¿Cómo podía negarme a Andrea? Parte 3 con Fotos.
Si queres podes ver la primera parte aquí: http://www.poringa.net/posts/relatos/3195199/Como-podia-negarme-a-Andrea-Con-fotos.html
Si queres podes ver la segunda parte aquí: http://www.poringa.net/posts/relatos/3196873/Como-podia-negarme-a-Andrea-Parte-2-Con-fotos.html
Con Andrea seguimos viéndonos varias veces, los encuentros siempre eran parecidos, nos veíamos, charlábamos un poco, me seducía, terminaba haciéndole sexo oral a ella y a continuación me decía que vaya a mi casa, sin ninguna satisfacción.
Como ella estaba casada, los encuentros eran secretos, reservados y siempre en los tiempos que Andrea quería brindarme.
Por el amor y deseo que sentía hacia ella desde adolescentes, yo aceptaba todos sus caprichos. No tenía claro que sentía ella por mí, me ilusionaba pensando que me quería o al menos que me tenia cariño.
Hubo un encuentro, que cambio totalmente nuestra historia y fue un punto de inflección.
Llegada la primavera, los primeros calores, Andrea me dijo que el sábado a la tarde quería que fuera a la casa de Ana, donde ellas estarían tomando sol o bañándose en la piscina. Ana era muy amiga de Andrea. Los tres habíamos ido juntos al colegio secundario. Durante esa etapa casi no habíamos cruzado palabras.
No tenía claro que cosas sabia Ana de mi relación con Andrea. Pero acepte la invitación, porque yo nunca le decía nada que “no” a Andrea.
Fue vestido para la ocasión con un short de baño, remera y zapatillas.
Al llegar, ellas ya estaban con malla de dos piezas (bikini) en el jardín tomando sol. Andrea tenía un hermoso cuerpo, Ana, más o menos, era más bien gordita, pero con unos pechos grandes. Las dos tenían casi 50 años, se cuidaban, se mantenían activas y se movían en un circulo social de alto nivel.
Charlamos un rato, un tema llevó al otro, hasta que Andrea, me dijo que me acerque a la reposera donde estaba sentada y al oído me murmuró, que me arrodille y le bese la concha.
-“No Andrea, ¿Cómo vamos a hacer eso? Esta Ana mirándonos”, le dije.
-“¿Qué pasa Pablito?, vos siempre me decías qué harías siempre todo lo que yo te pidiera, ¿o no?”, me contestó.
Sin dudarlo me arrodille y comencé a acercarme al pubis de Andrea, mientras ella corría la parte baja de su malla para dejarme acceder a su rallita.
La situación me daba mucha vergüenza por tener a Ana tan cerca, quien seguramente estaba viéndonos. Pero… ¿Cómo podía negarme a Andrea?.
Así, estuve un rato haciéndole sexo oral, Andrea gemía, gozaba con mi lengua. A mí me encantaba darle placer.
Mientras lo hacía sentí que unas manos me bajaban el short, me di vuelta, asustado, era Ana, que me miraba con una sonrisa.
Seguí con lo mio, besando la concha de Andrea, mientras Ana, me acariciaba las bolas y la pija. Luego comenzó a besarme mi cola. Su lengua jugueteaba con mi ano. Era una sensación muy excitante, nunca había sentido algo así.
No estoy seguro si esto lo habían planeado entre ellas y si Andrea, dentro de su goce, sabía lo que Ana estaba haciendo.
De esta manera, Andrea acabó, como lo hacía siempre, en forma salvaje, pero femenina y delicada.
Una vez que acabó, se paró agitada y me dijo “Pablito… quiero que la hagas gozar a Ana, como a mi…. Hacé todo lo que ella te indique, no me hagas quedar mal!!”.
Andrea se fue al baño, seguramente a lavarse.
Quede solo con Ana, ella ya se había sacado la malla completa, estaba desnuda, sin mediar palabras, fui en cuatro patas hasta su reposera, acerque mi boca a su concha y comencé a besarla. Ana no era tan suave y femenina como Andrea, ella gemía en forma descontrolada, insultaba, me agarraba de los pelos, por momentos no me dejaba respirar.
Estuve así un buen rato, hasta que ella me saco de su entrepierna y me dijo que me acueste en la otra reposera. Hice lo que ella me ordenó. A continuación, se acerco a mí, se sentó sobre mi pija y comenzó a cabalgarme en forma desenfrenada. Mientras lo hacía, vociferaba, gemía.
Sus pechos se bamboleaban de un lado al otro, hasta que no aguanté mas y acabe. Realmente tuve un orgasmo muy intenso. Aunque mi pene estaba ya blando adentro de ella, siguió refregando su pubis con el mío mas en forma mas suave, hasta que ella también acabó.
Lentamente se levantó mientras, de su concha caía sobre mí pubis un coctel de mi leche y sus jugos.
Ana, se fue al baño y quede acostado en la reposera unos segundos.
Cuando me fui incorporando en forma lenta, levanté la miraba y Andrea, me estaba mirando con cara seria.
-“Pablito, andá a lavarte al otro baño”. Me dijo. Su tono no era del siempre, su cara me desconcertó.
Agarré mis cosas, fui al baño, me lavé y me vestí. Al volver Ana y Andrea estaban en el jardín, parecía que estaban discutiendo.
Cuando llegué y me vieron, las dos se callaron.
-“Pablito, ya tenés que irte, en la semana, yo te llamo, no me llames”.
Me fui a la puerta, Ana, me acompañó, me daba un vergüenza mirarla a la cara.
Abrió la puerta, me dio un beso, en la mejilla, me palmeó la cola y me dijo con una sonrisa “…te portaste muy bien Pablito… yo también te voy a llamar”.
Me fui alejando de la casa de Ana, caminando por calle, pensando en la cara de Andrea, tal vez, algo se había roto, ella estaba molesta. Pero yo solo había cumplido con su pedido.
No veía la hora que llegara el día de su llamado, para saber si algo de mí la había molestado. Me angustiaba la posibilidad de dejar de verla a Andrea.
Si queres podes ver la primera parte aquí: http://www.poringa.net/posts/relatos/3195199/Como-podia-negarme-a-Andrea-Con-fotos.html
Si queres podes ver la segunda parte aquí: http://www.poringa.net/posts/relatos/3196873/Como-podia-negarme-a-Andrea-Parte-2-Con-fotos.html
Con Andrea seguimos viéndonos varias veces, los encuentros siempre eran parecidos, nos veíamos, charlábamos un poco, me seducía, terminaba haciéndole sexo oral a ella y a continuación me decía que vaya a mi casa, sin ninguna satisfacción.
Como ella estaba casada, los encuentros eran secretos, reservados y siempre en los tiempos que Andrea quería brindarme.
Por el amor y deseo que sentía hacia ella desde adolescentes, yo aceptaba todos sus caprichos. No tenía claro que sentía ella por mí, me ilusionaba pensando que me quería o al menos que me tenia cariño.
Hubo un encuentro, que cambio totalmente nuestra historia y fue un punto de inflección.
Llegada la primavera, los primeros calores, Andrea me dijo que el sábado a la tarde quería que fuera a la casa de Ana, donde ellas estarían tomando sol o bañándose en la piscina. Ana era muy amiga de Andrea. Los tres habíamos ido juntos al colegio secundario. Durante esa etapa casi no habíamos cruzado palabras.
No tenía claro que cosas sabia Ana de mi relación con Andrea. Pero acepte la invitación, porque yo nunca le decía nada que “no” a Andrea.
Fue vestido para la ocasión con un short de baño, remera y zapatillas.
Al llegar, ellas ya estaban con malla de dos piezas (bikini) en el jardín tomando sol. Andrea tenía un hermoso cuerpo, Ana, más o menos, era más bien gordita, pero con unos pechos grandes. Las dos tenían casi 50 años, se cuidaban, se mantenían activas y se movían en un circulo social de alto nivel.
Charlamos un rato, un tema llevó al otro, hasta que Andrea, me dijo que me acerque a la reposera donde estaba sentada y al oído me murmuró, que me arrodille y le bese la concha.
-“No Andrea, ¿Cómo vamos a hacer eso? Esta Ana mirándonos”, le dije.
-“¿Qué pasa Pablito?, vos siempre me decías qué harías siempre todo lo que yo te pidiera, ¿o no?”, me contestó.
Sin dudarlo me arrodille y comencé a acercarme al pubis de Andrea, mientras ella corría la parte baja de su malla para dejarme acceder a su rallita.
La situación me daba mucha vergüenza por tener a Ana tan cerca, quien seguramente estaba viéndonos. Pero… ¿Cómo podía negarme a Andrea?.
Así, estuve un rato haciéndole sexo oral, Andrea gemía, gozaba con mi lengua. A mí me encantaba darle placer.
Mientras lo hacía sentí que unas manos me bajaban el short, me di vuelta, asustado, era Ana, que me miraba con una sonrisa.
Seguí con lo mio, besando la concha de Andrea, mientras Ana, me acariciaba las bolas y la pija. Luego comenzó a besarme mi cola. Su lengua jugueteaba con mi ano. Era una sensación muy excitante, nunca había sentido algo así.
No estoy seguro si esto lo habían planeado entre ellas y si Andrea, dentro de su goce, sabía lo que Ana estaba haciendo.
De esta manera, Andrea acabó, como lo hacía siempre, en forma salvaje, pero femenina y delicada.
Una vez que acabó, se paró agitada y me dijo “Pablito… quiero que la hagas gozar a Ana, como a mi…. Hacé todo lo que ella te indique, no me hagas quedar mal!!”.
Andrea se fue al baño, seguramente a lavarse.
Quede solo con Ana, ella ya se había sacado la malla completa, estaba desnuda, sin mediar palabras, fui en cuatro patas hasta su reposera, acerque mi boca a su concha y comencé a besarla. Ana no era tan suave y femenina como Andrea, ella gemía en forma descontrolada, insultaba, me agarraba de los pelos, por momentos no me dejaba respirar.
Estuve así un buen rato, hasta que ella me saco de su entrepierna y me dijo que me acueste en la otra reposera. Hice lo que ella me ordenó. A continuación, se acerco a mí, se sentó sobre mi pija y comenzó a cabalgarme en forma desenfrenada. Mientras lo hacía, vociferaba, gemía.
Sus pechos se bamboleaban de un lado al otro, hasta que no aguanté mas y acabe. Realmente tuve un orgasmo muy intenso. Aunque mi pene estaba ya blando adentro de ella, siguió refregando su pubis con el mío mas en forma mas suave, hasta que ella también acabó.
Lentamente se levantó mientras, de su concha caía sobre mí pubis un coctel de mi leche y sus jugos.
Ana, se fue al baño y quede acostado en la reposera unos segundos.
Cuando me fui incorporando en forma lenta, levanté la miraba y Andrea, me estaba mirando con cara seria.
-“Pablito, andá a lavarte al otro baño”. Me dijo. Su tono no era del siempre, su cara me desconcertó.
Agarré mis cosas, fui al baño, me lavé y me vestí. Al volver Ana y Andrea estaban en el jardín, parecía que estaban discutiendo.
Cuando llegué y me vieron, las dos se callaron.
-“Pablito, ya tenés que irte, en la semana, yo te llamo, no me llames”.
Me fui a la puerta, Ana, me acompañó, me daba un vergüenza mirarla a la cara.
Abrió la puerta, me dio un beso, en la mejilla, me palmeó la cola y me dijo con una sonrisa “…te portaste muy bien Pablito… yo también te voy a llamar”.
Me fui alejando de la casa de Ana, caminando por calle, pensando en la cara de Andrea, tal vez, algo se había roto, ella estaba molesta. Pero yo solo había cumplido con su pedido.
No veía la hora que llegara el día de su llamado, para saber si algo de mí la había molestado. Me angustiaba la posibilidad de dejar de verla a Andrea.
3 comentarios - ¿Cómo podía negarme a Andrea? Parte 3 con Fotos.
http://www.poringa.net/posts/relatos/3203801/Como-podia-negarme-a-Andrea-Parte-4-FINAL-Con-Fotos.html
Espero que les guste.