Chica traviesa de tinder 2

Estábamos encerradas en su cuarto. Yo saboreando la dulce flor de Raquel haciendo que gritara mi nombre pidiendome más. Degustando y jugando con su cito risa mientras empezaba a tocarme el mio para que las dos sintiéramos placer. Yo era la que llevaba las riendas en esta pequeño jugueteo entre dos desconocidas.
Subía lentamente de su sexo a su vientre terminando de desnudarla para poder contemplar esos bellos y pequeños senos que se cargaba no pensé dos veces y me metí uno de ellos a la boca mientras que con mi lengua empezaba a jugar con uno de sus pezones mientras que con mi otra mano intentaba jugar dentro de ella. Podía sentir su respiración agitada, su placer. Podía decirse ahora que no sólo satisfacía a los hombres, ahora podía hacerlo con mujeres más.
Subí mi cabeza en búsqueda de su boca y terminamos besándonos con lujuria, jugando con nuestras lenguas. Ahora era mi turno Raquel terminó de desnudarme y empezó a besar cada parte de mi cuerpo hasta llegar a mi sexo.
Pude sentir como ingresaba y salía su lengua y como jugaba con mi clitoris, daba pequeñas mordidas que me hacían soltar unos gremios. Decidimos hacer un tipo de 69 do de las dos nos dábamos placer.
Éramos las dos saboreando nuestros jugos tocando nos, experimentando, conociendo nuestros cuerpos. Hasta que ella me dijo que tenía un cepillo para el pelo en forma de pene y que lo usáramos. Yo lo empecé a chupar y se lo metí lentamente a mi compañera. Mientras ella aguantaba el dolor que le provocaba.
Era virgen... Tarde en darme cuenta pero estábamos tan exitadas que seguí metiendo se lo de a poco hasta que rompí su himen y empecé con el mete y saca mientras la besaba y le susurraba que ya le agarrara el placer que tardaba un poco en llegar. Seguía metiendo dole y sacando y cepillo mientras chupar gentilmente su clitoris para que sintiera placer.
Cada vez aumentaba más su intensidad hasta que finalmente se corrió. Saque el cepillo de dentro de ella y la convencí de chuparlo juntas para que se probara.
Terminamos algo cansadas y nos derrumbados en la cama donde empezamos a besarnos con cariño, hasta que escuchamos el cerrar de la puerta de calle.
Nos vestimos lo más rápido que pudimos y nos recostamos a ver la película. Entró la mamá de Raquel al cuarto algo molesta pensando que se había encerrado con un chico en casa. Pero cuando me vio cambió su semblante.
Solo eramos dos chicas jugando... Que de malo había en eso.
Al final solo eramos dos amigas que pasaban el rato.