Confesiones del cinefiloco 4... Compañera flaca del trabajo

Para el post número cuatro, vamos a venir a menos de un mes.Mi última experiencia, con una compañera del trabajo. Muy callada, hiper suavey delicada y frágil debido a su delgadez. Me calentaba acercarme a su oficina ycharlar con ella cuando necesitaba ayuda. El cabello lacio recogido en unrodete por un lápiz, lentes pequeños de marcos negros, camisa blanca que apenasmostraban sus planos pechos sobre su tela. Dedos largos y una voz muy sumisa y esoquizás me calentaba mucho. La cuestión que en una de las visitas a su oficina, sinquerer quise mover el mouse y apoye mi mano sobre la de ella. Inmediatamente sesonrojo, le pedi disculpas y rio, nerviosa. La cuestión es que cuando estaba enla cocina de la empresa, apareció a preparar su mate y me preguntó cómo estaba.Me resulto raro hablábamos, pero solo buenos días, chau, hasta luego o algunaconsulta. Bien le dije, tengo que pedirte nuevamente disculpas. No no, dijo yse volvió a sonrojar. Queres un mate. Yo fui quien quedo duro ahora. Si le dijey cuando iba a tomarlo ella intencionalmente me rozo con sus manos y asomoapenas, apenas la lengua para humedecer los labios.  Sonrei y sin darme cuenta, ahora que lo piensole pregunte a que hora salía al almuerzo. En una hora vos, me pregunto.También. Sonreimos y esas cosas intencionales de la vida y calentura, salimosalmorzar y nos encontramos en el pasillo, Sin decir palabras doblamos juntos laesquina y yo pare de repente. Mira, en realidad no voy almorzar. Yo tampoco, mecontesto. Me quede estatico mirándola, se acerco y me susurro al odio, poniéndomela pija al palo. Si queres que te bese, vamos un poco mas lejos asi no nos venadie.  Y asi fue, a las dos cuadras, medijo aca esta bien y me comio la boca, y si! Con mi pija al palo cuando seapoyo en mi, abrió los ojos, No es grande ni mucho menos pero estaba durísima. Comoestas. Si vos me pusiste asi, le dije.  Sesonrojo y volvió sobre sus pasos. Donde vas? Le pregunte. Regreso al trabajo. Perono almorzamos le dije. Si, pero tampoco hay lugar para lo otro por aca. Y teníarazón. Asi que volvimos, me pegue una paja en el baño de hombres y minutosantes de salir me llama a su oficina. La pc estaba bien, era para decirme quesi quería desviarme a su casa. Acepte. Besos durante la hora de viaje encolectivo, pija al palo. Apenas entramos a su casa, me abrió el pantalón y mepego una mamada increíble.  Y paso lo quetenía que pasar, ante tal calentura le dije que no iba aguantar, y me pajeonomas de parado contra la puerta.  Bañateque yo te espero en la cama me dijo. Y cuando regreso estaba en bolas, la flacase partia, nada de tetas, solo pezones duros, la concha media peluda que abriacon sus dedos, y la cadera huesuda. Me pidió que se la chupe, después me acostóy cabalgo casi treinta minutos sacada, tanto que durante tres días me dolían elvientre de su chocar de huesos contra mi. Pero gozaba como loca, le dije que iba acabar y comenzó a decir queespere, yo no podía más, porque gemia y gemia mientras se pellizcaba las tetas…Y no paro de cabalgar, y yo acabe adentro de la muy guacha. Y siguió cabalgandomientras yo no daba más, hasta que acabo y se tiro sobre mí. Me susurro alodio, no te preocupes siento tu leche caliente dentro, me tomo la pastilla deldía después y listo… no hay como acabar dentro no? Me dijo y si, pero tiene susriesgos. La cuestión que hace dos semanas me llama y me dice, quédate tranquiloestoy indispuesta. Y a mi me volvió el alma al cuerpo. Ahora estoy en unpequeño debate si seguir cogiéndola sin compromiso a esta compañera de 32 añosy correr riesgos o cortarla ahí. Hasta hoy vengo haciéndome el boludo, pero aveces la calentura puede jugarte una mala pasada…