Enterandome de mis cuernos

Si leyeron mi post anterior, saben que con mi novia (19) nos une una gran relación, sobre todo desde que pude asumir con libertad mis cuernos. También recordaran como me enteré que cogía frecuentemente con su primo (entre otros). 
Hoy voy a contar una anécdota que ella me relató cuando ya todo salió a la luz y me pude asumir como cuerno. 
Yo comencé a salir con ella un mes de septiembre. En el enero del año siguiente, ella y su famila, junto a 2 familias de tios de ella, viajaron a Pinamar a pasar sus vacaciones de verano. Yo por ese entonces habia decidido ir a  Brasil, en un viaje que ya había comprado antes de comenzar mi noviazgo con ella, por lo que inevitablemente cada uno pasaría por su lado. Demás esta decir que en la segunda parte de Enero hubo un reencuentro de sexo interminable con ella, lo que jamás me hubiera hecho pensar en lo que ocurrió aquel verano en Pinamar.
Lo que ocurrió en Pinamar es que ella se la pasó cogiendo con su primo. Porque, claro, una de las familias que los acompañaban lo incluian. 
Ella me contó que todos iban juntos a la playa. Que el primer día todos volvieron alrededor de las 18 horas. Al estudiar esa situación, imaginaron que ese horario de retorno se repetiría dia a dia y efectivamente asi fue. Por lo que ella, todos los días a las 16, decia que estaba un poco aburrida y cansada de sol, y que se iba a descansar un rato al departamento para poder seguirla a la noche. Por supuesto, para tranquilidad de sus padres, siempre el primo se ofrecía a acompañarla, para darle seguridad sobre cualquier cosa que le pudiera pasar. Lo que jamás imaginaron mis suegros es que ese primo tan colaborador, utilizaba esas dos horas para cogerse a la nena de todas las maneras posibles. Me conto que cada vez que llegaban a uno de los departamentos que alquilaban el la desnudaba al toque e inmediatamente se colocaba en su posicion de macho dominante, lo que a ella le encantaba porque le gusta jugar el rol de sumisa con machos de verdad. El se la cogio dia a dia. La ataba. Hacia que le chupe la pija, los huevos, el ojete, los pies. Le decia que era su puta y que su cornudo seguro se estaba pajeando en Brasil. Le enlechaba la concha, las tetas, la espalda, la cara, el pelo y, por supuesto la boca. Su ingesta de semen revestia una dosis diaria, por lo menos. 
Luego me conto sus aventuras en un boliche, donde su primo la "entregó" por dos botellas de champagne, y ella tuvo que complacer a su "comprador", lo cual le encantó. Pero eso será parte de otro post... 
Espero que les haya gustado mi historia.