, se me acerca y comienza a besarme.

Luego de unos minutos besándonos y tocándonos levemente, me pregunta si había pensado en algo para hoy, si quería hacer algo en particular. Le respondo que nada especial, solo de disfrutarla, y sobre todo sus caderas, ya que me encanta. Ella me dice que había disfrutado mucho haciéndome sexo oral, y que quería repetirlo.

Nos servimos dos copas de vino, y continuemos con besos, caricias y tocándonos cada vez más intensamente y con menos ropa. Mis manos se detuvieron en sus nalgas, y mis besos en su cuello. Ella emitía pequeños gemidos, y se la notaba excitada. Me dice:

- No puede ser, ya estoy super caliente.

Le saco lo que le quedaba de ropa, solo queda con una tanga, y comienzo a lamer sus lolas, ella esta súper excitada, pongo una de mis manos bajo su tanga, y sus gemidos aumentan. La llevo sobre una mesa ratona y la recuesto boca arriba, comienzo a hacerle sexo oral. Sus gemidos aumentan hasta tener un orgasmo.

Espero a que descanse un poco y nos vamos al dormitorio. Estoy muy excitado y comienzo a besarla, ella está de espalda, pongo mi miembro entre sus nalgas y me muevo. Ella me dice que le encanta lo dura que la tengo, pero que necesita descansar un poquito más, pero sabe cómo solucionarlo, se da vuelta y va directo a hacerme sexo oral. Su boca caliente y humera es una fuente de placer increíble. Lame y chupa mi miembro lentamente hasta que no resisto más, me coloco tras ella y comienzo a penetrarla en posición de cuatro. Lento en principio, tratando de disfrutarla lo máximo posible. Sus gemidos no tardan en aparecer, y me dice:

- Si, cógeme, soy tuya.

Sus nalgas chocan contra mi pelvis, tengo tirante sus pelos con una de mis manos, con la otra comienzo a masajear su ano con mi pulgar. Sus gemidos son cada vez más intensos. Acelero el ritmo y trato de presionar mi pulgar lo máximo que puedo, de a poco logro entrar en su ano. Le digo que quiero hacerle el culo. Su respuesta fue:

- Ahora no, haceme acabar y lléname de leche.

Le digo que no hay apuro, que puedo esperar por ese culo. De todas formas sigo con mi pulgar en su culo, tratando de meterlo cada vez más adentro, hasta que siento que ella está por llegar a un nuevo orgasmo. Tiro más de su pelo y acelero para acabar adentro, luego de eyacular nos derrumbamos, quedo sobre ella, y puedo sentir como sus piernas tiemblan, su respiración es muy agitada. Le comento si está muy cansada y me responde:

- Es que entre anoche contigo, después con Gabriel y ahora voy teniendo al menos seis orgasmos, y no estoy acostumbrada a coger tanto.

Le digo que no me deje así, que aún tengo ganas de seguir disfrutándola. Me responde que no me preocupe, que como sea íbamos a seguir cogiendo. Se me acerca y me abrasa, nos quedamos así en la cama. Sin darnos cuenta nos quedamos dormidos una media hora, al despertar noto que Eugenia tiene una de sus manos en mi miembro, cuando ve que me he despertado baja y comienza a hacerme sexo oral, apenas tengo una leve erección, por lo que estuvo mucho rato haciéndomelo hasta que quedo erecto nuevamente, su boca es un disfrute. Le digo que me encanta como chupa la pija, me responde que la calienta mucho hacérmelo.

Luego se me sube a cabalgar, lento al principio disfrutando de cada momento, me encanta ver su cara de goce. Recorro con mis manos sus senos, ella acelera el ritmo y se detiene varias veces. Me dice que está muy cansada, que no va a poder así. Le digo que tiene que poder, que siga, lo intenta con mucho esfuerzo, lo noto en su cara, en su transpiración. Se le nota el cansancio, disfruto viéndola, sintiendo como se esfuerza cabalgándome, hasta que cae sobre mi pecho rendida, siento su transpiración.
- No puedo más, de veras te lo digo, estoy extenuada. Por favor, cógeme vos quiero que acabemos otra vez, pero yo no puedo seguir.

La beso en la boca, y seguimos en misionero. Ella comienza a gemir, pero no es como las veces anteriores, el cansancio y la acumulación de orgasmos han provocado que la excitación sea menor. Luego de un rato comienzo a cansarme, sin lograr llegar ninguno de los dos, se me ocurre ponerle un poco más de morbo a la situación. Con una de mis manos presiono levemente su cuello, paso mi lengua por su cara y le digo:

- Me encanta cogerme a putas como vos, llenarles la concha de leche.

- Cogeme, soy tu puta. Me tienes aquí para gozar – Me responde.

Seguimos así, ambos nos excitamos hasta que ella notoriamente esta teniendo un orgasmo, y a los pocos instantes eyaculo dentro de ella yo también.

Cansados pero felices nos levantamos, tomamos algo más de vino y fumamos un cigarrillo. Me comenta que lo esta pasando genial, que está disfrutando del sexo como hacía tiempo no lo hacía. Por mi parte le digo que nunca me había imaginado hacerlo con ella, pero que lo estaba disfrutando mucho, su respuesta fue que nos queda casi toda una semana que disfrutar.

- Mirá que no me olvido que me prometiste la cola – Le digo y reímos

- Siempre cumplo mis promesas – Me contesta.

Volvemos a besarnos y luego a dormir abrazados.

Al otro día al levantarnos, desayunamos y me voy.

Cuando iba manejando recibo un mensaje de Gabriel. Me dice que no es necesario que me vaya antes de que el llegue, que podemos ira a la playa o tomar unos mates. Con la única condición de que no hablemos de la noche anterior.

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