Sexualmente me siento insatisfecha mi esposo, tiene. La empresa de la familia, tiene oficinas en Devoto y los depósitos en Flores; próximo a nuestro domicilio.
Además de los empleados de ambas instalaciones, hay 2 muchachos con domicilios cercanos, que vienen por las mañanas a mi casa y junto a Alberto van a las oficinas, en Devoto. El mayor de aproximados 25 años, se llama Bruno y el más joven, le dicen "Chelo".
Días atrás, estábamos desayunando y mi esposo les dijo a los muchachos que el fin de semana se ocuparan de atender las tareas, porque el viajaría a Córdoba por unos asuntos pendientes. El lunes al mediodía, estaría de regreso.
Alberto, salió temprano el viernes sin siquiera saludarme.
Más tarde, llegaron los muchachos por las llaves y me llamaron por el portero más temprano que de costumbre. Me puse una bata de toalla y bajé a ofrecerles desayunar antes de irse al trabajo.
La presencia de estos 2 jóvenes que (yo notaba) me estaban admirando y disfrutaban observando mi figura, me hizo sentir bien y bajo la bata, mi piel cubierta solo por un liviano camisón corto, se erizaba extrañamente. Posiblemente, la desatención de mi marido hacía que reaccionara débilmente ante estos 2 muchachos llenos de energía viril y casi era como desquitarme del maltrato de mi esposo y la falta de afecto.
Cuando busqué las tazas en la alacena para servirles el café, uno de los tornillos que sostenían el estante, se salió y este casi dejaba caer la vajilla que sostenía. Con ambas manos sostuve el estante evitando que se cayeran las tazas. Esto hizo que se me abriera algo el escote,
, Bruno se acercó por detrás mío y me ayudó sosteniendo también el estante. Tenía un pantalón de gimnasia que me dejaba sentir, en la proximidad de su cuerpo, el bulto de su miembro enérgico en mis nalgas.
No dije ni hice nada.
Pasaron unos minutos, que me parecieron interminables. La respiración de Bruno en mi nuca, me electrizaba la piel y me temblaban las manos. Esperaba su reacción, pero él, no decía nada y no se despegaba de mi espalda. Su miembro empezó a notarse de inmediato. Es que la fuerza viril del muchacho si, reaccionaba inmediatamente.
Ya el estante en su lugar y soportando la vajilla, las manos libres de Bruno, lentamente se deslizaron por mi escote y acariciaban mis pechos.
Me quedé en silencio. Me temblaban las piernas y sentía un flujo vaginal, fruto de mis permanentes carencias de sexo. Era una reacción natural. Bruno me besaba el cuello y poniéndome de frente, su boca buscó mis labios y nos enredamos en un apasionado y fogoso beso correspondido.
Bruno me desprendió la bata y de un manotazo me dejó tan solo con un diminuto camisolín con el que duermo en verano. Me levantó en sus brazos y me llevó al dormitorio. El éxtasis me agobiaba y mi boca buscaba desesperada sus labios con ansias.
Tanto tiempo sin sexo, hacía de mí, una presa fácil del placer y la lujuria.
Me tendió en la cama y se desprendió de sus ropas. Yo me desnudé y me ofrecí al macho vigoroso que me atacaba con una pasión inmensurable Besaba mis pechos, mordía mis pezones y descendió a mi pubis, lamiendo mi vagina con desesperación, fruto de sus deseos disimulados tanto tiempo.
Desesperada ante este violento sexo impensado nos mordíamos las bocas y el penetrar en mi vagina Mis gritos de placer En pleno mete y saca, veo que Chelo aparece en el dormitorio, desnudo junto a la cama. Llegando a este punto de locura, tendí mi mano hacia él y lo dejé acostarse con nosotros.
—Tú también Chelo — le pedí — háganme lo que quieran. Quiero que me cojan como merezco. Quiero ser hoy, su mejor puta.
— Le haremos todo lo que Ud. quiera señora— me contestó.
— Así. Así... —gritaba — hagan de mí, lo que quieran.
Bruno eyaculaba en mi vagina, mientras Chelo recorría mi cuerpo con sus labios. Después, fue Chelo quien me atendió en mi desesperación y apetito de sexo desenfrenado.
No tuvimos límites. Tuve penetraciones vaginales y anales. Succioné sus vergas. Lamí sus testículos. El olor a sexo inundaba el dormitorio. Era un desenfreno producto de tantos dias que mi esposo no me cogey la necesidad contenida, mía.
Esa mañana descubrí que a pesar de ser madre nesecito coger y muy seguido , que soy toda una gata en la cama y me encanta coger y que gozen con mi cuerpo El placer fue imponderable. La satisfacción colmó expectativas contenidas. no dejaré mi placer ni mis necesidades y seguiré cogiendo , ya se mi suegro o mi gefe o el que me desee y me caliente , si mi esposo no atiende este cuerpo , yo necesito sexo y sentirme deseada
Además de los empleados de ambas instalaciones, hay 2 muchachos con domicilios cercanos, que vienen por las mañanas a mi casa y junto a Alberto van a las oficinas, en Devoto. El mayor de aproximados 25 años, se llama Bruno y el más joven, le dicen "Chelo".
Días atrás, estábamos desayunando y mi esposo les dijo a los muchachos que el fin de semana se ocuparan de atender las tareas, porque el viajaría a Córdoba por unos asuntos pendientes. El lunes al mediodía, estaría de regreso.
Alberto, salió temprano el viernes sin siquiera saludarme.
Más tarde, llegaron los muchachos por las llaves y me llamaron por el portero más temprano que de costumbre. Me puse una bata de toalla y bajé a ofrecerles desayunar antes de irse al trabajo.
La presencia de estos 2 jóvenes que (yo notaba) me estaban admirando y disfrutaban observando mi figura, me hizo sentir bien y bajo la bata, mi piel cubierta solo por un liviano camisón corto, se erizaba extrañamente. Posiblemente, la desatención de mi marido hacía que reaccionara débilmente ante estos 2 muchachos llenos de energía viril y casi era como desquitarme del maltrato de mi esposo y la falta de afecto.
Cuando busqué las tazas en la alacena para servirles el café, uno de los tornillos que sostenían el estante, se salió y este casi dejaba caer la vajilla que sostenía. Con ambas manos sostuve el estante evitando que se cayeran las tazas. Esto hizo que se me abriera algo el escote,
, Bruno se acercó por detrás mío y me ayudó sosteniendo también el estante. Tenía un pantalón de gimnasia que me dejaba sentir, en la proximidad de su cuerpo, el bulto de su miembro enérgico en mis nalgas.
No dije ni hice nada.
Pasaron unos minutos, que me parecieron interminables. La respiración de Bruno en mi nuca, me electrizaba la piel y me temblaban las manos. Esperaba su reacción, pero él, no decía nada y no se despegaba de mi espalda. Su miembro empezó a notarse de inmediato. Es que la fuerza viril del muchacho si, reaccionaba inmediatamente.
Ya el estante en su lugar y soportando la vajilla, las manos libres de Bruno, lentamente se deslizaron por mi escote y acariciaban mis pechos.
Me quedé en silencio. Me temblaban las piernas y sentía un flujo vaginal, fruto de mis permanentes carencias de sexo. Era una reacción natural. Bruno me besaba el cuello y poniéndome de frente, su boca buscó mis labios y nos enredamos en un apasionado y fogoso beso correspondido.
Bruno me desprendió la bata y de un manotazo me dejó tan solo con un diminuto camisolín con el que duermo en verano. Me levantó en sus brazos y me llevó al dormitorio. El éxtasis me agobiaba y mi boca buscaba desesperada sus labios con ansias.
Tanto tiempo sin sexo, hacía de mí, una presa fácil del placer y la lujuria.
Me tendió en la cama y se desprendió de sus ropas. Yo me desnudé y me ofrecí al macho vigoroso que me atacaba con una pasión inmensurable Besaba mis pechos, mordía mis pezones y descendió a mi pubis, lamiendo mi vagina con desesperación, fruto de sus deseos disimulados tanto tiempo.
Desesperada ante este violento sexo impensado nos mordíamos las bocas y el penetrar en mi vagina Mis gritos de placer En pleno mete y saca, veo que Chelo aparece en el dormitorio, desnudo junto a la cama. Llegando a este punto de locura, tendí mi mano hacia él y lo dejé acostarse con nosotros.
—Tú también Chelo — le pedí — háganme lo que quieran. Quiero que me cojan como merezco. Quiero ser hoy, su mejor puta.
— Le haremos todo lo que Ud. quiera señora— me contestó.
— Así. Así... —gritaba — hagan de mí, lo que quieran.
Bruno eyaculaba en mi vagina, mientras Chelo recorría mi cuerpo con sus labios. Después, fue Chelo quien me atendió en mi desesperación y apetito de sexo desenfrenado.
No tuvimos límites. Tuve penetraciones vaginales y anales. Succioné sus vergas. Lamí sus testículos. El olor a sexo inundaba el dormitorio. Era un desenfreno producto de tantos dias que mi esposo no me cogey la necesidad contenida, mía.
Esa mañana descubrí que a pesar de ser madre nesecito coger y muy seguido , que soy toda una gata en la cama y me encanta coger y que gozen con mi cuerpo El placer fue imponderable. La satisfacción colmó expectativas contenidas. no dejaré mi placer ni mis necesidades y seguiré cogiendo , ya se mi suegro o mi gefe o el que me desee y me caliente , si mi esposo no atiende este cuerpo , yo necesito sexo y sentirme deseada
28 comentarios - mi marido no me atiende , me gozan otros
http://www.poringa.net/posts/poringueros/3126720/Tengo-leche-calentita.html