Peroclaro, no es la primera garchada de las dos pelirrojas, amigas desde hace años.Como dije, vienen dándose desde años atrás. Esto fue hace unos meses, cuandolas dos fueron invitadas al casamiento de la hija de una amiga de Haydée, otrapelirroja. Las dos mujeres, superelegantes, se pusieron espectaculares para laceremonia y la fiesta. María Teresa se puso un espectacular y lujoso vestidoazul brilloso, tacos y cartera de charol y un saco brilloso encima, muymaquillada y perfumada. Y Estela, un no menos lujoso vestido negro delentejuelas, falda negra muy fina, tacos negros y carterita y saco de charol,también muy maquillada y perfumada. Así de lindas, las dos fueron solas alcasamiento. Y como el sábado, se empezaron a tentar de alguna cosita ya en laceremonia, pero guardaron la compostura por respeto a los novios. Después, en la fiesta, comieron juntitas una tabla de quesosy fiambres, y se tentaron y se mimaron un poquito disimuladamente. Estelaestaba excitada con el vestido y la pintura de María Teresa, y ella con suslentejuelas, su bijou y su maquillaje. Y tras la cena, el baile del valspegaditas, la fiesta, la torta y demás, se fueron poniendo cada vez máspegajosas. Y pasó lo que tenía que pasar.
Alirse del salón a eso de las cuatro de la mañana, Estela se agarró del brazo deTere y le sugirió ir a tomar algo y ver qué pasaba. Teresa, bien de la noche yloca sin medida, aceptó encantadísima, la llevó a un bar y tomaron bastantealcohol. Y entre copas, mimos y besos en la boca, total ya no había nadieconocido, se calentaron y se fueron del bar a una galería cercana, donde a esahora no pasaba nadie.
AhíMaría Teresa la besó a su amiga, la manoseó, se sacaron los zapatos y trasacariciar sus lentejuelas, Tere le bajó el cierre del vestido y se lo hizosacar, mientras jadeaba y se sacaba el suyo. Entonces se enloqueció con la ropitaerótica de Estela, se quitó la suya y le desabrochó el corpiño. Y mientrassacaba crema de la cartera, Estela, experta, se le hizo rogar y no se quitó labombacha, lo que la puso más loca a María Teresa. La gorda sacó la crema, lasujetó con locura y pasión, le pasó por el cuerpo y las tetas, le dijo de todoy Teli no pudo más: se hizo encima, se sacó las ligas y revoleó su bombacha. Yahí Tere se le mandó encima, le metió un choclo que traía en su carterita y ledio por la vagina con ganas; luego le enchufó más cosas, hasta su lápiz delabios, y la violó varias veces por vagina y cola, cola, pechos, tetas y suflujo en la boca de Estela. Mäs, le metió más cosas, su pincel de rubor, el depestañas, le puso cremita en la vagina y le volvió a dar. Todo aí en lagalería, que estaba tan oculta que nadie supo nada. Así mi María Teresa y suamiga pasaron una auténtica noche de bodas. Y no necesitaron hotel, sólo ganasde coger bien.
Alirse del salón a eso de las cuatro de la mañana, Estela se agarró del brazo deTere y le sugirió ir a tomar algo y ver qué pasaba. Teresa, bien de la noche yloca sin medida, aceptó encantadísima, la llevó a un bar y tomaron bastantealcohol. Y entre copas, mimos y besos en la boca, total ya no había nadieconocido, se calentaron y se fueron del bar a una galería cercana, donde a esahora no pasaba nadie.
AhíMaría Teresa la besó a su amiga, la manoseó, se sacaron los zapatos y trasacariciar sus lentejuelas, Tere le bajó el cierre del vestido y se lo hizosacar, mientras jadeaba y se sacaba el suyo. Entonces se enloqueció con la ropitaerótica de Estela, se quitó la suya y le desabrochó el corpiño. Y mientrassacaba crema de la cartera, Estela, experta, se le hizo rogar y no se quitó labombacha, lo que la puso más loca a María Teresa. La gorda sacó la crema, lasujetó con locura y pasión, le pasó por el cuerpo y las tetas, le dijo de todoy Teli no pudo más: se hizo encima, se sacó las ligas y revoleó su bombacha. Yahí Tere se le mandó encima, le metió un choclo que traía en su carterita y ledio por la vagina con ganas; luego le enchufó más cosas, hasta su lápiz delabios, y la violó varias veces por vagina y cola, cola, pechos, tetas y suflujo en la boca de Estela. Mäs, le metió más cosas, su pincel de rubor, el depestañas, le puso cremita en la vagina y le volvió a dar. Todo aí en lagalería, que estaba tan oculta que nadie supo nada. Así mi María Teresa y suamiga pasaron una auténtica noche de bodas. Y no necesitaron hotel, sólo ganasde coger bien.
0 comentarios - Aquella primera de María Teresa y Estela tras casamiento