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Una propuesta: jugando con sweetdragonfly

Hola
Hace unos dias pactamos un juego con @sweetdragonfly_ el cual consistia en que cada uno le daria al otro una consigna para escribir un relato y luego publicariamos el relato escrito x el otro.
Les dejo el link de mi relato http://m.poringa.net/posts/relatos/3305400/Arenas-ardientes---Jugando-con-maritox-69.html
A continuacion el resultado de la pluma de esta bella señorita. Que lo disfruten.


¿Cómo habíamos llegado a esto? ¿En qué momento pasamos de la tranquila reunión en mi departamento a esta escena? No sabía explicarlo con exactitud, en parte podría culpar al alcohol. En parte al intenso orgasmo del que me estaba reponiendo, aquel que me llevó a una suerte de éxtasis, donde la realidad se volvió confusa. Intento incorporarme, no puedo. Siento las piernas aún débiles.

Último fin de semana del mes, previo al cobro del sueldo, con mi mejor amiga tenemos la costumbre de juntarnos a cenar. Esto viene desde nuestra época de estudiantes, donde la comida a esa altura del mes escasea y el estómago nos pone creativos. Nuestro presente pinta un poco mejor que aquellos años, pero mantenemos la rutina: repasamos un inventario de lo que cada una tiene en su alacena y decidimos en qué casa nos juntamos. Este mes tocó en la mía. Tenemos dos reglas: la que pone la casa no cocina, la que cocina no pone la mesa ni lava los platos. La cocina no es lo mío, pero sin dudas es el fuerte de Vanessa, mi amiga.

Sentada, como logré acomodarme al borde del sillón de tres cuerpos, logro ver al otro lado de la sala de estar a mi buen amigo @maritox-69 cogiéndose con fuerza a Vanessa, mi mejor amiga. Ella, en cuatro con los codos apoyados en el respaldo del otro sillón que termina de llenar el espacio de mi sala de estar. Él, parado atrás de ella, sosteniéndola firmemente de la cadera.

Noche de verano, propicia empezar con las cervezas desde el momento en que se está cocinando. La cena ya estaba lista, como era nuestro trato me tocaba poner la mesa. En eso estaba cuando tocan el timbre. Pienso por un segundo si Mati, mi vecino, nos habrá visto llegar. Mi vecino tiene un serio enamoramiento hacia Vanessa, y debemos escabullirnos cada vez que entramos a mi edificio, así no se nos quiere sumar a la cena. Grata sorpresa la mía cuando abrí la puerta y encontré a @maritox-69 parado en el umbral, con una botella de vino en una mano y un pack de cerveza en la otra (ya me conoce, el vino no es lo mío). Apenas alcancé a hacerle un gesto para que pase cuando Vanessa sale de la cocina.

A pesar de los muchos años de amistad, y de todas las suposiciones e insinuaciones de quienes nos conocen, jamás habíamos tenido ningún tipo de situación lésbica con Vanessa. Y en ese preciso momento me encontraba hurgando en mis recuerdos para entender qué había pasado en las horas previas. Hasta dónde llegué, hasta dónde llegamos. Porque claramente algo pasó -algo estaba pasando- y era algo que nos incumbía, en mayor o menor medida, a los tres.

Vanessa: ¿No será el denso de tu vec…? -relojeándolo descaradamente de arriba abajo- ¡Ah, bueno! Mucho mejor de lo que esperaba al escuchar el timbre.
Caro: No le hagas caso.. pasá, es una atrevida.. pero la apretas un poquito y arruga, así que no hay de qué temer. Te presento, Vanessa - @maritox-69; @maritox-69 - Vanessa.
@maritox-69: Un gusto, Vanessa -saludándose con un beso en la mejilla.
Vanessa: el gusto es todo mío, lindo -mirándolo nuevamente como quien mira a su próxima presa.
@maritox-69: Andaba por acá -dirigiéndose a mí ahora- y pensé en que tomemos algo, como ando sin teléfono pasé no más sin avisar, pero vengo otro día si estas ocupada.
Vanessa: No, no, pasá, sentate -yo era una invitada en mi propia casa-. La comida ya está, Caro pone un plato más y comemos.

A medida que iba recuperándome -y recuperando los recuerdos- iba entendiendo que una cosa llevó a la otra, y terminaron cogiendo en el medio de mi departamento. Así, sin más. Sin planearlo, sin pensarlo demasiado. Podía recordar la mirada lasciva de Vanessa al conocerlo a él. Podía recordar las indirectas que nos tiramos en la cena. Recordaba además -y esto ya es uno más lejano- que él me había comentado de su fantasía de tenerme a mí y a otra chica más en la misma habitación, pero que yo fuera una especie de voyeur. Al principio dudé, y no porque tuviéramos una relación de exclusividad sexual -al contrario, hasta disfrutábamos contándonos nuestras aventuras sexuales- sino porque no sabía si aguantaría jugando sólo de espectadora, sin intervenir. 

Y así fue. Puse un plato y un juego de cubiertos más. Él y yo nos sentamos, mientras Vanessa terminaba de servir. Le pedí disculpas por el atrevimiento de mi amiga. Le expliqué que ya habíamos estado tomando y que, además, ella no sabía que entre él y yo había pasado algo -lo miro algo pícara, y él responde acariciándome una pierna por debajo de la mesa-. Nos interrumpe la cocinera, trayendo nuestros platos. Ella se dio cuenta del rápido movimiento cuando la vimos aparecer frente a nosotros, y no dejó pasar oportunidad de mencionarlo.

Miré extasiada a la danza sexual que se estaban mandando estos dos. Los miré fijo por un par de minutos, hasta que él me ve. Y sin dejar de bombear casi salvajemente a mi amiga, le toca el hombro y le dice, mirándome: “Mira.. mira quién está nuevamente en juego”. Ella gira su cabeza y me ve. Él sonrió, con esa sonrisa perversa que tiene y sabe que me puede.

La cena transcurrió entre miradas cómplices, sugerentes indirectas y alguna que otra más bien indecente directa entre los tres. Terminamos de cenar, él se ofrece a retirar y lavar los platos, más que agradecida yo, que esa mi tarea esa noche. Mientras él estaba ocupado en la cocina, ella y yo buscábamos alguna película interesante para mirar, cuando me confesó sin rodeos que él le había resultado interesante. “Me calentó desde que lo vi parado en la puerta” fueron sus palabras exactas. Sin creerle del todo.. o más bien, creyéndole pero segura de que -como siempre- arrugaría a la primera señal de él de querer avanzar, le dije que aproveche a seducirlo ahora que él estaba solo en la cocina.

Mientras veía la cara de satisfacción de Vanessa siendo embestida una y otra y otra y otra vez por @maritox-69 empecé a sentir un calor interno, una corriente eléctrica que me recorría completa. Pude recordar en ese instante cómo habíamos llegado a esa escena. Vanessa me había confesado su atracción hacia mi amigo, yo la incentivé a provocarlo. Me hizo caso, y se fue a la cocina. Creyendo que se acobardaría le resté importancia y seguí buscando la película para mirar. No sé, y creo que nunca sabré, qué pasó en esa cocina. El hecho fue que aparecieron los dos comiéndose a besos descaradamente, pasaron frente a mí y se dirigieron al sillón de un solo cuerpo que se encuentra a un par de metro de donde yo estaba recostada. Yo quedé unos minutos sin poder entender nada, paralizada y a la vez excitada. Hasta que la voz de él me hace reaccionar

- ¿Tenes ganas de cumplirme esa fantasía que te había contado? ¿O tenemos que irnos a otro lugar? -de nuevo esa sonrisa a medias, de costado. Esa sonrisa que todo lo consigue. Y consiguió. Como impulsada por un resorte, sin responder verbalmente, me levanté del sillón, tomé una lata de cerveza del freezer, y volví a mi privilegiado asiento a mirarlos, a observar la lujuria con la que se devoraban mutuamente. Lujuria de la cual me hacían partícipe sólo como espectador, y aún así conseguían calentarme.

Tenía el asiento en primera fila para ver el espectáculo, el cual no era otro que sus lenguas recorriéndose, sus manos acariciándose, sus respiraciones agitándose. Pude verlos desvestirse uno a otro, pude verlos desearse con la mirada. Pude ver la lengua de él hurgándole las humedades más profundas a ella. Pude ver los labios de ella secándose entre gemidos, y humedecerse nuevamente ayudada por su propia lengua. No estoy segura en qué momento quedé solo en ropa interior y empecé a tocarme. Primero presionando mis pezones, pellizcándolos, estirándolos, humedeciéndolo con el sudor frío de la lata de cerveza. Luego hurgándome por debajo de la ropa, buscando humedecer mis dedos en otros fluidos.

Recuerdo haberme mojado como nunca viéndolos, y empezar a penetrarme desesperada con dos dedos, buscando ese orgasmo que también podía predecir en ella. Ambas terminamos al mismo tiempo, retorciéndonos entre gemidos. Pero ni ella ni yo estábamos satisfechas. Ambas queríamos más, desde el lugar que cada una ocupaba. Él se sentó en el sillón y ella empezó por recorrerle centímetro a centímetro la pija, a recorrerla con la lengua fuera de su boca, luego a introducírsela por completo envolviéndola con la lengua. Pude verlo a él extasiado como pocas veces lo vi, recibiendo las caricias y la saliva de mi amiga en su miembro totalmente endurecido. Eso me calentó nuevamente. Verla a ella como la más puta de todas comiéndose esa pija, y a él disfrutar con las pupilas perdidas detrás de los párpados de la putita que acababa de conocer. 

Nuevamente yo estaba tocándome, penetrándome con los mismos dos dedos que hacía unos minutos atrás. No podía creer lo que me calentaba verlos coger, lo que me calentaba a pesar de no estar participando activamente en semejante encuentro. Puedo recordar -y es mi último recuerdo- sentirme más caliente que nunca, mi cuerpo se retorcía al ritmo que mis dedos me penetraban, al ritmo del vaivén de ellos dos dándose con todo en medio de mi sala de estar, en el mismo sillón donde tiempo atrás me desparrame a dedicarle a él dos intensos orgasmos. Otra vez estaba yo ahí, un par de metros al costado, dedicándoles -esta vez a ambos- el segundo y más intenso orgasmo de toda mi corta vida. Lo último que recuerdo es el gemido final, mis dedos saliendo de mi interior, una sensación de alivio y relajación total y mi cuerpo acomodándose instintivamente en el sillón.

3 comentarios - Una propuesta: jugando con sweetdragonfly

mdqpablo +2
exelente pluma ,una historia muy hot . nos encantó ,lastima no tener pts . se los dariamos todos
maritox-69 +2
Un lujo contar con la pluma de esa belleza.
Pervberto +2
¡Excelente!
maritox-69 +2
Como ya nos tiene acostumbrados Sweetdragonfly. A historias con mucho fuego