Una vez me juré a mi mismo que nunca, bajo ninguna circunstancia, le contaría esta historia a otra alma viviente; pero una apuesta es una apuesta y yo desafortunadamente perdí y tengo que pagar relatando el incidente más vergonzoso de mi vida.
Por supuesto, el otro motivo de no habérselo contado a nadie es porque no creo que nadie creyera en algo tan indignante; pero a pesar de ello es la más absoluta verdad, al menos del modo en que yo la puedo recordar.
Supongo que como casi todas las cosas, comenzó por un descuido: yo hice la Revisación Médica Obligatoria para la Universidad bastante más tarde de lo debido.
Éso sumado al hecho de que por ésos días yo frecuentemente dejaba las cosas para último momento me puso en una situación complicada.
Como ven, mi tardanza me llevó a sacar un turno (para la Revisación Médica Obligatoria que tenía que, superar, y tener listos los resultados para la próxima semana) en medio de un ataque de pánico. Yo vivía en un pueblo chico con sólo un Hospital Público capaz de otorgar el tipo de certificado que estaba necesitando.
Les expliqué lo que quería, y la señorita al teléfono dijo que el único turno disponible para poder cumplir los plazos que yo necesitaba era para la tarde siguiente con un profesional al que llamó "Cris S... algo" no me acuerdo cuál era el apellido exactamente, y resultó ser que el nombre resultaría mucho más importante para mi desgraciada aventura.
El día de mi revisación resultó ser el Primero de los Días, seguramente fue el primer día de mi nueva carrera de estudiante universitario, pero también fue el día de mayor incomodidad y tremenda vergüenza provocada directamente por la incomodidad y la humillación.
Así que llegué temprano, tal como me lo habían indicado (de modo de tener tiempo de completar unos formularios, contestar unas preguntas, etc. ...): probablemente puedan imaginar mi sorpresa cuando después de firmar mis consentimientos y en el curso de la conversación descubro que "Cris" era la Dra. Cristina S... y no el Dr. Cristian S... quien iba a estar a cargo de mi revisación como yo erróneamente había asumido... oops...
Por mi vida que no recuerdo qué fue lo que dije pero estoy seguro que hice obvio que no estaba nada satisfecho con la situación y la falta de comunicación.
Esto también fue un principio, fue la primera vez que recibí una mirada con el ceño fruncido de la Recepcionista, aunque fue muy breve.
Como dije, yo no recuerdo las palabras exactas pero obviamente dije algo que fue percibido como terriblemente ofensivo y horriblemente sexista o quizá ambas porque en seguida recibí una Revisación Médica sin dudas inolvidable dado que conseguí, de un modo u otro, enojar a mi Doctora aún antes de conocerla lo que debo reconocer que también fue la primera vez que me sucedió.
Sin embargo, en este punto, yo persistía absolutamente ignorante de lo que me esperaba. Entre los formularios que les entregué, y los que ellas me hicieron completar parecía que hubiera respondido a todas las preguntas que se pudieran concebir.
Quisieron saber si bebía alcochol (raras veces), si fumaba (nunca), si usaba cigarrillos electrónicos (no) si me había hecho un chequeo en los últimos años y más y más, finalmente me preguntaron si había sido sexualmente activo en los últimos meses y si tomaba drogas recetadas o no.
Después de terminar de completar los formularios me indicaron el camino al Consultorio y me tomaron los signos vitales (considerando que todo lo que iba a ocurrir en ése mismo consultorio tengo que reconocer que fui afortunado en que la Enfermera no me tomara la temperatura de manera rectal) y me dijeron que "Cris" vendría en unos minutos.
Y así, en no más de 15 ó 20 minutos golpearon la puerta brevemente y la Dra. Cristina abrió, y se presentó sólo para continuar haciéndome más preguntas.
Entre otras cosas, debe haberle resultado bastante obvio (si es que no surgía de las planillas que ya había completado) que yo no había visitado al médico en mucho tiempo.
En retrospectiva, estoy bastante seguro por algunas de las preguntas que me formuló y por mis respuestas que también era obvio que yo no había prestado mucha por no decir casi ninguna atención a lo que se indicaba para mi Revisación Médica.
Cuando leí el formulario (después de volver a mi casa) descubrí que realmente le otorgaba mucha libertad al Médico para definir a su criterio, pero como pronto van a descubrir la Dra. Cristina no dejó absolutamente nada de lado e incluso fue mucho más allá de lo que se le solicitaba.
Antes de ése día, yo nunca había visitado una profesional de la medicina mujer (o quizá deba decir que nunca me había revisado una profesional de la medicina mujer porque esta Médica revisó absolutamente todo)
Si me iba a revisar una mujer, al menos hubiera elegido una que fuera (como decía mi abuela paterna) "más fea que tropezar descalzo" y/o una tan mayor que provocara que uno se pregunte por qué todavía no se había jubilado y estuviera pasando el tiempo con sus bisnietos, o ambas.
No tuve ésa suerte, ya que la Dra. Cristina era una mujer atractiva un poco más baja que yo y un poco delgada en mi opinión; parecía de unos veintipico no más de treinta años y un bello rostro con una nariz levemente más grande al promedio y labios bastante grandes, así como un lindo cuerpo por lo poco que pude ver debajo de su ambo celeste. También tenía el rubio cabello apenas ondulado que apenas le llegaba a los hombros si es que recuerdo bien.
Después de unos minutos ella terminó con las preguntas y comentó algo que me sorprendió y definió el tono del resto de mi ultra humillante revisación. Esto no es textual pero creo que es bastante parecido:
- Karina me contó lo que le dijiste, y al principio pensé en mandarte de vuelta y arruinar tus ilusiones universitarias. Pero después de pensarlo bien, te voy a dar dos opciones: podés irte ahora mismo sin tu preciado certificado médico... o podemos proceder con la revisación. Antes que decidas, te advierto que yo puedo y de hecho voy a interrumpir el examen en cualquier momento en caso de que seas irrespetuoso o no seas obediente en un 1000%.
Antes de poder contestarle, ella continuó:
- Yo tengo un prestigio y mis antecedentes son inmaculados, así que aunque le cuentes esto a cualquiera, no hay modo de que te crean así que ni te molestes en intentarlo - después hizo una pausa, para terminar - Te voy a dejar solo en el Consultorio y voy a regresar exactamente en cinco minutos. Sobre el mostrador vas a encontrar una bata que elegí especialmente para vos. Si estás de acuerdo en que proceda con tu examen bajo mis condiciones cuando regrese te quiero ver sentadito en la camilla con la bata y nada más... te quiero completamente desnudo.
Por supuesto, el otro motivo de no habérselo contado a nadie es porque no creo que nadie creyera en algo tan indignante; pero a pesar de ello es la más absoluta verdad, al menos del modo en que yo la puedo recordar.
Supongo que como casi todas las cosas, comenzó por un descuido: yo hice la Revisación Médica Obligatoria para la Universidad bastante más tarde de lo debido.
Éso sumado al hecho de que por ésos días yo frecuentemente dejaba las cosas para último momento me puso en una situación complicada.
Como ven, mi tardanza me llevó a sacar un turno (para la Revisación Médica Obligatoria que tenía que, superar, y tener listos los resultados para la próxima semana) en medio de un ataque de pánico. Yo vivía en un pueblo chico con sólo un Hospital Público capaz de otorgar el tipo de certificado que estaba necesitando.
Les expliqué lo que quería, y la señorita al teléfono dijo que el único turno disponible para poder cumplir los plazos que yo necesitaba era para la tarde siguiente con un profesional al que llamó "Cris S... algo" no me acuerdo cuál era el apellido exactamente, y resultó ser que el nombre resultaría mucho más importante para mi desgraciada aventura.
El día de mi revisación resultó ser el Primero de los Días, seguramente fue el primer día de mi nueva carrera de estudiante universitario, pero también fue el día de mayor incomodidad y tremenda vergüenza provocada directamente por la incomodidad y la humillación.
Así que llegué temprano, tal como me lo habían indicado (de modo de tener tiempo de completar unos formularios, contestar unas preguntas, etc. ...): probablemente puedan imaginar mi sorpresa cuando después de firmar mis consentimientos y en el curso de la conversación descubro que "Cris" era la Dra. Cristina S... y no el Dr. Cristian S... quien iba a estar a cargo de mi revisación como yo erróneamente había asumido... oops...
Por mi vida que no recuerdo qué fue lo que dije pero estoy seguro que hice obvio que no estaba nada satisfecho con la situación y la falta de comunicación.
Esto también fue un principio, fue la primera vez que recibí una mirada con el ceño fruncido de la Recepcionista, aunque fue muy breve.
Como dije, yo no recuerdo las palabras exactas pero obviamente dije algo que fue percibido como terriblemente ofensivo y horriblemente sexista o quizá ambas porque en seguida recibí una Revisación Médica sin dudas inolvidable dado que conseguí, de un modo u otro, enojar a mi Doctora aún antes de conocerla lo que debo reconocer que también fue la primera vez que me sucedió.
Sin embargo, en este punto, yo persistía absolutamente ignorante de lo que me esperaba. Entre los formularios que les entregué, y los que ellas me hicieron completar parecía que hubiera respondido a todas las preguntas que se pudieran concebir.
Quisieron saber si bebía alcochol (raras veces), si fumaba (nunca), si usaba cigarrillos electrónicos (no) si me había hecho un chequeo en los últimos años y más y más, finalmente me preguntaron si había sido sexualmente activo en los últimos meses y si tomaba drogas recetadas o no.
Después de terminar de completar los formularios me indicaron el camino al Consultorio y me tomaron los signos vitales (considerando que todo lo que iba a ocurrir en ése mismo consultorio tengo que reconocer que fui afortunado en que la Enfermera no me tomara la temperatura de manera rectal) y me dijeron que "Cris" vendría en unos minutos.
Y así, en no más de 15 ó 20 minutos golpearon la puerta brevemente y la Dra. Cristina abrió, y se presentó sólo para continuar haciéndome más preguntas.
Entre otras cosas, debe haberle resultado bastante obvio (si es que no surgía de las planillas que ya había completado) que yo no había visitado al médico en mucho tiempo.
En retrospectiva, estoy bastante seguro por algunas de las preguntas que me formuló y por mis respuestas que también era obvio que yo no había prestado mucha por no decir casi ninguna atención a lo que se indicaba para mi Revisación Médica.
Cuando leí el formulario (después de volver a mi casa) descubrí que realmente le otorgaba mucha libertad al Médico para definir a su criterio, pero como pronto van a descubrir la Dra. Cristina no dejó absolutamente nada de lado e incluso fue mucho más allá de lo que se le solicitaba.
Antes de ése día, yo nunca había visitado una profesional de la medicina mujer (o quizá deba decir que nunca me había revisado una profesional de la medicina mujer porque esta Médica revisó absolutamente todo)
Si me iba a revisar una mujer, al menos hubiera elegido una que fuera (como decía mi abuela paterna) "más fea que tropezar descalzo" y/o una tan mayor que provocara que uno se pregunte por qué todavía no se había jubilado y estuviera pasando el tiempo con sus bisnietos, o ambas.
No tuve ésa suerte, ya que la Dra. Cristina era una mujer atractiva un poco más baja que yo y un poco delgada en mi opinión; parecía de unos veintipico no más de treinta años y un bello rostro con una nariz levemente más grande al promedio y labios bastante grandes, así como un lindo cuerpo por lo poco que pude ver debajo de su ambo celeste. También tenía el rubio cabello apenas ondulado que apenas le llegaba a los hombros si es que recuerdo bien.
Después de unos minutos ella terminó con las preguntas y comentó algo que me sorprendió y definió el tono del resto de mi ultra humillante revisación. Esto no es textual pero creo que es bastante parecido:
- Karina me contó lo que le dijiste, y al principio pensé en mandarte de vuelta y arruinar tus ilusiones universitarias. Pero después de pensarlo bien, te voy a dar dos opciones: podés irte ahora mismo sin tu preciado certificado médico... o podemos proceder con la revisación. Antes que decidas, te advierto que yo puedo y de hecho voy a interrumpir el examen en cualquier momento en caso de que seas irrespetuoso o no seas obediente en un 1000%.
Antes de poder contestarle, ella continuó:
- Yo tengo un prestigio y mis antecedentes son inmaculados, así que aunque le cuentes esto a cualquiera, no hay modo de que te crean así que ni te molestes en intentarlo - después hizo una pausa, para terminar - Te voy a dejar solo en el Consultorio y voy a regresar exactamente en cinco minutos. Sobre el mostrador vas a encontrar una bata que elegí especialmente para vos. Si estás de acuerdo en que proceda con tu examen bajo mis condiciones cuando regrese te quiero ver sentadito en la camilla con la bata y nada más... te quiero completamente desnudo.
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