En este relato, cuento lo que hizo Agustina mientras pasaba lo que conté en este relato
Juli y Vale habían conocido a 2 pibes la noche anterior, y las invitaron a una pool party en un bar de la playa. Yo las acompañé pero como eran 2 chicos, quedé sola. Ellas me insistieron que me quedara, y los compartíamos, pero tenía ganas de hacer mis propias amistades.
Di unas vueltas por el complejo, para ver que onda el lugar. La fiesta era zarpada, valía todo. En la pileta se ponían en bolas, cogían en cualquier lado. Un descontrol. Me senté en una barra con un trago tranqui, asombrada de todo lo que veía.
Un grupo de 5 pibes se amontonaron al lado mío para comprar cosas. Uno de ellos, mientras esperaba a sus amigos, me ve y se me pone a hablar. Lo miré y le hice señas que no entendía nada de lo que me decía. Me hablaba en inglés, pero yo de inglés se poco y nada, y mucho no lo practico. Como los indios y con el traductor del celu, algunas palabras sueltas empecé a entender.
Los pibes eran alemanes, y se quedaron conmigo. Después de un rato, uno me saca a bailar. Era todo música latina, yo me desinhibí un poco, empecé a franelearlo y calentarlo. Ya que hicieron un viaje tan largo, bueno... que se lleven un lindo recuerdo. La verdad que me costaba tener que elegir uno. Estaban los 5 re contra partibles. El que bailaba conmigo no dio muchas vueltas. En cuanto empecé a rozarlo, el tipo me agarró firme de la cintura y cuando tuvo oportunidad me comió la boca.
Seguí bailando un rato con él, luego volvimos con el resto. Me puse a bailar sola delante de ellos. Ya bastante alegre por lo que había tomado, no me opuse cuando dos de los alemanes se me acercaron y me acompañaron en la pista. El que estaba atrás mío no iba con vueltas tampoco. Me apoyaba sin ningún disimulo. Pude sentir como su pija se endurecía en mi espalda, mientras me respiraba en la oreja.
El que tenía en frente me besó. Lo abracé y dejé que me manoseara por debajo de la remera las tetas. El que estaba atrás, al ver esto, empezó a tocarme el culo. Me di vuelta y me comí al amigo. Mientras lo besaba le metí mano en la pija que me había franeleado la espalda durante largo rato.
Al poco tiempo estaba bailando en ronda, entre los 5 alemanes. Cada tanto, inocentemente alguno se acercaba a bailar conmigo aprovechando que me dejaba manosear. Después de un rato, uno de los rubios me llevó a un lado y empezamos a chapar bien fuerte. Me agarró fuerte de la cola y casi me levantó del piso. Los besos que me daba hacían que me mojara y calentara cada vez más.
Metí la mano en el pantalón y le amasé la pija. La tenía aún un poco blanda, pero se notaba bien gorda. No tardó mucho en ponerse bien dura, y ya no me entraba en la mano. Me aparté de él y tapándome la boca hice expresión de "guau" sin dejar de manosearle la pija.
El rubio me acarició la cabeza y empezó a forzarme para que me arrodillara. Miré a mi alrededor. Todos estaban en cualquiera. Me fui agachando mientras arañaba su cuerpo por encima de su remera.
Cuando me arrodillé miré hacia arriba como quien espera que le den de comer. Él sacó su pija y la apoyó sobre mi cara. Realmente, era un pija bien gordita, no tan larga, pero tenía un ancho imponente. La agarré desde las bolas, la toqué un poco hasta que no aguanté más. Junté saliva, la escupí y empecé a lamerla.
Con la lengua distribuí la saliva por el tronco mientras le manoseaba las bolas. Pasé la lengua desde la base hasta la cabeza y me la comí. Primero un poco, después empecé a tragar más. Los movimientos de mi cabeza eran cada vez más rápidos. De vez en cuando tenía que sacarla porque era tan gorda que me dolía la mandíbula.
Después del precalentamiento, traté de comerla completa. Una vez, no pude. La arcada fue muy fuerte. Tomé aire. Abrí grande la boca, y aguanté lo más que pude. Otra arcada. Me detuve. Cuando se pasó, seguí hasta el fondo. Mi nariz chocó contra su abdomen. Agarré las bolas, mientras hacía movimientos cortitos con mi cabeza metiendo y sacando su pija. Me re calentaba sentir como se endurecía cada vez que lo tocaba.
Cuando no aguanté más, saqué despacio todo ese tronco de mi garganta. Chorreaba saliva. Me paré a su lado y lo hice acabar con una paja mientras lo besaba. Un par de sacudidas y empezó a brotar y saltar leche para todos lados. Me volví con sus amigos, mientras lo dejé a él acomodándose la ropa.
Después de un rato, los pibes hicieron señas de irse. Me invitaron a que vaya con ellos. No me animaba mucho. Hacía un rato, Juli y Vale me habían avisado que se iban con sus chongos a la posada, así que no podía volver. El pete me había calentado bastante, y yo no había recibido nada. Lo pensé un poco, y me arriesgué.
Los chicos estaban en dos departamentos, cerca de la playa. Sin ningún tipo de disimulo, apenas entramos uno me llevó a la habitación. No quedaban dudas, que iba a ser la putita de los 5 pibes. Pero lejos de ser una puta sometida, lo agarré y lo tiré a la cama. Lo dejé en bolas y empecé a chuparle la pija, ya al palo.
Este tenía una pija mucho más finita por lo que no me costaba tragarla de una fácilmente. Me saqué la ropa, y me subí arriba. Me senté en la verga y empecé a moverme. Rápido, lo hice acabar. Se levantó y se fue. Yo me quedé tirada en la cama, desnuda con una calentura que volaba. Empecé a tocarme la concha y las tetas. Me temblaban las piernas de la calentura y también un poco los nervios.
Entró otro. Cuando me vio así, se tiró entre mis muslos y empezó a chuparme la concha. "Graciasss!" grité mientras él me metía dos dedos en mi concha empapada. Después de hacerme acabar, subió mis piernas sobre sus hombros y me cogió sin piedad. Me taladró un rato, me puso de costado y siguió siempre al mismo ritmo. Cuando no aguantó más, sacó la pija y tiró un lechazo espeso y caliente sobre mi cola. Se limpió la pija en mi pierna y se fue.
Me levanté para buscar algo para limpiarme. Fui para la cocina, desnuda pasé entre los 5 pibes y me limpié el lechazo. Ellos estaban sentados en una mesa. Me acerqué y me senté en las piernas de uno. Se pusieron a hablar entre ellos, yo no entendía nada.
Uno de los pibes me miró y me dijo algo, que no entendí. Los 5 me miraron esperando que yo contestara pero no sabía que decir. Me arrodillé y le saqué la pija al pibe y empecé a chupársela. Nunca voy a saber qué me habían preguntado, pero si que les chupé la pija a los 5 en una ronda. Iba gateando por abajo de la mesa y peteando un rato a cada uno
Uno de los pibes me acabó en la cara. El resto quedó con la pija bien dura para cogerme. Me senté encima de uno y me lo cogí hasta que acabó. Me tiraron al piso, me pusieron en 4 y me cogió otro, mientras me ponían una pija en la boca. Uff esa pija la conozco. El chabón con la pija gruesa.
El de atrás me taladraba sin piedad. Se turnaron 2 o 3 de los pibes para ir cogiéndome mientras yo seguía prendida del pijudo. Cuando le tocó el turno a él, me acosté boca arriba para poder yo también tocarme. Me cogía sacando casi toda la poronga y enterrándola despacio. Yo me tocaba el clítoris desesperada mientras él me abría al medio. Acabé convulsionando.
Cuando me calmé, me puso en 4 de nuevo. Él siguió como si nada, mientras su amigos ya estaban listos para ponermela en la boca. Se turnaban para que se las chupara, pero con la cogida que estaba recibiendo no podía concentrarme en otras pijas.
El pijudo acabó sobre mi espalda. Sin darme descanso, me llevaron hasta la mesa. Me tiraron encima y siguieron los otros 4 pasando un rato cada uno. El más alto de los pibes me alzó y me enterró la pija. Quedé con las piernas al aire, solo agarrada de sus hombros y clavada de su poronga.
Mientras me tenían así, los otros se aprovechaban a tocarme. Empezaron a manosearme la cola, y sentía dedos mojados rozar mi ano. Sabía que querían, y sabía que no iba a zafar. Pero tampoco estaba interesada en zafar. Quería que me llenaran toda. Cuando no aguantó más los brazos, me dejó caer al piso.
Lo senté y me subí arriba, tirando mi cuerpo para adelante. No se como se dice empiecen a cogerme por el culo en alemán, pero creo que cuando empecé a levantar la cola entendieron. Uno de ellos se acercó y me metía los dedos mientras yo me cabalgaba a su amigo.
Adelante me pusieron otra pija y no dudé en chuparla. Sentí la punta de otra pija en la cola. Me detuve, me relajé y dejé que la metiera. Pero no pudo. Con la otra pija clavada, de una iba a ser difícil. Me levanté y me puse a un costado, levantando mis caderas y estirándome hacia adelante.
El que lo había intentado primero, probó de nuevo y esta vez si pudo. Con dificultad empezó a penetrar mi colita. Sentía como se escupía y lubricaba la pija, enterrándola cada vez un poco más.
Después de un rato, salió y entró otro. Esta pija me abrió al medio en serio. Miré para atrás y no me sorprendió ver al pijudo haciendo fuerzas para desgarrar mi colita con su pijón. Este costó un poco más, pero pudo enterrarla sin problemas. El tercero entró casi sin dificultad, gracias al trabajo de su amigo.
Volvieron a querer intentar penetrarme por todos lados. Me subieron arriba de una de las pijas, mientras otro probaba por mi colita. Ahora si, ya dilatada, me pudieron clavar dos pijas. Los pibes se movían muy bien coordinados haciéndome disfrutar como pocas veces. Entraba uno, salía el otro. Yo no paraba de gemir y gritar.
Los otros 3 me ponían la pija en la boca pero no podía concentrarme mucho en eso. Solo dejaba que me cogieran la boca sin poner resistencia. El de la cola salió, y dejó lugar a otro amigo. Se puso al costado nuestro y acabó en mi espalda. Luego, se vino adelante y me puso la pija en la boca para que la limpiara.
El que estaba abajo acabó, pero no sacó la pija sino que siguió taladrándome hasta que se le puso flácida y se salió sola. Me levantaron y me acostaron boca arriba en el piso. Los pibes que quedaron se empezaron a pajear encima mío.
Acabaron casi al mismo tiempo en mi panza, mis tetas, mi cara. Me dejaron bañada en leche. Cuando abrí mis ojos, vi a los 5 pibes alrededor con las pijas flácidas exprimiendo las últimas gotas de sus vergas sobre mi cuerpo.
Me sequé un poco el semen chorreando por mi cuerpo, me vestí y me quedé un rato con ellos, haciendo tiempo para que mis amigas terminaran con sus chongos. Después de un rato, me fui sola hasta la posada. Cuando llegué, desde la puerta podía sentir los gemidos de mis amigas que aún seguían cogiendo con los pibes. Me fui al parque a esperar, y terminé charlando con el chico de la recepción.
No se como pasó, pero terminé chapándome al pendejo y como ya no podía coger más (estaba literal destrozada), le hice un pete. El pendejo, 18 años, morocho, fibroso, un bombón. Y terrible pija. Pero terrible en serio. De esas que las ves y te dan miedo porque te rompe. Cuando la sacó me quedé con los ojos abiertos de par en par y no aguanté arrodillarme.
Él estaba sentado sobre la mesa de la recepción y yo debajo del escritorio. Sentí como saludó a un par de personas mientras yo seguía luchando contra esa pija tratando de meterla toda en la boca (cosa que fue imposible). Pocas veces en mi vida me sentí tan puta. Venía de coger con 5 pibes con los que no pude hablar ni 3 palabras y ahora le estaba haciendo un pete a un pendejo que seguía trabajando como si nada.
Cuando estuvo a punto de acabar, al menos, tuvo la delicadeza de avisarme. Me saqué la remera y junté mis tetas ofreciéndoselas. El pendejo se pajeó y acabó dos chorrazos fuertes de leche que saltaron hasta mi cuello. Me ofreció para limpiarme y me quedé con él, hasta que vi a mis amigas salir a despedir a sus machos.
Volvimos a la habitación y mientras ellas se fueron a dormir, yo me fui a bañar. Me sentía sucia. Tenía el semen seco de 6 pibes por todos lados. Me lavé bien, salí y me fui a la cama. Cerré los ojos y me agarró un cosquilleo entre las piernas al repasar todo lo que había pasado esa noche. Me empecé a tocar hasta acabar. Me di vuelta y me dormí. Por más que me bañara, lo puta no se quita tan fácil.
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Indice
Juli y Vale habían conocido a 2 pibes la noche anterior, y las invitaron a una pool party en un bar de la playa. Yo las acompañé pero como eran 2 chicos, quedé sola. Ellas me insistieron que me quedara, y los compartíamos, pero tenía ganas de hacer mis propias amistades.
Di unas vueltas por el complejo, para ver que onda el lugar. La fiesta era zarpada, valía todo. En la pileta se ponían en bolas, cogían en cualquier lado. Un descontrol. Me senté en una barra con un trago tranqui, asombrada de todo lo que veía.
Un grupo de 5 pibes se amontonaron al lado mío para comprar cosas. Uno de ellos, mientras esperaba a sus amigos, me ve y se me pone a hablar. Lo miré y le hice señas que no entendía nada de lo que me decía. Me hablaba en inglés, pero yo de inglés se poco y nada, y mucho no lo practico. Como los indios y con el traductor del celu, algunas palabras sueltas empecé a entender.
Los pibes eran alemanes, y se quedaron conmigo. Después de un rato, uno me saca a bailar. Era todo música latina, yo me desinhibí un poco, empecé a franelearlo y calentarlo. Ya que hicieron un viaje tan largo, bueno... que se lleven un lindo recuerdo. La verdad que me costaba tener que elegir uno. Estaban los 5 re contra partibles. El que bailaba conmigo no dio muchas vueltas. En cuanto empecé a rozarlo, el tipo me agarró firme de la cintura y cuando tuvo oportunidad me comió la boca.
Seguí bailando un rato con él, luego volvimos con el resto. Me puse a bailar sola delante de ellos. Ya bastante alegre por lo que había tomado, no me opuse cuando dos de los alemanes se me acercaron y me acompañaron en la pista. El que estaba atrás mío no iba con vueltas tampoco. Me apoyaba sin ningún disimulo. Pude sentir como su pija se endurecía en mi espalda, mientras me respiraba en la oreja.
El que tenía en frente me besó. Lo abracé y dejé que me manoseara por debajo de la remera las tetas. El que estaba atrás, al ver esto, empezó a tocarme el culo. Me di vuelta y me comí al amigo. Mientras lo besaba le metí mano en la pija que me había franeleado la espalda durante largo rato.
Al poco tiempo estaba bailando en ronda, entre los 5 alemanes. Cada tanto, inocentemente alguno se acercaba a bailar conmigo aprovechando que me dejaba manosear. Después de un rato, uno de los rubios me llevó a un lado y empezamos a chapar bien fuerte. Me agarró fuerte de la cola y casi me levantó del piso. Los besos que me daba hacían que me mojara y calentara cada vez más.
Metí la mano en el pantalón y le amasé la pija. La tenía aún un poco blanda, pero se notaba bien gorda. No tardó mucho en ponerse bien dura, y ya no me entraba en la mano. Me aparté de él y tapándome la boca hice expresión de "guau" sin dejar de manosearle la pija.
El rubio me acarició la cabeza y empezó a forzarme para que me arrodillara. Miré a mi alrededor. Todos estaban en cualquiera. Me fui agachando mientras arañaba su cuerpo por encima de su remera.
Cuando me arrodillé miré hacia arriba como quien espera que le den de comer. Él sacó su pija y la apoyó sobre mi cara. Realmente, era un pija bien gordita, no tan larga, pero tenía un ancho imponente. La agarré desde las bolas, la toqué un poco hasta que no aguanté más. Junté saliva, la escupí y empecé a lamerla.
Con la lengua distribuí la saliva por el tronco mientras le manoseaba las bolas. Pasé la lengua desde la base hasta la cabeza y me la comí. Primero un poco, después empecé a tragar más. Los movimientos de mi cabeza eran cada vez más rápidos. De vez en cuando tenía que sacarla porque era tan gorda que me dolía la mandíbula.
Después del precalentamiento, traté de comerla completa. Una vez, no pude. La arcada fue muy fuerte. Tomé aire. Abrí grande la boca, y aguanté lo más que pude. Otra arcada. Me detuve. Cuando se pasó, seguí hasta el fondo. Mi nariz chocó contra su abdomen. Agarré las bolas, mientras hacía movimientos cortitos con mi cabeza metiendo y sacando su pija. Me re calentaba sentir como se endurecía cada vez que lo tocaba.
Cuando no aguanté más, saqué despacio todo ese tronco de mi garganta. Chorreaba saliva. Me paré a su lado y lo hice acabar con una paja mientras lo besaba. Un par de sacudidas y empezó a brotar y saltar leche para todos lados. Me volví con sus amigos, mientras lo dejé a él acomodándose la ropa.
Después de un rato, los pibes hicieron señas de irse. Me invitaron a que vaya con ellos. No me animaba mucho. Hacía un rato, Juli y Vale me habían avisado que se iban con sus chongos a la posada, así que no podía volver. El pete me había calentado bastante, y yo no había recibido nada. Lo pensé un poco, y me arriesgué.
Los chicos estaban en dos departamentos, cerca de la playa. Sin ningún tipo de disimulo, apenas entramos uno me llevó a la habitación. No quedaban dudas, que iba a ser la putita de los 5 pibes. Pero lejos de ser una puta sometida, lo agarré y lo tiré a la cama. Lo dejé en bolas y empecé a chuparle la pija, ya al palo.
Este tenía una pija mucho más finita por lo que no me costaba tragarla de una fácilmente. Me saqué la ropa, y me subí arriba. Me senté en la verga y empecé a moverme. Rápido, lo hice acabar. Se levantó y se fue. Yo me quedé tirada en la cama, desnuda con una calentura que volaba. Empecé a tocarme la concha y las tetas. Me temblaban las piernas de la calentura y también un poco los nervios.
Entró otro. Cuando me vio así, se tiró entre mis muslos y empezó a chuparme la concha. "Graciasss!" grité mientras él me metía dos dedos en mi concha empapada. Después de hacerme acabar, subió mis piernas sobre sus hombros y me cogió sin piedad. Me taladró un rato, me puso de costado y siguió siempre al mismo ritmo. Cuando no aguantó más, sacó la pija y tiró un lechazo espeso y caliente sobre mi cola. Se limpió la pija en mi pierna y se fue.
Me levanté para buscar algo para limpiarme. Fui para la cocina, desnuda pasé entre los 5 pibes y me limpié el lechazo. Ellos estaban sentados en una mesa. Me acerqué y me senté en las piernas de uno. Se pusieron a hablar entre ellos, yo no entendía nada.
Uno de los pibes me miró y me dijo algo, que no entendí. Los 5 me miraron esperando que yo contestara pero no sabía que decir. Me arrodillé y le saqué la pija al pibe y empecé a chupársela. Nunca voy a saber qué me habían preguntado, pero si que les chupé la pija a los 5 en una ronda. Iba gateando por abajo de la mesa y peteando un rato a cada uno
Uno de los pibes me acabó en la cara. El resto quedó con la pija bien dura para cogerme. Me senté encima de uno y me lo cogí hasta que acabó. Me tiraron al piso, me pusieron en 4 y me cogió otro, mientras me ponían una pija en la boca. Uff esa pija la conozco. El chabón con la pija gruesa.
El de atrás me taladraba sin piedad. Se turnaron 2 o 3 de los pibes para ir cogiéndome mientras yo seguía prendida del pijudo. Cuando le tocó el turno a él, me acosté boca arriba para poder yo también tocarme. Me cogía sacando casi toda la poronga y enterrándola despacio. Yo me tocaba el clítoris desesperada mientras él me abría al medio. Acabé convulsionando.
Cuando me calmé, me puso en 4 de nuevo. Él siguió como si nada, mientras su amigos ya estaban listos para ponermela en la boca. Se turnaban para que se las chupara, pero con la cogida que estaba recibiendo no podía concentrarme en otras pijas.
El pijudo acabó sobre mi espalda. Sin darme descanso, me llevaron hasta la mesa. Me tiraron encima y siguieron los otros 4 pasando un rato cada uno. El más alto de los pibes me alzó y me enterró la pija. Quedé con las piernas al aire, solo agarrada de sus hombros y clavada de su poronga.
Mientras me tenían así, los otros se aprovechaban a tocarme. Empezaron a manosearme la cola, y sentía dedos mojados rozar mi ano. Sabía que querían, y sabía que no iba a zafar. Pero tampoco estaba interesada en zafar. Quería que me llenaran toda. Cuando no aguantó más los brazos, me dejó caer al piso.
Lo senté y me subí arriba, tirando mi cuerpo para adelante. No se como se dice empiecen a cogerme por el culo en alemán, pero creo que cuando empecé a levantar la cola entendieron. Uno de ellos se acercó y me metía los dedos mientras yo me cabalgaba a su amigo.
Adelante me pusieron otra pija y no dudé en chuparla. Sentí la punta de otra pija en la cola. Me detuve, me relajé y dejé que la metiera. Pero no pudo. Con la otra pija clavada, de una iba a ser difícil. Me levanté y me puse a un costado, levantando mis caderas y estirándome hacia adelante.
El que lo había intentado primero, probó de nuevo y esta vez si pudo. Con dificultad empezó a penetrar mi colita. Sentía como se escupía y lubricaba la pija, enterrándola cada vez un poco más.
Después de un rato, salió y entró otro. Esta pija me abrió al medio en serio. Miré para atrás y no me sorprendió ver al pijudo haciendo fuerzas para desgarrar mi colita con su pijón. Este costó un poco más, pero pudo enterrarla sin problemas. El tercero entró casi sin dificultad, gracias al trabajo de su amigo.
Volvieron a querer intentar penetrarme por todos lados. Me subieron arriba de una de las pijas, mientras otro probaba por mi colita. Ahora si, ya dilatada, me pudieron clavar dos pijas. Los pibes se movían muy bien coordinados haciéndome disfrutar como pocas veces. Entraba uno, salía el otro. Yo no paraba de gemir y gritar.
Los otros 3 me ponían la pija en la boca pero no podía concentrarme mucho en eso. Solo dejaba que me cogieran la boca sin poner resistencia. El de la cola salió, y dejó lugar a otro amigo. Se puso al costado nuestro y acabó en mi espalda. Luego, se vino adelante y me puso la pija en la boca para que la limpiara.
El que estaba abajo acabó, pero no sacó la pija sino que siguió taladrándome hasta que se le puso flácida y se salió sola. Me levantaron y me acostaron boca arriba en el piso. Los pibes que quedaron se empezaron a pajear encima mío.
Acabaron casi al mismo tiempo en mi panza, mis tetas, mi cara. Me dejaron bañada en leche. Cuando abrí mis ojos, vi a los 5 pibes alrededor con las pijas flácidas exprimiendo las últimas gotas de sus vergas sobre mi cuerpo.
Me sequé un poco el semen chorreando por mi cuerpo, me vestí y me quedé un rato con ellos, haciendo tiempo para que mis amigas terminaran con sus chongos. Después de un rato, me fui sola hasta la posada. Cuando llegué, desde la puerta podía sentir los gemidos de mis amigas que aún seguían cogiendo con los pibes. Me fui al parque a esperar, y terminé charlando con el chico de la recepción.
No se como pasó, pero terminé chapándome al pendejo y como ya no podía coger más (estaba literal destrozada), le hice un pete. El pendejo, 18 años, morocho, fibroso, un bombón. Y terrible pija. Pero terrible en serio. De esas que las ves y te dan miedo porque te rompe. Cuando la sacó me quedé con los ojos abiertos de par en par y no aguanté arrodillarme.
Él estaba sentado sobre la mesa de la recepción y yo debajo del escritorio. Sentí como saludó a un par de personas mientras yo seguía luchando contra esa pija tratando de meterla toda en la boca (cosa que fue imposible). Pocas veces en mi vida me sentí tan puta. Venía de coger con 5 pibes con los que no pude hablar ni 3 palabras y ahora le estaba haciendo un pete a un pendejo que seguía trabajando como si nada.
Cuando estuvo a punto de acabar, al menos, tuvo la delicadeza de avisarme. Me saqué la remera y junté mis tetas ofreciéndoselas. El pendejo se pajeó y acabó dos chorrazos fuertes de leche que saltaron hasta mi cuello. Me ofreció para limpiarme y me quedé con él, hasta que vi a mis amigas salir a despedir a sus machos.
Volvimos a la habitación y mientras ellas se fueron a dormir, yo me fui a bañar. Me sentía sucia. Tenía el semen seco de 6 pibes por todos lados. Me lavé bien, salí y me fui a la cama. Cerré los ojos y me agarró un cosquilleo entre las piernas al repasar todo lo que había pasado esa noche. Me empecé a tocar hasta acabar. Me di vuelta y me dormí. Por más que me bañara, lo puta no se quita tan fácil.
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23 comentarios - Alemania 5 - Argentina 1
gracias por pasar
gracias por pasar!
Gran relato van diez puntos y no van más porque no se puede.
Se me escapó, menos mal que me dio por repasar tus posts. Te sigo, no se porque pasa esto algunas veces.
gracias por pasar!!
Tremenda como siempre Agus. A ver si seguís sus enseñanzas 😉. Van 10
pero no descarto alemania. tiene buen material jaja