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Mi timidez y mis tías 6

Mi timidez y mi responsabilidad guio mi juventud, hasta que mis tías, mi madre y mi prima y otras chicas me hicieron despertar, pero las circunstancias me abrieron los horizontes.
Me fui directo a la ducha, cuando salí estaba nuevo, una vez en mi habitación encendí la tableta y busqué la grabación de la mamada de Lisa, sin querer había hecho un encuadre perfecto, la cara de mi prima era todo un poema chupando polla, y mirándome a los ojos, me di cuenta de que ya era todo muy comprometido, las fotos de mi madre, de Lisa, de Tere.
Me entretuve en abrir carpetas y ponerles contraseñas a todas, por lo menos si me cogían la tableta no se descubriría todo, en especial temía a mi prima.
A mediodía bajé pronto al comedor, mi madre tras la barra estaba encarada con la cafetera, los pedidos de los camareros no le dejaban un segundo libre, me puse a su lado y empecé a fregar platos y tazas porque vi que estaba escasa de vajilla, ella me miró y me dio un beso al aire, en un momento bajó la intensidad del trabajo, mi tía se ocupaba de atender a los clientes del comedor de “clase”, era más pequeño y conocía a todos los importantes del pueblo, todos la apreciaban y respetaban mucho, cuando me vio fregando sonrió contenta, quizá por eso cuando se metió detrás de la barra y paso por detrás de mi me frotó sus tetas por mi espalda, o puede que fuera por la estrechura, nunca lo sabré.
Pero la sorpresa del día la dio mi prima Lisa que bajó antes de comer y también se puso detrás de la barra, le preparaba en una fila los platos con el azúcar y la cucharilla a mi madre.
Cuando ya todos estaban servidos se fueron marchando, nosotros montamos una mesa en un rincón y nos sentamos a la mesa, mi madre agotada tenía la cara demacrada, mi tía también estaba cansada, Lisa y yo fuimos quien servimos la comida a las dos hermanas que se miraban incrédulas.
Mi tía a los postres en un rasgo de emoción nos dijo que hacíamos un equipo perfecto entre todos y mirándome a mí me dijo que me lo pensara.
También nos anunció que había estado tratando con los vecinos y posiblemente les iba a comprar el bajo de al lado para ampliar el comedor.
La felicitamos todos, ella no cabía de gozo, se levantó, fue a la caja y nos dio 50 € a cada uno.
Mi prima saltaba de alegría y me dijo que había hablado con su amiga Elena y que me invitaba a una excursión al día siguiente con ellas.
Yo no sabía qué hacer, pero mi madre y Julia me animaron, debía estar con la juventud.
Por la tarde mi madre acababa más pronto, el trabajo era más liviano y mi tía se encargaba del comedor hasta cerrar.
Cuando subía a casa lo hacía cansada, apenas podía mover las piernas y la espalda le dolía micho, le cogí del brazo y antes de llegar a nuestra habitación la dirigí al baño, me crucé con Lisa que toda arreglada salía de fiesta, me dio un cachete en el culo.
Abrí el grifo del agua caliente y la atemperé, ayudé a mi madre a entrar en la bañera, se dejaba hacer como una niña, yo me desnudé rápido y me metí también en la bañera sentado detrás de ella, eché las sales que habían en unos frascos de colores y la espuma cubrió el agua, con cuidado fui masajeando el cuello de Clara, ella se relajaba entre mis piernas, solo asomaba la cabeza, bajo la espuma mis manos le frotaron desde el cuello hasta la espalda, todos los músculos que creía estaban entumecidos, pensé que se había dormido en mis brazos y le pellizqué una teta, apenas se quejó, le besé en el cuello y movió la cabeza hacia el otro lado, seguí mordisqueándole, mis manos en sus tetas notaban la reacción de sus pezones con mis besos, se movía pegándose más contra mí, notaba mi polla rozando sus riñones y me la cogió suavemente, estuvimos un rato relajados, luego la enjuague y la sequé, cuando salimos hacia la habitación estábamos como nuevos.
Nos envolvimos con unas sabanas de baño y al cerrar la puerta tras de nosotros nos las quitamos a la vez, esta vez fue en su cama donde cayó esperándome, pero empujando la mía la uní a la suya, se cruzó entre las dos y me tumbe junto a ella, nos besamos apasionadamente se abría como una gaviota para que le besara por todo el cuerpo, me incline entre sus piernas y al momento las abrió dejándome meter la cabeza entre sus muslos, abrí los labios húmedos con la lengua y levanté el clítoris, me estiró de una pierna y me puso encima de ella, mi polla oscilaba sobre su cara, intentaba cazarla con los labios pero palpitaba tanto que no podía, me cogió los huevos y bajando por el tronco sujetó el glande que desapareció entre sus labios, aspiró y más de media polla desapareció, yo pasé las manos por debajo de sus nalgas y las elevé, ahora alcanzaba desde el pubis hasta el ano, todavía no destilaba sus jugos y sabía todo al perfume de las sales de baño.
Cuando notó que mi polla estaba al 100% me dio la vuelta y se sentó sobre mí, con una mano dirigió el capullo a su coño y se sentó, estuvo moviéndose lentamente, yo le apretaba las tetas en su mejor posición y me preguntó qué había hablado con mi tía, le conté la conversación en su despacho, excepto la breve comida de coño que le di, le gustó, pero me dijo que primero acabara bien los estudios y luego veríamos, la hostelería era muy absorbente y quizá el ofrecimiento de Jorge estuviera mejor, le prometí que estudiaría con todas las ganas.
Le dije que me gustaban sus tetas mucho y que le agradecía que me hubiera mandado las fotos de ellas y de su coño.
-       Te habrás hecho muchas pajas mirándolas, seguro, yo también me he acariciado cuanto te echaba de menos.
Mi madre había acertado de pleno, mi polla había expulsado mucha leche en su honor, sus movimientos fueron acelerando y su cara se iba transformando se estaba concentrando y me dijo…
-       Manu cómo estás?, yo estoy a punto de correrme, donde quieres correrte tú?
-       En tus tetas, quiero regarlas con leche.
-       Qué quieres, que me crezcan? Ja ja
-       No, me gustan como son.
Me salí en cuanto vi a mi madre apretar los puños, le metí dos dedos en el coño para que no notara el vacío y puse la polla entre sus tetas, ella la fue dirigiendo alternativamente para que las dos quedaran regadas, unas hebras de semen las unían, luego me acerque a su cara y se la metió en la boca limpiándola toda.
Nos quedamos dormidos abrazados, hasta que oímos a mi tía subir a casa y separamos las camas.
Por la mañana temprano mi madre se levantó como siempre, me besó en la frente y salió, al momento entró, yo creí que se había olvidado algo, pero al abrir los ojos vi a mi tía Julia de pié a mi lado, llevaba una bandeja con el desayuno, me pareció un detalle pero prefería dormir, ella insistió y levantándose la falda por debajo de la bandeja me enseñó el verdadero desayuno, tampoco llevaba bragas, y olía igual que el día anterior, esta vez dejó la bandeja sobre la mesita y se sentó sobre mi cara, el coño depilado corto me tapo la boca, el clítoris me presionaba en la nariz y no me dejaba respirar, mientras ella se había sacado el vestido que llevaba por la cabeza y le vi por primera vez las tetas en directo, desde debajo se apreciaba la redondez cálida, mucho más gruesas que las de mi madre y no decir de Ana, un poco caídas en comparación con las de Lisa, claro, pero espléndidas sin duda, las cogí y las estruje pellizcándole los pezones a la vez que le mordía el clítoris para poder respirar, ella restregaba su coño por mi cara, seguramente era lo que más le gustaba, yo no tenía más que sacar la lengua en punta y ella se encargaba de todo, se la metía en la vagina o se frotaba en el botón, pronto se corrió, lo hizo cogida a la cabecera de la cama, el mueble crujía peligrosamente pero aguantó, cuando se bajó mi cara estaba bañada de los jugos de Julia, me descubrió la polla que miraba al techo y me dijo…
-       Qué lástima no haberme dado cuenta antes, no imaginaba que estabas tan desarrollado, pero ahora te toca a ti.
Se puso de pié al lado de la cama y apoyó la cabeza en el colchón, me señaló su trasero.
Las nalgas carnosas apenas escondían los labios mojados de mi saliva y sus jugos, pero sin apuntar mucho empujé y mi polla resbaló por la humedad hasta meterse dentro de su coño, ella suspiró y murmuró…
-       Cuanto tiempo sin tener dentro una polla de verdad, caliente, dura y palpitante, estaría todo el día con ella dentro, métela toda dentro Manu, sin miramientos.
Me cogí de las caderas, nunca había tocado unas como aquellas, redondas, morenas con unos hoyuelos que daban mucho morbo, se la fui enterrando hasta dentro, no se quejó del furor, solo suspiraba y soplaba, cuando me fui a correr ella apretó contra mí, pero preferí sacarla y llenar los hoyuelos de sus caderas, las primeras corridas se escurrían por la espalda hasta el cuello.
Pasó la mano por su culo y la espalda recogiendo mi semen y lo metió en la boca sin dejar rastro.
Se puso el vestido por la cabeza después de preguntarme.
-       Has tenido bastante o prefieres seguir?
Yo levanté las manos como de estar saciado, se sentó a mi lado en la cama y compartimos el desayuno que me había traído.
Cuando llegó Lisa me dijo que al día siguiente habían quedado para la excursión, su amiga tenía una casita en un paraje muy bonito con un rio y todo.
Por la mañana mi prima estaba eufórica, había venido pronto por la noche y se había puesto guapa, yo había madrugado también, la noche con mi madre había sido intensa como siempre pero corta, estaba agotada.
Sobre las diez llegó Elena, era una chica morena, más bajita que Lisa, pero con un tipo ideal, las piernas bonitas y con algo de culo y parecía que de tetas no iba mal, no lo podía apreciar porque llevaba una cazadora vaquera abrochada hasta arriba, nos presentaron, olía estupendamente, perfume caro, también parecía ser pija como Lisa claro, tenía 21 años aunque parecía mayor, estuvimos tomando algo en el bar y luego nos despedimos de mi familia, la chica era muy activa y risueña, tenía un coche pequeño pero de clase, cuando abrió me colé el primero, era de dos puertas y me senté detrás, así ellas podían hablar, me informaron que aunque no estaba lejos se tardaba sobre una hora por la carretera sinuosa.
Me acomodé en el asiento mientras ella salía del pueblo, era lo suficientemente grande para tener las comodidades de una ciudad pero pequeño por la tranquilidad.
Enfiló la carretera y a los pocos kilómetros, se pusieron a hablar, me dijo que creía que sería más pequeño por mi edad, que le había gustado.
Me preguntaron por mis novias, si había tenido muchas etc. Les dije que nunca había tenido novia, ellas se miraron con complicidad.
La conversación fue subiendo de tono, ellas hablaban con doble intención y mi prima le decía que no era lo que parecía.
Con la excusa de no oírlas por el ruido de la carretera me acerqué a ellas apoyándome entre los dos asientos, mi prima me despeino al verme, iba ilusionada, una mano la deslicé por el espacio entre el asiento y la puerta de Lisa, como iba cogida al tirador del techo, le pasé la mano bajo el suéter y sin tocarla cogí el sujetador por el aro, lo levante y su teta cayó en mi mano, ella se quedó impactada, Elena no la podía ver, pero yo tenía en la mano toda su teta derecha con el pezón entre los dedos, fui masajeándolos, veía las piernas como las abría y las cerraba nerviosa, sacaba el culo del asiento y apoyaba su cabeza con la mía, yo le seguía hablando a Elena como si nada.
Le dijo a Elena…
-       No tienes calor con la cazadora? Yo estoy derritiendome.
-       Tienes razón no me había dado cuenta.
-       Soltando una mano primero y la otra luego se sacó la chaqueta vaquera, yo le ayudé en el último momento para dejarla a mi lado.
-       Qué bonito! No me lo habías dicho, es nuevo?
-       Lo estreno hoy, era una sorpresa.
Me fijé y se referían a la prenda que llevaba Elena, era un top de licra, y no llevaba sujetador, al tener la mano cogida al volante vi como le nacía bajo de la axila una teta redonda en un principio pero que acababa en punta y hacia arriba, la teta perfecta pensé yo.
Mi prima se volvió hacia mí y con los ojos me señalo la teta, entendí la insinuación y soltando no sin pesar la teta de Lisa pasé detrás del asiento de Elena.
Para no comprometerla mucho con Lisa, mi mano izquierda se deslizó bajo el brazo de Elena, no quise asustarla al ir conduciendo, le rocé con los dedos desde el nacimiento del pecho, ella se sobresaltó un poco y apretó los nudillos en el volante, no se volvía a Lisa que la miraba de reojo.
Estaba un poco envarada pero no protestó, yo proseguí avanzando, los dedos ganaban terreno hacia delante y abarcaban más carne, la suavidad de la licra pegada como una segunda piel me daba la idea de la maravilla que tenía debajo, estuvo aguantando inmóvil hasta que le alcancé el pezón, estaba erecto y mirando hacia arriba, luego ya se relajó en el asiento, le noté respirar hondo, mi mano rodeó en toda su extensión la teta, ella miraba fijamente la carretera en aquel momento recta, el top le llegaba a medio estómago, con el dedo meñique busqué la orilla y levantándola introduje un dedo, después dos hasta pasar toda la mano bajo la licra hasta coger desde abajo la teta, subiéndola aún más. Lisa, ojeaba la operación disimuladamente cogiéndose ella también el pezón que le había abandonado, al fin se atrevió a decir suavemente…
-       Manu tienes unas manos de lo más suaves, me estoy poniendo cachonda.
Fue como darme la salida, mi mano derecha también pasó entre los asientos y colándose bajo la licra le abarcó la teta derecha, suspiró y gimió, con las dos tetas en mis manos, levante la licra que quedó bajo el cuello, las dos maravillas en mis manos y al aire, mi prima no decía nada pero su mano izquierda estaba inquieta entre sus muslos, al ver las dos tetas de su amiga bajo mis manos no quiso ser menos e incorporándose se soltó el sujetador de la espalda y se lo quitó por una manga, nos lo enseñó y se levantó el suéter al cuello como Elena, las cuatro tetas magníficas al aire, me tuve que repartir y coger una de cada. Cuando llegamos a la casa bajamos ellas se habían recompuesto la ropa, yo me dirigí a ver los alrededores de la casa, pero Lisa me llamó urgiéndome…
-       Vamos Manu, entra ya, vamos a follar.
Ya no tuve ninguna duda, la excursión iba a ser de sexo, cuando entré oí que estaban arriba en las habitaciones, eligieron la de sus padres con la cama grande, subieron las persianas y corrieron la cortina un poco, me cogieron y entre las dos me desnudaron completamente, Elena miró a Lisa…
-       Te juro que no te creí, creí que era un yogurín pero está muy desarrollado y muuuy bien dotado, me pido la polla.
Me lanzaron a la cama, el colchón era blando y me hundí, Elena se sentó sobre mi y mojándose el coño con saliva se metió la polla enseguida, mi prima le dijo…
-       No sabes lo que te pierdes, tiene una lengua que parece una alfombra persa y caliente como una plancha.
Ella por su cuenta se subió sobre mi cara y fue acercando el coño hasta llegar a mi lengua, no se dejó caer, era yo quien elegí el sitio donde lamer, ella solo lo disfrutaba, las dos estaban encaradas, se cogían de los brazos para no caerse, y yo les amasaba las cuatro tetas a placer, Elena quiso probar las excelencias de mi lengua según Lisa e intercambiaron la plaza, Lisa parece que lo agradeció y se dejó caer clavándose la polla de golpe, Elena se derretía apretando los puños al castigarle el clítoris, el resultado no se hizo esperar, una cascada de liquido empapó mi cara y otra resbaló por mi polla hasta los huevos.
Se abrazaron y hasta se besaron en la boca, desde bajo era una imagen preciosa.
Yo no me había corrido y ellas lo sabían, Lisa cogió su pequeño bolso y sacó un paquete de condones, los soltó por encima de la cama, Elena por su cuenta sacó dos frascos de Gel, uno para chico y otro para chica, me untó la polla con el de chico, un frescor desconocido me recorrió toda la tranca hasta los huevos, la tenía dura pero me había bajado las ganas de correrme, ellas se repartieron el otro en por sus coños, yo cogí los restos y los amplié por sus culos, las dos me miraron asustadas, me encogí de hombros, eso es lo que había.
Las hice tumbarse en la cama una al lado de la otra, con las cabezas colgando fuera, mientras les cogía las tetas eligiendo indistintamente a una le metía la polla en la boca hasta la garganta con cuidado de no dañarlas, alguna lágrima sí salía, las recibían con gusto y me chupaban los huevos, el gel se portaba, la corrida no me venía y yo seguía follando en sus bocas, cuando ya se ponían coloradas las hice arrodillarse con el cuerpo en el colchón, los culos abiertos frente a mí, las llene de carne, los coños que antes se habían corrido volvían a destilar liquido, pasaba de una a la otra y la metía suavemente, ellas nunca sabían cuando las iba a llenar, con los dedos de las manos le empecé a dilatar los esfínteres, el miedo ya no existía, sabían que podían confiar en mí, cuando le acerqué el capullo al culo de Lisa, su amiga le apretó la mano, le miraba y según sus muecas sabía cómo se sentía, al ver que apenas lo notó se animó y ella misma separó sus nalgas y se preparó a recibir una ración de carne, una exclamación de asombro más que de dolor anunció la entrada del glande del resto solo fue un suspiro de alivio, Lisa se asomó para ver en directo como mi polla desaparecía en el agujero moreno de Elena, seguí metiendo cada vez más rápido y hondo hasta que mis huevos acariciados por Lisa estallaron, me dejé caer cobre la espalda de Elena y tras varios empujones la llené, Lisa se esperó hasta ver cómo salía mi leche por el agujero, recogió un poco y se lo dio aprobar a Elena que agitaba el pecho aún, ella también lo probó.
Nos vestimos y salimos a la calle, el sitio era verdaderamente bonito, bucólico con su río y su alameda, pero estábamos hambrientos después de tanto ejercicio, montamos al coche y fuimos a un pueblo cercano, las invité a comer con el dinero de mi tía, después del café me miraron y me dijeron…
-       Hacemos una siesta para rebajar la comida?
No hubo respuesta, subimos al coche y al momento estábamos en la cama ancha desnudos y con ganas de pasar la tarde follando.
Continuará

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