You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Una historia de cuernos





La historia que os cuento no es fácil de redactar, no porqueno quiera contarla sino porque soy todo un inexperto en esta materia, peronecesitaba contarla como sea y me animé.




Una historia de cuernos, una fantasía compartida por muchos hombres,pero realmente difícil de llevar a la práctica, principalmente por falta deconsentimiento por la pareja.








Una historia de cuernos






En mi caso, la fantasía surgió una cierta noche cuando, defiesta, un chico se acercó a mi novia y le comentó la posibilidad de que sefuera con él a su casa ya que lo iban a pasar muy bien por su experiencia, apesar de su juventud, y por estar…dotado. Un chico que a simple vista se podíanotar su magnífico físico y era realmente guapo. Realmente era un chicoatractivo, y esto lo sé porque he tenido experiencias con chicos, no por serbisexual pero sí por ser algo curioso.


En ese momento, cuando el chico ofreció la propuesta a minovia, no estaba enfadado con él, solo empecé a pensar. A pensar en la idea delchico dotado. ¿Qué hubiera pasado si el chico consigue irse con mi chica?¿Estar dotado implica más placer? No tiene por qué, pensé. Pero siendorealistas, a las chicas les gusta que tengan un cierto tamaño, y yo no llegabaa ese estándar de tamaño, apenas me mide 11 cm. Además, odio mi polla, carezcode un capullo grande. Ni siquiera he sido capaz de provocarle un orgasmo a minovia. Cuando empecé mi relación con ella me comentó que los orgasmos le lleganrápido y que lo iba a notar por sus contracciones, además de un ligero squirt,pero nunca la vi disfrutar como tal. Yo tengo la culpa de que se tenga quemasturbar después de hacérselo por las noches. Nunca me comentó su necesidad demasturbarse, pero yo sabía que lo hacía. Ella, después de follar, se daba lavuelta simulando que estaba dormida y notaba como su mano rozaba su ropainterior, como sus pulsaciones subían. A veces, iba al baño para ducharse, omás bien masturbarse, después de hacerlo; podía oír un par de gemidos finalescuando llegaba al orgasmo que yo no le daba.


Mi chica, con todo pronóstico, rechazó la idea de irse conel chico desconocido de aquella noche. Pero aquí surgió mi fantasía. Quería quealguien se acostara con mi novia, que disfrutara, que disfrutara haciéndolo conotro, que yo disfrutara viéndola con otro.


Para convencerla se me ocurrió ver películas y vídeos porno.Acepto ver porno conmigo ya que no supondría ningún problema, a los dos nosgustaba ver por separado, ¿por qué no juntos?. Durante las siguientes semanasyo no saqué la idea de buscar a algún chico pero me ofrecía a masturbarlamientras veíamos videos de otra gente hacerlo. Luego ya la convencí de quequería que ellas se masturbara mientras yo la veía, no lo entendía, no entendíael por qué ella tenía que disfrutar y yo no. Me encantó mirarla por primera vezmientras ella misma se tocaba, con su dedo frotándose el clítoris, con su carade concentración, mordiéndose el labio. Finalmente pude ver cómo, de su coño,le salía una serie de chorros pequeños de un líquido transparente.
-¿Lo ves?, ya dije que siempre que me corría hago squirt.
En ese momento me quedé en blanco, era verdad, realmentenunca había conseguido llevarla al orgasmo.
Decidí hacer algo para convencerla de tener sexo con otrochico, pero ¿cómo decirlo? ¿Quizás un pub de citas liberales funcionaría? ¿Quizásmejor no decirle nada e ir a ese tipo de locales sin que sepa que hay genteliberal? Me decanté por esa opción.
Era un jueves por la noche y sabía que el sábado podía serla noche que estaba deseando, puesto que mi novia tenía ganas de salir de fiestaese fin de semana. Pero también sabía que el viernes era el día de salir decompras, debía ir sexy por si ocurría algo.
Me encanta el físico de mi novia, chica normal, con curvas yun pecho increíble. Bueno, una imagen es mejor que mil palabras:
 
 

tetas

 



relatos


 
El viernes compramos unas cuantas prendas de ropa interiorrealmente atractivas, o al menos para mí: un tanga negro de encaje, medias derejas y un sujetador igual de encaje negro y blanco. El resto de ropa que usóel sábado no era comprado del viernes, pero me encantaba.
Llegó el sábado y fuimos a un bar de copas de un amigoconocido, pasamos allí la tarde-noche con unas cuantas copas. Decidimos paseary buscar un nuevo lugar para tomar la última. Yo sabía dónde quería ir, así quepaseamos hasta llegar a una zona, algo más resguardada y rodeada por un jardín.
-Creo que nunca estuve por esta zona, ¿te apetece la últimacopa en el pub de allí?
-uff estoy algo ya bebida, pero vale, buscábamos la últimacopa, da igual en el sitio que sea.
Entramos en aquel lugar super bien ambientado, un pubnormal, nada de presuntos ligues por aquí ni por allá, ¿estaba en el lugarcorrecto?


Casi al finalizar la copa, ella tuvo que ir al baño y en esepreciso momento, un chico, de unos 29 años se acercó a mi mesa y me preguntóeducadamente si podía hablar un segundo conmigo. Acepté y se sentó.
-Se que te puede incomodar pero me he fijado en vosotros yparecéis la típica pareja que se ha equivocado de pub y no saben que aquí somostodos liberales.


-Yo si lo sé, pero mi novia no. Busco un chico para minovia.
-¿Ella no lo sabe? Es complicado entonces que ella acepteirse con otro chico.
-La verdad es que busco que ella esté con otro chico pero yoquiero ver también, no se si me entiendes.
- Sí, eres un chico que quiere se cornudo, ¿no?, no meencontré con nadie como tú aquí, pero realmente es una fantasía complicada. Tunovia es muy guapa, pero…dudo que quiera quedar con otros chicos. Pero bueno,si estas de acuerdo podemos intentarlo.
En ese momento llegó mi novia y por poco nos pilla hablandode ella.
-umm hola, ¿quién eres?
-Hola, déjame que me presente, me llamo Carlos ¿y tú?
-Pues me llamo Helen, y…woo..chico eres bastante alto,apenas alcanzo a darte los besos de presentación.
-Siii, me lo suelen decir, soy bastante alto. Yo soy eldueño del local y me acerqué a tu novio para saber que opinan de este bar ycomo veo que es la primera vez que entráis, os invito a una copa.
-Ay pero yo creo que bebí suficiente, ¿no crees, cariño?
-Yo te veo bien aún, todavía no estas bailando como loca,sabes que cuando bebes mucho bailas sin parar.
-Jajajaj, está bien, una última copa.


Carlos conversó con nosotros durante una hora cuando lecomentó que muchas parejas liberales visitaban con frecuencia este bar. Ella sesorprendió pero no lo suficiente, ya que se puso a bailar prestando solo suatención a la música. Carlos fue a bailar con ella con mi permiso, mientras yodisfrutaba de mi último Ron allí sentado. Allí podía ver como bailaba, ya menosformal que cuando llegó, a causa del alcohol y la música. Le molestaba parabailar ese pantalón ajustado blanco que llevaba, así que podía ver como se lobajaba un poquito, hasta tal punto que un lateral del tanga se asomaba si seagachaba lo más mínimo. Me excitaba ver como enseñaba ese hilo. Y por lo queparece a el también porque le bajaba un poco más el pantalón cuando se agarrabade su cintura y le ponía le tocaba aquel hilo del tanga con sus dedos, alparecer Helen no se daba cuenta.
Mientras bailaban tuvieron una conversación que más tardeella me hizo saber:
-Me gustas como bailas Helen, pero ¿te ha comentado tu noviola razón del por qué estas aquí?
-¿Qué razón?, ¿qué dices?
-Tu novio quiere compartirte, quiere que disfrutes con otrochico que no sea él. ¿Crees que podrías estar con otro chico?
-Pero yo estoy con él, no lo veo justo. No veo justo que yodisfrute con más chicos.
-¿Por qué no es justo? Me ha comentado que no te hace llegaral orgasmo, ¿es eso justo? Tú deberías disfrutar igual.
-A ver, la razón de que no llegue al orgasmo es por su tamañode pene, es pequeño pero el orgasmo es lo de menos en una relación.
-Pero el lo hace por ti, sabe lo que pasa, por eso buscaotros chicos para que disfrutes y él también disfrute. Probemos un poco, vamosa mi habitación, probamos y si no te gusta, lo dejamos.
-Ayy no sé, supongo que es lo que el quiere. Vamos entonces.
Al llegar los tres a su casa pasamos directamente a unaamplia habitación. Allí había una cama bastante grande y junto a ella una sillade escritorio, mi silla de cornudo, el sitio donde vería disfrutar a minovia. 
-Como ya dije vayamos poco a poco, primero me quitare lacamiseta, un paso sencillo.
-Wao, tienes buen cuerpo, muy trabajado y muy duro; duro tucuerpo, no tu…polla.
-Si mi polla también, quieres ver, lo haré muy lentamente.
Llegó el momento que tanto esperaba. Se bajo lentamente elpantalón para dejar ver un poquito de su polla. Cada vez iba bajando y enseñabaun poco más, y un poco más y un poco más... joder ¿Cuánto le mide?


La diferencia de tamaño es algo notable. yo, obviamente soy el de la derecha.



novia




Dejó ver su polla entera, 19,5 cm de tamaño. Yo agarrado alos brazos de la silla con la mirada en su miembro y con cara de envidia. Minovia con cara de asombro y risa nerviosa.
-¿Te va gustando Helen?
Ella no contestó. Empezaron a besarse mientras ella leagarraba su culo y le daba pequeños golpecitos, como comprobando la dureza.
Sola, sin necesidad de insistir, se fue quitando la ropa.Primero su blusa, dejando ver su gran pecho en sujetador. Luego su pantalónpara dejar ver su tanga negro.
-¿Es esto lo que quieres, cariño?
Le asentí mientras no paraba de mirarla de excitación. Enese momento se agachó y mientras me miraba pasó su lengua por su larga polla.Besaba su capullo. Azotaba su boca con aquel juguete nuevo. Intentó tambiénmeterse toda la polla en la boca. pero era imposible, le daban muchas arcadas.Lo intentó varia veces pero le costaba mucho.
Ella tenia la boca llena de saliva, un rastro de colorblanco como resultado de batir, llenaba y rodeaba la boca de Helen. En esemomento se levantó, se dirigió hasta a mí, y me besó, pasándome sus restos. Mesonrió y se quitó toda la ropa que tenía.
Carlos quería comerle su coño, la puso abierta de piernas enla cama y comenzó a lamerle. Gemidos que nunca había escuchado salían de laboca de Helen, era como ver a una desconocida, no sabía satisfacerla. Pero élsí.
Llegó el momento, ella se masturbaba mientas él se colocabaun preservativo. Echó abundante lubricante en su coño para que no le dolierapor el cambio de tamaño.
Pude ver como los primeros centímetros se metían en ella,mientras indicaba que lo hiciera despacio. Pero por el efecto de lo mojada queestaba y el lubricante fue fácil introducir toda su polla en ella. Ella mirabaal techo con la boca abierta y los ojos en blanco, disfrutando, gimiendo, enaquella postura que me permitía ver como se la follaban.
Me quité la ropa y empecé a masturbarme. No podía aguantarmás, necesitaba soltar mi leche con aquel escenario. A Helen no le importaba,ni siquiera mi miró, ella estaba concentrada en su placer, gimiendo, yrecitando la palabra Dios tantas veces como nunca escuché.
De momento escuché la palabra que quería de ella…Me vengo… yse encogió mientras gemía, con espasmos. Cuando acabó el squirt, Carlos siguiófollándola duro y rápido. No había pasado unos minutos cuando se volvió acorrer. En ese momento me corrí yo también, juntos, a la vez, solo que elladisfrutaba de otro chico.
El chico, dispuesto a correrse, me preguntó dónde quería laleche. Dije en la boca, y tras mirar a Helen y asentir, se quitó elpreservativo y folló la boca de mi novia. Carlos pegó dos únicos gemidos,dejando una gran cantidad de semen que Helen escupió sobre sus tetas.
Finalmente me besó y me dio las gracias por este regalo:
-Muchas gracias cornudo.
 
 
 
 

10 comentarios - Una historia de cuernos

nicolzar +1
muy bueno excelente relatos subi mas fotos saludos
GGuilleeermo +1
Excelente quiero lo mismo con mi novia ella me confesó que le gusta su profe
kramalo +1
Esta bueno, y lo entiendo..... pero... como varón, no sabes chuparle bien la concha...? no existe mina que no acabe con la lengua... después se la mandás a guardar mientras está acabando....qué se yo...será..?
qoqopelado
Con dedos y lengua uno no esta perdido
pulporubio
Que buena experiencia tuviste