Esta historia ocurrió cuando yo ya tenia casi 18 años
Esta historia ocurrió cuando yo ya tenia casi 18 años. Vivíamos en casa mi madre, viuda hacia cinco años, mi hermana Merche, dos años mas pequeña que yo y mi hermano benjamín con 7 añitos tan solo.
Nuestra vida transcurría sin novedad. Yo iba a clases todo el día y regresaba a casa a las 6 de la tarde.
Ya desde hacia varios años me gustaba espiar a las mujeres. En casa a mi madre y a mi hermana las miraba siempre que entraban en el baño gracias a un pequeño agujero que había en la puerta y había quedado sin tapar alguna vez que cambiaron la manilla. Siempre lo hacia con mucha tensión pensando que en cualquier momento alguien saldría de una habitación y me vería en esa acción. No obstante me arriesgaba pues me merecía la pena el miedo con tal de ver a mi hermanita dentro de la ducha y máxime a mi madre.
Cuando ella entraba procuraba que mis hermanos estuviesen entretenidos en el cuarto de jugar, sacándoles algún juego mío que de normal no se lo dejaba con la disculpa de que me lo podían romper.
Al minuto de cerrar la puerta ya estaba yo apoyando mi ojo derecho en el agujero (Agujero que poco a poco fui agrandando con un punzón y que después de mis sesiones de mirar tapaba con papel masticado para evitar que por cualquier causa alguien reparara en el y que con un pequeño punzón sacaba cuando alguna de las dos mujeres de la casa decían que se iba al baño). De esta forma la visión del baño, que no era muy grande, era casi completa, con una pequeña bañera al fondo, que no permitía estar tumbado en ella. Una cortina impedía que el agua de la ducha salpicara el suelo Mi madre cerró la puerta y empezó a desnudarse. Primero se quitó la blusa blanca y después se deslizó la falda roja que llevaba. El sostén y la braguitas que tenia eran de color crema, casi siempre usaba de este color su ropa intima. Ya se iba a quitar el sostén y mi ritmo cardiaco se estaba acelerando y mi pene empezaba a reaccionar ante la visión que tenia.
Se lo quitó con las dos manos dejando ver dos preciosos pechos blancos rematados por una aureola rosa y dos preciosos pezones marrones que para ser de una mujer de 43 años (la edad que tenia en ese momento)y de haber dado a luz tres hijos se mantenían bastante firmes. Al agacharse para quitarse las braguitas sus pechos colgaron en toda su plenitud. dios!!!!!…. que deseo de poderlos tocar y tantear su peso con mis manos….. que deseo de poder meterlos en mi boca como cuando me daba de mamar…….
Se sacó las bragas levantando cada una de las piernas, y al estar de lado respecto al agujero solo llegue a ver por un instante algunos pelitos de su pubis.
Se dio la vuelta para entrar en la ducha, abriendo el paso del agua y esperando la temperatura de la mezcla de caliente y fría fuese la adecuada, agachada permitiéndome ver su culo majestuoso y un poco de su conchita entre sus dos piernas, apenas un pliegue abultado que aprecia querer salir de la prisión de sus muslos. Se metió dentro de la ducha y cerró la cortina. Me incorporé despegando mi cara de la puerta, con el pene a punto de reventar y me fui a mi cuarto donde tirado encima de la cama me masturbe mientras pensaba que estaba en la ducha con mi madre abrazada a ella e introduciendo mi pene en su interior de conchita. Un chorro de semen caliente inundó mi mano mientras mi cuerpo se arqueaba lleno de placer, placer infinito que por unos segundos me llevó al cielo. Limpié con unos pañuelos desechables todo el semen que se había desparramado por encima de mi y entre los dedos de mi mano.
Estas sesiones de mirón lo hacia casi todos todos los días, y casi todos los días terminaba masturbándome en mi cuarto Un día del pasado verano mi hermana anunció que se iba duchar. Rápidamente y antes de que llegase al baño, quité el papel que tapaba mi agujero y puse una pequeña toalla en el otro lado de la puerta para evitar que en el colgador que había pudiese poner su vestido y cortar la visión que me proporcionaba el orificio. Entró como siempre y cerró la puerta. Mire lo que hacia el resto de la familia y vi que mi madre estaba con mi hermano en el salón viendo en la televisión un programa de dibujos animados.
Mi hermana empezó a desnudarse quitándose la camiseta que llevaba y asomaron dos pequeños pechitos de forma de pi
rámide con dos rosetones grandes y abultados para el tamaño de los pechos. Cuando se quitó las braguitas, se veía su pubis con una ligera pelusilla que dejaba ver toda su raja en su máximo esplendor. Estaba ya puesto a tope cuando una mano se apoyó en mi hombro. Sentí que mi corazón se me paralizaba y deseaba que el mundo desapareciera en ese instante. AL!! -era la voz de mi madre- que estás haciendo mirando por ese agujero? Me incorporé y mirándola a la cara empecé a balbucear no se que cosas incoherentes. Me moría de la vergüenza y del pensar que se me había terminado mi observatorio. Ya veo que estás espiando a tu hermana mientras se ducha. Te parecerá un comportamiento correcto para con tu hermana. Ya hablaremos luego de esto. Ahora vete a tu cuarto castigado.
A la hora de la cena estabamos los cuatro en la mesa y no me atrevía a mirar a la cara a mi madre. Estuvimos en silencio hasta terminar y fuimos al salón a ver la tv. Hasta que los pequeños se fueron a la cama. Al, dijo mi madre mientras se dirigía a su dormitorio, en aquí.
Temblando por la regañina que esperaba recibir entré en el dormitorio, donde una había una cama grande de matrimonio sobre la estaba sentada mi madre.
Siéntate a mi lado, dijo, mientras con la mano palmeaba a su lado. Quiero hablar contigo.
Me senté junto a ella. Estaba vestida con un camisón azul de tirantes y una bata del mismo color sobre sus hombros.
Se la veía hermosa. Me fije en sus labios carnosos y en sus ojos despiertos. Sus piernas estaban al descubierto desde medio muslo dejando ver unas piernas largas y duras.
Al, lo que estabas haciendo esta tarde mirando como se duchaba tu hermana no está bien. Eso no es de hermanos. Que pasaría si tu hermana se diese cuenta de que la mirabas? Hace mucho que lo haces? Inquirió. Solo lo he hecho otra vez -dije poniendo la voz mas inocente que podía.
Y porque lo has hecho?…… esperé unos segundos para contestar mientras ponía cara de arrepentido. Veras mamita, yo no se como son las chicas desnudas. En el colegio todos los amigos hablan del tema y yo tengo que disimular como si tuviese experiencia con chicas. Soy el único que no ha tenido contacto con ellas. Mientras decía esto empecé a lloriquear. La mano de mama me cogió por el hombro y me acercó a su regazo la cabeza, mientras me acariciaba el pelo suavemente. No te preocupes por eso, querido, ya tendrás tiempo de conocer a chicas y tener relaciones con ellas. Pero tienes que tener cuidado, hay cosas que debes de saber, como que puedes dejar embaraza si eyaculas dentro de ella.
Y eso como pasa, mama? pregunte. Que no sabes como pasa? Me preguntó incrédula.
Veo que estás muy verde en estos temas. En el colegio os debían de dar clases de sexualidad. Ven mi cariño, yo te lo explicaré.
El pito que tenéis los hombres cuando está con una chica se pone tieso y duro, como seguro alguna vez se te ha puesto verdad?. Si mama, alguna vez en la cama me ha pasado respondí. Pues bien una vez así se introduce dentro de la mujer por la rajita que todas tenemos. Eso proporciona un gran placer, tanto al hombre como a la mujer, y cuando el placer es máximo para el hombre sin poderse contener expulsa un liquido que se llama semen y que vosotros seguramente llamareis leche. No es así mi cariñín? Si mama, así lo llaman los chicos. Ese semen dentro de la mujer hace que se quede embarazada. Por eso no se debe de tener relaciones sin un preservativo.
Mientras me hablaba su mano seguía acariciándome ahora la espalda, mientras mi pene empezaba a ponerse duro, levantando el pantalón del pijama. Mi madre se dio cuenta.
Pero mira como te estas poniendo? Ves esto es lo que te decía. Ya lo tienes grandecito por lo que veo. Pensar en lo pequeñito que lo tenias cuando te bañaba aún hace poco tiempo…. Note que su mirada estaba clavada en mi pene como si derrepente hubiese descubierto algún tesoro.
Tiene que estar así de duro mami?, pregunté.
Ella amorosa pasó la mano sobre el mi miembro, que dio una sacudida al notar el tacto con su mano.
Veamos como lo tienes: Ponte de pié. Me alcé y cogiendo sus dos manos me bajo el pantalón mientras un pene como nunca lo había tenido salió con toda su fuerza. Mira que hermoso está. Lo cogió con la dos manos suavemente y lo frotó entre sus dedos. Casi quedaba a la altura de su boca. Estaba yo que estallaba cuando se lo acerco y con los labios casi cerrados le dió un beso a la puntita..
En ese momento
noté que mi semen corría por mi pene para salir en una explosión que no podía parar a pesar de intentarlo. Un gran chorro de esperma salto sobre los labios de mi madre que se echo para atrás mientras los siguientes espasmos lanzaron chorros sobre su cara, en la nariz, en el pómulo… grandes goterones resbalaban sobre su blanca piel.
Se quedó quieta hasta que ya no salía mas que una pequeña gota por la punta de mi glande. Sin quitar sus manos de mi pene sacó la lengua y recogió esa última gota que decía fin a un portentoso orgasmo no buscado que había tenido.
Lo siento mama, no se que me ha pasado, ha sido cuando me has acariciado mi pito. No he podido contenerme…… No te preocupes mi pequeñin, has sido feliz y eso es lo que quiero, ven te voy a dar mi pecho para que te tranquilices, lame como cuando eras pequeño.
Quitándose lo tirantes de la bata los dejó escurrir sobre sus hombros y sus dos maravillosos pechos quedaron al descubierto. Esos mismos pechos que en otras ocasiones había visto desde mi observatorio del baño, y que tantas veces había saboreado en sueños mientras me masturbaba en la cama. Ahora estaban a escasos centímetros de mi y ella misma me invitaba a saborearlos.
Me senté de nuevo a su lado y acerque mi boca hacia ese rosetón que adornaba su pecho. Abrí la boca y metí todo lo que podía su pecho dentro de mí. Noté el pezón duro con la punta de mi lengua. Noté como se endurecía aún mas estaba como a punto de estallar. Chupaba con fruición como desesperado mientras ella me acariciaba toda mi espalda.
Chupa mi pequeño, chupa como hacías antes. Estaba caliente, mi propia madre se estaba calentando con su hijo, ya no se controlaba y se estaba lanzando hacia un abismo, un delicioso abismo.
Mientras chupaba su pecho con la mano empecé suavemente a tocarle el muslo, Estaba acogotado y no sabia hasta donde podía llegar. Ella lo debió notar y me agarró la mano y empezó a darle sobre sus muslos con mas fuerza, mientras separaba las piernas y me invitaba con su mano a meter la mía entre ellos. Poco a poco fui subiendo la mano hasta que mis dedos rozaron la braguita en la zona del pubis que estaba abultado. Estaba húmedo, mojado y la tela de la braguita sobre la raja dejaba esta marcada. Con un dedo empecé a recorrer ese camino abierto de arriba abajo mientras notaba que se mojaba cada vez mas mi dedo. Oía pequeños jadeos que salían de la boca de mi mami mientras yo casi me ahogaba con su pecho metido en mi boca.
Ven mi amor -me dijo incorporando- vamos a quitarnos la ropa y ya veras como te voy a enseñar todo lo que tienes que saber de una mujer para que en el colegio no pases apuro con tus amigos. Diciendo esto se quito el camisón y se bajo las braguitas crema que estaban introducidas en su rajita por los tocamientos que le había estado haciendo.
Me quito mi pantalón de pijama y un pene erecto y duro quedo apuntando hacia el techo.
Se tumbó en la cama y me puso encima de ella frotándome la espalda y las nalgas. Yo estaba paralizado de la emoción. No sabia como actuar y esperaba que ella fuese marcando mis pasos. La punta de mi pito estaba tocando los pelitos de su pubis. Lo notaba. Me bajé un poco y mi pene se colocó delante de su vagina entre sus dos muslos.
Ven mi pequeño, quiero que metas tu pitito dentro de mi, relájate, yo te guiaré hasta el, quiero que tengas placer y que me lo transmitas también a tu mamita. Entra otra vez a donde saliste entero cuando nacisteis, quiero sentirte de nuevo en mi interior.
Con sus dedos, delicadamente ajusto mi glande entre los labios de su vagina y empujó su cuerpo un poco hacia arriba. Luego agarrando mis muslos por atrás hizo fuerza hacia abajo y mi glande empezó a introducirse dentro de ella. Notaba como resbalaba en su interior y sus hermosos labios vaginales iban recorriendo todo mi pene hasta llegar a su final. Su pubis y el mío quedaron sellados.
Mueve mi cariñin, muévete dándome placer mi amor, entra y sal de dentro de tu mamita, entra, entra hasta el final.
Sus jadeos se hacían cada vez mas fuertes mientras yo entraba y salía de un utero materno maravilloso del que hacia años había recorrido todo mi cuerpo. Me gustaría meterme entero para disfrutar de su calor, de su suavidad, de estar dentro mientras el placer me inundaba cada poro de mi cuerpo.
Ya no podía esperar más. Mama, me voy a correr, no puedo mas. Sigue hijito mío sigue, llename de tu semen todo mi adentro, no pued
o maaassssssss…… Unos espasmos sacudieron a mi madre mientras mi semen recorria todo su camino hasta chocar en el fondo de su vagina. Siiiiiiiiiii,….. siiiiiiiii……asiiiiiiiiiiiiiii………. Ahhhhhhhh. Una explosión nos invadió y nos hizo abrazarnos con fuerza casi haciéndonos daño. Los últimos espasmos dejaros nuestros cuerpos exaustos uno encima del otro, yo con mi pene flácido apenas metido dentro de mi madre y ligeros chorretones de semen resbalando entre sus muslos. Nos quedamos unos instante sin decirnos nada. Mi madre tenia los ojos cerrados como pensando en lo que acaba de ocurrir. Yo estaba confuso y hacia esfuerzo para notar las sensaciones de mi pene. No quería que ese momento terminase. Abriendo los ojos me miró fijamente y me dijo- te ha gustado mi amor?- Otro día te invitare otra vez a entrar dentro de tu mamita. Ahora vete a tu cuarto a dormir. Mañana hablaremos de todo esto.
Un suave rozar de sus labios a los míos me despidieron de su lado, marchándome de su lado a mi cuarto.
Cuando me tumbé en la cama, un torbellino de imágenes y sensaciones me venían a la cabeza, sin concierto, desordenados. Cuando se empezaban a aclarar, mi mano estaba otra vez llena de semen. Y mi hermana………..? Así me quede dormido
Creditos a la WEB
Esta historia ocurrió cuando yo ya tenia casi 18 años. Vivíamos en casa mi madre, viuda hacia cinco años, mi hermana Merche, dos años mas pequeña que yo y mi hermano benjamín con 7 añitos tan solo.
Nuestra vida transcurría sin novedad. Yo iba a clases todo el día y regresaba a casa a las 6 de la tarde.
Ya desde hacia varios años me gustaba espiar a las mujeres. En casa a mi madre y a mi hermana las miraba siempre que entraban en el baño gracias a un pequeño agujero que había en la puerta y había quedado sin tapar alguna vez que cambiaron la manilla. Siempre lo hacia con mucha tensión pensando que en cualquier momento alguien saldría de una habitación y me vería en esa acción. No obstante me arriesgaba pues me merecía la pena el miedo con tal de ver a mi hermanita dentro de la ducha y máxime a mi madre.
Cuando ella entraba procuraba que mis hermanos estuviesen entretenidos en el cuarto de jugar, sacándoles algún juego mío que de normal no se lo dejaba con la disculpa de que me lo podían romper.
Al minuto de cerrar la puerta ya estaba yo apoyando mi ojo derecho en el agujero (Agujero que poco a poco fui agrandando con un punzón y que después de mis sesiones de mirar tapaba con papel masticado para evitar que por cualquier causa alguien reparara en el y que con un pequeño punzón sacaba cuando alguna de las dos mujeres de la casa decían que se iba al baño). De esta forma la visión del baño, que no era muy grande, era casi completa, con una pequeña bañera al fondo, que no permitía estar tumbado en ella. Una cortina impedía que el agua de la ducha salpicara el suelo Mi madre cerró la puerta y empezó a desnudarse. Primero se quitó la blusa blanca y después se deslizó la falda roja que llevaba. El sostén y la braguitas que tenia eran de color crema, casi siempre usaba de este color su ropa intima. Ya se iba a quitar el sostén y mi ritmo cardiaco se estaba acelerando y mi pene empezaba a reaccionar ante la visión que tenia.
Se lo quitó con las dos manos dejando ver dos preciosos pechos blancos rematados por una aureola rosa y dos preciosos pezones marrones que para ser de una mujer de 43 años (la edad que tenia en ese momento)y de haber dado a luz tres hijos se mantenían bastante firmes. Al agacharse para quitarse las braguitas sus pechos colgaron en toda su plenitud. dios!!!!!…. que deseo de poderlos tocar y tantear su peso con mis manos….. que deseo de poder meterlos en mi boca como cuando me daba de mamar…….
Se sacó las bragas levantando cada una de las piernas, y al estar de lado respecto al agujero solo llegue a ver por un instante algunos pelitos de su pubis.
Se dio la vuelta para entrar en la ducha, abriendo el paso del agua y esperando la temperatura de la mezcla de caliente y fría fuese la adecuada, agachada permitiéndome ver su culo majestuoso y un poco de su conchita entre sus dos piernas, apenas un pliegue abultado que aprecia querer salir de la prisión de sus muslos. Se metió dentro de la ducha y cerró la cortina. Me incorporé despegando mi cara de la puerta, con el pene a punto de reventar y me fui a mi cuarto donde tirado encima de la cama me masturbe mientras pensaba que estaba en la ducha con mi madre abrazada a ella e introduciendo mi pene en su interior de conchita. Un chorro de semen caliente inundó mi mano mientras mi cuerpo se arqueaba lleno de placer, placer infinito que por unos segundos me llevó al cielo. Limpié con unos pañuelos desechables todo el semen que se había desparramado por encima de mi y entre los dedos de mi mano.
Estas sesiones de mirón lo hacia casi todos todos los días, y casi todos los días terminaba masturbándome en mi cuarto Un día del pasado verano mi hermana anunció que se iba duchar. Rápidamente y antes de que llegase al baño, quité el papel que tapaba mi agujero y puse una pequeña toalla en el otro lado de la puerta para evitar que en el colgador que había pudiese poner su vestido y cortar la visión que me proporcionaba el orificio. Entró como siempre y cerró la puerta. Mire lo que hacia el resto de la familia y vi que mi madre estaba con mi hermano en el salón viendo en la televisión un programa de dibujos animados.
Mi hermana empezó a desnudarse quitándose la camiseta que llevaba y asomaron dos pequeños pechitos de forma de pi
rámide con dos rosetones grandes y abultados para el tamaño de los pechos. Cuando se quitó las braguitas, se veía su pubis con una ligera pelusilla que dejaba ver toda su raja en su máximo esplendor. Estaba ya puesto a tope cuando una mano se apoyó en mi hombro. Sentí que mi corazón se me paralizaba y deseaba que el mundo desapareciera en ese instante. AL!! -era la voz de mi madre- que estás haciendo mirando por ese agujero? Me incorporé y mirándola a la cara empecé a balbucear no se que cosas incoherentes. Me moría de la vergüenza y del pensar que se me había terminado mi observatorio. Ya veo que estás espiando a tu hermana mientras se ducha. Te parecerá un comportamiento correcto para con tu hermana. Ya hablaremos luego de esto. Ahora vete a tu cuarto castigado.
A la hora de la cena estabamos los cuatro en la mesa y no me atrevía a mirar a la cara a mi madre. Estuvimos en silencio hasta terminar y fuimos al salón a ver la tv. Hasta que los pequeños se fueron a la cama. Al, dijo mi madre mientras se dirigía a su dormitorio, en aquí.
Temblando por la regañina que esperaba recibir entré en el dormitorio, donde una había una cama grande de matrimonio sobre la estaba sentada mi madre.
Siéntate a mi lado, dijo, mientras con la mano palmeaba a su lado. Quiero hablar contigo.
Me senté junto a ella. Estaba vestida con un camisón azul de tirantes y una bata del mismo color sobre sus hombros.
Se la veía hermosa. Me fije en sus labios carnosos y en sus ojos despiertos. Sus piernas estaban al descubierto desde medio muslo dejando ver unas piernas largas y duras.
Al, lo que estabas haciendo esta tarde mirando como se duchaba tu hermana no está bien. Eso no es de hermanos. Que pasaría si tu hermana se diese cuenta de que la mirabas? Hace mucho que lo haces? Inquirió. Solo lo he hecho otra vez -dije poniendo la voz mas inocente que podía.
Y porque lo has hecho?…… esperé unos segundos para contestar mientras ponía cara de arrepentido. Veras mamita, yo no se como son las chicas desnudas. En el colegio todos los amigos hablan del tema y yo tengo que disimular como si tuviese experiencia con chicas. Soy el único que no ha tenido contacto con ellas. Mientras decía esto empecé a lloriquear. La mano de mama me cogió por el hombro y me acercó a su regazo la cabeza, mientras me acariciaba el pelo suavemente. No te preocupes por eso, querido, ya tendrás tiempo de conocer a chicas y tener relaciones con ellas. Pero tienes que tener cuidado, hay cosas que debes de saber, como que puedes dejar embaraza si eyaculas dentro de ella.
Y eso como pasa, mama? pregunte. Que no sabes como pasa? Me preguntó incrédula.
Veo que estás muy verde en estos temas. En el colegio os debían de dar clases de sexualidad. Ven mi cariño, yo te lo explicaré.
El pito que tenéis los hombres cuando está con una chica se pone tieso y duro, como seguro alguna vez se te ha puesto verdad?. Si mama, alguna vez en la cama me ha pasado respondí. Pues bien una vez así se introduce dentro de la mujer por la rajita que todas tenemos. Eso proporciona un gran placer, tanto al hombre como a la mujer, y cuando el placer es máximo para el hombre sin poderse contener expulsa un liquido que se llama semen y que vosotros seguramente llamareis leche. No es así mi cariñín? Si mama, así lo llaman los chicos. Ese semen dentro de la mujer hace que se quede embarazada. Por eso no se debe de tener relaciones sin un preservativo.
Mientras me hablaba su mano seguía acariciándome ahora la espalda, mientras mi pene empezaba a ponerse duro, levantando el pantalón del pijama. Mi madre se dio cuenta.
Pero mira como te estas poniendo? Ves esto es lo que te decía. Ya lo tienes grandecito por lo que veo. Pensar en lo pequeñito que lo tenias cuando te bañaba aún hace poco tiempo…. Note que su mirada estaba clavada en mi pene como si derrepente hubiese descubierto algún tesoro.
Tiene que estar así de duro mami?, pregunté.
Ella amorosa pasó la mano sobre el mi miembro, que dio una sacudida al notar el tacto con su mano.
Veamos como lo tienes: Ponte de pié. Me alcé y cogiendo sus dos manos me bajo el pantalón mientras un pene como nunca lo había tenido salió con toda su fuerza. Mira que hermoso está. Lo cogió con la dos manos suavemente y lo frotó entre sus dedos. Casi quedaba a la altura de su boca. Estaba yo que estallaba cuando se lo acerco y con los labios casi cerrados le dió un beso a la puntita..
En ese momento
noté que mi semen corría por mi pene para salir en una explosión que no podía parar a pesar de intentarlo. Un gran chorro de esperma salto sobre los labios de mi madre que se echo para atrás mientras los siguientes espasmos lanzaron chorros sobre su cara, en la nariz, en el pómulo… grandes goterones resbalaban sobre su blanca piel.
Se quedó quieta hasta que ya no salía mas que una pequeña gota por la punta de mi glande. Sin quitar sus manos de mi pene sacó la lengua y recogió esa última gota que decía fin a un portentoso orgasmo no buscado que había tenido.
Lo siento mama, no se que me ha pasado, ha sido cuando me has acariciado mi pito. No he podido contenerme…… No te preocupes mi pequeñin, has sido feliz y eso es lo que quiero, ven te voy a dar mi pecho para que te tranquilices, lame como cuando eras pequeño.
Quitándose lo tirantes de la bata los dejó escurrir sobre sus hombros y sus dos maravillosos pechos quedaron al descubierto. Esos mismos pechos que en otras ocasiones había visto desde mi observatorio del baño, y que tantas veces había saboreado en sueños mientras me masturbaba en la cama. Ahora estaban a escasos centímetros de mi y ella misma me invitaba a saborearlos.
Me senté de nuevo a su lado y acerque mi boca hacia ese rosetón que adornaba su pecho. Abrí la boca y metí todo lo que podía su pecho dentro de mí. Noté el pezón duro con la punta de mi lengua. Noté como se endurecía aún mas estaba como a punto de estallar. Chupaba con fruición como desesperado mientras ella me acariciaba toda mi espalda.
Chupa mi pequeño, chupa como hacías antes. Estaba caliente, mi propia madre se estaba calentando con su hijo, ya no se controlaba y se estaba lanzando hacia un abismo, un delicioso abismo.
Mientras chupaba su pecho con la mano empecé suavemente a tocarle el muslo, Estaba acogotado y no sabia hasta donde podía llegar. Ella lo debió notar y me agarró la mano y empezó a darle sobre sus muslos con mas fuerza, mientras separaba las piernas y me invitaba con su mano a meter la mía entre ellos. Poco a poco fui subiendo la mano hasta que mis dedos rozaron la braguita en la zona del pubis que estaba abultado. Estaba húmedo, mojado y la tela de la braguita sobre la raja dejaba esta marcada. Con un dedo empecé a recorrer ese camino abierto de arriba abajo mientras notaba que se mojaba cada vez mas mi dedo. Oía pequeños jadeos que salían de la boca de mi mami mientras yo casi me ahogaba con su pecho metido en mi boca.
Ven mi amor -me dijo incorporando- vamos a quitarnos la ropa y ya veras como te voy a enseñar todo lo que tienes que saber de una mujer para que en el colegio no pases apuro con tus amigos. Diciendo esto se quito el camisón y se bajo las braguitas crema que estaban introducidas en su rajita por los tocamientos que le había estado haciendo.
Me quito mi pantalón de pijama y un pene erecto y duro quedo apuntando hacia el techo.
Se tumbó en la cama y me puso encima de ella frotándome la espalda y las nalgas. Yo estaba paralizado de la emoción. No sabia como actuar y esperaba que ella fuese marcando mis pasos. La punta de mi pito estaba tocando los pelitos de su pubis. Lo notaba. Me bajé un poco y mi pene se colocó delante de su vagina entre sus dos muslos.
Ven mi pequeño, quiero que metas tu pitito dentro de mi, relájate, yo te guiaré hasta el, quiero que tengas placer y que me lo transmitas también a tu mamita. Entra otra vez a donde saliste entero cuando nacisteis, quiero sentirte de nuevo en mi interior.
Con sus dedos, delicadamente ajusto mi glande entre los labios de su vagina y empujó su cuerpo un poco hacia arriba. Luego agarrando mis muslos por atrás hizo fuerza hacia abajo y mi glande empezó a introducirse dentro de ella. Notaba como resbalaba en su interior y sus hermosos labios vaginales iban recorriendo todo mi pene hasta llegar a su final. Su pubis y el mío quedaron sellados.
Mueve mi cariñin, muévete dándome placer mi amor, entra y sal de dentro de tu mamita, entra, entra hasta el final.
Sus jadeos se hacían cada vez mas fuertes mientras yo entraba y salía de un utero materno maravilloso del que hacia años había recorrido todo mi cuerpo. Me gustaría meterme entero para disfrutar de su calor, de su suavidad, de estar dentro mientras el placer me inundaba cada poro de mi cuerpo.
Ya no podía esperar más. Mama, me voy a correr, no puedo mas. Sigue hijito mío sigue, llename de tu semen todo mi adentro, no pued
o maaassssssss…… Unos espasmos sacudieron a mi madre mientras mi semen recorria todo su camino hasta chocar en el fondo de su vagina. Siiiiiiiiiii,….. siiiiiiiii……asiiiiiiiiiiiiiii………. Ahhhhhhhh. Una explosión nos invadió y nos hizo abrazarnos con fuerza casi haciéndonos daño. Los últimos espasmos dejaros nuestros cuerpos exaustos uno encima del otro, yo con mi pene flácido apenas metido dentro de mi madre y ligeros chorretones de semen resbalando entre sus muslos. Nos quedamos unos instante sin decirnos nada. Mi madre tenia los ojos cerrados como pensando en lo que acaba de ocurrir. Yo estaba confuso y hacia esfuerzo para notar las sensaciones de mi pene. No quería que ese momento terminase. Abriendo los ojos me miró fijamente y me dijo- te ha gustado mi amor?- Otro día te invitare otra vez a entrar dentro de tu mamita. Ahora vete a tu cuarto a dormir. Mañana hablaremos de todo esto.
Un suave rozar de sus labios a los míos me despidieron de su lado, marchándome de su lado a mi cuarto.
Cuando me tumbé en la cama, un torbellino de imágenes y sensaciones me venían a la cabeza, sin concierto, desordenados. Cuando se empezaban a aclarar, mi mano estaba otra vez llena de semen. Y mi hermana………..? Así me quede dormido
Creditos a la WEB
1 comentarios - Volver al seno Materno