Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías, mi madre, mi prima y otras chicas me hicieron despertar, pero las circunstancias me abrieron los horizontes.
Ya habían pasado unos día y mi tío estaba de lo más atento con Ana, yo bromeaba con ella, una mañana Jorge y yo estábamos desayunando, mi tía en la cocina, cuando mi tío terminó se acerco a Ana y pasándole la mano por el vientre la besó, luego se marchó a la oficina, yo seguí sentado hasta acabar, recogí todo y lo lleve al fregadero, le gasté la broma a mi tía imitando a Jorge, le pasé la mano por la barriga y le besé, le dije al oído…
- Me gustaría saludar a mi primito, me dejas?
Sin esperar respuesta me puse detrás de Ana y la abrace, mis manos rodeaban su vientre, todavía era muy pronto para nada pero teníamos mucha ilusión, Ana llevaba un vestido ligero para estar por casa, se abrochaba por detrás con varios botones, le besé en el cuello y le despasé un botón, según le iba besando le iba soltando más botones, mi tía había dejado lo que estaba haciendo y se apoyaba con las manos en el banco de la cocina, solo las movió cuando notó que las mangas se descolgaban por su brazos, las dejó pasar y cayó al suelo, la espalda lisa fue lamida por mi lengua ávida, los pelos de la nuca se le erizaron, pasé las manos bajo sus brazos y le cogí las tetas, como siempre apenas se notaban pero los pezones siempre estaban duros y erectos, mis manos bajaron por las caderas y pasaron bajo la cintura de las bragas y las acompañaron hasta las rodillas, con un movimiento de piernas las dejó caer en el suelo separándolas a un lado, mis manos pasaron delante y entre el pubis encontraron sus labios tibios, al rozar el clítoris separó un poco las piernas y se agacho sobre la encimera.
La cremallera de mi pantalón bajó haciendo un Zip rápido, la polla caliente ya se paseó por la raja de sus nalgas, no tardó en encontrarlos labios húmedos de la vagina de Ana, ella facilitó mi entrada arqueando las caderas y le fui metiendo la polla lentamente, ella echaba la cabeza hacia atrás, suspirando me movía hacia los lados como buscando hueco y no paré hasta hundirme todo en Ana, la sacaba y la metía suavemente con cuidado de no perjudicar a mi primo si lo encontraba, se lo decía al oído en broma, ella reía y me decía…
- No te preocupes, métela sin miedo para que te conozca, y no pares por favor, sigue así, más hondo.
- Seguí los consejos de mi tía, me movía lento pero enérgicamente, a cada empujón ella gemía, cuando se corrió las piernas le flojearon, la sostuve de la cintura, le dije al oído.
- Me gustaría correrme dentro de ti.
- Hazlo pues, igual vienen gemelos.
- No, te quiero demasiado, esperaré a que estés segura.
En el último momento saque mi polla, miré a ver si me había salido algo de leche, pero me quedé helado, la polla estaba apenas manchada de sangre.
Con un hilo de voz le dije…
- Ana vuélvete y mira mi polla.
- Se volvió y me miró, su cara cambió de repente, dudó un momento y cayó en la cuenta, le iba a bajar la regla, estuvo pensando un momento y de momento cambió de expresión otra vez…
- Qué le vamos a hacer, la primera no ha salido bien, lo miraremos por el lado positivo, seguiremos intentándolo, estoy deseándolo ya.
- Lo siento de verdad por Jorge, pero era demasiado pedir que a la primera te preñara.
Cuando por la noche vino mi tío luego de cenar mi tía no sabía cómo decírselo, temía que el desengaño le afectara mucho, la forma sutil que se le ocurrió fue enseñarle el envoltorio de una compresa, Jorge lo captó enseguida y cambió de color, yo discretamente me excusé y me fui a mi habitación.
No me podía concentrar y de pronto me di cuenta que añoraba a mi madre, la llamé por el Skipe y al momento me contestó, acababa de salir de la ducha y estaba en su habitación preparada para acostarse, el día había sido duro, como todos, me pregunté cómo iba todo y le mentí, dije que de maravilla, ella también me dijo que cada día tenía más trabajo, pero que Lisa de vez en cuando colaboraba, era un adelanto.
Le dije que me encontraba triste, me faltaba ella, la escena que me dedicó fue…
- No te preocupes, aquí me tienes.
En la pantalla de mi tableta estaba mi madre con la toalla abierta detrás de ella, parecía un pájaro volando desnuda totalmente, con sus tetas menudas, su pubis y sus caderas, me abrace a la tableta, le besé y creo que ella lo notó al otro lado.
- Manu te noto triste, te pasa algo?
- Nada mamá, estoy un poco sensible hoy, solo me gustaría estar a tu lado, en la cama, se me pasaría todo de golpe.
Ella se rió, la siguiente imagen ya era más explícita, su coño abierto viéndose desde el clítoris hasta la vagina, un calor me subió por la espalda.
- Te vale esto de momento? Espero que te acompañe esta noche, yo lo haré también.
La imagen de mi polla cogida de perfil a 45º la mandé seguidamente y ella me contesto relamiéndose.
Mi profesora Tere ya no sacó el tema de la tarde pasada juntos, me sonreía cuando pasaba a mi lado simplemente, por eso me extrañó que un día sin más explicación me invitó a comer, me lo dijo escuetamente cuando nos cruzamos en el pasillo, casi sin volverse ni detenerse.
La esperé en la entrada, salió y pasó por mi lado, disimuladamente me dijo…
- Nos encontramos en el bus,
Mientras estuvimos esperando no hablamos, habían michos estudiantes, ya en el autobús estando un poco separados, se fue acercando hasta pegarse literalmente frente a mí, no me dijo nada, solo su mano ya sin disimulo me cogió la polla, los pasajeros nos cubrían y los vaivenes del bus nos empujaban uno contra el otro, la sujeté por la cintura, así nuestros cuerpos se movían al unísono, sus tetas rozaban mi pecho, solo me dijo…
- No podía aguantar más, necesito follar contigo.
- Me alagas, pero creo que ya tenemos confianza, sabes que me tienes cuando quieras.
- No quería que pensaras mal de mí, pero necesito tu polla dentro de mí.
Ya no hablamos más en todo el trayecto, cuando bajamos del bus la seguí discretamente, abrió la puerta del patio y la dejó abierta, en el ascensor coincidimos con un vecino y bajé en el piso anterior, cuando subí andando me encontré la puerta del piso entreabierta, entré y me preguntó…
- Te importe que comamos después?
Sin decir nada me llevó a su dormitorio, me desnudó, ella prácticamente se arrancó la ropa, la blusa por la cabeza, la falda por los pies y el sujetador y las bragas desaparecieron como por ensalmo, me empujo a la cama y se abalanzó sobre mi polla, la trago ávidamente, le fue creciendo poco a poco dentro de la boca, cuando la tuvo llenándosela tuvo que ir dejándola salir con pena, al fin se quedó con la mitad dentro, pero su lengua no estaba inactiva, lamía el frenillo y presionaba el glande contra el paladar, apenas respiraba me absorbía haciéndola casi desaparecer, yo mientras amasaba sus tetas, duras colgando y balanceándose sobre mi cara, me disponía a meter mi cabeza entre sus piernas cuando dijo…
- Esta no se puede desperdiciar.
Se sentó sobre mí con una pierna de rodillas y la otra elevada, metió al glande en su coño mojado ya y se dejó caer, la lubricación estaba asegurada por las dos partes, apenas se notó el roce al entrar, cuando su pubis estaba sobre el mío, miré y no se veía nada de mi polla, se inclinó sobre mi acercándome las tetas a mi boca, casi se le salió la polla del coño pero volvió a dejarse caer y la enterró en su vagina, saltaba frenéticamente, las tetas saltaban sin ningún orden , cada una iba por su lado, ella gemía o suspiraba según le entraba o le salía, solo se le oía murmurar…
- Siii! Siii, quiero más de tu polla, la quiero toda.
Yo disfrutaba solo viéndola saltar delante de mí, gozaba como nunca había visto a una mujer tan caliente, cuando gritó que se iba acorrer, quise decir algo, pero ella me puso el índice en mis labios indicándome que me callara, que me estuviera quieto, yo solo hacía por tenerla lo más dura posible levantando mi culo hacia ella, ella era la que se metía más o menos carne según el momento, Tere era la que me estaba follando a mí, cuando le iba a llegar el orgasmo se apoyo con las manos en mis tobillos, se movió hasta que un estremecimiento la paralizó, se quedó inmóvil, pero en su interior yo notaba las sacudidas que recorrían su cuerpo, cuando se calmó se inclinó otra vez sobre mí, me besó y me dijo al oído…
- Te has portado como un hombre, ahora sigue a si, voy a follarte otra vez, no he tenido bastante, me quiero correr más.
No hubo objeción por mi parte, aunque me habría haber participado más, pero hoy era su día y me concentré en poder aguantar el férreo castigo que daba a mi polla.
Esta vez se dio la vuelta, quedo cabalgándome de espaldas, ahora le cogía de las caderas y la acompañaba, se apoyó otra vez sobre mis tobillos y siguió cabalgándome, la visión que ahora disfrutaba era de lo más excitante, ver como mi polla entraba en su coño hundiendo sus labios o saliendo y arrastrándolos con ella, también admiraba las blancas nalgas, brillaban con el sudor y contrastaban con la oscuridad de la piel que rodeaba al agujero rugoso, más abajo la mata de pelo bien recortada se enredaba con los míos cuando se sentaba del todo.
Cogí con los dedos el tronco de mi polla, la acompañe en su viaje al centro de la gloria, cuando la retire estaba blanca de flujo de la profesora, me dio la idean de aprovecharlos y cuando bajaba los puse en el camino de su ano, ella me dijo al notarlos…
- Mmm, ya te estaba echando de menos mi culo, el otro día tuve temor ante lo desconocido, pero fuiste tan considerado y cariñoso que ahora te estaba añorando, mete los dedos que quieras, te lo dejo a tu elección, pero piensa que luego me tienes que meter la polla y cuando esté bien follada quiero sentir tu leche caliente en mis entrañas.
El ritmo que marcaban sus caderas se podía medir, echaba la cabeza hacia atrás y se concentraba sintiéndome, mi dedo corazón fue el primero, luego lo acompañó el índice, cuando el anular se unió al grupo los esfínteres no ofrecían ninguna resistencia, se levantó y se volvió a mí, me preguntó…
- Cambiamos?
Fue sacar los dedos y ella con mi polla en su mano se la dirigió entre las nalgas, la humedad de sus jugos la dirigieron directamente al agujero ya dilatado, una leve presión un gemido y el glande estaba dentro, un empujón y un suspiro y estaba a mitad y una sentada y un gruñido y mi polla desapareció totalmente.
Se recostó sobre mí, en un principio estuvo quieta notando como mi glande palpitaba en su intestino sedoso, mis manos por detrás abarcaban sus tetas separadas, duras, suaves y con los pezones provocadores, le besaba la nuca y el pelo se le erizaba, cuando bajé la mano y separando los labios dejé al descubierto el clítoris, lo acaricié, nunca creí que fuera tan fulminante, una descarga eléctrica recorrió todo su cuerpo, sus brazos querían abrazar al aire, se pellizcaba los pezones sacándolos y amasando sus tetas sin consideración, yo no pude resistir más, desde la nuca hasta los huevos recibí la señal, un torrente de leche salió despedido, varios chorros, que me hacían saltar metiéndosela cada vez más, nos quedamos inertes los dos, hasta que noté como por mi polla ya fláccida descendía un reguero de liquido seminal, yo me despejé lo suficiente para darle el último beso en el cuello, ella se volvió y me dijo…
- Si tu quieres seguimos, pero por mí estoy satisfecha.
Cuando nos levantamos fuimos a la ducha tambaleándonos, el sudor nos hacía parecer aceitados.
Nos sentamos a la mesa desnudos, ella había preparado una comida especial, estaba segura de que hoy iba a comer mucho y bien, estuvimos un buen rato de sobremesa, después del café nos sentamos en el sofá, apoyó su cabeza en mi hombro y me dijo…
- Da gusto tener alumnos tan aventajados como tú, en el próximo examen tendrás muy buena nota.
Se escurrió sobre mi pecho y su cabeza quedó en mi regazo sobre mi polla, antes de un minuto estaba totalmente dormida.
Cuando llegué a casa todavía me temblaban las piernas.
En casa de mis tíos reinaba un ambiente triste, algo flotaba en el ambiente, la vida seguía como siempre, pero se notaba la falta de alegría habitual, ya habían pasado unos días cuando después de cenar mi tía que estaba sentada entre los dos nos cogió las manos y dijo con la mirada baja…
- Chicos, dentro de dos días empezaré a ovular.
Pareció como cuando se echa aceite a un candil, mi tío salió del letargo en que estaba sumido y me miro con cara esperanzada.
Para la noche siguiente se organizó la segunda prueba, Jorge ya había disipado todos sus prejuicios y abiertamente me dijo…
- Manu, esta noche vamos a follar a Ana y la vamos a preñar, ya lo veras.
Le abracé, no sé aún porque, pero estaba decidido a colaborar.
La velada la prepararon minuciosamente, mi tía se vistió elegantemente y se puso la lencería más sexi que tenía, esta vez mi tío me hizo el honor de dejarme desnudar a Ana a mí, mientras él estaba sentado a mi lado en la cama.
Me dio la impresión de que a mi tía también le gustó la idea, desde un principio me cogió de la nuca y me estampó un beso en la boca que duró una eternidad, nunca había sentido la intensidad de su lengua buscando la mía, me mordía los labios para luego chuparlos, mis manos buscaban los cierres de su vestido, las cremalleras bajaron y cuando el vestido cayó entre las piernas de Ana mi tío lo recogió, el sujetador de tul que llevaba se le acoplaba perfectamente a la piel, en verdad no tenía ninguna necesidad de usarlo pero realzaba su figura y la hacía mucho más sexi, cuando tuvo libres las tetas se las cogí y se las besé, ella se dio la vuelta y se agacho para que le bajara las braguitas, cuando vio a Jorge mirándonos sentado en la cama lo tumbó sobre ella y cogiéndole la polla se la metió en la boca, lo hizo impulsivamente, yo no tuve tiempo de bajarle las bragas y se me ocurrió ladearle la prenda y meterle la polla en el coño ya húmedo, hasta mi tío notó el empujón pues su polla se metió al fondo de la garganta de Ana, ella le dio varias mamadas más, yo ya le pude bajar las bragas y se la seguí metiendo, al momento mi tía notó como le palpitaba peligrosamente el capullo a Jorge y se la sacó de la boca, con un reflejo cogí un vaso que había en la mesita y lo puse frente a la polla de mi tío, los chorros de leche cayeron dentro, era blanca y espesa, pero mi tío bajo la cabeza humillado, yo le dije parara animarlo…
- Jorge me has dado una idea fantástica, hazme caso.
Rápidamente Ana se acostó boca arriba, le puse un almohadón bajo las caderas elevándole el culo y me metí entre sus piernas mi cabeza no se veía entre sus muslos, le lamí el coño, el clítoris mordido le subió al cielo, cuando estuvo cerca del orgasmo me lo hizo saber, cogí a mi tío del brazo y le dije…
- Ahora Jorge, fóllala ahora!
Él sin mucha convicción se levantó y se colocó entre las piernas de Ana, le ayude a que ella las levantara sobre su cabeza, el coño de la chica estaba abierto de par en par, la polla de Jorge se animó lo suficiente para meterla empujada por la mano, pero una vez dentro recobro la vida, poco a poco se fue endureciendo hasta ponerse como una estaca, sin darse cuenta fue ganado velocidad, mi tía gemía de placer mientras yo a su lado le acariciaba los pezones, ella me correspondía haciéndome una paja, mi tío alucinaba, de ver a su mujer pajearme a mí mientras yo le comía las tetas, el morbo le mantenía caliente pero aguantaba sin correrse, el mismo se dio cuenta de que ya estaba más de diez minutos follando sin parar y no se había corrido por segunda vez, mi tía había tenido un orgasmo y preveía otro inmediato, Jorge nos anunció que por fin se iba a correr, como quien llega a la meta de un maratón, pero le interrumpí.
- Un momento Jorge no te corras aún, aguanta.
Me miró sorprendido, aún podía aguantar, sacó la polla, yo sobre el coño elevado de mi tía todavía abierto escancié el vaso con el semen de Jorge, prácticamente se llenó, entonces le dije…
- Ahora Jorge métela otra vez y córrete dentro, está llena de leche.
Me hizo caso ciegamente, la enterró, algo se salió por el borde de la vagina pero no tardo en reponerlo con su segunda corrida, había aguantado más de diez minutos follando a todo ritmo, era un record, digno de enmarcar.
Cuando la sacó mi tía presionó sus músculos vaginales y prácticamente no dejó escapar nada de dentro, a la vez apretándome el glande hacía correrme sobre sus tetas, luego bajó las piernas para descansar pero se mantuvo con el culo elevado, nosotros dos estuvimos expectantes mirando entre los muslos de Ana para ver cuánto salía, apenas lo hizo, debió tragárselo como un aspirador.
Mi tío me abrazó, no sé si por la cantidad de leche que le habíamos metido o por el tiempo que había follado, de ahora en adelante ya sabía el truco, follaría dos veces, una rápido y la segunda, a placer.
Esa noche dormimos los tres en la cama de matrimonio abrazados, Ana en el medio, nosotros dos vueltos hacia Ana pasando una mano sobre ella, en la oscuridad de la noche más de una vez noté como la mano de Ana me cogía la polla y me bajaba el prepucio hasta ponérmela dura.
Después de aquella noche desde mi habitación oí varios días como mi tío practicaba la técnica aprendida, mi tía gemía de placer realmente y Jorge se corría por duplicado, la estaba saturando de esperma, sería raro que no se quedara embarazada, pensé yo.
A las dos semanas después de cenar nos sentamos como de costumbre en el sofá viendo la tele aburridos, ella se levantó al baño, al momento se oyó un grito, nos asustamos, nos miramos sin comprender, pero la respuesta ya venía corriendo con los brazos en alto, en una mano traía el test de embarazo, se sentó de golpe entre los dos y nos lo enseñó entre gritos de alegría, había dado positivo.
Nos abrazamos los tres, ellos estaban emocionados ante la idea de ser padres, yo contento de mi modesta aportación.
La época de exámenes se acercaba y con la excusa de estudiar mi compañera Emi me invitó a su casa a repasar, yo me esperaba alguna encerrona, pero no, estaban sus padres y su hermano pequeño, me había dicho que eran muy estrictos y que su hermano casi siempre estaba castigado a no poder jugar con la consola.
Por la tarde llegué a su casa, me abrió su madre, una señora joven, y simpática, era el vivo retrato de Emi, se lo hice saber y le dije que debía ser su hermana mayor, ella recibió con gusto mi halago y se mostró más receptiva, me presentó a su marido y a su hijo Quique, Emi estaba estudiando para apurar antes del examen final, la llamaron y cuando bajó me pareció una niña mucho más joven, vestía de rosa un chándal, rápidamente me llevó a su habitación, sus padres habían aleccionado a su hermano que se llevara los libros también con nosotros y repasara sus deberes, el crio de mala gana pero obedeció, estuvimos repasando duro la primera hora luego Emi empezó a desperezarse y rozarme cuando su hermano no miraba, se bajó la cremallera del la chaqueta lo suficiente para que viera que no llevaba sujetador, mi polla sufrió las consecuencias y empezó a crecer, pero en ese momento su hermano se acerco para ver lo que hacíamos en el ordenador, a cada momento desde abajo sus padres preguntaban cómo íbamos, nosotros le contestábamos que bien a coro los tres.
Sonó el timbre de la calle, se oyeron voces y entraron dos personas, Quique se asomó y nos informó que era su tío Ángel y su tía Pepa que habían venido a enseñarles el coche nuevo que se habían comprado, querían darles una vuelta e invitarles a un aperitivo, los padres de Emi le pusieron todas las pegas del mundo para no irse, pero ellos las rebatían todas, hasta la que estábamos solos, lo justificaron que estaba Quique de guardia, al fin desde bajo se despidieron con todas las recomendaciones posibles y dándole una propina a Quique para que no se fuera de la habitación.
Quique cumplió como un centinela con la propina recibida, pero yo guardaba un arma letal, saqué la conversación de la consola, él presumió de tener los mejores jugos, pero cuando yo saqué de mi cartera el último que me regaló Jorge, sus defensas se desmoronaron, a sus ruegos los ignoraba todos con escusas, solo accedí si nos dejaba estudiar tranquilos pues era de mucha acción y mucho ruido, se fue a su habitación como una exhalación, nada más salir Emi cerró la puerta y se sentó en su cama, la cremallera del chándal bajó y se abrió la chaqueta, el par de tetas que anteriormente había visto solo con el resplandor del la pantalla ahora estaba iluminado por la lámpara de su habitación, quise compensar y me levante y me quité los pantalones, mi polla se movía como un cuenta revoluciones de un deportivo, ella me atrajo y se puso mi polla entre sus tetas, la frotó haciéndome descapullar entre sus pezones juveniles, cuando se tumbó en la cama con un ágil movimiento se sacó los pantalones, tampoco llevaba bragas, se había depilado, quizá en mi honor, sus labios eran gruesos para su edad y su peso, pero su clítoris pugnaba por asomarse, me lance sobre él, la chica recibió mi lengua obligándome a tumbarme sobre ella en un fantástico 69, yo ansiaba desde la sesión de cine el poder comerle el coño, porque sólo lo había tanteado, con los pulgares le separé los labios que lo ocultaban y el clítoris apareció tímidamente, lo absorbí y lo atrapé cuidadosamente con los dientes, la lengua se encargó de levantarle su pequeño prepucio y endurecerlo con pequeñas lamidas, mi polla pendía sobre su cabeza, me cogió con las dos manos de los huevos y fue tirando de ellos obligándome a bajar sobre ella, mi polla fue entrando en su boca, iba tragando según iba descendiendo, cuando la tenía a mitad me cogió de las caderas y se colgó de mí, no pude verme la polla que le cupo pero si noté cuando pasó rozándole la campanilla, sus piernas abiertas totalmente me dejaban lamer sin obstáculos todos sus labios metiendo la lengua en su vagina, esta manaba efluvios calientes y húmedos, estábamos casi llegando cada uno a un orgasmo apoteósico cuando Quique llamó con los nudillos en la puerta.
- Manu el juego no se carga que tengo que hacer?,
- Quique has repasado las conexiones, anda y míralo todo.
Lo dije con la boca llena de flujo, pegajosa, me había cambiado hasta la voz, seguí con mi tarea, cuando la vagina empezaba a contraerse pidiendo polla, me di la vuelta, Emi me esperaba con los brazos y piernas abiertas, las dos tetas redondas, con unos pezoncitos rosados y el coño con los labios también del mismo color, me apoyé contra ella cuando le apunté en su coño, me abrazó con sus piernas en mi culo y apretó contra ella, abrió los ojos desmesuradamente un momento para luego cerrarlos, luego suspiró, la cama chirriaba con nuestras embestidas, Quique llamó otra vez.
- Manu ya puedo jugar, está muy bien el juego, me gusta mucho, te lo vas a llevar cuando te vayas?
- Sí, pero Quique si te portas bien te lo dejaré una semana, pero ahora sigue jugando y déjanos estudiar.
- Os pasa algo? se oyen ruidos raros.
- Ah! No es nada, que se han caído los libros en la cama, sigue jugando y déjanos seguir.
Estuvimos follando más de media hora, de vez en cuando descansábamos, Emi me mantenía duros chupándome la polla o pajeándome lentamente, yo pegado a sus tetas, ya era tarde y me propuso un repaso final, la chica me hizo sentar en la silla y se sentó sobre mis piernas me dijo…
- Esto es lo que me habría gustado hacerte en el cine.
Se dejó caer sobre mi polla empinada y me cabalgó hasta correrse, cuando se calmó le dije…
- Ahora te voy a hacer lo que me habría gustado a mí.
Me puse sobre ella con la polla entre sus tetas, ella las apretaba para que no se saliera, cuando me corrí, la boca, el cuello y las tetas estaban llenas de semen, con un dedo fue recogiendo cada rastro de mi leche chupándolo, luego con una toallita húmeda se limpió toda, seguidamente con ambientador perfumó la habitación, olía a sexo.
Al momento se oyó un ruido bajo, Quique entró sin llamar, nosotros estábamos recogiendo los libros y apagando el ordenador, el chiquillo apurado cogió el suyo y nos preguntó si nos íbamos a chivar que había estado jugando toda la tarde, lo tranquilizamos con la condición de que no dijera nada tampoco, para reafirmar el pacto le regale el juego, me abrazó y me dijo que volviera cuando quisiera, que nuestro secreto estaba en buenas manos.
Ángel y su mujer subían a la habitación de Emi cuando ya salíamos, nos preguntaron si habíamos estudiado mucho, les dijimos que sí pero habían quedado algunos puntos por repasar, ellos nos dijeron que como nos habíamos portado bien volviera cuando quisiera, le di palabra y me marché a casa.
Ya habían pasado unos día y mi tío estaba de lo más atento con Ana, yo bromeaba con ella, una mañana Jorge y yo estábamos desayunando, mi tía en la cocina, cuando mi tío terminó se acerco a Ana y pasándole la mano por el vientre la besó, luego se marchó a la oficina, yo seguí sentado hasta acabar, recogí todo y lo lleve al fregadero, le gasté la broma a mi tía imitando a Jorge, le pasé la mano por la barriga y le besé, le dije al oído…
- Me gustaría saludar a mi primito, me dejas?
Sin esperar respuesta me puse detrás de Ana y la abrace, mis manos rodeaban su vientre, todavía era muy pronto para nada pero teníamos mucha ilusión, Ana llevaba un vestido ligero para estar por casa, se abrochaba por detrás con varios botones, le besé en el cuello y le despasé un botón, según le iba besando le iba soltando más botones, mi tía había dejado lo que estaba haciendo y se apoyaba con las manos en el banco de la cocina, solo las movió cuando notó que las mangas se descolgaban por su brazos, las dejó pasar y cayó al suelo, la espalda lisa fue lamida por mi lengua ávida, los pelos de la nuca se le erizaron, pasé las manos bajo sus brazos y le cogí las tetas, como siempre apenas se notaban pero los pezones siempre estaban duros y erectos, mis manos bajaron por las caderas y pasaron bajo la cintura de las bragas y las acompañaron hasta las rodillas, con un movimiento de piernas las dejó caer en el suelo separándolas a un lado, mis manos pasaron delante y entre el pubis encontraron sus labios tibios, al rozar el clítoris separó un poco las piernas y se agacho sobre la encimera.
La cremallera de mi pantalón bajó haciendo un Zip rápido, la polla caliente ya se paseó por la raja de sus nalgas, no tardó en encontrarlos labios húmedos de la vagina de Ana, ella facilitó mi entrada arqueando las caderas y le fui metiendo la polla lentamente, ella echaba la cabeza hacia atrás, suspirando me movía hacia los lados como buscando hueco y no paré hasta hundirme todo en Ana, la sacaba y la metía suavemente con cuidado de no perjudicar a mi primo si lo encontraba, se lo decía al oído en broma, ella reía y me decía…
- No te preocupes, métela sin miedo para que te conozca, y no pares por favor, sigue así, más hondo.
- Seguí los consejos de mi tía, me movía lento pero enérgicamente, a cada empujón ella gemía, cuando se corrió las piernas le flojearon, la sostuve de la cintura, le dije al oído.
- Me gustaría correrme dentro de ti.
- Hazlo pues, igual vienen gemelos.
- No, te quiero demasiado, esperaré a que estés segura.
En el último momento saque mi polla, miré a ver si me había salido algo de leche, pero me quedé helado, la polla estaba apenas manchada de sangre.
Con un hilo de voz le dije…
- Ana vuélvete y mira mi polla.
- Se volvió y me miró, su cara cambió de repente, dudó un momento y cayó en la cuenta, le iba a bajar la regla, estuvo pensando un momento y de momento cambió de expresión otra vez…
- Qué le vamos a hacer, la primera no ha salido bien, lo miraremos por el lado positivo, seguiremos intentándolo, estoy deseándolo ya.
- Lo siento de verdad por Jorge, pero era demasiado pedir que a la primera te preñara.
Cuando por la noche vino mi tío luego de cenar mi tía no sabía cómo decírselo, temía que el desengaño le afectara mucho, la forma sutil que se le ocurrió fue enseñarle el envoltorio de una compresa, Jorge lo captó enseguida y cambió de color, yo discretamente me excusé y me fui a mi habitación.
No me podía concentrar y de pronto me di cuenta que añoraba a mi madre, la llamé por el Skipe y al momento me contestó, acababa de salir de la ducha y estaba en su habitación preparada para acostarse, el día había sido duro, como todos, me pregunté cómo iba todo y le mentí, dije que de maravilla, ella también me dijo que cada día tenía más trabajo, pero que Lisa de vez en cuando colaboraba, era un adelanto.
Le dije que me encontraba triste, me faltaba ella, la escena que me dedicó fue…
- No te preocupes, aquí me tienes.
En la pantalla de mi tableta estaba mi madre con la toalla abierta detrás de ella, parecía un pájaro volando desnuda totalmente, con sus tetas menudas, su pubis y sus caderas, me abrace a la tableta, le besé y creo que ella lo notó al otro lado.
- Manu te noto triste, te pasa algo?
- Nada mamá, estoy un poco sensible hoy, solo me gustaría estar a tu lado, en la cama, se me pasaría todo de golpe.
Ella se rió, la siguiente imagen ya era más explícita, su coño abierto viéndose desde el clítoris hasta la vagina, un calor me subió por la espalda.
- Te vale esto de momento? Espero que te acompañe esta noche, yo lo haré también.
La imagen de mi polla cogida de perfil a 45º la mandé seguidamente y ella me contesto relamiéndose.
Mi profesora Tere ya no sacó el tema de la tarde pasada juntos, me sonreía cuando pasaba a mi lado simplemente, por eso me extrañó que un día sin más explicación me invitó a comer, me lo dijo escuetamente cuando nos cruzamos en el pasillo, casi sin volverse ni detenerse.
La esperé en la entrada, salió y pasó por mi lado, disimuladamente me dijo…
- Nos encontramos en el bus,
Mientras estuvimos esperando no hablamos, habían michos estudiantes, ya en el autobús estando un poco separados, se fue acercando hasta pegarse literalmente frente a mí, no me dijo nada, solo su mano ya sin disimulo me cogió la polla, los pasajeros nos cubrían y los vaivenes del bus nos empujaban uno contra el otro, la sujeté por la cintura, así nuestros cuerpos se movían al unísono, sus tetas rozaban mi pecho, solo me dijo…
- No podía aguantar más, necesito follar contigo.
- Me alagas, pero creo que ya tenemos confianza, sabes que me tienes cuando quieras.
- No quería que pensaras mal de mí, pero necesito tu polla dentro de mí.
Ya no hablamos más en todo el trayecto, cuando bajamos del bus la seguí discretamente, abrió la puerta del patio y la dejó abierta, en el ascensor coincidimos con un vecino y bajé en el piso anterior, cuando subí andando me encontré la puerta del piso entreabierta, entré y me preguntó…
- Te importe que comamos después?
Sin decir nada me llevó a su dormitorio, me desnudó, ella prácticamente se arrancó la ropa, la blusa por la cabeza, la falda por los pies y el sujetador y las bragas desaparecieron como por ensalmo, me empujo a la cama y se abalanzó sobre mi polla, la trago ávidamente, le fue creciendo poco a poco dentro de la boca, cuando la tuvo llenándosela tuvo que ir dejándola salir con pena, al fin se quedó con la mitad dentro, pero su lengua no estaba inactiva, lamía el frenillo y presionaba el glande contra el paladar, apenas respiraba me absorbía haciéndola casi desaparecer, yo mientras amasaba sus tetas, duras colgando y balanceándose sobre mi cara, me disponía a meter mi cabeza entre sus piernas cuando dijo…
- Esta no se puede desperdiciar.
Se sentó sobre mí con una pierna de rodillas y la otra elevada, metió al glande en su coño mojado ya y se dejó caer, la lubricación estaba asegurada por las dos partes, apenas se notó el roce al entrar, cuando su pubis estaba sobre el mío, miré y no se veía nada de mi polla, se inclinó sobre mi acercándome las tetas a mi boca, casi se le salió la polla del coño pero volvió a dejarse caer y la enterró en su vagina, saltaba frenéticamente, las tetas saltaban sin ningún orden , cada una iba por su lado, ella gemía o suspiraba según le entraba o le salía, solo se le oía murmurar…
- Siii! Siii, quiero más de tu polla, la quiero toda.
Yo disfrutaba solo viéndola saltar delante de mí, gozaba como nunca había visto a una mujer tan caliente, cuando gritó que se iba acorrer, quise decir algo, pero ella me puso el índice en mis labios indicándome que me callara, que me estuviera quieto, yo solo hacía por tenerla lo más dura posible levantando mi culo hacia ella, ella era la que se metía más o menos carne según el momento, Tere era la que me estaba follando a mí, cuando le iba a llegar el orgasmo se apoyo con las manos en mis tobillos, se movió hasta que un estremecimiento la paralizó, se quedó inmóvil, pero en su interior yo notaba las sacudidas que recorrían su cuerpo, cuando se calmó se inclinó otra vez sobre mí, me besó y me dijo al oído…
- Te has portado como un hombre, ahora sigue a si, voy a follarte otra vez, no he tenido bastante, me quiero correr más.
No hubo objeción por mi parte, aunque me habría haber participado más, pero hoy era su día y me concentré en poder aguantar el férreo castigo que daba a mi polla.
Esta vez se dio la vuelta, quedo cabalgándome de espaldas, ahora le cogía de las caderas y la acompañaba, se apoyó otra vez sobre mis tobillos y siguió cabalgándome, la visión que ahora disfrutaba era de lo más excitante, ver como mi polla entraba en su coño hundiendo sus labios o saliendo y arrastrándolos con ella, también admiraba las blancas nalgas, brillaban con el sudor y contrastaban con la oscuridad de la piel que rodeaba al agujero rugoso, más abajo la mata de pelo bien recortada se enredaba con los míos cuando se sentaba del todo.
Cogí con los dedos el tronco de mi polla, la acompañe en su viaje al centro de la gloria, cuando la retire estaba blanca de flujo de la profesora, me dio la idean de aprovecharlos y cuando bajaba los puse en el camino de su ano, ella me dijo al notarlos…
- Mmm, ya te estaba echando de menos mi culo, el otro día tuve temor ante lo desconocido, pero fuiste tan considerado y cariñoso que ahora te estaba añorando, mete los dedos que quieras, te lo dejo a tu elección, pero piensa que luego me tienes que meter la polla y cuando esté bien follada quiero sentir tu leche caliente en mis entrañas.
El ritmo que marcaban sus caderas se podía medir, echaba la cabeza hacia atrás y se concentraba sintiéndome, mi dedo corazón fue el primero, luego lo acompañó el índice, cuando el anular se unió al grupo los esfínteres no ofrecían ninguna resistencia, se levantó y se volvió a mí, me preguntó…
- Cambiamos?
Fue sacar los dedos y ella con mi polla en su mano se la dirigió entre las nalgas, la humedad de sus jugos la dirigieron directamente al agujero ya dilatado, una leve presión un gemido y el glande estaba dentro, un empujón y un suspiro y estaba a mitad y una sentada y un gruñido y mi polla desapareció totalmente.
Se recostó sobre mí, en un principio estuvo quieta notando como mi glande palpitaba en su intestino sedoso, mis manos por detrás abarcaban sus tetas separadas, duras, suaves y con los pezones provocadores, le besaba la nuca y el pelo se le erizaba, cuando bajé la mano y separando los labios dejé al descubierto el clítoris, lo acaricié, nunca creí que fuera tan fulminante, una descarga eléctrica recorrió todo su cuerpo, sus brazos querían abrazar al aire, se pellizcaba los pezones sacándolos y amasando sus tetas sin consideración, yo no pude resistir más, desde la nuca hasta los huevos recibí la señal, un torrente de leche salió despedido, varios chorros, que me hacían saltar metiéndosela cada vez más, nos quedamos inertes los dos, hasta que noté como por mi polla ya fláccida descendía un reguero de liquido seminal, yo me despejé lo suficiente para darle el último beso en el cuello, ella se volvió y me dijo…
- Si tu quieres seguimos, pero por mí estoy satisfecha.
Cuando nos levantamos fuimos a la ducha tambaleándonos, el sudor nos hacía parecer aceitados.
Nos sentamos a la mesa desnudos, ella había preparado una comida especial, estaba segura de que hoy iba a comer mucho y bien, estuvimos un buen rato de sobremesa, después del café nos sentamos en el sofá, apoyó su cabeza en mi hombro y me dijo…
- Da gusto tener alumnos tan aventajados como tú, en el próximo examen tendrás muy buena nota.
Se escurrió sobre mi pecho y su cabeza quedó en mi regazo sobre mi polla, antes de un minuto estaba totalmente dormida.
Cuando llegué a casa todavía me temblaban las piernas.
En casa de mis tíos reinaba un ambiente triste, algo flotaba en el ambiente, la vida seguía como siempre, pero se notaba la falta de alegría habitual, ya habían pasado unos días cuando después de cenar mi tía que estaba sentada entre los dos nos cogió las manos y dijo con la mirada baja…
- Chicos, dentro de dos días empezaré a ovular.
Pareció como cuando se echa aceite a un candil, mi tío salió del letargo en que estaba sumido y me miro con cara esperanzada.
Para la noche siguiente se organizó la segunda prueba, Jorge ya había disipado todos sus prejuicios y abiertamente me dijo…
- Manu, esta noche vamos a follar a Ana y la vamos a preñar, ya lo veras.
Le abracé, no sé aún porque, pero estaba decidido a colaborar.
La velada la prepararon minuciosamente, mi tía se vistió elegantemente y se puso la lencería más sexi que tenía, esta vez mi tío me hizo el honor de dejarme desnudar a Ana a mí, mientras él estaba sentado a mi lado en la cama.
Me dio la impresión de que a mi tía también le gustó la idea, desde un principio me cogió de la nuca y me estampó un beso en la boca que duró una eternidad, nunca había sentido la intensidad de su lengua buscando la mía, me mordía los labios para luego chuparlos, mis manos buscaban los cierres de su vestido, las cremalleras bajaron y cuando el vestido cayó entre las piernas de Ana mi tío lo recogió, el sujetador de tul que llevaba se le acoplaba perfectamente a la piel, en verdad no tenía ninguna necesidad de usarlo pero realzaba su figura y la hacía mucho más sexi, cuando tuvo libres las tetas se las cogí y se las besé, ella se dio la vuelta y se agacho para que le bajara las braguitas, cuando vio a Jorge mirándonos sentado en la cama lo tumbó sobre ella y cogiéndole la polla se la metió en la boca, lo hizo impulsivamente, yo no tuve tiempo de bajarle las bragas y se me ocurrió ladearle la prenda y meterle la polla en el coño ya húmedo, hasta mi tío notó el empujón pues su polla se metió al fondo de la garganta de Ana, ella le dio varias mamadas más, yo ya le pude bajar las bragas y se la seguí metiendo, al momento mi tía notó como le palpitaba peligrosamente el capullo a Jorge y se la sacó de la boca, con un reflejo cogí un vaso que había en la mesita y lo puse frente a la polla de mi tío, los chorros de leche cayeron dentro, era blanca y espesa, pero mi tío bajo la cabeza humillado, yo le dije parara animarlo…
- Jorge me has dado una idea fantástica, hazme caso.
Rápidamente Ana se acostó boca arriba, le puse un almohadón bajo las caderas elevándole el culo y me metí entre sus piernas mi cabeza no se veía entre sus muslos, le lamí el coño, el clítoris mordido le subió al cielo, cuando estuvo cerca del orgasmo me lo hizo saber, cogí a mi tío del brazo y le dije…
- Ahora Jorge, fóllala ahora!
Él sin mucha convicción se levantó y se colocó entre las piernas de Ana, le ayude a que ella las levantara sobre su cabeza, el coño de la chica estaba abierto de par en par, la polla de Jorge se animó lo suficiente para meterla empujada por la mano, pero una vez dentro recobro la vida, poco a poco se fue endureciendo hasta ponerse como una estaca, sin darse cuenta fue ganado velocidad, mi tía gemía de placer mientras yo a su lado le acariciaba los pezones, ella me correspondía haciéndome una paja, mi tío alucinaba, de ver a su mujer pajearme a mí mientras yo le comía las tetas, el morbo le mantenía caliente pero aguantaba sin correrse, el mismo se dio cuenta de que ya estaba más de diez minutos follando sin parar y no se había corrido por segunda vez, mi tía había tenido un orgasmo y preveía otro inmediato, Jorge nos anunció que por fin se iba a correr, como quien llega a la meta de un maratón, pero le interrumpí.
- Un momento Jorge no te corras aún, aguanta.
Me miró sorprendido, aún podía aguantar, sacó la polla, yo sobre el coño elevado de mi tía todavía abierto escancié el vaso con el semen de Jorge, prácticamente se llenó, entonces le dije…
- Ahora Jorge métela otra vez y córrete dentro, está llena de leche.
Me hizo caso ciegamente, la enterró, algo se salió por el borde de la vagina pero no tardo en reponerlo con su segunda corrida, había aguantado más de diez minutos follando a todo ritmo, era un record, digno de enmarcar.
Cuando la sacó mi tía presionó sus músculos vaginales y prácticamente no dejó escapar nada de dentro, a la vez apretándome el glande hacía correrme sobre sus tetas, luego bajó las piernas para descansar pero se mantuvo con el culo elevado, nosotros dos estuvimos expectantes mirando entre los muslos de Ana para ver cuánto salía, apenas lo hizo, debió tragárselo como un aspirador.
Mi tío me abrazó, no sé si por la cantidad de leche que le habíamos metido o por el tiempo que había follado, de ahora en adelante ya sabía el truco, follaría dos veces, una rápido y la segunda, a placer.
Esa noche dormimos los tres en la cama de matrimonio abrazados, Ana en el medio, nosotros dos vueltos hacia Ana pasando una mano sobre ella, en la oscuridad de la noche más de una vez noté como la mano de Ana me cogía la polla y me bajaba el prepucio hasta ponérmela dura.
Después de aquella noche desde mi habitación oí varios días como mi tío practicaba la técnica aprendida, mi tía gemía de placer realmente y Jorge se corría por duplicado, la estaba saturando de esperma, sería raro que no se quedara embarazada, pensé yo.
A las dos semanas después de cenar nos sentamos como de costumbre en el sofá viendo la tele aburridos, ella se levantó al baño, al momento se oyó un grito, nos asustamos, nos miramos sin comprender, pero la respuesta ya venía corriendo con los brazos en alto, en una mano traía el test de embarazo, se sentó de golpe entre los dos y nos lo enseñó entre gritos de alegría, había dado positivo.
Nos abrazamos los tres, ellos estaban emocionados ante la idea de ser padres, yo contento de mi modesta aportación.
La época de exámenes se acercaba y con la excusa de estudiar mi compañera Emi me invitó a su casa a repasar, yo me esperaba alguna encerrona, pero no, estaban sus padres y su hermano pequeño, me había dicho que eran muy estrictos y que su hermano casi siempre estaba castigado a no poder jugar con la consola.
Por la tarde llegué a su casa, me abrió su madre, una señora joven, y simpática, era el vivo retrato de Emi, se lo hice saber y le dije que debía ser su hermana mayor, ella recibió con gusto mi halago y se mostró más receptiva, me presentó a su marido y a su hijo Quique, Emi estaba estudiando para apurar antes del examen final, la llamaron y cuando bajó me pareció una niña mucho más joven, vestía de rosa un chándal, rápidamente me llevó a su habitación, sus padres habían aleccionado a su hermano que se llevara los libros también con nosotros y repasara sus deberes, el crio de mala gana pero obedeció, estuvimos repasando duro la primera hora luego Emi empezó a desperezarse y rozarme cuando su hermano no miraba, se bajó la cremallera del la chaqueta lo suficiente para que viera que no llevaba sujetador, mi polla sufrió las consecuencias y empezó a crecer, pero en ese momento su hermano se acerco para ver lo que hacíamos en el ordenador, a cada momento desde abajo sus padres preguntaban cómo íbamos, nosotros le contestábamos que bien a coro los tres.
Sonó el timbre de la calle, se oyeron voces y entraron dos personas, Quique se asomó y nos informó que era su tío Ángel y su tía Pepa que habían venido a enseñarles el coche nuevo que se habían comprado, querían darles una vuelta e invitarles a un aperitivo, los padres de Emi le pusieron todas las pegas del mundo para no irse, pero ellos las rebatían todas, hasta la que estábamos solos, lo justificaron que estaba Quique de guardia, al fin desde bajo se despidieron con todas las recomendaciones posibles y dándole una propina a Quique para que no se fuera de la habitación.
Quique cumplió como un centinela con la propina recibida, pero yo guardaba un arma letal, saqué la conversación de la consola, él presumió de tener los mejores jugos, pero cuando yo saqué de mi cartera el último que me regaló Jorge, sus defensas se desmoronaron, a sus ruegos los ignoraba todos con escusas, solo accedí si nos dejaba estudiar tranquilos pues era de mucha acción y mucho ruido, se fue a su habitación como una exhalación, nada más salir Emi cerró la puerta y se sentó en su cama, la cremallera del chándal bajó y se abrió la chaqueta, el par de tetas que anteriormente había visto solo con el resplandor del la pantalla ahora estaba iluminado por la lámpara de su habitación, quise compensar y me levante y me quité los pantalones, mi polla se movía como un cuenta revoluciones de un deportivo, ella me atrajo y se puso mi polla entre sus tetas, la frotó haciéndome descapullar entre sus pezones juveniles, cuando se tumbó en la cama con un ágil movimiento se sacó los pantalones, tampoco llevaba bragas, se había depilado, quizá en mi honor, sus labios eran gruesos para su edad y su peso, pero su clítoris pugnaba por asomarse, me lance sobre él, la chica recibió mi lengua obligándome a tumbarme sobre ella en un fantástico 69, yo ansiaba desde la sesión de cine el poder comerle el coño, porque sólo lo había tanteado, con los pulgares le separé los labios que lo ocultaban y el clítoris apareció tímidamente, lo absorbí y lo atrapé cuidadosamente con los dientes, la lengua se encargó de levantarle su pequeño prepucio y endurecerlo con pequeñas lamidas, mi polla pendía sobre su cabeza, me cogió con las dos manos de los huevos y fue tirando de ellos obligándome a bajar sobre ella, mi polla fue entrando en su boca, iba tragando según iba descendiendo, cuando la tenía a mitad me cogió de las caderas y se colgó de mí, no pude verme la polla que le cupo pero si noté cuando pasó rozándole la campanilla, sus piernas abiertas totalmente me dejaban lamer sin obstáculos todos sus labios metiendo la lengua en su vagina, esta manaba efluvios calientes y húmedos, estábamos casi llegando cada uno a un orgasmo apoteósico cuando Quique llamó con los nudillos en la puerta.
- Manu el juego no se carga que tengo que hacer?,
- Quique has repasado las conexiones, anda y míralo todo.
Lo dije con la boca llena de flujo, pegajosa, me había cambiado hasta la voz, seguí con mi tarea, cuando la vagina empezaba a contraerse pidiendo polla, me di la vuelta, Emi me esperaba con los brazos y piernas abiertas, las dos tetas redondas, con unos pezoncitos rosados y el coño con los labios también del mismo color, me apoyé contra ella cuando le apunté en su coño, me abrazó con sus piernas en mi culo y apretó contra ella, abrió los ojos desmesuradamente un momento para luego cerrarlos, luego suspiró, la cama chirriaba con nuestras embestidas, Quique llamó otra vez.
- Manu ya puedo jugar, está muy bien el juego, me gusta mucho, te lo vas a llevar cuando te vayas?
- Sí, pero Quique si te portas bien te lo dejaré una semana, pero ahora sigue jugando y déjanos estudiar.
- Os pasa algo? se oyen ruidos raros.
- Ah! No es nada, que se han caído los libros en la cama, sigue jugando y déjanos seguir.
Estuvimos follando más de media hora, de vez en cuando descansábamos, Emi me mantenía duros chupándome la polla o pajeándome lentamente, yo pegado a sus tetas, ya era tarde y me propuso un repaso final, la chica me hizo sentar en la silla y se sentó sobre mis piernas me dijo…
- Esto es lo que me habría gustado hacerte en el cine.
Se dejó caer sobre mi polla empinada y me cabalgó hasta correrse, cuando se calmó le dije…
- Ahora te voy a hacer lo que me habría gustado a mí.
Me puse sobre ella con la polla entre sus tetas, ella las apretaba para que no se saliera, cuando me corrí, la boca, el cuello y las tetas estaban llenas de semen, con un dedo fue recogiendo cada rastro de mi leche chupándolo, luego con una toallita húmeda se limpió toda, seguidamente con ambientador perfumó la habitación, olía a sexo.
Al momento se oyó un ruido bajo, Quique entró sin llamar, nosotros estábamos recogiendo los libros y apagando el ordenador, el chiquillo apurado cogió el suyo y nos preguntó si nos íbamos a chivar que había estado jugando toda la tarde, lo tranquilizamos con la condición de que no dijera nada tampoco, para reafirmar el pacto le regale el juego, me abrazó y me dijo que volviera cuando quisiera, que nuestro secreto estaba en buenas manos.
Ángel y su mujer subían a la habitación de Emi cuando ya salíamos, nos preguntaron si habíamos estudiado mucho, les dijimos que sí pero habían quedado algunos puntos por repasar, ellos nos dijeron que como nos habíamos portado bien volviera cuando quisiera, le di palabra y me marché a casa.
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