Una experiencia inesperada 2a parte
Ese primer encuentro fue tremendo, el viejito pudo darme 3 veces, después con el tiempo la cantidad disminuyó hasta que solo lo hacía una vez, él me confesó que esa vez fue porque tenía años sin mujer, por eso esa vez yo fui receptora de todo lo que había acumulado. Después sólo podía cogerme una vez, pero lo disfrutaba mucho.
A pesar de su cojera tan marcada en la calle al grado de necesitar de mi ayuda para caminar, me di cuenta que cojeaba poco, en la calle lo exageraba para despertar lástima, pero en la intimidad su cojera era casi imperceptible, tanto que al entrar me sujetaba contra la pared abriendo mis piernas con las suyas mientras mordía mi cuello a la vez que restregaba su bulto en mi conejito volviéndome loca, yo me abrazaba a él acariciando su espalda fofa, mientras él me comía la boca amasando mis pompas y pechos, entonces me bajó la licra soltando un silbido al ver mi tanga de hilo dental con un moñito al frente que me puse para él.
Despojándome de la blusa inmediatamente empezó a morder mis pezones, metía mis pechos a su boca succionándolos deliciosamente mientras su mano haciendo a un lado la tanga ya sobaba mi clítoris totalmente húmedo…
-¡QUE BUENA ESTAS CULERA, ERES UNA PUTA, UNA PUTA CALIENTE!
-¡AAAHHHH, PAPITO, NO ME DIGAS ASI! ¡AH, AH, AH!
-¡SI, ERES UNA PUTA, TE GUSTA LA VERGA, DILO PUTA, DIME QUE TE GUSTA MI VERGA!
-¡SI PAPITO, SOY UNA PUTA CALIENTE, NECESITO QUE ME COJAN, QUE ME DEN VERGA!
-¡PERO DIME QUE TE GUSTA MI VERGA PUTA! –Y me dio una bofetada.
-¡SI, SI, SI PAPITO, ME VUELVE LOCA TU VERGA, LA QUIERO, QUIERO QUE ME LA METAS, QUE MI CONEJITO SE LA COMA TODA!
Entonces me llevo a la cama y se sentó teniéndome de pie ante él ya en tanga solamente, mientras lamía mi vientre y metía su lengua en mi ombligo sujetaba fuertemente mi trasero abriéndolo para meter sus dedos -¡OOOOOOHHHHHHHHH! ¡PAPITOOOO! – Y así de pie, haciendo a un lado la tanga le dio varios lengüetazos a mi conejito arrancándome más gemidos.
Ahora me hizo hincarme y que con mis pechos lo masturbara, lo masturbé hasta que empezó a bufar de la excitación -¡QUE RICA TE VES INCADA, ASI, UNA PUTA SUMISA! - luego abriendo mi boca saqué mi lengua para lamer su rico falo sin dejarlo terminar, solo la primer vez me pudo regalar su lechita en mi boca y luego en mi conejito. Pero ahora, como solo sería una vez me cuidaba de no hacerlo terminar sin antes haberme follado.
Entonces, ya cuando me di cuenta que no iba a poder más me subí sobre él y guiando su rico pene me lo clavaba lentamente, luego sujetando mi trasero me embestía mientras su boca succionaba mis pechos mordiendo mis pezones deliciosamente, sus manos sujetaban mi trasero y a veces recorrían mi espalda desnuda mientras bombeaba mi conejito.
Mis gemidos inundaban la habitación, luego buscaba mi boca y metía su lengua –¡TU LUNAR ME PERTENECE MAMASITA! – Me decía mientras lo lamía, me abrazaba fuertemente a él disfrutando esa penetración:
-¡DIME PUTA, DONDE QUIERES MI LECHE! ¿EN TU PANOCHA O EN TU CULO?
-¡EN MI CULITO, LLENALO DE TI PAPACITO, CULEAME, LO NECESITO!
Entonces me levanté y dándole la espalda abrí mis pompas y me guió para sentarme sobre su pene, lentamente fue penetrando mi ano hasta clavármela toda, ya adentro comencé a subir y bajar mientras el viejo sujetaba mis pechos con una mano y la otra se metía en mi puchita
-¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡RICOOOOO!
-¡ASI PUTA, MUEVE TU CULO, MUEVETE CABRONA!
-¡AAAAHHHH! ¡PAPITO, ME EXCITA QUE ME DIGAS ASI! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡PAPIIII!
-¡SI PUTA CULERA, CALIENTE, DAME TU CULO, PARA METERTE MI VERGA SIEMPRE EN TU COLA!
Sentía esa barra candente llegar a mis intestinos, sentía como entraba y salía enloqueciéndome, hasta que empezó a jadear y decirme que ya iba a terminar, yo había tenido varios orgasmos desde que comenzó a comerse mi conejito, pero ahora iba a terminar junto a él, así, entre gritos de ambos terminamos al mismo tiempo y una vez concluida la follada me quedaba sobre él mientras lamía mi espalda y acariciaba mi cuerpo.
Así transcurrió un mes hasta que un día dejé de verlo. El primer día que no lo vi pensé que quizás paso más temprano o tarde, pero al pasar 4 días ya estaba inquieta. Lo necesitaba, necesitaba su pene. Así que ese día decidí primero ir a la casa a cambiarme después del GYM y fui a buscarlo a su casa.
Me puse mi short, mi blusa amarrada a la cintura y mis zapatos de taco, ya bien bañadita lo fui a buscar a su casa. Pero al acercarme vi una camioneta afuera y un hombre que entraba y salía llevando cosas a la camioneta. Realmente me impactó ese hombre, era muy parecido a Miguel mi primer amante.
Alto, barba de candado, pelo ondulado, físico apetecible, pero sus ojos ¡Eran claros, grises, penetrantes! Y en sus sienes tenía algunas canas que lo hacían más interesante. Solo verlo me trajo gratos y calientes recuerdos.
Desde que me vio acercarme no me quitaba la vista de encima recorriéndome desde mis pies, paseando su vista lentamente por mis caderas, mi cintura, mis pechos y finalmente mi rostro, deteniéndose en mi boca.
-Disculpe ¿No se encuentra don Ricardo? –Pregunte algo nerviosa, no solo por el que pensaría sino también por su cercanía.
-No está, me presento, soy su hijo mayor, Ricardo –Y extendió su mano para saludarme.
Al momento de sujetar la mía, lo hizo de manera que me hizo estremecer, sentí mi conejito palpitar locamente -¿Para qué lo buscaba?
Mirándolo fijamente le dije –No, nada especial, es que somos amigos y hace tiempo que no lo veía, me llamo Aracely.
-¡Aracely! –Exclamó -¿Tú eres esa niña de la que tanto me platicaba? –Dijo mirándome de arriba abajo turbándome.
-¿Y qué le ha platicado su papá?
-Mucho, me ha hablado mucho de ti, muy bien de ti jejejejejejeje.
La forma en que lo dijo hizo que mi conejito palpitara más hasta humedecerse. Entonces le pregunté:
-¿Pero está en casa?
-No –Respondió –Ya no vive aquí, vine por él a llevármelo a la casa a vivir. Solo estoy recogiendo las últimas cosas que quedaron.
-Ah, es que el me dijo que ustedes ya no se preocupaban de él.
-No señorita, yo si me preocupaba, solo que no había tiempo ni espacio en mi casa para él, ahora sí lo hay, por eso vine por él.
-¡Ah, qué pena!
-¿Por qué señorita?
-¡No, nada! Digo porque nos habíamos hecho buenos amigos y lo extrañaré.
-¡Si, me imagino, muy buenos amigos! –Volvió a decir mientras su mirada me recorría toda haciendo que las palpitaciones en mi conejito se incrementaran.
-Aun faltan unas cosas –Me dijo -¿Podría ayudarme a subirlas a la camioneta? –Dijo a lo que accedí.
Entramos a la casa, había varias cosas, pero él me dijo –Lo que hay que subir está en la recamara.
Al dirigirnos allá él se quedó atrás, sabía que contemplaba mi trasero, de manera inconsciente me contoneaba, así que debía estar disfrutando el vaivén de mis pompas. Entramos a la recamara y sólo estaba el viejo colchón en el piso, apenas voltee a preguntarle y rápidamente me sujetó por la cintura plantándome un beso candente.
La excitación que ya traía al verlo hizo que no resistiera, metía su lengua hasta mi garganta mientras sus manos rápidamente se apoderaron de mi trasero apretujándome contra la pared abriendo mis piernas con las suyas provocando que mi conejito se restregara contra la tremenda erección que se sentía vibrante, a punto de romper el pantalón.
Yo me abracé a él jadeando, estaba encendida, sus besos me estaban enloqueciendo, ahora sus manos recorriendo mi cintura llegaron a mi short y lo desabrocho dejándolo caer, para luego quitarme la blusa y ya en ropa interior me arrojó al colchón.
Desnudándose lentamente me permitió contemplar sus músculos, sus brazos fuertes, su abdomen y sus pectorales, yo lo contemplaba gimiendo desesperada, deseosa de que me poseyera. Pero lo más apetitoso era su pene, más de 20 cms y grueso, más grande que el de don Ricardo. De ese viejo lo que me gustaba era su tremendo pene, pero el de su hijo al verlo me volvió loca al ser tremendamente más grande.
Apenas se desnudó, se hincó en mis piernas bajando lentamente mi tanga mientras yo me despojaba del brasiere, ahora sus labios subieron lentamente por mis piernas hasta mis muslos donde lamía la parte interna, entonces se acercó a mi puchita abriendo mis piernas e introduciendo su lengua… -¡OOOOOHHHHHHH! – Arrancándome el primer gemido de esa tarde.
-¡QUE RICO CONEJITO ME VOY A COMER JEJEJEJEJEJE!
-¡AAAAHHHH, AH, AH, NO, NO, AH, AHHHH!
Sus lamidas invadían cada rincón de mi sexo llevándome al delirio haciéndome arquear la espalda, me retorcía sujetando su cabeza con mis manos ya que sus lamidas me enloquecían al grado de arrancarme un orgasmo tan violento que mis jugos empaparon el colchón al tiempo que él los bebía.
Luego levantándose, sujetando mis manos las puso a un lado de mi cabeza y poniéndose arriba de mí puso su descomunal pene a la altura de mi boca haciéndome sentir sometida, indefensa. Luego con una de sus manos lo sujetó y me dio golpecitos en las mejillas para luego acercarlo a mi boca restregándolo en mis labios, yo intentaba desesperadamente atraparlo con mi boca, pero él lo alejaba y reía al ver mi calentura.
-¡JAJAJAJAJA, ESTAS HAMBRIENTA PUTITA! ¡QUIERES TU DULCE! ¿NO ES ASI? –Yo solo asentí entre gemidos.
Entonces puso su glande en mis labios y abrí mi boca, la metió todo lo que pudo, entonces empecé a mamársela desesperada, él mientras sujetaba mi cabeza con su mano obligándome a tragármela lo más posible provocándome que me ahogara con ese monstruo venoso y caliente que penetraba mi boca y pronto lo haría con mi puchita y ano también.
Mientras él se apoderó de mi puchita metiendo sus dedos masturbando mi clítoris, mis gemidos eran intensos, sus dedos en mi puchita y su pene en mi boca me volvían loca, otro orgasmo me estremeció, ahora él aceleró las embestidas en mi boca estallando para llenarla de semen, ahogándome de lo abundante que salió.
Ahora me hizo ponerme en cuatro, acariciando mi cuerpo y mi trasero, sus manos abrían mis pompas y de vez en cuando su lengua lamía mi ano haciéndome gemir intensamente, luego me dio varias palmadas fuertes que me marcaron las pompas y me hizo abrir las piernas volviendo a invadir mi sexo con su lengua, pero ahora iba de mi ano a mi puchita volviéndome loca, haciéndome temblar con ese recorrido, gemía deseando la penetración, pero él seguía enloqueciéndome con sus lamidas.
Entonces se puso detrás de mí y su portentosa barra de carne la sujetó con su mano restregándola desde mi ano a mi puchita, yo sentía mi ano palpitar al ritmo de mi puchita, cada que pasaba su glande por alguno de mis agujeritos yo me hacía para atrás tratando de capturar esa miembro viril, pero él no me dejaba, la restregaba enloqueciéndome al tiempo que acariciaba mi trasero y mis caderas riéndose al ver cómo me tenía totalmente encendida y temblando de excitación.
-¡JEJEJEJEJE, ASI TE VOY A METER LA VERGA COMO LA PERRA QUE ERES, JEJEJEJEJE!
-¡YA PAPITO, YA METEMELA, COGEME, METEMELA COMO LA PERRA QUE SOY!
-¡JEJEJEJEJE, SIII, ERES UNA PERRA, UNA PUTA DESEOSA DE VERGA, JEJEJEJEJE! ¿VERDAD MAMACITA?
-¡SIP, SIIII, COGEME PAPITO, COGEME, HAZME TUYA!
Y entonces sujetándome firmemente por las caderas la colocó en la entrada de mi vagina y sin darme tiempo de nada comenzó a penetrarme arrancándome gritos ante el bestial tamaño de su pene, literalmente sentía como si me partiera a la mitad, como abría mis entrañas haciéndome clavar las uñas en el colchón. Una vez que la metió hasta la mitad se quedó quieto dejándome acostumbrar a su tamaño, el sudor bañaba nuestros cuerpos y cuando vio que gemía nuevamente ya que el dolor se volvió placer, entonces la clavó de golpe arremetiendo sin piedad contra mi puchita.
-¡AAAAAAAAAAGGGGGGHHHHHHHH! ¡AAAHH, AH, AH, AH, AH!
-¡CON RAZON MI PAPÁ DECIA QUE ERES LA MEJOR PUTA QUE SE HA COGIDO! ¡QUE RICO COGES PUTITA! ¡POR ESO MI PAPA TE METIA LA VERGA A DIARIO MAMAZOTA!
-¡AAAHHH! ¡AH, AH, AH, MAL-AH-MALDITO!
-¡PUES AHORA TEN VERGA CULERA, TE VOY A ROMPER EL CULO PUTA! ¡AQUÍ EN EL MISMO COLCHÓN DONDE MI PAPA TE COGÍA TE VOY A CULEAR PUTA!
-¡AAAHHHHH, AAHHHHHHH, AH, AH, AH!
Sacaba y metía su pene de manera frenética arrancándome gritos, luego disminuía el ritmo sacándola casi toda para luego clavármela de golpe repitiendo esto varias veces para luego clavármela y arremeter otra vez sin piedad. Me tenía totalmente ensartada, me montaba como a una yegua, como a una perra, me jalaba el cabello y me daba nalgadas fuertísimas que me arrancaban gritos de placer.
-¡PINCHE PUTA CULERA, QUE RICO REBOTAN TUS NALGAS CON MI PELVIS, QUE RICO REBOTAN TUS CHICES!
-¡AAAHHH! ¡AH, AH, AH, AH, PAPITOOOO!
Bombeaba salvajemente, entonces tuve un orgasmo infernal que me hizo gritar como si me estuvieran matando. Al ver ese orgasmo empezó a embestirme furiosamente provocando una serie de orgasmos que me hacían estremecer hasta casi perder el sentido al grado que mi rostro cayó en el colchón mientras él seguía sujetando mis caderas al tiempo que seguía bombeando sin piedad mi conejito, luego se detuvo dejándome respirar, su pene había quedado empapado ante la corrida que había dado.
-¡BIEN, ASI YA ESTA LISTA MI VERGA PARA PENETRARTE POR TU CULO!
-¡NO PAPITO, NO, ME VAS A MATAR, ES MUY GRANDE!
-¡COMO DE QUE NO PUTITA, AHORA VERAS!
Sin esperar nada la colocó en la entrada de mi ano y comenzó a presionar, pero no conseguía meterla, tampoco yo lo dejaba, me daba miedo que lo hiciera, entonces se inclinó y jalándome el pelo me hizo volver a enderezarme y luego voltear para meter su lengua en mi boca mientras sus mano pellizcaba mis pezones haciéndome gemir otra vez y sus dedos volvieron a jugar con mi clítoris haciéndome retorcer otra vez de placer.
Ahora que vio que estaba caliente otra vez volvió a intentar sodomizarme la puso en mi ano y presionó ya que estando lubricada por mis jugos ahora sí entro el glande arrancándome un alarido de dolor que hizo que mi rostro cayera en el colchón mientras él seguía empujando hasta meter la mitad. Me ardía el ano horriblemente, el dolor era espantoso, sentí como si me hubiera desgarrado, mientras él se quedó quieto, las lágrimas escurrían por mis mejillas, el dolor era insoportable.
-¡PAPACITO, PAPACITO, ME DUELEEEE, ME DUELE MUCHOOO!
Pero él no decía nada, solo esperaba, poco a poco el dolor fue cediendo hasta convertirse en placer, comencé a gemir otra vez y al ver eso volvió a presionar hasta meterla toda volviendo a arrancarme gritos de dolor, mientras yo seguía llorando, sintiendo mi ano destrozado con un ardor y dolor horribles.
Ya con esa tremenda barra caliente llenando mi ano el dolor fue dando paso lentamente a un placer enloquecedor tanto que sin esperar sus embestidas empecé a moverme y él empezó una culeada brutal -¡AAAAAGGGGGGHHHHHH! –Arremetía ferozmente, bombeaba mi ano, me empalaba salvajemente, apenas empezó a bombear mi ano tuve un orgasmo violento, gritando, gimiendo, me sentía ahogar, me faltaba la respiración, las lágrimas continuaban corriendo por mis mejillas, pero ahora eran de placer mientras él volvió a sujetarme por el cabello arremetiendo contra mi ano furiosamente.
-¡QUE CULO, QUE CULO, QUE RICO CULO!
-¡AAHH! ¡AAAAGGGGHHH! ¡AH, AH, AH! ¡AAAAGGGGHHH!
-¡QUE RICO REBOTA TU CULO, QUE RICO ME APRIETA LA VERGA!
-¡AAGGGHH! ¡AAAAGGGGHHH! ¡AHHHHH, AHHHHH! ¡AAAAGGGGHHH!
-¡COMO ME CALIENTA QUE GRITES PINCHE PUTA, QUE GRITES PORQUE TE TENGO ENSARTADA POR EL CULO!
-¡AAHH! ¡AAAAGGGGHHH! ¡AH, AH, AH, AH, AH, AH! ¡AAAAGGGGHHH!
Continuó empalándome, cada embestida me arrancaba gritos y orgasmos, era tanto el placer que sudaba mi cuerpo, estaba totalmente bañada en sudor, él aprovechaba para inclinarse y morder mi espalda, lamerla, sujetando mis brazos me hizo enderezarme lo suficiente para morder mi cuello y hacerme un chupetón haciéndome sentir totalmente sometida:
-¡OOOOHHHHHHH, AAAAAAAHHHHH! ¡MALDITO PERRO! ¡AAAAAGGGGGHHHH! - le dije mientras el hacía el chupetón sin dejar de bombear mi ano.
-¡JAJAJAJAJAJAJA, CON ESTE CHUPETON TODOS SABRÁN QUE TE COGIERON Y LO PUTA QUE ERES JAJAJAJAJAJA!
En esa posición, su pene entrando y saliendo de mi ano, su boca mordiéndome el cuello y sujetada de los brazos me estremecía chorreando mis jugos por las piernas, esa culeada bestial me había hecho perder la razón, me tenía totalmente enloquecida, no quería que parara de taladrar mi ano, no quería que dejara de culearme, de hacerme suya, su esclava, me tenía enviciada ese pene que me estaba dando un placer que me estaba matando.
-¡PAPITO, PAPITO, SOY TUYA, SOY TU ESCLAVA, COGEME TODO LO QUE QUIERAS, COGEME, COGEME!
-¡JAJAJAJAJAJA, ERES MI PUTA, YO TE VOY A COGER TODOS LOS DÍAS CULERA, ERES MI PERRA!
Bombeó y bombeó hasta que él también empezó a estremecerse, entonces arreció las embestidas para terminar llenando de semen mis entrañas. Una vez que terminó se quedó quieto, mientras yo sentía como su miembro se estremecía y palpitaba mientras descargaba su semen en mi interior.
Una vez que su pene fue perdiendo firmeza lo sacó, se puso de pie y contemplo mi ano escurriendo totalmente abierto, ahora, colocándose arriba de mí, se masturbó para bañar mi espalda del semen que aún quedaba en su pene.
-Ahora me explico porque mi papá está encantado contigo putita, estas bien buena y eres una puta caliente en la cama.
-Maldito, eres un cabrón.
-Sí, pero te gustó que te culeara puta.
Entonces de mi bolso sacó mi cel y marcó al suyo –Ahora putita, no te preocupes, mi papá y yo te vamos a seguir cogiendo, luego te hablo para pasar por ti y llevarte a un hotel donde los dos te vamos a coger mamita.
Si agregar más se vistió y me dejó tirada en el colchón. Entonces me dijo –No te preocupes en levantarte, ese sucio colchón no me lo voy a llevar, fue solo el pretexto para meterte aquí para cogerte, así que si quieres quédate allí a descansar putita.
Y se retiró dejándome empinada con mi ano totalmente abierto, destrozada pero caliente y deseosa de que ese encuentro se realizara.
Continuará….
Ese primer encuentro fue tremendo, el viejito pudo darme 3 veces, después con el tiempo la cantidad disminuyó hasta que solo lo hacía una vez, él me confesó que esa vez fue porque tenía años sin mujer, por eso esa vez yo fui receptora de todo lo que había acumulado. Después sólo podía cogerme una vez, pero lo disfrutaba mucho.
A pesar de su cojera tan marcada en la calle al grado de necesitar de mi ayuda para caminar, me di cuenta que cojeaba poco, en la calle lo exageraba para despertar lástima, pero en la intimidad su cojera era casi imperceptible, tanto que al entrar me sujetaba contra la pared abriendo mis piernas con las suyas mientras mordía mi cuello a la vez que restregaba su bulto en mi conejito volviéndome loca, yo me abrazaba a él acariciando su espalda fofa, mientras él me comía la boca amasando mis pompas y pechos, entonces me bajó la licra soltando un silbido al ver mi tanga de hilo dental con un moñito al frente que me puse para él.
Despojándome de la blusa inmediatamente empezó a morder mis pezones, metía mis pechos a su boca succionándolos deliciosamente mientras su mano haciendo a un lado la tanga ya sobaba mi clítoris totalmente húmedo…
-¡QUE BUENA ESTAS CULERA, ERES UNA PUTA, UNA PUTA CALIENTE!
-¡AAAHHHH, PAPITO, NO ME DIGAS ASI! ¡AH, AH, AH!
-¡SI, ERES UNA PUTA, TE GUSTA LA VERGA, DILO PUTA, DIME QUE TE GUSTA MI VERGA!
-¡SI PAPITO, SOY UNA PUTA CALIENTE, NECESITO QUE ME COJAN, QUE ME DEN VERGA!
-¡PERO DIME QUE TE GUSTA MI VERGA PUTA! –Y me dio una bofetada.
-¡SI, SI, SI PAPITO, ME VUELVE LOCA TU VERGA, LA QUIERO, QUIERO QUE ME LA METAS, QUE MI CONEJITO SE LA COMA TODA!
Entonces me llevo a la cama y se sentó teniéndome de pie ante él ya en tanga solamente, mientras lamía mi vientre y metía su lengua en mi ombligo sujetaba fuertemente mi trasero abriéndolo para meter sus dedos -¡OOOOOOHHHHHHHHH! ¡PAPITOOOO! – Y así de pie, haciendo a un lado la tanga le dio varios lengüetazos a mi conejito arrancándome más gemidos.
Ahora me hizo hincarme y que con mis pechos lo masturbara, lo masturbé hasta que empezó a bufar de la excitación -¡QUE RICA TE VES INCADA, ASI, UNA PUTA SUMISA! - luego abriendo mi boca saqué mi lengua para lamer su rico falo sin dejarlo terminar, solo la primer vez me pudo regalar su lechita en mi boca y luego en mi conejito. Pero ahora, como solo sería una vez me cuidaba de no hacerlo terminar sin antes haberme follado.
Entonces, ya cuando me di cuenta que no iba a poder más me subí sobre él y guiando su rico pene me lo clavaba lentamente, luego sujetando mi trasero me embestía mientras su boca succionaba mis pechos mordiendo mis pezones deliciosamente, sus manos sujetaban mi trasero y a veces recorrían mi espalda desnuda mientras bombeaba mi conejito.
Mis gemidos inundaban la habitación, luego buscaba mi boca y metía su lengua –¡TU LUNAR ME PERTENECE MAMASITA! – Me decía mientras lo lamía, me abrazaba fuertemente a él disfrutando esa penetración:
-¡DIME PUTA, DONDE QUIERES MI LECHE! ¿EN TU PANOCHA O EN TU CULO?
-¡EN MI CULITO, LLENALO DE TI PAPACITO, CULEAME, LO NECESITO!
Entonces me levanté y dándole la espalda abrí mis pompas y me guió para sentarme sobre su pene, lentamente fue penetrando mi ano hasta clavármela toda, ya adentro comencé a subir y bajar mientras el viejo sujetaba mis pechos con una mano y la otra se metía en mi puchita
-¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡RICOOOOO!
-¡ASI PUTA, MUEVE TU CULO, MUEVETE CABRONA!
-¡AAAAHHHH! ¡PAPITO, ME EXCITA QUE ME DIGAS ASI! ¡AAAAHHHH! ¡AAAAHHHH! ¡PAPIIII!
-¡SI PUTA CULERA, CALIENTE, DAME TU CULO, PARA METERTE MI VERGA SIEMPRE EN TU COLA!
Sentía esa barra candente llegar a mis intestinos, sentía como entraba y salía enloqueciéndome, hasta que empezó a jadear y decirme que ya iba a terminar, yo había tenido varios orgasmos desde que comenzó a comerse mi conejito, pero ahora iba a terminar junto a él, así, entre gritos de ambos terminamos al mismo tiempo y una vez concluida la follada me quedaba sobre él mientras lamía mi espalda y acariciaba mi cuerpo.
Así transcurrió un mes hasta que un día dejé de verlo. El primer día que no lo vi pensé que quizás paso más temprano o tarde, pero al pasar 4 días ya estaba inquieta. Lo necesitaba, necesitaba su pene. Así que ese día decidí primero ir a la casa a cambiarme después del GYM y fui a buscarlo a su casa.
Me puse mi short, mi blusa amarrada a la cintura y mis zapatos de taco, ya bien bañadita lo fui a buscar a su casa. Pero al acercarme vi una camioneta afuera y un hombre que entraba y salía llevando cosas a la camioneta. Realmente me impactó ese hombre, era muy parecido a Miguel mi primer amante.
Alto, barba de candado, pelo ondulado, físico apetecible, pero sus ojos ¡Eran claros, grises, penetrantes! Y en sus sienes tenía algunas canas que lo hacían más interesante. Solo verlo me trajo gratos y calientes recuerdos.
Desde que me vio acercarme no me quitaba la vista de encima recorriéndome desde mis pies, paseando su vista lentamente por mis caderas, mi cintura, mis pechos y finalmente mi rostro, deteniéndose en mi boca.
-Disculpe ¿No se encuentra don Ricardo? –Pregunte algo nerviosa, no solo por el que pensaría sino también por su cercanía.
-No está, me presento, soy su hijo mayor, Ricardo –Y extendió su mano para saludarme.
Al momento de sujetar la mía, lo hizo de manera que me hizo estremecer, sentí mi conejito palpitar locamente -¿Para qué lo buscaba?
Mirándolo fijamente le dije –No, nada especial, es que somos amigos y hace tiempo que no lo veía, me llamo Aracely.
-¡Aracely! –Exclamó -¿Tú eres esa niña de la que tanto me platicaba? –Dijo mirándome de arriba abajo turbándome.
-¿Y qué le ha platicado su papá?
-Mucho, me ha hablado mucho de ti, muy bien de ti jejejejejejeje.
La forma en que lo dijo hizo que mi conejito palpitara más hasta humedecerse. Entonces le pregunté:
-¿Pero está en casa?
-No –Respondió –Ya no vive aquí, vine por él a llevármelo a la casa a vivir. Solo estoy recogiendo las últimas cosas que quedaron.
-Ah, es que el me dijo que ustedes ya no se preocupaban de él.
-No señorita, yo si me preocupaba, solo que no había tiempo ni espacio en mi casa para él, ahora sí lo hay, por eso vine por él.
-¡Ah, qué pena!
-¿Por qué señorita?
-¡No, nada! Digo porque nos habíamos hecho buenos amigos y lo extrañaré.
-¡Si, me imagino, muy buenos amigos! –Volvió a decir mientras su mirada me recorría toda haciendo que las palpitaciones en mi conejito se incrementaran.
-Aun faltan unas cosas –Me dijo -¿Podría ayudarme a subirlas a la camioneta? –Dijo a lo que accedí.
Entramos a la casa, había varias cosas, pero él me dijo –Lo que hay que subir está en la recamara.
Al dirigirnos allá él se quedó atrás, sabía que contemplaba mi trasero, de manera inconsciente me contoneaba, así que debía estar disfrutando el vaivén de mis pompas. Entramos a la recamara y sólo estaba el viejo colchón en el piso, apenas voltee a preguntarle y rápidamente me sujetó por la cintura plantándome un beso candente.
La excitación que ya traía al verlo hizo que no resistiera, metía su lengua hasta mi garganta mientras sus manos rápidamente se apoderaron de mi trasero apretujándome contra la pared abriendo mis piernas con las suyas provocando que mi conejito se restregara contra la tremenda erección que se sentía vibrante, a punto de romper el pantalón.
Yo me abracé a él jadeando, estaba encendida, sus besos me estaban enloqueciendo, ahora sus manos recorriendo mi cintura llegaron a mi short y lo desabrocho dejándolo caer, para luego quitarme la blusa y ya en ropa interior me arrojó al colchón.
Desnudándose lentamente me permitió contemplar sus músculos, sus brazos fuertes, su abdomen y sus pectorales, yo lo contemplaba gimiendo desesperada, deseosa de que me poseyera. Pero lo más apetitoso era su pene, más de 20 cms y grueso, más grande que el de don Ricardo. De ese viejo lo que me gustaba era su tremendo pene, pero el de su hijo al verlo me volvió loca al ser tremendamente más grande.
Apenas se desnudó, se hincó en mis piernas bajando lentamente mi tanga mientras yo me despojaba del brasiere, ahora sus labios subieron lentamente por mis piernas hasta mis muslos donde lamía la parte interna, entonces se acercó a mi puchita abriendo mis piernas e introduciendo su lengua… -¡OOOOOHHHHHHH! – Arrancándome el primer gemido de esa tarde.
-¡QUE RICO CONEJITO ME VOY A COMER JEJEJEJEJEJE!
-¡AAAAHHHH, AH, AH, NO, NO, AH, AHHHH!
Sus lamidas invadían cada rincón de mi sexo llevándome al delirio haciéndome arquear la espalda, me retorcía sujetando su cabeza con mis manos ya que sus lamidas me enloquecían al grado de arrancarme un orgasmo tan violento que mis jugos empaparon el colchón al tiempo que él los bebía.
Luego levantándose, sujetando mis manos las puso a un lado de mi cabeza y poniéndose arriba de mí puso su descomunal pene a la altura de mi boca haciéndome sentir sometida, indefensa. Luego con una de sus manos lo sujetó y me dio golpecitos en las mejillas para luego acercarlo a mi boca restregándolo en mis labios, yo intentaba desesperadamente atraparlo con mi boca, pero él lo alejaba y reía al ver mi calentura.
-¡JAJAJAJAJA, ESTAS HAMBRIENTA PUTITA! ¡QUIERES TU DULCE! ¿NO ES ASI? –Yo solo asentí entre gemidos.
Entonces puso su glande en mis labios y abrí mi boca, la metió todo lo que pudo, entonces empecé a mamársela desesperada, él mientras sujetaba mi cabeza con su mano obligándome a tragármela lo más posible provocándome que me ahogara con ese monstruo venoso y caliente que penetraba mi boca y pronto lo haría con mi puchita y ano también.
Mientras él se apoderó de mi puchita metiendo sus dedos masturbando mi clítoris, mis gemidos eran intensos, sus dedos en mi puchita y su pene en mi boca me volvían loca, otro orgasmo me estremeció, ahora él aceleró las embestidas en mi boca estallando para llenarla de semen, ahogándome de lo abundante que salió.
Ahora me hizo ponerme en cuatro, acariciando mi cuerpo y mi trasero, sus manos abrían mis pompas y de vez en cuando su lengua lamía mi ano haciéndome gemir intensamente, luego me dio varias palmadas fuertes que me marcaron las pompas y me hizo abrir las piernas volviendo a invadir mi sexo con su lengua, pero ahora iba de mi ano a mi puchita volviéndome loca, haciéndome temblar con ese recorrido, gemía deseando la penetración, pero él seguía enloqueciéndome con sus lamidas.
Entonces se puso detrás de mí y su portentosa barra de carne la sujetó con su mano restregándola desde mi ano a mi puchita, yo sentía mi ano palpitar al ritmo de mi puchita, cada que pasaba su glande por alguno de mis agujeritos yo me hacía para atrás tratando de capturar esa miembro viril, pero él no me dejaba, la restregaba enloqueciéndome al tiempo que acariciaba mi trasero y mis caderas riéndose al ver cómo me tenía totalmente encendida y temblando de excitación.
-¡JEJEJEJEJE, ASI TE VOY A METER LA VERGA COMO LA PERRA QUE ERES, JEJEJEJEJE!
-¡YA PAPITO, YA METEMELA, COGEME, METEMELA COMO LA PERRA QUE SOY!
-¡JEJEJEJEJE, SIII, ERES UNA PERRA, UNA PUTA DESEOSA DE VERGA, JEJEJEJEJE! ¿VERDAD MAMACITA?
-¡SIP, SIIII, COGEME PAPITO, COGEME, HAZME TUYA!
Y entonces sujetándome firmemente por las caderas la colocó en la entrada de mi vagina y sin darme tiempo de nada comenzó a penetrarme arrancándome gritos ante el bestial tamaño de su pene, literalmente sentía como si me partiera a la mitad, como abría mis entrañas haciéndome clavar las uñas en el colchón. Una vez que la metió hasta la mitad se quedó quieto dejándome acostumbrar a su tamaño, el sudor bañaba nuestros cuerpos y cuando vio que gemía nuevamente ya que el dolor se volvió placer, entonces la clavó de golpe arremetiendo sin piedad contra mi puchita.
-¡AAAAAAAAAAGGGGGGHHHHHHHH! ¡AAAHH, AH, AH, AH, AH!
-¡CON RAZON MI PAPÁ DECIA QUE ERES LA MEJOR PUTA QUE SE HA COGIDO! ¡QUE RICO COGES PUTITA! ¡POR ESO MI PAPA TE METIA LA VERGA A DIARIO MAMAZOTA!
-¡AAAHHH! ¡AH, AH, AH, MAL-AH-MALDITO!
-¡PUES AHORA TEN VERGA CULERA, TE VOY A ROMPER EL CULO PUTA! ¡AQUÍ EN EL MISMO COLCHÓN DONDE MI PAPA TE COGÍA TE VOY A CULEAR PUTA!
-¡AAAHHHHH, AAHHHHHHH, AH, AH, AH!
Sacaba y metía su pene de manera frenética arrancándome gritos, luego disminuía el ritmo sacándola casi toda para luego clavármela de golpe repitiendo esto varias veces para luego clavármela y arremeter otra vez sin piedad. Me tenía totalmente ensartada, me montaba como a una yegua, como a una perra, me jalaba el cabello y me daba nalgadas fuertísimas que me arrancaban gritos de placer.
-¡PINCHE PUTA CULERA, QUE RICO REBOTAN TUS NALGAS CON MI PELVIS, QUE RICO REBOTAN TUS CHICES!
-¡AAAHHH! ¡AH, AH, AH, AH, PAPITOOOO!
Bombeaba salvajemente, entonces tuve un orgasmo infernal que me hizo gritar como si me estuvieran matando. Al ver ese orgasmo empezó a embestirme furiosamente provocando una serie de orgasmos que me hacían estremecer hasta casi perder el sentido al grado que mi rostro cayó en el colchón mientras él seguía sujetando mis caderas al tiempo que seguía bombeando sin piedad mi conejito, luego se detuvo dejándome respirar, su pene había quedado empapado ante la corrida que había dado.
-¡BIEN, ASI YA ESTA LISTA MI VERGA PARA PENETRARTE POR TU CULO!
-¡NO PAPITO, NO, ME VAS A MATAR, ES MUY GRANDE!
-¡COMO DE QUE NO PUTITA, AHORA VERAS!
Sin esperar nada la colocó en la entrada de mi ano y comenzó a presionar, pero no conseguía meterla, tampoco yo lo dejaba, me daba miedo que lo hiciera, entonces se inclinó y jalándome el pelo me hizo volver a enderezarme y luego voltear para meter su lengua en mi boca mientras sus mano pellizcaba mis pezones haciéndome gemir otra vez y sus dedos volvieron a jugar con mi clítoris haciéndome retorcer otra vez de placer.
Ahora que vio que estaba caliente otra vez volvió a intentar sodomizarme la puso en mi ano y presionó ya que estando lubricada por mis jugos ahora sí entro el glande arrancándome un alarido de dolor que hizo que mi rostro cayera en el colchón mientras él seguía empujando hasta meter la mitad. Me ardía el ano horriblemente, el dolor era espantoso, sentí como si me hubiera desgarrado, mientras él se quedó quieto, las lágrimas escurrían por mis mejillas, el dolor era insoportable.
-¡PAPACITO, PAPACITO, ME DUELEEEE, ME DUELE MUCHOOO!
Pero él no decía nada, solo esperaba, poco a poco el dolor fue cediendo hasta convertirse en placer, comencé a gemir otra vez y al ver eso volvió a presionar hasta meterla toda volviendo a arrancarme gritos de dolor, mientras yo seguía llorando, sintiendo mi ano destrozado con un ardor y dolor horribles.
Ya con esa tremenda barra caliente llenando mi ano el dolor fue dando paso lentamente a un placer enloquecedor tanto que sin esperar sus embestidas empecé a moverme y él empezó una culeada brutal -¡AAAAAGGGGGGHHHHHH! –Arremetía ferozmente, bombeaba mi ano, me empalaba salvajemente, apenas empezó a bombear mi ano tuve un orgasmo violento, gritando, gimiendo, me sentía ahogar, me faltaba la respiración, las lágrimas continuaban corriendo por mis mejillas, pero ahora eran de placer mientras él volvió a sujetarme por el cabello arremetiendo contra mi ano furiosamente.
-¡QUE CULO, QUE CULO, QUE RICO CULO!
-¡AAHH! ¡AAAAGGGGHHH! ¡AH, AH, AH! ¡AAAAGGGGHHH!
-¡QUE RICO REBOTA TU CULO, QUE RICO ME APRIETA LA VERGA!
-¡AAGGGHH! ¡AAAAGGGGHHH! ¡AHHHHH, AHHHHH! ¡AAAAGGGGHHH!
-¡COMO ME CALIENTA QUE GRITES PINCHE PUTA, QUE GRITES PORQUE TE TENGO ENSARTADA POR EL CULO!
-¡AAHH! ¡AAAAGGGGHHH! ¡AH, AH, AH, AH, AH, AH! ¡AAAAGGGGHHH!
Continuó empalándome, cada embestida me arrancaba gritos y orgasmos, era tanto el placer que sudaba mi cuerpo, estaba totalmente bañada en sudor, él aprovechaba para inclinarse y morder mi espalda, lamerla, sujetando mis brazos me hizo enderezarme lo suficiente para morder mi cuello y hacerme un chupetón haciéndome sentir totalmente sometida:
-¡OOOOHHHHHHH, AAAAAAAHHHHH! ¡MALDITO PERRO! ¡AAAAAGGGGGHHHH! - le dije mientras el hacía el chupetón sin dejar de bombear mi ano.
-¡JAJAJAJAJAJAJA, CON ESTE CHUPETON TODOS SABRÁN QUE TE COGIERON Y LO PUTA QUE ERES JAJAJAJAJAJA!
En esa posición, su pene entrando y saliendo de mi ano, su boca mordiéndome el cuello y sujetada de los brazos me estremecía chorreando mis jugos por las piernas, esa culeada bestial me había hecho perder la razón, me tenía totalmente enloquecida, no quería que parara de taladrar mi ano, no quería que dejara de culearme, de hacerme suya, su esclava, me tenía enviciada ese pene que me estaba dando un placer que me estaba matando.
-¡PAPITO, PAPITO, SOY TUYA, SOY TU ESCLAVA, COGEME TODO LO QUE QUIERAS, COGEME, COGEME!
-¡JAJAJAJAJAJA, ERES MI PUTA, YO TE VOY A COGER TODOS LOS DÍAS CULERA, ERES MI PERRA!
Bombeó y bombeó hasta que él también empezó a estremecerse, entonces arreció las embestidas para terminar llenando de semen mis entrañas. Una vez que terminó se quedó quieto, mientras yo sentía como su miembro se estremecía y palpitaba mientras descargaba su semen en mi interior.
Una vez que su pene fue perdiendo firmeza lo sacó, se puso de pie y contemplo mi ano escurriendo totalmente abierto, ahora, colocándose arriba de mí, se masturbó para bañar mi espalda del semen que aún quedaba en su pene.
-Ahora me explico porque mi papá está encantado contigo putita, estas bien buena y eres una puta caliente en la cama.
-Maldito, eres un cabrón.
-Sí, pero te gustó que te culeara puta.
Entonces de mi bolso sacó mi cel y marcó al suyo –Ahora putita, no te preocupes, mi papá y yo te vamos a seguir cogiendo, luego te hablo para pasar por ti y llevarte a un hotel donde los dos te vamos a coger mamita.
Si agregar más se vistió y me dejó tirada en el colchón. Entonces me dijo –No te preocupes en levantarte, ese sucio colchón no me lo voy a llevar, fue solo el pretexto para meterte aquí para cogerte, así que si quieres quédate allí a descansar putita.
Y se retiró dejándome empinada con mi ano totalmente abierto, destrozada pero caliente y deseosa de que ese encuentro se realizara.
Continuará….
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