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Él no sabía que yo era la madre

Resulta que detrás de esta figurita de MILF que tanto calienta a mis chongos hay un pasado. Mi desbocado gusto por el sexo empezó muy temprano. no hace falta aclarar, y producto de ese amanecer sexual voraz y alocado me quedé embarazada. Como no era el mejor momento para ser madre una pareja de la capital se ofreció a adoptar a mi bebé y darle todos los cuidados y cariños necesarios. Por presión de mi familia acepté y ellos se hicieron cargo de todos los gastos del embarazo. 

Nació un varón: Dario. Se lo llevaron a Buenos Aires y la cosa es que no lo volví a ver porque cuando me vine a vivir acá ya había perdido contacto con ellos. Pero como a muchos nos ha pasado seguramente en la última década, medio de casualidad vi el facebook de Irene, la madre adoptiva de Dario. Tenía una foto familiar y en el medio de ella y su esposo estaba él. Mi hijo, al que no había vuelto a ver desde que era apenas un bebé. Ye estaba hecho todo un hombre. 

Entré en el face de la mina y vi algunas fotos de él y una etiqueta que me llevó a su propia cuenta. Ahí las fotos ya no eran tan familiares. La mayoría eran de joda y varias en boliches. En especial en uno que yo conocía bastante bien. Lo dudé un par de días y tomé la decisión de ir para verlo en persona. Quería ver como era, nada más. En un boliche con cientos de minas iba a pasar desapercibida para un chico acostumbrado a la joda sin despertar suspicacias con sus padres adoptivos. 

El viernes me puse ropa de boliche y salí a ver que pasaba. Estacioné el auto mas o menos cerca. No era la primera vez que iba ahí y me daba un poco de emoción saber que en algún momento pudimos haber estado en ese lugar los dos y yo sin saberlo. Justo esa noche en la puerta había un patovica conocido y me dejó entrar esquivando la larga fila. Al entrar noté las miradas de un par de pendejos y sus ojos quemando mi pantalón, con los tacos reconozco que mi cola sobresale bastante pero es el que mejor me combina con el top animal print. No iba a ir vestida de monja a un boliche, por más que estuviera mi hijo ahí. El maquillaje si bien tenía una fuerte base no era demasiado llamativo, un poco de labial suave y un delineado tranquilo. 

Me acomodé cerca de una barra en la parte más alta. En la mayoría de las fotos mi hijo aparecía directamente en frente a esa zona así que cada tanto miraba disimuladamente mientras charlaba con algún boludo que se me acercaba con chamuyos. Estaba tomandome un trago y de golpe lo vi. Tenía una camisa color salmón muy ajustada a su delgado torso. Se veía más alto en persona. El corazón se me aceleró. Estaba en una rondita de amigos. Yo prendida a la bombilla de mi trago no dejaba de mirarlo. Morocho como yo y con una gran sonrisa parecía el más poronga del grupo. Se veía eran todo muy chetos pero Darío parecía tener una confianza mayor que los otros, muy extrovertido era el eje de las miradas, arrancaba las risas y parecía dirigir el grupo o tal vez era la idea mía.

Sentí el ruido de la bombilla al llegar al fondo del vaso y me di cuenta que no había dejado de mirar ni un segundo. Me dio un poco de vergüenza y bajé la mirada un segundo. Cuando volví a mirar, esta vez con más disimulo. Vi que Darío estaba mirandome fijamente y tuve una sensación muy extraña. Con la excusa del vaso vacío me di vuelta y llamé sin mucha convicción al barman. Por arriba del hombro miré nuevamente y vi que mi hijo había desaparecido. 

Pensé que lo había incomodado o algo así pero de golpe siento una voz que me dice
- buscabas algo morocha? - era mi hijo que había dado toda la vuelta
- no nada. bueno si, que me atiendan acá - y seguí llamando al barman muy nerviosa por la situación
- me parece que buscar algo más. viniste sola hoy? - 
- vine con unas amigas pero no las encuentro - 
- yo puedo ser tu amigo si queres, me llamo Darío -
- Flor - le respondí y le di la mano.  
- Mucho gusto Flor -
Me agarra de la cintura, se me acerca
- podría ser tu mama, no te pases - 
le dije media risueña por los nervios.
- mamita - me dijo y se mordió los labios.

mas alla de ese comentario se quedó mas tranquilo y no trato de avanzarme mas. si me dio charla a lo loco. no me di cuenta como paso el tiempo, hablando de pavadas, música, peliculas, gustos y descubriendo una asombrosa cantidad de similitudes en casi todos los temas que tocabamos. Estaba tan entusiasmada de estar hablando con él que no me di cuenta de la hora ni de la cantidad de vasos tragos que nos bajamos.  hasta que empezaron las canciones raja gente.
- se me fueron mis amigos, que hacemos? - 
me dijo con cierta malicia, yo no quería cortar lo bien que la estaba pasando y sin pensar le dije
- estoy con el auto, si queres vamos a desayunar? - 
- dale, me gusta la idea -
Nos subimos al auto y mientras me ponía el cinturón, Darío sugirió
- tu casa, no? -
- no se si un nene bien como vos es para mi casa -
- dale no seas boluda - 
me insistió asi que lo lleve. despues de todo no dejaba de tratarse de mi hijo

- de verdad era lejos tu casa, me di un poco de sueño el viaje hasta acá -
- si queres hago café - le ofrecí y busqué la lata antes de que me respndiera
- dejá no hace falta vení - 
me grito. escuché unos golpecitos sobre el vidrio de la mesa ratona. cuando me asomé vi que habia armado dos lineas de merca. se da vuelta y me dice
- mejor que el cafe morocha, 
era otra de las cosas que no iba a saber desde el facebook de Irene sobre mi hijo. 
Se aspiró la primera linea con un billete y me lo ofreció para que me mande la otra.
Estaba llegando al final de la linea y con el efecto a flor de piel cuando sentí sus manos en mi cintura. 
Quise incorperarme pero sentí su mano en mi espalda y me empujó con fuerza contra la mesa. Me apoyó la verga y de dos o tres tirones fuertes me bajó el pantalón hasta la mitad de la pierna. 
- no, para - 
le dije casi suspirando
- deja de histeriquearme puta, si fuiste a buscar esto hoy -
dejó caer su pantalón al piso y me la metió rapido hasta el fondo. Senti el placer único de ser penetrada por mi propio hijo y no pude contener la excitación. La violencia de Dario me sorprendio. Mientras me penetraba sacado por la cocaina me agarraba fuerte del pelo
- como me calientan las maduras trolas como vos, siempre con ganas de pija - 
- cogeme bebe quiero toda tu leche - 
- si puta así queres? - me decía poniendose arriba mio como si fuera un perro alzado cogiendo con todas las ganas. El mete y saca era fuerte los golpes de su cuerpo maas seguidos. Yo me movía hacia atras buscando enterrarme mas esa enorme y vigorosa verga. Me estaba cogiendo a mi hijo y me encantaba.

nos tiramos en el sillón sacandonos el resto de la ropa desnudos nos besamos en la boca y el me agarraba las tetas. las mismas tetas que lo alimentaron sus primeros días de vida. con eso en mente le agarre el pelo y lo puse a chupar una de ellas. sentía su lengua golpeando mi pezon y sus dientes mordiendo suavemente. Estaba caliente, tal vez su sangre le decía que esto era más morboso de lo que él suponía. 
me hizo encoger una pierna y me puso de costado asi no se perdía nada. de mas está decir que mis tetas se sacudian con cada embestida. Eso lo ponia mas caliente.
Me tiraba del pelo y me besaba y yo loca de placer. no solo estaba con mi hijo. el desgraciado coge bien. 
-  asi fuerte no pares asi mas fuerte! - l
le gritaba bañada en sudor de sexo y morbo.
me encantaba que me trate como una puta cualquiera y que sea tan bestia
se había convertido en todo un macho y ahora era mi macho 
Su verga entraba y salia mojadisima por mis jugos. 

- Veni y chupá que toda esta leche es para vos - 
me dijo pajeandose frente a mi. me acerqué y quise ir chupandola de a poco pero me agarró el pelo y supe que me iba a atragantar. apretaba con fuerza la cola de caballo que me armó con sus dedos y me movía como si fuera un juguete sexual. La pija de mi hijo estaba deliciosa y yo chupaba todo lo que podía. Así de apoco fui tomando el control de esa pija y ya no me guiaba mas. los gemidos subian cada vez mas, la leche estaba por venir y los dos lo sabiamos. lo tiré contra el sillon y lo monté mi meneo era tan violento como sus movimientos le iba a exprimir toda la leche que tenía y a él lo tenía loco.

Me llenó de leche la concha y apenas sentí el calor de su semen joven y espeso coincidí con mi orgasmo para cerrar uno de los mejores polvos de toda mi vida. Le comí la boca y en cuanto bajó la calentura le dije que tenía que irse. El asunto ahora es que ese orgasmo glorioso no fue un final sino un principio. Pronto voy a ser madre nuevamente y mi hijo sin saberlo se hizo un hermanito 

3 comentarios - Él no sabía que yo era la madre

veteranodel60
Muy buen comienzo, espero sigas contando el resto porque me dejaste duro, van puntos y felicitaciones
gust7387
Muy buen relato espero que sigas contando si paso mas veces