Bueno. Sentate, relajate y leeme.
Primero una buena cena.
Velas, mantel, servilletas de tela.
Yo de camisa, y zapatos.
Vos de vestido y tacones.
Luego de la cena, sobremesaen el sillón, una película que ninguno terminará de ver.
Primero un roce, luego un toque, una caricia.
Beso, me acerco a tu cuerpo.
Tomaría tu mano, mientras tomo tus labios con los míos.
Dejaría que me desabroches la camisa.
Te levanto el vestido.
Mientras beso tus labios, mis manos recorren tus curvas.
Bajo mi boca a tu cuello mientras desatas mi cinturón.
Me levanto y pido tu mano para ayudar a levantarte del sillón.
Te llevo de vuelta a la mesa, que limpié luego de terminar la cena.
Termino de desvestirte mientras tu me desvistes.
Suavemente te elevo hasta ponerte sobre la mesa.
Acaricio tu pelo mientras nos besamos.
Tu lengua explora mi boca mientras disfruto el roce de tus hombros.
Suavemente mis manos se mueven hacia tus piernas.
Primero los muslos, subiendo un poco cada vez.
Hasta llegar a ese punto donde todo convergirá esta noche.
Ese lugar que guarda tus más profundo anhelos y satisfacciones.
Comienzo con una suave caricia, apenas un toque.
Tus labios, tu pubis.
Ejerzo de a poco más presión para ver si reaccionas a mi tacto.
Mientras estoy atento a tus respuestas cada vez aumento las caricias allí abajo.
Alcanzo tu clítoris.
Cuando sienta que comienza esa humedad que sale de lo más profundo en tí, comenzaré a acercarme a tu entrada.
La puerta de tu alma.
Primero los bordes.
Para ver si te gusta.
De a poco entrando y saliendo apenas unos milímetros.
Luego ingreso poco a poco la punta de mi dedo.
Siempre apretando tu pubis para que puedas sentir todo.
Meto un dedo entero. Exploro tu interior.
Busco que cara dentro tuyo es la más sensible.
Aquellaque esta noche te llevará al cielo, a tocar las estrellas.
Suavemente empiezo a entrar y salir.
Primero un dedo.
Luego acerco el segundo.
Para ver si sientes que de a poco reaccionas sin pensar.
Aumento la velocidad.
Luego la disminuyo.
Vuelvo a aumentar para intentar que tus gemidos lleguen a mi oido.
Cuando sienta que tu cuerpo se tensa, que luego se relaja.
Cuando vea que te excitas de tal manera que ya no piensas claramente.
Empujo suavemente tu pecho para recostarte.
Con una mano sigo entrando por tu puerta.
Mientras la otra acaricia tu pecho, tu barriguita, tu pubis.
Me acerco lentamente.
Miro hacia tu cara y espero tu afirmación.
Tu permiso para entrar.
Cuando me lo das, entro suavemente.
Mientras miro tus ojos.
Aquellos ojos que me vuelven loco.
Busco la excitación.
Veo dentro de ellos, buscando que lo que hago, realmente lo disfrutes.
Cada vez más adentro tuyo.
Hasta llegar al máximo posible.
Y no me retiro.
Allí me quedo unos segundos. Buscando y sintiendo.
Salgo afuera, pero no del todo.
De a poco comienzo a volver a entrar.
Cada vez saliendo, pero sin salir completamente.
Tomo con mis manos tu cadera.
Mientras mis muslos golpean el borde de la mesa.
Nos dejamos llevar.
Aumento el ritmo.
Busco tus embates, tu reacción y tu flexión.
Cuando consigo que ya no me prestes atención, si no que solo estás pensando en lo que sientes.
Comienzo a aumentar el ritmo.
Un frenesí salvaje.
A matar o morir. Dejaremos todo esta noche.
Tus gemidos me excitan, tu perfume me debilita y me fortalece.
Sólo cuando tu espalda forma un arco, cuando tu boca forma un gemido sin ningún sonido.
Sólo entonces me doy permiso para terminar.
Sólo allí mientras tomas el mantel con fuerza.
Mientras tus ojos buscan en el techo algo que no ven.
Allí acabo dentro de tí, mientras disfruto de tu último beso.
Les gustó?
Leandro.
Primero una buena cena.
Velas, mantel, servilletas de tela.
Yo de camisa, y zapatos.
Vos de vestido y tacones.
Luego de la cena, sobremesaen el sillón, una película que ninguno terminará de ver.
Primero un roce, luego un toque, una caricia.
Beso, me acerco a tu cuerpo.
Tomaría tu mano, mientras tomo tus labios con los míos.
Dejaría que me desabroches la camisa.
Te levanto el vestido.
Mientras beso tus labios, mis manos recorren tus curvas.
Bajo mi boca a tu cuello mientras desatas mi cinturón.
Me levanto y pido tu mano para ayudar a levantarte del sillón.
Te llevo de vuelta a la mesa, que limpié luego de terminar la cena.
Termino de desvestirte mientras tu me desvistes.
Suavemente te elevo hasta ponerte sobre la mesa.
Acaricio tu pelo mientras nos besamos.
Tu lengua explora mi boca mientras disfruto el roce de tus hombros.
Suavemente mis manos se mueven hacia tus piernas.
Primero los muslos, subiendo un poco cada vez.
Hasta llegar a ese punto donde todo convergirá esta noche.
Ese lugar que guarda tus más profundo anhelos y satisfacciones.
Comienzo con una suave caricia, apenas un toque.
Tus labios, tu pubis.
Ejerzo de a poco más presión para ver si reaccionas a mi tacto.
Mientras estoy atento a tus respuestas cada vez aumento las caricias allí abajo.
Alcanzo tu clítoris.
Cuando sienta que comienza esa humedad que sale de lo más profundo en tí, comenzaré a acercarme a tu entrada.
La puerta de tu alma.
Primero los bordes.
Para ver si te gusta.
De a poco entrando y saliendo apenas unos milímetros.
Luego ingreso poco a poco la punta de mi dedo.
Siempre apretando tu pubis para que puedas sentir todo.
Meto un dedo entero. Exploro tu interior.
Busco que cara dentro tuyo es la más sensible.
Aquellaque esta noche te llevará al cielo, a tocar las estrellas.
Suavemente empiezo a entrar y salir.
Primero un dedo.
Luego acerco el segundo.
Para ver si sientes que de a poco reaccionas sin pensar.
Aumento la velocidad.
Luego la disminuyo.
Vuelvo a aumentar para intentar que tus gemidos lleguen a mi oido.
Cuando sienta que tu cuerpo se tensa, que luego se relaja.
Cuando vea que te excitas de tal manera que ya no piensas claramente.
Empujo suavemente tu pecho para recostarte.
Con una mano sigo entrando por tu puerta.
Mientras la otra acaricia tu pecho, tu barriguita, tu pubis.
Me acerco lentamente.
Miro hacia tu cara y espero tu afirmación.
Tu permiso para entrar.
Cuando me lo das, entro suavemente.
Mientras miro tus ojos.
Aquellos ojos que me vuelven loco.
Busco la excitación.
Veo dentro de ellos, buscando que lo que hago, realmente lo disfrutes.
Cada vez más adentro tuyo.
Hasta llegar al máximo posible.
Y no me retiro.
Allí me quedo unos segundos. Buscando y sintiendo.
Salgo afuera, pero no del todo.
De a poco comienzo a volver a entrar.
Cada vez saliendo, pero sin salir completamente.
Tomo con mis manos tu cadera.
Mientras mis muslos golpean el borde de la mesa.
Nos dejamos llevar.
Aumento el ritmo.
Busco tus embates, tu reacción y tu flexión.
Cuando consigo que ya no me prestes atención, si no que solo estás pensando en lo que sientes.
Comienzo a aumentar el ritmo.
Un frenesí salvaje.
A matar o morir. Dejaremos todo esta noche.
Tus gemidos me excitan, tu perfume me debilita y me fortalece.
Sólo cuando tu espalda forma un arco, cuando tu boca forma un gemido sin ningún sonido.
Sólo entonces me doy permiso para terminar.
Sólo allí mientras tomas el mantel con fuerza.
Mientras tus ojos buscan en el techo algo que no ven.
Allí acabo dentro de tí, mientras disfruto de tu último beso.
Les gustó?
Leandro.
0 comentarios - Relato del enamorado a su amor.