Nuevo relato. Espero que sea de su agrado. Comenta y comparte. Si te sobran algunos puntitos, son bienvenidos. Tengo otros relatos. Si te interesan acá están. Muchas Gracias.
http://m.poringa.net/posts/relatos/3187249/Clases-Particulares.html
http://m.poringa.net/posts/relatos/3180489/Problemas-en-el-trabajo-I.html
Vacaciones permanentes I.
No tenía programado ir a ningún lado. Una agencia de viajes ofrecía un viaje en bus a Brasil. Lo reservé. El día de la salida noté que era un grupo de la tercera edad. ¡Qué embole! -pensé-. Me ubiqué en mi butaca y luego de escuchar al infumable coordinador, me dediqué a dormir. Paramos en una estación de servicio. Aproveché para ir al baño. Antes de subir, unas hermosas tetas se cruzaron ante mí. ¡Qué linda es! -me dije-. Lucrecia era su nombre. Rubia con rizos. Alta con grandes senos y una cola divina. No podía dejar de mirar sus tetas. Había subido junto a su madre en una parada intermedia. Estábamos sentados a la par. Hablamos un largo rato. Notó como la miraba. Me vas a comer con los ojos -me dijo-. Perdón -susurré tímido-. Los ojos son para ver -dijo graciosa-.
Paramos en otra estación de servicio. Me pidió que la acompañara a caminar. Sos un lindo chico para ser soltero-me dijo-. Vos sos hermosa -respondí-. Yo no me enamoro más -sentenció- ahora solo busco sexo. Se iluminaron mis ojos. Nos retiramos a un estacionamiento cercano. Se arrodilló frente a mí. Sacó mi pene y comenzó a chuparlo con ganas. Qué rico es -dijo-. Sacó sus tetas y con ellas empezó a masturbarme. Me estaba volviendo loco. Nos interrumpió su madre llamándonos. El viaje debía continuar.
Una parada más adelante procedimos igual. Nos retiramos del grupo. Se inclinó delante mío. Se bajó su pantalón y su tanga. Me agaché detrás de ella. Besé su hermosa cola. Separé sus piernas y empecé a recorrer con mi lengua desde su vagina hasta su ano. Mordía sus labios vaginales y ella gemía despacio. Metí mis dedos en su conchita. Se los hice chupar con su boca. Estaba enloquecida. Me encanta lo que hacés -me dijo caliente-. Le introduje uno de mis dedos en su culo. Me pedía más. Seguía chupando su concha. Sus jugos rebozaban mi boca. Era una locura. Nos detuvimos y volvimos con el grupo. Imposible borrar nuestra sonrisa del rostro.
Llegamos a destino. Mismo hotel, habitaciones contiguas. Estas vacaciones prometián ser inolvidables.
Continuará...
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Vacaciones permanentes I.
No tenía programado ir a ningún lado. Una agencia de viajes ofrecía un viaje en bus a Brasil. Lo reservé. El día de la salida noté que era un grupo de la tercera edad. ¡Qué embole! -pensé-. Me ubiqué en mi butaca y luego de escuchar al infumable coordinador, me dediqué a dormir. Paramos en una estación de servicio. Aproveché para ir al baño. Antes de subir, unas hermosas tetas se cruzaron ante mí. ¡Qué linda es! -me dije-. Lucrecia era su nombre. Rubia con rizos. Alta con grandes senos y una cola divina. No podía dejar de mirar sus tetas. Había subido junto a su madre en una parada intermedia. Estábamos sentados a la par. Hablamos un largo rato. Notó como la miraba. Me vas a comer con los ojos -me dijo-. Perdón -susurré tímido-. Los ojos son para ver -dijo graciosa-.
Paramos en otra estación de servicio. Me pidió que la acompañara a caminar. Sos un lindo chico para ser soltero-me dijo-. Vos sos hermosa -respondí-. Yo no me enamoro más -sentenció- ahora solo busco sexo. Se iluminaron mis ojos. Nos retiramos a un estacionamiento cercano. Se arrodilló frente a mí. Sacó mi pene y comenzó a chuparlo con ganas. Qué rico es -dijo-. Sacó sus tetas y con ellas empezó a masturbarme. Me estaba volviendo loco. Nos interrumpió su madre llamándonos. El viaje debía continuar.
Una parada más adelante procedimos igual. Nos retiramos del grupo. Se inclinó delante mío. Se bajó su pantalón y su tanga. Me agaché detrás de ella. Besé su hermosa cola. Separé sus piernas y empecé a recorrer con mi lengua desde su vagina hasta su ano. Mordía sus labios vaginales y ella gemía despacio. Metí mis dedos en su conchita. Se los hice chupar con su boca. Estaba enloquecida. Me encanta lo que hacés -me dijo caliente-. Le introduje uno de mis dedos en su culo. Me pedía más. Seguía chupando su concha. Sus jugos rebozaban mi boca. Era una locura. Nos detuvimos y volvimos con el grupo. Imposible borrar nuestra sonrisa del rostro.
Llegamos a destino. Mismo hotel, habitaciones contiguas. Estas vacaciones prometián ser inolvidables.
Continuará...
3 comentarios - Vacaciones Permanentes I.