Esto es un sueño bastante recurrente, aunque últimamente lo imagino estando con ella cada vez que nos encontramos con amigos a tomar algo.
Fernando, docente, pinta de tipo copado, entrador, no lo conozco tanto, solo lo cruzo a veces cuando coincidimos en algún evento que involucra a su chica.
Y aca el tema es ella, Maria, de piel morocha, hermosa, simpática, de piel suave, con la boca mas suave del mundo, unas tetas divinas y un culo que dan ganas de chupárselo hasta que me muera.
Siempre sueño lo mismo, que estoy con ellos en su casa, charla va, charla viene,compartiendo una copa de vino y por algún motivo Fernando se va unos minutos y en ese momento, muy tímidos pero calientes, nos empezamos a besar y acariciar, con miedo, como si nos fueran a retar, o quizás con miedo de que nos encante y no lo podamos manejar, en el sueño puedo sentir la piel suave y su boca nerviosa...
Su casa, es un lugar muy cómodo, amplio, con un sillón enorme que no puedo pensarlo sin ella desnuda, sentada, pajeándose, obvio que me miento y digo que se pajea pensando en mi.
Entre caricias siempre esta el miedo a ser interrumpidos violentamente por el marido, es por eso que solo la acaricio por debajo de la ropa, la miro a los ojos mientras acaricio sus tetas, suave y con una calentura que se delata en el movimiento torpe, siempre freno en algún momento solo para asegurarme que seguimos solos, me acerco hasta una puerta que no se donde da, y le digo...
- Tranqui, esta hablando por celular, ni bola nos da.
Y al volver, ella esta sentada sobre una desayunadora, sin pantalones, con una tanga blanca que a simple viste se nota lo ajustada y mojada que esta. Y mirándome muy firme, con los ojos mas café que nunca me dice:
- Quédate ahí, no te acerques, quiero que me veas pajearme, lo voy a hacer para vos, para que veas que puta te perdes todos los días.
Y con sus dedos se corre la tanga dejando ver una conchita hermosa, depilada, húmeda. Con movimientos suaves se acaricia y cada tanto deja que un dedo entre, pero no me saca la mirada de encima y eso me calienta mas que verla desnuda.
Después de unos minutos me muestra sus dos dedos mojados, muy mojados y me dice sonriendo:
- Sos tan gil, que vas a hacer lo que te diga, veni y chúpame los dedos hasta que yo te diga cuando tenes que parar.
Obvio como buen gil que soy con ella, me acerco sabiendo que en ese momento me estoy convirtiendo en su puta, iba a hacer lo que ella quiera y obvio que no me iba a molestar, me mete los dedos en mi boca y mi única reacción fue cerrar los ojos y disfrutar...disfrutar hasta que abro mis ojos y puedo ver su cara de nerviosismo, y al seguir su mirada...lo vi...
Fernando, docente, pinta de tipo copado, entrador, no lo conozco tanto, solo lo cruzo a veces cuando coincidimos en algún evento que involucra a su chica.
Y aca el tema es ella, Maria, de piel morocha, hermosa, simpática, de piel suave, con la boca mas suave del mundo, unas tetas divinas y un culo que dan ganas de chupárselo hasta que me muera.
Siempre sueño lo mismo, que estoy con ellos en su casa, charla va, charla viene,compartiendo una copa de vino y por algún motivo Fernando se va unos minutos y en ese momento, muy tímidos pero calientes, nos empezamos a besar y acariciar, con miedo, como si nos fueran a retar, o quizás con miedo de que nos encante y no lo podamos manejar, en el sueño puedo sentir la piel suave y su boca nerviosa...
Su casa, es un lugar muy cómodo, amplio, con un sillón enorme que no puedo pensarlo sin ella desnuda, sentada, pajeándose, obvio que me miento y digo que se pajea pensando en mi.
Entre caricias siempre esta el miedo a ser interrumpidos violentamente por el marido, es por eso que solo la acaricio por debajo de la ropa, la miro a los ojos mientras acaricio sus tetas, suave y con una calentura que se delata en el movimiento torpe, siempre freno en algún momento solo para asegurarme que seguimos solos, me acerco hasta una puerta que no se donde da, y le digo...
- Tranqui, esta hablando por celular, ni bola nos da.
Y al volver, ella esta sentada sobre una desayunadora, sin pantalones, con una tanga blanca que a simple viste se nota lo ajustada y mojada que esta. Y mirándome muy firme, con los ojos mas café que nunca me dice:
- Quédate ahí, no te acerques, quiero que me veas pajearme, lo voy a hacer para vos, para que veas que puta te perdes todos los días.
Y con sus dedos se corre la tanga dejando ver una conchita hermosa, depilada, húmeda. Con movimientos suaves se acaricia y cada tanto deja que un dedo entre, pero no me saca la mirada de encima y eso me calienta mas que verla desnuda.
Después de unos minutos me muestra sus dos dedos mojados, muy mojados y me dice sonriendo:
- Sos tan gil, que vas a hacer lo que te diga, veni y chúpame los dedos hasta que yo te diga cuando tenes que parar.
Obvio como buen gil que soy con ella, me acerco sabiendo que en ese momento me estoy convirtiendo en su puta, iba a hacer lo que ella quiera y obvio que no me iba a molestar, me mete los dedos en mi boca y mi única reacción fue cerrar los ojos y disfrutar...disfrutar hasta que abro mis ojos y puedo ver su cara de nerviosismo, y al seguir su mirada...lo vi...
0 comentarios - La minita del profesor. (1era parte)