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La Rolinga de mi Vida

La Rolinga de mi vida

Parte única

Voy a continuar luego con los relatos de "Noches en la Ciudad de la Furia". Una serie de eventos me hizo recordar una caliente situación de cuando era un pibe.
Lamento lo extenso del texto, pretendía ser un relato corto pero decidí darle el matiz con el que lo viví.
Estas lineas están orientadas al público más tranquilo, los colores del relato son más bien románticos. En vez de simplemente transcribir un texto apasionado y salvaje, a los cuales me acostumbre a escribir, y pronto van a ir descubriendo, decidí hacer un soft textual. Es la primera vez que escribo algo de esta índole, así que es terreno completamente nuevo para mi. Espero sus críticas con ansias.

Voy a contar una historia de mi adolescencia. Cuando recién comenzaba mi actividad sexual.
Tenía 15 años y me gustaba el rock and roll. Por ese entonces vivía en la ciudad de San Salvador de Jujuy, al norte de la Argentina.
La chica en cuestión se llama Antonella, una morocha de piel blanca, 1,68m de estatura, pechos pequeños y un trasero redondo, grande y hermoso. Ella era de aquella vieja tribu urbana llamada "rollinga", estoy hablando del año 2004, hace ya unos 14 años. La conocí en el colegio, obviamente, de espaldas. Desde luego me atrapo con su rostro angelical e inocente, y su cuerpo de simpática demonia.

Esa noche tocaban Los Piojos, era un recital muy esperado por todos los seguidores del género.
Cuando llegué al frente del escenario principal y comenzó a calentarse el recital la vi. Tenía una remera amarilla con el clásico logo de la banda. Me fuí acercando despacio mientras empezaban a corear temas de la banda y cantos de apoyo a la banda, a empujar y saltar.
Para ese entonces ya medía 1,78m, tenía un físico bien desarrollado por lo que no me costó mucho llegar hasta ella.
Estaba parada a unos pasos, por supuesto vi sus preciosas carnes envueltas en una calza negra que resaltaban esas peligrosas curvas.
El calor de las personas que estaban ahí comenzó a elevarse paulatinamente. Luego apagaron las luces para que la efusividad de los que estábamos ahí explotó de un momento a otro en cánticos, saltos y empujones para tratar de llegar a los primeros lugares.
El ritual comenzó (así llamaban a los conciertos de esta banda) y la gente enloqueció todavía más. De repente estaba apretado en la multitud y Antonella a sólo uno o dos pasos de distancia.Un empujón me llevo a su lado. La miré bajo las luces de la noche que encendían su rostro... ella me sonrió. Pasaron algunas canciones y volví a quedar junto a Anto, pero esta vez quedé pegado. Me miró nuevamente y no creo haberlo decidido o simplemente fue un reflejo, pero me acerqué para besarla y ella me correspondió.
El beso duró media canción.
Cuando nos separamos la tomé por la cintura y seguimos disfrutando de nuestra banda. La presión de la multitud nos aplastada y yo sentía su cola en mi pelvis. La abracé para protegerla de los empujones, pero también para sentir mejor su cuerpo.
"Uoh bamba uoh bamba uoh bamba uoh bamba-ba"
La canción El Farolito sonó y la emoción de la gente detonó. Antonella me pidió que la subiera a los hombros.
Con un poco de esfuerzo y con la ayuda de algunos se subió a mi. Inmediatamente tocaron Ruleta y ella no aguantó más y se sacó la remera para sacudirla mientras cantaba desaforada.
Yo sentía el calor de su entrepierna y eso me excitaba, si hubiese sido posible mi lengua habría limpiado todo el sudor que ella dejó en mi nuca. Continuaron con La Luna y la Cabra, un tema mucho más lento. La bajé y nos besamos:

"Una luna plateada en el cielo brilló..."
Su lengua se fundía con la mía...

"Déjame ver porque tu eres mujer! 
pidió a la luna la cabra"
La acariciaba mientras nos besabamos...

"solita en el cielo no vas a estar"
ella enredaba sus dedos en mis cabellos...

"Y allí la cabra se hizo miel 
para tu luna plateada"
Antonella me dio la espalda y nos abrazamos como si fueramos pareja de años.

Siguieron las canciones y el roce hacía que la erección que tenía me doliera por la cantidad de tiempo que apretaba en mi bóxer.
Durante esas canciones la besaba, acariciaba el borde de sus calzas, donde nacía su pelvis. Ella acomoda su cola para sentir mejor mi verga. Nunca antes la había sentido tan hinchada, tan dura. Más tarde durante unos temas mucho más agitados mientras disfrutábamos de la música ella llevó su mano atrás para agarrar mi pene. De refilón pude ver que sonreía. Después de sobarla un poco la acomodó de tal forma que el bulto apoyara en el centro de sus nalgas y parte de su espalda. Aproveche para meter mi mano en su pantalón, para mi sorpresa no tenía ropa interior.
Comencé a masturbarla en medio del recital. Por la manera que nos habíamos acomodado y por lo pegado que estábamos era muy difícil que alguien se diera cuenta, además todos estaban concentrados en el show. El ritmo de mis manos subía de ritmo conformé a los espasmos de su cuerpo. Llegué a meter la punta de mis dedos en su vagina... ¡Madre mía, que hasta hoy no recuerdo a alguien que se mojara tanto!
De repente parecía que se había meado, pero era mucho más biscosa la sustancia que la pis. Me tocó la mano, dandome a entender que había acabado. Sentí que se apoyó más en mi, y me pareció que sus piernas se habían aflojado. Supe en ese momento que ella había acabado.
Siguió el recital y ella cantaba, nos reíamos, y me había acostumbrado a la incomodidad del miembro tieso.
Llegó esa parte del recital donde la banda se despide, pero en realidad no se van a ningún lado.
En ese receso nos besamos, hablamos un poco, logré tranquilizar a la fiera de mis pantalones. Al menos un poco.
La segunda parte arrancó con "Como Alí" y otra vez los apretones se hicieron muy fuertes. Esta vez si me dolió excitarme, porque no estaba bien acomodado. Anto al parecer se dio cuenta, cuando hice fuerza hacia atrás para acomodarme ella sacó la pija de su encierro. Instintivamente la agarré de un pecho cuando ella en un segundo esfuerzo para situar mejor mi pene bajo un poco sus pantalanes y me dejo sentir su piel caliente.
Luego de eso ella se movía procurando no despegarse ni medio centímetro de mi. Al comenzar "El Balneario de los Doctores Crotos" terminé en su espalda grandes chorros de semen espeso.
Inmediatamente guardé mi verga todavía endurecida con un movimiento rápido.
A continuación se pasó como pudo un dedo por la crema todavía caliente juntando en milésimas de segundos todo lo que pudiera. Sin pensarlo mucho se llevó el dedo a la boca y me pareció encantadora.

El recital continuó y fue uno de los mejores de mi vida, no solamente por lo que pasó por An-Stone-la, como ella que solía escribir en los bancos del colegio. Sino porque el recital duró cerca de tres horas.

Rondaba la 1 de la mañana y salimos abrazados. La acompañe a tomar un taxi, al que me terminé subiendo para dirigirnos a mi casa. Volantazo mediante, llegamos a mi hogar dónde iba a estar sólo por algunos días. La invité a bañarse, estábamos transpirados y ella estaba llena de fluidos de todo tipo, claro.
Metí su ropa a lavar, y la alcancé en la ducha...


Su culo respingado brillaba por el agua que caía, en mi cabeza todavía sonaba la música del recital, por supuesto, en ese momento recordaba "Agua, sal de mi canilla, quiero que me hagas cosquillas"...
Así me metí con ella a besarla bajo el agua. Disfruté besando sus pechos firmes, aunque no muy grandes, igualmente perfectos. Con mis manos apretaba la carne de sus nalgas. Escuchaba sus suspiros y pequeños gemidos. Seguí hasta que ella me apartó. Inmediatamente se agachó para chuparme bien la pija. Fue la mejor mamada en años, claro que no era su primera vez. Se atragantaba, la escupía, me masturbaba mientras se metía mis pelotas en la boca. Me hizo levantar una pierna que la apoyé en el bidé, y así pasó su lengua por el perineo, esa piel entre el ano y los huevos. Nunca me hubiese imaginado la sensibilidad de esa zona.
Mi pene quedó hecho de piedra otra vez, y yo pasado de revoluciones. La levanté, hice que apoyara sus manos en la pared de la ducha y bajo el agua tibia comencé a bombear en su vagina. Sus gemidos ya eran gritos de placer, y los aplausos de sus nalgas en mi pelvis retumbaban en la acústica del baño.
Apagamos la ducha matándonos a besos, agarré la toalla que estaba colgada y así pegados nos fuimos a mi cama.
Nos secamos un poco, pero sin mucho esmero.
Tiré la toalla en la cama para no mojarla, la acosté encima y separé sus piernas para enterrar mi lengua en su vagina.

-Mmmm, Seba, cómeme la concha... dale...

Aunque ahora me doy cuenta que no fue del todo bueno mi oral, a ella le encantaba.
Sus manos me enterraban más y más en su vulva.

-Quiero que me cojas, Anto. Quiero ver ese culo saltar arriba mío.

Luego me senté en la cabecera de la cama. Ella me montó de espaldas y comenzó la faena. Mientras su cuerpo subía y bajaba enterrandose mi tronco por su húmedo sexo, veía desesperado como su ano estaba vacío y tan cerca de mi. 
A la vez que ella disfrutaba de mi pene, yo llenaba mi dedo de saliba.

-Abrí esa cola para mi...
-¿Así?- me preguntaba mientras separaba los glúteos con las manos.

Mientras enterraba mi falange, ella se retorcía de placer.
Ver todo ese espectáculo hizo que me calentara demasiado. Sentía que me acercaba al clímax.

-Esperá, voy a acabar...

No hizo falta decir mucho más para que Anto saltara y me pusiera su boca y su lengua mientras me masturbaba para que terminara.
Uno, dos, tres y cuatro chorros salieron despedidos. Un poco más y ella no dejo rastro.

-Que rica leche, me encanta... Que rico ser tu puta...
mmmm... Sebaa... así... toda para mi.

Quedé rendido en la cama mientras ella se limpiaba.
Comimos algunas cosas que tenía en la heladera.
Al otro día me desperté con un buen oral. Y a la siesta me entregó el culo.

Después de ese apasionado fin de semana no volvimos a coincidir mucho por A o por B. Nos besábamos en algún rincón del colegio, algún oral que me hizo u otro que le hice.

La vida nos llevo por caminos muy distintos, pero sigo esperando encontrarla de nuevo en algún recital.


La foto no es de ella, pero pude encontrar una chica con rasgos similares, aunque no iguales.


La Rolinga de mi Vida

2 comentarios - La Rolinga de mi Vida

Jajjaja90
antonella cuanto viejo jaja saludos largo pero increible relato
pendejoalp2
Jaja, no es Antonella, no puedo dar el nombre, hice la prueba y es muy fácil encontrarla. Jajaja! Un saludo hermano
Jajjaja90
jajaja conta conta mp