Estoy en la casa de mi hermano ayudandolo a poner la antena de directv y lo que descubro me va a cambiar la mirada de él y de mi familia para siempre. Todo bien venía él arriba del techo y yo frente al tele dandole las indicaciones a los gritos. Veo que ya se hizo un poco tarde y quise saber que hora era. Mi celular lo había olvidado así que se me da por ver la hora en el telefono de mi hermano. Cuando miro veo estaba abierto el whatsapp y como tres conversaciones abajo hay una con mi hija Felicita que me llamó poderosamente la atención. Era del día anterior cuando fuimos con su madre al cine y me dio curiosidad que había pasado en mi ausencia como para que mi hija recurriera a mi hermano.
Me dio una sensación de nauseas lo que leí. Casi me desmayo ahí mismo. Lo cierto es que al parecer mi hija había resultado ser una tremenda trola y mi hermano un flor de degenerado que se la cogía por plata. No podía creer lo que estaba pasando frente a mis narices. No era la primera vez que pasaba pero en el apuro y ante la necesidad de tomar las capturas rápido antes de que baje no leí más que esa última charla. Me envié las capturas y las borré del celular de Alfredo.
Apoyé el telefono donde estaba cuando escuché a mi hermano terminando de bajar del techo.
- que pasa Betito? te sentis mal? - me dijo al verme pálido como había quedado con el impactante descubrimiento que hice.
- Un poco. Ya quedó esto eh. Yo voy volviendo a casa con las chicas ya - le dije casi sin mirarlo porque tenía miedo de que si cruzaba miradas con él lo iba a cagar a trompadas. Me fui rápido para la puerta y mientras cerraba me grita desde el sillón
- Saludos a mi sobrina! - era como una burla. pero ahora que lo pienso cada vez que nos veíamos se despedía de esa forma. Al parecer para él era una forma de mojarme la oreja.
Llegué a casa y estaba como loco. Felicitas todavía no volvía del gimnasio y yo no me borraba las palabras sucias que intercambiaba con mi hermano. Era imposible no imaginar a mi joven y sensual hija satisfaciendo sexualmente a un tipo casi de mi edad sin que se me pare la pija. No sabía en que momento mi nena se hizo esta tarrible puta. Me indignaba pero no dejaba de excitarme.
Un rato después se abrió la puerta y entraron las dos. Mi esposa y mi hija. Ya no la podía ver como mi princesa. Miraba sus piernas, sus pechos, su boca. Me sentí incomodo con eso y rapidamente trate de sacarme esa imagen de la mente.
- Alberto estas bien? Tenes una cara terrible - me dice mi esposa Lucía
- Estoy cansado nada más - le respondí un poco fastidioso. No sabía cómo decirle una cosa así a mi mujer. No sabía que hacer. Haber hecho esas capturas era como tener una granada sin seguro en la mano. Si no se la arrojaba rápido a alguien me iba a explotar a mi.
- Bueno nena acomoda un poco acá que yo voy a lo de Mirta a a ver si ya llegó lo que le encargué - le indicó mi señora y volvió a salir con la velocidad que entró. Entonces si. La agarré del brazo a mi hija y la confronté.
- A vos alguna vez te faltó algo en esta casa? - le dije furioso
- Ay pa! Me haces doler! - me protestó mirandome de costado
- Respondeme pendeja de mierda! - le dije aún más enojado por su gesto de desprecio
- No. Que te pasa? Yo no dije que me faltara nada - me dijo con los ojos medios llorosos.
- Ah no? Al parecer te falta plata según esto - le dije mostrandole las capturas. Mi hija se puso roja pero en vez de pedir disculpas o algo su primer instinto fue sonreirse.
- Te parece gracioso? - pregunté mas confundido que enojado
- No es por plata esto, es por el sexo en si y bueno la plata es la excusa - me dijo como si estuviera hablando con una de las putitas de sus amigas. No podía creer su desfachatez.
- Vos te das cuenta lo que estas haciendo? -
- pa no tiene nada de malo. yo no tengo novio y bueno la tía mucha bola sexualmente no le da al tio Fredy - trató de justificar esa incestuosa prostitución que llevaba acabo con su propio tío.
- Es mi hermano! Tu tío! Cuando tu madre se entere se te termina la joda a vos pendeja -
- Sería mejor si no se entera - me dijo tirandose de la remera ya escotada y haciendo que se vean mas aún sus enormes tetas. Me di cuenta enseguida lo que pretendía.
- Vos estas totalmente loca no? - le dije nervioso como nunca.
- Apenas llegó mamá le hubieras dicho. No lo hiciste para negociar - mientras decía eso me toca la pija.
- Feli no podemos hacer esto - dije por compromiso porque ya no tenía resistencia ante mi putita nena.
Solamente se sonrió y se agachó para bajarme el pantalón y sacar mi pija con la habilidad de una experta.
Me la escupió y me pajeaba con una mano. Levantó mi verga y le dio una intensa lamida a mis huevos. No solo tenía toda la actitud de puta también era buena en lo que hacía. Su lengua escaló por toda mi pija hasta llegar a la punta y ahí se la metió toda a la boca y empezó a mamar con sus ojos claros apuntandome a la cara. Se la veía con esa satisfacción de dominarme y chupaba como una experta mi pija quería explotar en leche en su boca.
- Así se la chupas a tu tío puta de mierda? - le dije sabiendo que se excitaba al hablar sucio
- Si pero vos la tenes mas rica papi - me respondió la trola y con una sonrisa maliciosa empezó a jugar con su lengua en mi glande. Los latigazos de su lengua eran en los puntos justos a pesar de la velocidad con la que lo hacía. Nunca había probado una puta tan buena como mi propia hija. Se daba cuenta de que mi asombro y mi excitación iban cabeza a cabeza.
Me agarré de esa melena rubia y empecé a cogerme esa cara de puta metiendola hasta su garganta.
- te gusta puta? te voy a llenar la jeta de leche - le gritaba entre gemidos por las sucias pasiones que despertaba mi nena. Su boca se desbordaba de saliva y preseminal. La cara chorreando de Felicitas me estaba llevando a otro nivel de calentura.
No pasó mucho tiempo de esa violada de boca que le estaba propinando a la piba que me quedé colgado mirando sus ojos celestes lagrimeando pero sin apartarse del contacto con los mios. Feli no tenía un pelo de ingenua y sabía que mi mirada era la de un hombre apunto de acabar. Apartó mis manos de su pelo y quiso que el momento fuera todo tuyo. Aseguró que el ritmo de su impresionante mamada fuera exacto. No tuve más remedio que dejarme llevar por la experta boca de mi hija. Pude ver una mueca de satisfacción en su rostro justo antes de que la leche empezara a salir.
Nunca había recibido un mejor pete en toda mi vida. Entendí la locura que tenía mi hermano y la forma obscena de referirse a mi hija. despertaba eso la puta. Se limpiaba la leche que escapó de su boca y la volvía a meter para tomar toda. Me miraba con la sonrisa de saber que ahora me tenia en su poder asi como hacía antes con su tío y sepa uno con cuantos tipos mas.
- bueno pa creo que ya está solucionado. mamá no tiene por que saber nada de lo que leíste ya - me dijo con un todo provocativo y sensual.
- asi logras todo lo que queres no mi amor? - le dije acomodando su pelo paternalmente pero viendo su cara brillante de sexo, entre semen, sudor, lagrimas y saliva.
- tengo otras formas mas ricas pero teniamos poco tiempo hasta que vuelva mamá - me dijo risueña y se fue puso de pie para irse. pero antes metió la mano en mi bolsillo y sacó mi billetera. Agarró unos cuantos billetes y dijo
- esto va alcanzar por ahora pero yo se que me vas a dar mas - se despidió metiendose el rollo de billetes entre las tetas y se fue a lavarse un poco. Yo me quedé con la boca abierta y los pantalones bajos viendo como se iba moviendome la cola de la forma mas obvia posible.
A la mañana siguiente cuando aún estaba en el trabajo tuve una conversación muy interesante con mi hija
FIN
Me dio una sensación de nauseas lo que leí. Casi me desmayo ahí mismo. Lo cierto es que al parecer mi hija había resultado ser una tremenda trola y mi hermano un flor de degenerado que se la cogía por plata. No podía creer lo que estaba pasando frente a mis narices. No era la primera vez que pasaba pero en el apuro y ante la necesidad de tomar las capturas rápido antes de que baje no leí más que esa última charla. Me envié las capturas y las borré del celular de Alfredo.
Apoyé el telefono donde estaba cuando escuché a mi hermano terminando de bajar del techo.
- que pasa Betito? te sentis mal? - me dijo al verme pálido como había quedado con el impactante descubrimiento que hice.
- Un poco. Ya quedó esto eh. Yo voy volviendo a casa con las chicas ya - le dije casi sin mirarlo porque tenía miedo de que si cruzaba miradas con él lo iba a cagar a trompadas. Me fui rápido para la puerta y mientras cerraba me grita desde el sillón
- Saludos a mi sobrina! - era como una burla. pero ahora que lo pienso cada vez que nos veíamos se despedía de esa forma. Al parecer para él era una forma de mojarme la oreja.
Llegué a casa y estaba como loco. Felicitas todavía no volvía del gimnasio y yo no me borraba las palabras sucias que intercambiaba con mi hermano. Era imposible no imaginar a mi joven y sensual hija satisfaciendo sexualmente a un tipo casi de mi edad sin que se me pare la pija. No sabía en que momento mi nena se hizo esta tarrible puta. Me indignaba pero no dejaba de excitarme.
Un rato después se abrió la puerta y entraron las dos. Mi esposa y mi hija. Ya no la podía ver como mi princesa. Miraba sus piernas, sus pechos, su boca. Me sentí incomodo con eso y rapidamente trate de sacarme esa imagen de la mente.
- Alberto estas bien? Tenes una cara terrible - me dice mi esposa Lucía
- Estoy cansado nada más - le respondí un poco fastidioso. No sabía cómo decirle una cosa así a mi mujer. No sabía que hacer. Haber hecho esas capturas era como tener una granada sin seguro en la mano. Si no se la arrojaba rápido a alguien me iba a explotar a mi.
- Bueno nena acomoda un poco acá que yo voy a lo de Mirta a a ver si ya llegó lo que le encargué - le indicó mi señora y volvió a salir con la velocidad que entró. Entonces si. La agarré del brazo a mi hija y la confronté.
- A vos alguna vez te faltó algo en esta casa? - le dije furioso
- Ay pa! Me haces doler! - me protestó mirandome de costado
- Respondeme pendeja de mierda! - le dije aún más enojado por su gesto de desprecio
- No. Que te pasa? Yo no dije que me faltara nada - me dijo con los ojos medios llorosos.
- Ah no? Al parecer te falta plata según esto - le dije mostrandole las capturas. Mi hija se puso roja pero en vez de pedir disculpas o algo su primer instinto fue sonreirse.
- Te parece gracioso? - pregunté mas confundido que enojado
- No es por plata esto, es por el sexo en si y bueno la plata es la excusa - me dijo como si estuviera hablando con una de las putitas de sus amigas. No podía creer su desfachatez.
- Vos te das cuenta lo que estas haciendo? -
- pa no tiene nada de malo. yo no tengo novio y bueno la tía mucha bola sexualmente no le da al tio Fredy - trató de justificar esa incestuosa prostitución que llevaba acabo con su propio tío.
- Es mi hermano! Tu tío! Cuando tu madre se entere se te termina la joda a vos pendeja -
- Sería mejor si no se entera - me dijo tirandose de la remera ya escotada y haciendo que se vean mas aún sus enormes tetas. Me di cuenta enseguida lo que pretendía.
- Vos estas totalmente loca no? - le dije nervioso como nunca.
- Apenas llegó mamá le hubieras dicho. No lo hiciste para negociar - mientras decía eso me toca la pija.
- Feli no podemos hacer esto - dije por compromiso porque ya no tenía resistencia ante mi putita nena.
Solamente se sonrió y se agachó para bajarme el pantalón y sacar mi pija con la habilidad de una experta.
Me la escupió y me pajeaba con una mano. Levantó mi verga y le dio una intensa lamida a mis huevos. No solo tenía toda la actitud de puta también era buena en lo que hacía. Su lengua escaló por toda mi pija hasta llegar a la punta y ahí se la metió toda a la boca y empezó a mamar con sus ojos claros apuntandome a la cara. Se la veía con esa satisfacción de dominarme y chupaba como una experta mi pija quería explotar en leche en su boca.
- Así se la chupas a tu tío puta de mierda? - le dije sabiendo que se excitaba al hablar sucio
- Si pero vos la tenes mas rica papi - me respondió la trola y con una sonrisa maliciosa empezó a jugar con su lengua en mi glande. Los latigazos de su lengua eran en los puntos justos a pesar de la velocidad con la que lo hacía. Nunca había probado una puta tan buena como mi propia hija. Se daba cuenta de que mi asombro y mi excitación iban cabeza a cabeza.
Me agarré de esa melena rubia y empecé a cogerme esa cara de puta metiendola hasta su garganta.
- te gusta puta? te voy a llenar la jeta de leche - le gritaba entre gemidos por las sucias pasiones que despertaba mi nena. Su boca se desbordaba de saliva y preseminal. La cara chorreando de Felicitas me estaba llevando a otro nivel de calentura.
No pasó mucho tiempo de esa violada de boca que le estaba propinando a la piba que me quedé colgado mirando sus ojos celestes lagrimeando pero sin apartarse del contacto con los mios. Feli no tenía un pelo de ingenua y sabía que mi mirada era la de un hombre apunto de acabar. Apartó mis manos de su pelo y quiso que el momento fuera todo tuyo. Aseguró que el ritmo de su impresionante mamada fuera exacto. No tuve más remedio que dejarme llevar por la experta boca de mi hija. Pude ver una mueca de satisfacción en su rostro justo antes de que la leche empezara a salir.
Nunca había recibido un mejor pete en toda mi vida. Entendí la locura que tenía mi hermano y la forma obscena de referirse a mi hija. despertaba eso la puta. Se limpiaba la leche que escapó de su boca y la volvía a meter para tomar toda. Me miraba con la sonrisa de saber que ahora me tenia en su poder asi como hacía antes con su tío y sepa uno con cuantos tipos mas.
- bueno pa creo que ya está solucionado. mamá no tiene por que saber nada de lo que leíste ya - me dijo con un todo provocativo y sensual.
- asi logras todo lo que queres no mi amor? - le dije acomodando su pelo paternalmente pero viendo su cara brillante de sexo, entre semen, sudor, lagrimas y saliva.
- tengo otras formas mas ricas pero teniamos poco tiempo hasta que vuelva mamá - me dijo risueña y se fue puso de pie para irse. pero antes metió la mano en mi bolsillo y sacó mi billetera. Agarró unos cuantos billetes y dijo
- esto va alcanzar por ahora pero yo se que me vas a dar mas - se despidió metiendose el rollo de billetes entre las tetas y se fue a lavarse un poco. Yo me quedé con la boca abierta y los pantalones bajos viendo como se iba moviendome la cola de la forma mas obvia posible.
A la mañana siguiente cuando aún estaba en el trabajo tuve una conversación muy interesante con mi hija
FIN
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