Mi nombre es Federico. Tengo 28 años y, sinceramente, me hice esta cuenta para relatar esta historia que me está matando la cabeza desde hace un tiempo, algo que me da muchísimo placer y, a la vez, gran culpa.
Soy de una ciudad a unos 100 kilómetros de Santa Fe capital, un pueblo grande, soy de Rafaela. No me quiero extender demasiado en mi descripción. Para el que le interese, mido 1,80, soy bastante atlético -porque me mantengo jugando al fútbol-, morocho, pelo corto. Tengo mi trabajo estable y estoy tratando de terminar mis estudios.
Y tengo un amigo de toda la vida, que se llama Martín. Es el que me acompaña en todas desde la secundaria, el que me vio crecer, con el que nos agarramos varios bichos juntos cuando éramos un desastre... Y algo pasable, a veces, también, jaja. Martín tiene mi edad. Hay un tema, y es su novia, su gran amor: Marianita. Una piba de barrio, estudiante, labura de moza.
Marianita tiene unos años menos, 25, pero sale con Martín desde hace al menos cinco años. Una mina, digamos, llamativa, sin ser despampanante,ni parecer un gato. Normal, pero bonita, con aire sexy. Paso a describirla: morocha,pelo castaño oscuro, bastante largo, hasta arriba de la cintura y algo enrulado.Debe medir no más de 1,55, es petisita. Flaca, sin serlo exageradamente –-e debensobrar unos dos o tres kilitos-; no muy vistosa de cola pero sí tiene dos grandísimos atributos de frente. Sí, Marianita es la típica morochita tetona.
La mina es muy piola. De verdad. Más allá de lo que yo vaya a contar y las interpretaciones que ustedes hagan de mi relato. Marianita esuna piba de 10 y tiene un humor como el nuestro, nos podemos reir de los mismos chistes, nunca desentona si está en un grupo de pibes, porque es bastante sexual en sus chistes a la vez que comparte códigos.
Lo que voy a contar ahora pasó hace dos años, fue en el verano de 2016. Yo andaba en una mala, me había peleado con una novia de la época que me importaba mucho y se había ido todo a la mierda. Martín, como siempre, estaba dispuesto a hacerme la segunda. El y Marianita se habían mudado a una casa re piola, con pileta incluida, herencia del padre de el, que tenía guita. Como yo andaba en esa, re depre, ellos me invitaban a pasar el rato.
La verdad es que estábamos todos re al pedo porque era verano y yo no estaba trabajando ni ellos estudiando. Entonces, nos reuníamos a charlar, a boludear en la pile, sobre todo a escabiar, y a veces a fumar algún porro... A mí todo eso me sacaba de la tristeza de re boludo en la que estaba metido, jaja. Nos cagábamos de risa. Mi error fue, en un momento... Dejar entrar al demonio. Sí, no debía. Pero empecé a mirar a Marianita como no debía. Llámenle despecho o como quieran.
La mina era un quilombo de lo buena que estaba ese verano. Y recuerdo exactamente el primer día que la empecé a mirar. Ella tenía una malla enterisa amarilla, pero muy metida en el orto, atrás -tipo tanga- y apenas cubriendo su par de lolas adelante –tipo sideboob-. Un lío. Esto que estoy contando, pasó una tarde de muchísimo calor. Marianita, fiel a su estilo, me miró subiendo la escalerita de la pile y me comentó:
- Boludo, qué metida en el ojete me queda al final esta malla. Martincho, menos mal que me pagaste la depilación
Mientras decía eso, con una sonrisa, se descalzaba la malla del orto con un dedo. Esa escena, a mí ya me hizo llamar al demonio. Lo sé, no debía.
Luego de eso, ese día, no pasó mucho más nada, hasta la noche. Compramos para armar una picada, con cerveza, algo de fernet y nos pusimos a picar faso. Con Martín nos quedamos en malla y en cuero, pero Marianita se fue a cambiar. Se puso un short de jean y una remerita sencilla,entre gris y celeste. Con el pelo mojado, le quedaba hermoso.
Yo ya estaba picado y venía de varios meses sin ponerla, esa es la verdad. Por eso, pienso que los ratones giraban más rápido en mi cabeza. Enun momento, que estábamos viendo tele en el quincho mientras le entrabamos alfernet, mi amigo, Martín, se va al baño. Allí fue cuando sucedió lo siguiente.
Marianita, mientras miraba la tele y casi sin mirarme más que de reojo, me dice:
- Fede, ¿Te molesta si me saco el corpiño? Me está haciendo mierda.
- Nno, Mari, cómo me vas a preguntar eso.
Me salió responderle eso, qué se yo. La petisa, entonces,hace ese truco que hacen las mujeres de sacarse el corpiño por adentro, y libera esas dos hermosuras que se agolparon frente a la tela de su remera inmediatamente. Sus pezones no saltaron a la vista de manera total, pero se dejaban percibir, apenas, lo cual me calienta más. Todo esto, sin mirarme, casi. Con lo cual no me quería hacer la cabeza, esas tetas le deben haber dolido de verdad, no debe ser fácil tener semejantes cabezas de enano.
Pero yo no les puedo explicar lo hermosa que se veía. Les juro que busqué esta imagen para intentar ilustrarlo. Más o menos así se veía.
Fueron unos segundos de mirar sin querer mirar... y enseguida volvió Martín. Me levanté para ir al baño yo, porque también me estaba meando, y para clarificar un poco la mente, que ya me daba vueltas. Cuando entro al baño... Sí, la puta madre. Encuentro colgada de un gancho, tipo ropa sucia, la malla enteriza de Mari.
Y no les voy a mentir, gente. Enseguida me aseguré que la puerta estuviera bien trabada, me fui directo a buscar la telita de esa entrepierna. No debía, la puta madre, ya sé, soy un hijo de puta. Pero lo hice.
Aunque suene asqueroso, debo decir que había una manchita muy chiquita de flujo, y un poquito también de atrás. Perdonen si esto les baja la líbido. A mí me la aumentó al máximo... Se me despertó enseguida el amigo, le di una tremenda olida, me fui al carajo. Sus partes se distinguían, ese olor para mí era el cielo y no me pajeé nomás porque me dio vergüenza, pero añoraba hacerlo, estaba muy caliente, no sabía que mierda me pasaba. No podía más.
Bajé un poquito la calentura, me refresqué la cara... Y volví al quincho. Ahí, Marianita estaba cagándose de risa, parada, revoleando esas tetas para todos lados, mientras Martín no sé qué le hacía. Estaban jugando, boludeando, nada sexual, pero ella parecía una diosa griega. O eso me pareció.
Hasta acá voy a escribir por hoy. Lo que pasó después, lo dejo para más adelante, si es que les interesa. Gracias por leerme, me quiero sacar esto de adentro.
Soy de una ciudad a unos 100 kilómetros de Santa Fe capital, un pueblo grande, soy de Rafaela. No me quiero extender demasiado en mi descripción. Para el que le interese, mido 1,80, soy bastante atlético -porque me mantengo jugando al fútbol-, morocho, pelo corto. Tengo mi trabajo estable y estoy tratando de terminar mis estudios.
Y tengo un amigo de toda la vida, que se llama Martín. Es el que me acompaña en todas desde la secundaria, el que me vio crecer, con el que nos agarramos varios bichos juntos cuando éramos un desastre... Y algo pasable, a veces, también, jaja. Martín tiene mi edad. Hay un tema, y es su novia, su gran amor: Marianita. Una piba de barrio, estudiante, labura de moza.
Marianita tiene unos años menos, 25, pero sale con Martín desde hace al menos cinco años. Una mina, digamos, llamativa, sin ser despampanante,ni parecer un gato. Normal, pero bonita, con aire sexy. Paso a describirla: morocha,pelo castaño oscuro, bastante largo, hasta arriba de la cintura y algo enrulado.Debe medir no más de 1,55, es petisita. Flaca, sin serlo exageradamente –-e debensobrar unos dos o tres kilitos-; no muy vistosa de cola pero sí tiene dos grandísimos atributos de frente. Sí, Marianita es la típica morochita tetona.
La mina es muy piola. De verdad. Más allá de lo que yo vaya a contar y las interpretaciones que ustedes hagan de mi relato. Marianita esuna piba de 10 y tiene un humor como el nuestro, nos podemos reir de los mismos chistes, nunca desentona si está en un grupo de pibes, porque es bastante sexual en sus chistes a la vez que comparte códigos.
Lo que voy a contar ahora pasó hace dos años, fue en el verano de 2016. Yo andaba en una mala, me había peleado con una novia de la época que me importaba mucho y se había ido todo a la mierda. Martín, como siempre, estaba dispuesto a hacerme la segunda. El y Marianita se habían mudado a una casa re piola, con pileta incluida, herencia del padre de el, que tenía guita. Como yo andaba en esa, re depre, ellos me invitaban a pasar el rato.
La verdad es que estábamos todos re al pedo porque era verano y yo no estaba trabajando ni ellos estudiando. Entonces, nos reuníamos a charlar, a boludear en la pile, sobre todo a escabiar, y a veces a fumar algún porro... A mí todo eso me sacaba de la tristeza de re boludo en la que estaba metido, jaja. Nos cagábamos de risa. Mi error fue, en un momento... Dejar entrar al demonio. Sí, no debía. Pero empecé a mirar a Marianita como no debía. Llámenle despecho o como quieran.
La mina era un quilombo de lo buena que estaba ese verano. Y recuerdo exactamente el primer día que la empecé a mirar. Ella tenía una malla enterisa amarilla, pero muy metida en el orto, atrás -tipo tanga- y apenas cubriendo su par de lolas adelante –tipo sideboob-. Un lío. Esto que estoy contando, pasó una tarde de muchísimo calor. Marianita, fiel a su estilo, me miró subiendo la escalerita de la pile y me comentó:
- Boludo, qué metida en el ojete me queda al final esta malla. Martincho, menos mal que me pagaste la depilación
Mientras decía eso, con una sonrisa, se descalzaba la malla del orto con un dedo. Esa escena, a mí ya me hizo llamar al demonio. Lo sé, no debía.
Luego de eso, ese día, no pasó mucho más nada, hasta la noche. Compramos para armar una picada, con cerveza, algo de fernet y nos pusimos a picar faso. Con Martín nos quedamos en malla y en cuero, pero Marianita se fue a cambiar. Se puso un short de jean y una remerita sencilla,entre gris y celeste. Con el pelo mojado, le quedaba hermoso.
Yo ya estaba picado y venía de varios meses sin ponerla, esa es la verdad. Por eso, pienso que los ratones giraban más rápido en mi cabeza. Enun momento, que estábamos viendo tele en el quincho mientras le entrabamos alfernet, mi amigo, Martín, se va al baño. Allí fue cuando sucedió lo siguiente.
Marianita, mientras miraba la tele y casi sin mirarme más que de reojo, me dice:
- Fede, ¿Te molesta si me saco el corpiño? Me está haciendo mierda.
- Nno, Mari, cómo me vas a preguntar eso.
Me salió responderle eso, qué se yo. La petisa, entonces,hace ese truco que hacen las mujeres de sacarse el corpiño por adentro, y libera esas dos hermosuras que se agolparon frente a la tela de su remera inmediatamente. Sus pezones no saltaron a la vista de manera total, pero se dejaban percibir, apenas, lo cual me calienta más. Todo esto, sin mirarme, casi. Con lo cual no me quería hacer la cabeza, esas tetas le deben haber dolido de verdad, no debe ser fácil tener semejantes cabezas de enano.
Pero yo no les puedo explicar lo hermosa que se veía. Les juro que busqué esta imagen para intentar ilustrarlo. Más o menos así se veía.
Fueron unos segundos de mirar sin querer mirar... y enseguida volvió Martín. Me levanté para ir al baño yo, porque también me estaba meando, y para clarificar un poco la mente, que ya me daba vueltas. Cuando entro al baño... Sí, la puta madre. Encuentro colgada de un gancho, tipo ropa sucia, la malla enteriza de Mari.
Y no les voy a mentir, gente. Enseguida me aseguré que la puerta estuviera bien trabada, me fui directo a buscar la telita de esa entrepierna. No debía, la puta madre, ya sé, soy un hijo de puta. Pero lo hice.
Aunque suene asqueroso, debo decir que había una manchita muy chiquita de flujo, y un poquito también de atrás. Perdonen si esto les baja la líbido. A mí me la aumentó al máximo... Se me despertó enseguida el amigo, le di una tremenda olida, me fui al carajo. Sus partes se distinguían, ese olor para mí era el cielo y no me pajeé nomás porque me dio vergüenza, pero añoraba hacerlo, estaba muy caliente, no sabía que mierda me pasaba. No podía más.
Bajé un poquito la calentura, me refresqué la cara... Y volví al quincho. Ahí, Marianita estaba cagándose de risa, parada, revoleando esas tetas para todos lados, mientras Martín no sé qué le hacía. Estaban jugando, boludeando, nada sexual, pero ella parecía una diosa griega. O eso me pareció.
Hasta acá voy a escribir por hoy. Lo que pasó después, lo dejo para más adelante, si es que les interesa. Gracias por leerme, me quiero sacar esto de adentro.
22 comentarios - Marianita, la novia de mi amigo. Parte I.