A ella le interesaban letras igual que a mí, eso era obvio por eso trabajaba en una libreria y por eso yo frecuentaba tanto dicha librería, pero que además fuera una chica de porte serio pero a la vez cachondilla eso si me excitaba.
Ya la he descrito anteriormente pero no me bastarían nunca las descripciones para quedar satisfecho y sentir que hice justicia a su belleza y sensualidad con las palabras, no importa cuán extensa o perfecta sea la descripción siempre quedará tosca y faltará en su mayoría a la realidad; ella me gustaba y me gustaba mucho. Cuando hice el relato que me pidió estaba muy excitado de imaginarla y recordarla, de repetir en palabras gráficamente lo que habiamos hecho pero me excitaba más todavía imaginar lo que no alcanzamos a hacer. Venga pues que si esto es estar al borde de la locura yo quisiera estar sumergido en las aguas de la incordura, eso era placentero.
Con sus tetas de tamaño regular pero más bien pequeñas me había excitado sobremanera al mostrármelas aún con el brassiere puesto pero ahora imaginaba como sería cada rasgo de ellas y jugaba mentalmente a imaginarme los pesones, la forma y el tamaño de su aureola y la textura endurecida por la excitación, suave y deliciosa al tacto de mis labios y mi lengua. Me había excitado sobremanera con los repegones de sus nalgas que eran de forma precisa y muy bonita, imaginarla en ropa interior era algo de lo más cachondo, así como recordar el tacto de mis dedos al deslizarse sobre su braga para acariciarle la conchita que se antojaba suave y delicada.
Me excitaba también revivir el tacto de sus manos al jalonearme la verga y la manera sorpresiva en que la envolvió primero por el glande con sus lengua y después como se la metió en su boca de manera rápida y casi desesperada porque se sabía que en cualquier momento podria llegar su patrón, quiizás esa sensación de inminente peligro era lo que habia terminado por volver irresistible la experiencia.
Escribí lo más delicadamente que pude el relato pensando en entregárselo pues ella me había prometido que quizás habría más si leía algo que la excitara. Creo que lo logré pero no podría jactarme de una misión cumplida hasta no haber conseguido que mis deseos se satisfacieran y entre esos deseos estaba sí; satisfacerla a ella.
Estube pasando durante una semana para encontrármela y dejarle las hojas con el relato impreso pero la suerte me jugaba en contra y nunca estaba, entonces me limitaba a pasar de largo y confiar en que la próxima vez la volvería a ver allí dentro, con su sensualidad y su erotismo dispuesto para mí.
Cuando por fin la encontré estaba alli sola y nada más entré me recibió con una sonrisa cálida y se notaba que le daba gusto verme, a mi también.
-Hola, ¿qué tal?- me dijo ella sosteniendo la sonrisa.
-Bien..
-¿Qué te trae por aquí de nuevo?- me preguntó ella pícaramente, era una suave provocación.
-Bueno te traígo algo que escribí, espero que te guste...- le dije.
-Oh! has escrito algo!- me dijo genuinamente sorprendida.
-Lo he intentado- le dije con modestia.
Bueno ahorita esta por llegar mi patrón, pero déjame el escrito, lo leo en la noche y mañana pasas por mi punto de vista.
¿Qué así se terminaba todo? pensé que quizás habría un beso o algo, entendía que ella leería primero el relato pero sinceramente me había decepcionado que esta vez no me diera siquiera un beso, ella se veía sexy aunque llevaba un pantalón de mezclilla de esos que no le lucian bien la silueta de las nalgas sin embargo al llevar una blusa ombliguera se antojaba meter las manos debajo y acariciarle la conchita. Ella me miró como la escudriñaba con deseo y sonriendo me dijo.
-Si, puedes hacer lo que sea que te estes imaginando... pero sólo si me agrada el relato. Lo siento ven mañana, además mañana estaré sola todo el día porque patrón no va a estar en la ciudad.
-¿No me darás un beso siquiera?- le dije mientras miraba sus labios hermosos.
-Lo siento, sólo si me gusta el relato...- me dijo ella y en eso entraron unos clíentes.
-Hasta luego- me dijo en un tono que hasta un tonto entendería que lo hacía a propósito para que yo me retirara y aquello se viera natural.
-Si, hasta mañana. Gracias- le dije intentando que mi vos no filtrara mi decepción.
Ni hablar me tuve que ir a casa a masturbarme yo solo, eso si; lo hice mientras releía el relato que acababa de entregarle a ella. Y ni decir que estallé como casi nunca. La recordaba y la imaginaba con tal precisión que casi podia jurar que estaba allí conmigo haciéndome cosas.
Al día siguiente yo estaba de lo más cachondo imaginando que quizás haríamos algo súper sexy porque ella habría leído el relato y además su patrón no estaría entonces quizás con suerte y hasta terminábamos follando entre los libros.
Llegué y tenia un par de clíentes pues estaba a punto de ser hora de cerrar, habia ido a propósito a esa hora pensando que quizás podriamos quedarnos solos dentro del local para toquetearnos y juguetear con nuestras fantasías.
Al verme que llegué me saludó con familiaridad pero siguió atendiendo a sus clientes y yo me dispuse a observar los libros.
Ella iba vestida nuevamente con ropa deportiva que le ajustaba a la perfección, en esta ocasión las tetas se le veían de buen tamaño porque llevaba una blusa muy ceñida y a mi parecer no llevaba brasiere debajo pues se veía que se le movian de manera natural en ligeros bamboleos, el trasero ni hablar se le veía espectacular. Era una chica sumamente sexy.
Cuando se fueron sus clíentes me acerqué al escritorio.
-Esta muy bien... el relato me prendió- me dijo ella.
-¿En serio, te gustó?- pregunté ilusionado.
-Si, es muy bueno. Me llevaste a recordar cada detalle de lo sucedido y en perspectiva parece que hubieramos hecho algo épico ¿no te parece?- me dijo.
-Si, bueno... a mi me gustó.
-¿Qué si te gustó? Creo que la dureza de tu verga ya era una constancia de que te estaba gustando ¿no? Nada más escuchar la palabra "verga" en su voz hizo que una erección comenzará a abrirse paso rápidamente en mí.
-Bueno eh...
-Vale estubo bien... pero sabes? No te lo voy a valer...- me dijo así sin más rápido y directo.
-Pero ¿Por qué?- le pregunté.
-Porque te limitaste a describir lo sucedido. No me malentiendas esta muy rico el relato pero a lo mejor no me expliqué bien. Yo no quiero que me escribas un relato con lo que hicimos.
-¿Entonces?- pregunté yo confundido.
-Yo quiero que hagas un relato bien cachondo y sensual donde pongas tus fantasías, que te imagines algo que quieras hacerme o hacer conmigo y me hagas imaginármelo a mi también que me provoques el deseo y las ganas irrefrenables de hacerlo realidad.
-¿Cómo si te relatara una fantasía que tu me despiertas?- pregunté para confirmar si había entendido la idea.
-Si, exactamente eso. Que te pongas cachondo y morbosees con tu imaginación. Sedúceme- me dijo con un susurro que era casi un gemido sensual. Me excitó sobremanera.
-Pero para eso debes darme algo que me inspire... va?
-Ya te dí suficiente el otro día. Eso no lo hago con cualquiera, creéme con ninguno he sido así contigo me lo permití porque en verdad me gustas pero quiero que me calientes mucho con un relato.
-Anda dame un beso aunque sea- le dije casi derrotado.
-Bueno pero será sólo lo que yo quiera... después si tu relato me provoca como quiero; harás de mí que lo que te plazca.
En eso cerró la puerta del local porque ya era hora de cerrar para comer. Y una vez dentro, se acercó a mi y me dió un beso que me dejó helado, primero acercó sus labios a los míos y después los plantó en mí abriéndolos poco a poco para urgarme la boca con su lengua, la suya y la mía se encontraron. Nos besamos apasionadamente cercas de un minuto y yo llevé mis manos a sus tetas pero apenas y me dejó rozarluando me las retiró de un manotazo y soltó una risa.
-Hasta aquí... - me dijo al desprenderse de mí y yo que estaba con una erección plena quería más. Ella lo notó y se limitó a tocarme la polla encima de pantalón, la apretó suavemente y gimió.
-Será todo por hoy. Entre más pronto me traigas el relato más pronto podré ser tuya- me lo con sensualidad y autoridad. Después de eso me despidió y tuve que irme casa a hacer con mi polla lo que ella dejó a medias. Estaba cachondo y pronto imagine de que iría el relato.
Ya la he descrito anteriormente pero no me bastarían nunca las descripciones para quedar satisfecho y sentir que hice justicia a su belleza y sensualidad con las palabras, no importa cuán extensa o perfecta sea la descripción siempre quedará tosca y faltará en su mayoría a la realidad; ella me gustaba y me gustaba mucho. Cuando hice el relato que me pidió estaba muy excitado de imaginarla y recordarla, de repetir en palabras gráficamente lo que habiamos hecho pero me excitaba más todavía imaginar lo que no alcanzamos a hacer. Venga pues que si esto es estar al borde de la locura yo quisiera estar sumergido en las aguas de la incordura, eso era placentero.
Con sus tetas de tamaño regular pero más bien pequeñas me había excitado sobremanera al mostrármelas aún con el brassiere puesto pero ahora imaginaba como sería cada rasgo de ellas y jugaba mentalmente a imaginarme los pesones, la forma y el tamaño de su aureola y la textura endurecida por la excitación, suave y deliciosa al tacto de mis labios y mi lengua. Me había excitado sobremanera con los repegones de sus nalgas que eran de forma precisa y muy bonita, imaginarla en ropa interior era algo de lo más cachondo, así como recordar el tacto de mis dedos al deslizarse sobre su braga para acariciarle la conchita que se antojaba suave y delicada.
Me excitaba también revivir el tacto de sus manos al jalonearme la verga y la manera sorpresiva en que la envolvió primero por el glande con sus lengua y después como se la metió en su boca de manera rápida y casi desesperada porque se sabía que en cualquier momento podria llegar su patrón, quiizás esa sensación de inminente peligro era lo que habia terminado por volver irresistible la experiencia.
Escribí lo más delicadamente que pude el relato pensando en entregárselo pues ella me había prometido que quizás habría más si leía algo que la excitara. Creo que lo logré pero no podría jactarme de una misión cumplida hasta no haber conseguido que mis deseos se satisfacieran y entre esos deseos estaba sí; satisfacerla a ella.
Estube pasando durante una semana para encontrármela y dejarle las hojas con el relato impreso pero la suerte me jugaba en contra y nunca estaba, entonces me limitaba a pasar de largo y confiar en que la próxima vez la volvería a ver allí dentro, con su sensualidad y su erotismo dispuesto para mí.
Cuando por fin la encontré estaba alli sola y nada más entré me recibió con una sonrisa cálida y se notaba que le daba gusto verme, a mi también.
-Hola, ¿qué tal?- me dijo ella sosteniendo la sonrisa.
-Bien..
-¿Qué te trae por aquí de nuevo?- me preguntó ella pícaramente, era una suave provocación.
-Bueno te traígo algo que escribí, espero que te guste...- le dije.
-Oh! has escrito algo!- me dijo genuinamente sorprendida.
-Lo he intentado- le dije con modestia.
Bueno ahorita esta por llegar mi patrón, pero déjame el escrito, lo leo en la noche y mañana pasas por mi punto de vista.
¿Qué así se terminaba todo? pensé que quizás habría un beso o algo, entendía que ella leería primero el relato pero sinceramente me había decepcionado que esta vez no me diera siquiera un beso, ella se veía sexy aunque llevaba un pantalón de mezclilla de esos que no le lucian bien la silueta de las nalgas sin embargo al llevar una blusa ombliguera se antojaba meter las manos debajo y acariciarle la conchita. Ella me miró como la escudriñaba con deseo y sonriendo me dijo.
-Si, puedes hacer lo que sea que te estes imaginando... pero sólo si me agrada el relato. Lo siento ven mañana, además mañana estaré sola todo el día porque patrón no va a estar en la ciudad.
-¿No me darás un beso siquiera?- le dije mientras miraba sus labios hermosos.
-Lo siento, sólo si me gusta el relato...- me dijo ella y en eso entraron unos clíentes.
-Hasta luego- me dijo en un tono que hasta un tonto entendería que lo hacía a propósito para que yo me retirara y aquello se viera natural.
-Si, hasta mañana. Gracias- le dije intentando que mi vos no filtrara mi decepción.
Ni hablar me tuve que ir a casa a masturbarme yo solo, eso si; lo hice mientras releía el relato que acababa de entregarle a ella. Y ni decir que estallé como casi nunca. La recordaba y la imaginaba con tal precisión que casi podia jurar que estaba allí conmigo haciéndome cosas.
Al día siguiente yo estaba de lo más cachondo imaginando que quizás haríamos algo súper sexy porque ella habría leído el relato y además su patrón no estaría entonces quizás con suerte y hasta terminábamos follando entre los libros.
Llegué y tenia un par de clíentes pues estaba a punto de ser hora de cerrar, habia ido a propósito a esa hora pensando que quizás podriamos quedarnos solos dentro del local para toquetearnos y juguetear con nuestras fantasías.
Al verme que llegué me saludó con familiaridad pero siguió atendiendo a sus clientes y yo me dispuse a observar los libros.
Ella iba vestida nuevamente con ropa deportiva que le ajustaba a la perfección, en esta ocasión las tetas se le veían de buen tamaño porque llevaba una blusa muy ceñida y a mi parecer no llevaba brasiere debajo pues se veía que se le movian de manera natural en ligeros bamboleos, el trasero ni hablar se le veía espectacular. Era una chica sumamente sexy.
Cuando se fueron sus clíentes me acerqué al escritorio.
-Esta muy bien... el relato me prendió- me dijo ella.
-¿En serio, te gustó?- pregunté ilusionado.
-Si, es muy bueno. Me llevaste a recordar cada detalle de lo sucedido y en perspectiva parece que hubieramos hecho algo épico ¿no te parece?- me dijo.
-Si, bueno... a mi me gustó.
-¿Qué si te gustó? Creo que la dureza de tu verga ya era una constancia de que te estaba gustando ¿no? Nada más escuchar la palabra "verga" en su voz hizo que una erección comenzará a abrirse paso rápidamente en mí.
-Bueno eh...
-Vale estubo bien... pero sabes? No te lo voy a valer...- me dijo así sin más rápido y directo.
-Pero ¿Por qué?- le pregunté.
-Porque te limitaste a describir lo sucedido. No me malentiendas esta muy rico el relato pero a lo mejor no me expliqué bien. Yo no quiero que me escribas un relato con lo que hicimos.
-¿Entonces?- pregunté yo confundido.
-Yo quiero que hagas un relato bien cachondo y sensual donde pongas tus fantasías, que te imagines algo que quieras hacerme o hacer conmigo y me hagas imaginármelo a mi también que me provoques el deseo y las ganas irrefrenables de hacerlo realidad.
-¿Cómo si te relatara una fantasía que tu me despiertas?- pregunté para confirmar si había entendido la idea.
-Si, exactamente eso. Que te pongas cachondo y morbosees con tu imaginación. Sedúceme- me dijo con un susurro que era casi un gemido sensual. Me excitó sobremanera.
-Pero para eso debes darme algo que me inspire... va?
-Ya te dí suficiente el otro día. Eso no lo hago con cualquiera, creéme con ninguno he sido así contigo me lo permití porque en verdad me gustas pero quiero que me calientes mucho con un relato.
-Anda dame un beso aunque sea- le dije casi derrotado.
-Bueno pero será sólo lo que yo quiera... después si tu relato me provoca como quiero; harás de mí que lo que te plazca.
En eso cerró la puerta del local porque ya era hora de cerrar para comer. Y una vez dentro, se acercó a mi y me dió un beso que me dejó helado, primero acercó sus labios a los míos y después los plantó en mí abriéndolos poco a poco para urgarme la boca con su lengua, la suya y la mía se encontraron. Nos besamos apasionadamente cercas de un minuto y yo llevé mis manos a sus tetas pero apenas y me dejó rozarluando me las retiró de un manotazo y soltó una risa.
-Hasta aquí... - me dijo al desprenderse de mí y yo que estaba con una erección plena quería más. Ella lo notó y se limitó a tocarme la polla encima de pantalón, la apretó suavemente y gimió.
-Será todo por hoy. Entre más pronto me traigas el relato más pronto podré ser tuya- me lo con sensualidad y autoridad. Después de eso me despidió y tuve que irme casa a hacer con mi polla lo que ella dejó a medias. Estaba cachondo y pronto imagine de que iría el relato.
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