Una experiencia inesperada....
Entre mis muchas experiencias, hay una que siempre recordare. Fue una experiencia que ni aun yo misma entiendo cómo se dio, pero al final resultó muy agradable.
Siempre sigo el mismo camino a casa desde el GYM por las tardes. A veces me topo cada personaje ya que debo pasar por una plaza que está a un lado de una avenida en donde hay un camellón central donde hay gente corriendo en las tardes.
Así que no es raro que el parque y el camellón estén llenos de hombres que siempre que paso me chulean y dicen piropos. Pero entre tanto hombre, me llamó la atención un hombre ya de edad.
Era un viejecito que siempre me lo topaba a la misma hora, el trataba de cruzar la avenido con mucho trabajo porque no podía caminar bien, cojeaba de la pierna derecha y usaba un bastón, se movía con dificultad ya que era algo pasado de peso, pelo escaso y canoso, moreno y como de 1.70 de estatura, pero encorvado por la edad.
La avenida tenía tanto tráfico que no podía pasar y a duras penas lo conseguía. A diario se repetía la escena que me enojaba ya que la gente no lo respetaba.
Un día, cansada de eso me detuve y le dije que si le podía ayudar a cruzar –Gracias niña, eres un ángel- me dijo y apoyándose en mi brazo comenzamos a cruzar, yo me coloqué en el lado del tráfico y al verme los choferes se detenían jajajajajajajaja.
Así cruzamos y lo acompañé hasta su casa dejándolo en la puerta, nos despedimos y cada día se repetía la escena, yo ayudándolo y dejándolo en su casa. A veces por su dificultad para caminar me abrazaba por la cintura, entonces sentía que su mano me acariciaba porque siempre uso corpiño que deja ver mi cintura, creyendo que era mi imaginación lo dejaba ya que no pensaba o podía creer que un viejecito como él aun pensara en eso jijijijiji.
A veces, mientras caminábamos me decía que tenía unos ojos bonitos, muy expresivos, que mi lunar en la boca era muy hermoso, que me hacía ver muy bella y yo le daba las gracias por sus piropos, pero ni por eso me cruzó por la mente nada.
Él a veces me platicaba de su familia, que había enviudado, sus hijos no lo visitaban, vivía solo, en fin.
Así nos fuimos conociendo, hasta que un día que lo acompañaba, antes de entrar a su casa resbaló, al tratar de sujetarlo, su rostro quedó entre mis pechos y sus manos me sujetaron fuertemente por la cintura. El contacto de sus manos con mi piel en ese momento despertó en mí a la mujer ardiente.
Nos quedamos así un momento, él con su rostro entre mis pechos sujetando mi cintura, sentí como aspiró profundamente mi perfume, hasta que comenzó a tratar de enderezarse con mi ayuda. Pero al intentarlo volvió a resbalar y al intentar sujetarse su mano fue directamente a mi trasero donde su mano sujetó mi pompa fuertemente, instintivamente mi conejito empezó a humedecerse ante ese contacto y lo sentía palpitar, pero en mi mente pensaba que todo era casual.
Quizás sí fue casual ese contacto, pero me di cuenta que también a él el contacto de mi piel lo hizo estremecer. Se enderezó pero no dijo nada, entramos a su casa y me dijo que si quería un café y le dije que sí.
Entramos, lo hice sentarse pues yo lo prepararía. Me acerque a la estufa y puse agua, mientras lo preparaba, de espaldas a él me decía que era muy linda, un ángel, que gracias a mí sus días se habían alegrado. Al terminar de preparar el café voltee para servirle, pero su mirada había cambiado, me di cuenta que había estado viendo mi trasero, su mirada ya no era la mirada tierna, era una mirada llena de deseo que me recorría, un estremecimiento me recorrió la espalda.
Ese día traía un corpiño rosa, mi pantalón de licra negro y mis zapatillas para el ejercicio. No pensé que esa vestimenta lo hubiese excitado, pero creo que el contacto antes de entrar lo hicieron sentir excitación que su mirada revelaba pues ahora me miraba como hombre, como macho.
Tomamos el café, seguimos platicando y me dijo que si antes de retirarme le podía ayudar a acostarse, apoyándose en mí lo acompañé a su recamara, aprovechó para pasar su brazo alrededor de mi cintura donde volvió con su mano a acariciarla turbándome.
Al llegar a su cama lo iba a sujetar por los brazos para acostarlo, pero él, rápidamente me sujetó por la cintura y buscó mi boca, lo que consiguió porque la sorpresa me impidió reaccionar, se posesionó de mi boca mientras sus manos sujetaban mi cintura en un fuerte abrazo y entonces sus manos volvieron a buscar mi trasero comenzando a apretujar mis pompas desesperadamente al tiempo que sentía una tremenda erección debajo de su pantalón.
Pese a su edad, su abrazo era potente, intentaba resistirme mientras su boca recorría mi cuello y su respiración cada vez más se agitaba, su brazo me sujetaba férreamente por la cintura mientras su otra mano apretujaba violentamente mis pompas, me tenía fuertemente sujetada y su bulto se restregaba en mi puchita.
Su respiración agitada quemaba mi piel, me besaba violentamente y yo no podía evitar que la mía comenzara a agitarse también…
-¡AAHHH, AH, AH, AH, NO, NO DON RICARDO, AH, AH, AH, AAAHHHH!
-¡NIÑA, NIÑA, TE DESEO, TE DESEO!
-¡AAHHH, AH, AH, AH, DON RICARDO, AH, AH, AH, AAAHHHH!
-¡NO SABES LO QUE ES NO HABER TENIDO UNA MUJER AQUÍ EN MUCHO TIEMPO, AHORA QUE TE TENGO AQUÍ VOY A METERTE LA VEGRA!
-¡NO, NO, NO, AH, AH, AH!
-¡DESDE QUE COMENZASTE A ACOMPAÑARTE TE DESEE, ME EXCITASTE Y PLANEE COGERTE, AHORA LO HARE REALIDAD MAMAZOTA!
-¡AAAAHHH, NO, NO, NO, AH, AH, AH!
La situación y la excitación que ya tenía desde la puerta por el contacto previo produjo una intensa excitación en mí, aun así intentaba forcejear, pero en el forcejeo caímos en la cama, allí, su fuerza y su peso me sometieron, sujetando mis manos contra la cama volvió a buscar mi boca y mi cuello, mi respiración eran intensos jadeos, de pie podía haber escapado, pero en la cama me tenía a su merced y no pensaba dejarme escapar.
Sus manos hábilmente se metieron debajo de mi corpiño donde haciendo a un lado mi brasiere desesperadamente manoseaba mis pechos, acariciaba mis pezones haciéndome retorcer.
-¡AAAAAHHHHHHH! ¡NNOOOO! ¡AAAAAHHH!
En un movimiento rápido, sujetó mi licra y la bajo sin que pudiera evitarlo dejando a su disposición mi puchita cubierta solo por la tanga que ya para entonces estaba empapada y empezó a pasear sus dedos por encima arrancándome gemidos intensos, estremeciéndome intensamente dejé de forcejear y aprovechó para hacer la tanga a un lado y meter sus dedos.
-¡OOOOHHHH! ¡AH, AH, AH, AH!
Ahora levantando el corpiño su boca comenzó a comerse mis pechos mientras sus dedos me enloquecían entrando y saliendo de mi conejito. Succionaba mis pezones, lamia y mordía con desesperación animal. Chupaba mis pechos enloqueciéndome, no podía resistir más y sujetando su cabeza la apreté contra mis pechos.
Ahora me quité el corpiño y el brasiere para dejarlo que me lamiera libremente, mientras tanto con sus dos manos apretujaba mis pechos y su lengua lamia mis pezones, mientras lo hacía me quité las zapatillas, la licra y la tanga quedando completamente desnuda y totalmente entregada a sus manos. Ahora sus manos me recorrían toda mientras me abrazaba a él, apretujaba mis pompas metiendo sus dedos en mi ano -¡OOOOHHH! – y me recorría toda.
Mientras yo desabroché su camisa y su cinturón, por el peso de su cuerpo no pude quitarle la camisa, solo abrirla, pero no me importaba, quería lamer su panza, su pecho lleno de bellos, mientras lo hacía le baje el pantalón y al bajar su calzón ¡Su pene saltó como un resorte, era grueso y largo, muy vigoroso para su edad!
Lo acosté, tomé su pene entre mis manos, ante su mirada cargada de lujuria lo lleve a mi boca comenzando a lamerlo, él gemía cerrando los ojos, cuando metí su capullo a mi boca sentí como palpitaba, se quería venir, así que lo saqué y me puse a lamer su tronco para que se calmara pues quería montarlo, ya cuando sentí que no había peligro que se corriera metí otra vez su glande a mi boca y empecé a mamar mientras me sujetaba la cabeza gimiendo.
Lamí su tronco y sus testículos, me la metí en la boca todo lo que puede mamando desesperada, sabía a semen, a orines, pero sabía deliciosa, la chupé hasta que comenzó a gritar, se estaba viniendo en mi boca a chorros.
Una vez que terminó de correrse seguí chupándola, para que no perdiera su erección. Ahora me acosté a un lado de él y volteando me abrazó restregando su pene contra mi puchita, mientras me mordía mi cuello y pechos desesperadamente.
Ahora, levantando mi pierna, el viejo colocó su pene en mi puchita y comenzó a penetrarme, la metió lentamente haciéndome estremecer ya que por su tamaño raspaba las paredes de mi vagina, cuando la metió toda, me besó salvajemente mordiendo mis labios y metiendo su lengua empezando a bombear intensamente.
A pesar de su edad, me bombeaba salvajemente, la metía y sacaba con tal fuerza que me arrancaba gritos de placer, me tenía de frente a él así que mientras apretujaba mi trasero su boca se comía mis pechos, me tenía loca, gritando…
-¡AAAAAHHHH! ¡AAAHHHHH! ¡DON RICARDO! ¡AAAAAAHHHHHH!
Pero él no hablaba, solo bufaba, lamía mi cuello y boca, en especial mi lunar y cada que lo lamía yo gemía, dándose cuenta que me excitaba que lo lamiera lo hacía más intensamente mientras seguía bombeando mi puchita animalmente, nunca creí que ese viejo que se veía tan tierno resultara un animal en la cama, las embestidas me arrancaron un orgasmo violento, mis jugos empapaban la cama y a su pene que seguía entrando y saliendo produciendo el sonido del chaca chaca con la humedad de mis jugos.
-¡AAAAHHH! ¡COGEME, COGEME, COGEMEEEEE!
Grité en medio de un orgasmo enloquecedor mientras él seguía en su labor de enloquecerme con sus lamidas a mis pechos, boca y lunar mientras bombeaba mi conejito al tiempo que metía sus dedos en mi ano.
Entonces arreció sus embestidas, cada vez más potentemente, me iba a llenar de semen, así que con los músculos de mi vagina apreté su pene para que la excitación lo hiciera estallar lo que ocurrió llenando de semen mi vagina haciéndome temblar de una manera salvaje.
Se quedó quieto mientras su mano sujetando mi mejilla hizo que me acercara y metió su lengua en mi boca.
-¡DESDE QUE COMENZASTE A ACOMPAÑARME TE DESEE, QUERIA METERTELA!
-¡OOOHHHHHHHH... YO, YO NO SABIA...!
-¡AHORA ESE SUEÑO SE HA HECHO REALIDAD, YA ERES MÍA, ERES MI PUTA! ¡VOLTEATE CULERA!
¡Me excitó que me dijera así! Sin decir nada me voltee dándole la vista de mis pompas que empezó a acariciar, y me dio una palmada fuertísima -¡OOOOHHHHHH! – y ahora, abriendo mis pompas acercó su grueso pene a mi ano, lo restregaba haciéndome gemir.
Ahora, haciéndome para atrás lo colocó en mi ano y sujetando mis caderas firmemente empezó a presionar hasta meterla toda, lo que no fue difícil ya que estaba empapada de mis jugos, ya cuando la metió volvió a arremeter salvajemente mientras su mano sujetaba mi cabello y ya que traía una cola de caballo la sujetaba estirándola y su otra mano sujetaba mis caderas para arreciar las embestidas logrando que su pelvis rebotara con mi trasero.
-¡QUE RICO REBOTA TU CULO MAMACITA, AAAAHHHHH, QUE RICO CULO!
-¡PAPITO, PAPACITO, AAAAHHHHH!
Su pelvis embestía mi culo salvajemente rebotando con mis pompas, cada embestida hacía rebotar mis pechos los que yo apretujaba mientras metía mis dedos en mi clítoris.
-¿TE GUSTA PUTA, TE GUSTA QUE TE PARTA EL CULO?
-¡SSIIIII, SIIIIIII PAPITO, CULEAME, CULEAME!
Metía y sacaba su pene sin piedad, mis gritos eran de placer, de locura, tuve varios orgasmos por la culeada salvaje que este viejo me daba hasta que él mismo estalló llenando mi ano y entrañas de semen.
Cuando terminó de descargar su semen en mi ano, sin sacarla me abrazo por detrás y yo podía sentir su pene palpitando dentro de mi ano, nos quedamos dormidos. Al despertar, él seguía dormido, me levanté y bañándome me vestí, antes de irme, ya había despertado, me acerqué y nos besamos.
Después de ese encuentro caliente, cada que lo llevaba a su casa mi puchita se mojaba y palpitaba anticipando el placer que disfrutaríamos, placer que se desataba al cerrar la puerta, me hizo suya sentado en la cocina, en la sala y en su cama.
Continuara.
Entre mis muchas experiencias, hay una que siempre recordare. Fue una experiencia que ni aun yo misma entiendo cómo se dio, pero al final resultó muy agradable.
Siempre sigo el mismo camino a casa desde el GYM por las tardes. A veces me topo cada personaje ya que debo pasar por una plaza que está a un lado de una avenida en donde hay un camellón central donde hay gente corriendo en las tardes.
Así que no es raro que el parque y el camellón estén llenos de hombres que siempre que paso me chulean y dicen piropos. Pero entre tanto hombre, me llamó la atención un hombre ya de edad.
Era un viejecito que siempre me lo topaba a la misma hora, el trataba de cruzar la avenido con mucho trabajo porque no podía caminar bien, cojeaba de la pierna derecha y usaba un bastón, se movía con dificultad ya que era algo pasado de peso, pelo escaso y canoso, moreno y como de 1.70 de estatura, pero encorvado por la edad.
La avenida tenía tanto tráfico que no podía pasar y a duras penas lo conseguía. A diario se repetía la escena que me enojaba ya que la gente no lo respetaba.
Un día, cansada de eso me detuve y le dije que si le podía ayudar a cruzar –Gracias niña, eres un ángel- me dijo y apoyándose en mi brazo comenzamos a cruzar, yo me coloqué en el lado del tráfico y al verme los choferes se detenían jajajajajajajaja.
Así cruzamos y lo acompañé hasta su casa dejándolo en la puerta, nos despedimos y cada día se repetía la escena, yo ayudándolo y dejándolo en su casa. A veces por su dificultad para caminar me abrazaba por la cintura, entonces sentía que su mano me acariciaba porque siempre uso corpiño que deja ver mi cintura, creyendo que era mi imaginación lo dejaba ya que no pensaba o podía creer que un viejecito como él aun pensara en eso jijijijiji.
A veces, mientras caminábamos me decía que tenía unos ojos bonitos, muy expresivos, que mi lunar en la boca era muy hermoso, que me hacía ver muy bella y yo le daba las gracias por sus piropos, pero ni por eso me cruzó por la mente nada.
Él a veces me platicaba de su familia, que había enviudado, sus hijos no lo visitaban, vivía solo, en fin.
Así nos fuimos conociendo, hasta que un día que lo acompañaba, antes de entrar a su casa resbaló, al tratar de sujetarlo, su rostro quedó entre mis pechos y sus manos me sujetaron fuertemente por la cintura. El contacto de sus manos con mi piel en ese momento despertó en mí a la mujer ardiente.
Nos quedamos así un momento, él con su rostro entre mis pechos sujetando mi cintura, sentí como aspiró profundamente mi perfume, hasta que comenzó a tratar de enderezarse con mi ayuda. Pero al intentarlo volvió a resbalar y al intentar sujetarse su mano fue directamente a mi trasero donde su mano sujetó mi pompa fuertemente, instintivamente mi conejito empezó a humedecerse ante ese contacto y lo sentía palpitar, pero en mi mente pensaba que todo era casual.
Quizás sí fue casual ese contacto, pero me di cuenta que también a él el contacto de mi piel lo hizo estremecer. Se enderezó pero no dijo nada, entramos a su casa y me dijo que si quería un café y le dije que sí.
Entramos, lo hice sentarse pues yo lo prepararía. Me acerque a la estufa y puse agua, mientras lo preparaba, de espaldas a él me decía que era muy linda, un ángel, que gracias a mí sus días se habían alegrado. Al terminar de preparar el café voltee para servirle, pero su mirada había cambiado, me di cuenta que había estado viendo mi trasero, su mirada ya no era la mirada tierna, era una mirada llena de deseo que me recorría, un estremecimiento me recorrió la espalda.
Ese día traía un corpiño rosa, mi pantalón de licra negro y mis zapatillas para el ejercicio. No pensé que esa vestimenta lo hubiese excitado, pero creo que el contacto antes de entrar lo hicieron sentir excitación que su mirada revelaba pues ahora me miraba como hombre, como macho.
Tomamos el café, seguimos platicando y me dijo que si antes de retirarme le podía ayudar a acostarse, apoyándose en mí lo acompañé a su recamara, aprovechó para pasar su brazo alrededor de mi cintura donde volvió con su mano a acariciarla turbándome.
Al llegar a su cama lo iba a sujetar por los brazos para acostarlo, pero él, rápidamente me sujetó por la cintura y buscó mi boca, lo que consiguió porque la sorpresa me impidió reaccionar, se posesionó de mi boca mientras sus manos sujetaban mi cintura en un fuerte abrazo y entonces sus manos volvieron a buscar mi trasero comenzando a apretujar mis pompas desesperadamente al tiempo que sentía una tremenda erección debajo de su pantalón.
Pese a su edad, su abrazo era potente, intentaba resistirme mientras su boca recorría mi cuello y su respiración cada vez más se agitaba, su brazo me sujetaba férreamente por la cintura mientras su otra mano apretujaba violentamente mis pompas, me tenía fuertemente sujetada y su bulto se restregaba en mi puchita.
Su respiración agitada quemaba mi piel, me besaba violentamente y yo no podía evitar que la mía comenzara a agitarse también…
-¡AAHHH, AH, AH, AH, NO, NO DON RICARDO, AH, AH, AH, AAAHHHH!
-¡NIÑA, NIÑA, TE DESEO, TE DESEO!
-¡AAHHH, AH, AH, AH, DON RICARDO, AH, AH, AH, AAAHHHH!
-¡NO SABES LO QUE ES NO HABER TENIDO UNA MUJER AQUÍ EN MUCHO TIEMPO, AHORA QUE TE TENGO AQUÍ VOY A METERTE LA VEGRA!
-¡NO, NO, NO, AH, AH, AH!
-¡DESDE QUE COMENZASTE A ACOMPAÑARTE TE DESEE, ME EXCITASTE Y PLANEE COGERTE, AHORA LO HARE REALIDAD MAMAZOTA!
-¡AAAAHHH, NO, NO, NO, AH, AH, AH!
La situación y la excitación que ya tenía desde la puerta por el contacto previo produjo una intensa excitación en mí, aun así intentaba forcejear, pero en el forcejeo caímos en la cama, allí, su fuerza y su peso me sometieron, sujetando mis manos contra la cama volvió a buscar mi boca y mi cuello, mi respiración eran intensos jadeos, de pie podía haber escapado, pero en la cama me tenía a su merced y no pensaba dejarme escapar.
Sus manos hábilmente se metieron debajo de mi corpiño donde haciendo a un lado mi brasiere desesperadamente manoseaba mis pechos, acariciaba mis pezones haciéndome retorcer.
-¡AAAAAHHHHHHH! ¡NNOOOO! ¡AAAAAHHH!
En un movimiento rápido, sujetó mi licra y la bajo sin que pudiera evitarlo dejando a su disposición mi puchita cubierta solo por la tanga que ya para entonces estaba empapada y empezó a pasear sus dedos por encima arrancándome gemidos intensos, estremeciéndome intensamente dejé de forcejear y aprovechó para hacer la tanga a un lado y meter sus dedos.
-¡OOOOHHHH! ¡AH, AH, AH, AH!
Ahora levantando el corpiño su boca comenzó a comerse mis pechos mientras sus dedos me enloquecían entrando y saliendo de mi conejito. Succionaba mis pezones, lamia y mordía con desesperación animal. Chupaba mis pechos enloqueciéndome, no podía resistir más y sujetando su cabeza la apreté contra mis pechos.
Ahora me quité el corpiño y el brasiere para dejarlo que me lamiera libremente, mientras tanto con sus dos manos apretujaba mis pechos y su lengua lamia mis pezones, mientras lo hacía me quité las zapatillas, la licra y la tanga quedando completamente desnuda y totalmente entregada a sus manos. Ahora sus manos me recorrían toda mientras me abrazaba a él, apretujaba mis pompas metiendo sus dedos en mi ano -¡OOOOHHH! – y me recorría toda.
Mientras yo desabroché su camisa y su cinturón, por el peso de su cuerpo no pude quitarle la camisa, solo abrirla, pero no me importaba, quería lamer su panza, su pecho lleno de bellos, mientras lo hacía le baje el pantalón y al bajar su calzón ¡Su pene saltó como un resorte, era grueso y largo, muy vigoroso para su edad!
Lo acosté, tomé su pene entre mis manos, ante su mirada cargada de lujuria lo lleve a mi boca comenzando a lamerlo, él gemía cerrando los ojos, cuando metí su capullo a mi boca sentí como palpitaba, se quería venir, así que lo saqué y me puse a lamer su tronco para que se calmara pues quería montarlo, ya cuando sentí que no había peligro que se corriera metí otra vez su glande a mi boca y empecé a mamar mientras me sujetaba la cabeza gimiendo.
Lamí su tronco y sus testículos, me la metí en la boca todo lo que puede mamando desesperada, sabía a semen, a orines, pero sabía deliciosa, la chupé hasta que comenzó a gritar, se estaba viniendo en mi boca a chorros.
Una vez que terminó de correrse seguí chupándola, para que no perdiera su erección. Ahora me acosté a un lado de él y volteando me abrazó restregando su pene contra mi puchita, mientras me mordía mi cuello y pechos desesperadamente.
Ahora, levantando mi pierna, el viejo colocó su pene en mi puchita y comenzó a penetrarme, la metió lentamente haciéndome estremecer ya que por su tamaño raspaba las paredes de mi vagina, cuando la metió toda, me besó salvajemente mordiendo mis labios y metiendo su lengua empezando a bombear intensamente.
A pesar de su edad, me bombeaba salvajemente, la metía y sacaba con tal fuerza que me arrancaba gritos de placer, me tenía de frente a él así que mientras apretujaba mi trasero su boca se comía mis pechos, me tenía loca, gritando…
-¡AAAAAHHHH! ¡AAAHHHHH! ¡DON RICARDO! ¡AAAAAAHHHHHH!
Pero él no hablaba, solo bufaba, lamía mi cuello y boca, en especial mi lunar y cada que lo lamía yo gemía, dándose cuenta que me excitaba que lo lamiera lo hacía más intensamente mientras seguía bombeando mi puchita animalmente, nunca creí que ese viejo que se veía tan tierno resultara un animal en la cama, las embestidas me arrancaron un orgasmo violento, mis jugos empapaban la cama y a su pene que seguía entrando y saliendo produciendo el sonido del chaca chaca con la humedad de mis jugos.
-¡AAAAHHH! ¡COGEME, COGEME, COGEMEEEEE!
Grité en medio de un orgasmo enloquecedor mientras él seguía en su labor de enloquecerme con sus lamidas a mis pechos, boca y lunar mientras bombeaba mi conejito al tiempo que metía sus dedos en mi ano.
Entonces arreció sus embestidas, cada vez más potentemente, me iba a llenar de semen, así que con los músculos de mi vagina apreté su pene para que la excitación lo hiciera estallar lo que ocurrió llenando de semen mi vagina haciéndome temblar de una manera salvaje.
Se quedó quieto mientras su mano sujetando mi mejilla hizo que me acercara y metió su lengua en mi boca.
-¡DESDE QUE COMENZASTE A ACOMPAÑARME TE DESEE, QUERIA METERTELA!
-¡OOOHHHHHHHH... YO, YO NO SABIA...!
-¡AHORA ESE SUEÑO SE HA HECHO REALIDAD, YA ERES MÍA, ERES MI PUTA! ¡VOLTEATE CULERA!
¡Me excitó que me dijera así! Sin decir nada me voltee dándole la vista de mis pompas que empezó a acariciar, y me dio una palmada fuertísima -¡OOOOHHHHHH! – y ahora, abriendo mis pompas acercó su grueso pene a mi ano, lo restregaba haciéndome gemir.
Ahora, haciéndome para atrás lo colocó en mi ano y sujetando mis caderas firmemente empezó a presionar hasta meterla toda, lo que no fue difícil ya que estaba empapada de mis jugos, ya cuando la metió volvió a arremeter salvajemente mientras su mano sujetaba mi cabello y ya que traía una cola de caballo la sujetaba estirándola y su otra mano sujetaba mis caderas para arreciar las embestidas logrando que su pelvis rebotara con mi trasero.
-¡QUE RICO REBOTA TU CULO MAMACITA, AAAAHHHHH, QUE RICO CULO!
-¡PAPITO, PAPACITO, AAAAHHHHH!
Su pelvis embestía mi culo salvajemente rebotando con mis pompas, cada embestida hacía rebotar mis pechos los que yo apretujaba mientras metía mis dedos en mi clítoris.
-¿TE GUSTA PUTA, TE GUSTA QUE TE PARTA EL CULO?
-¡SSIIIII, SIIIIIII PAPITO, CULEAME, CULEAME!
Metía y sacaba su pene sin piedad, mis gritos eran de placer, de locura, tuve varios orgasmos por la culeada salvaje que este viejo me daba hasta que él mismo estalló llenando mi ano y entrañas de semen.
Cuando terminó de descargar su semen en mi ano, sin sacarla me abrazo por detrás y yo podía sentir su pene palpitando dentro de mi ano, nos quedamos dormidos. Al despertar, él seguía dormido, me levanté y bañándome me vestí, antes de irme, ya había despertado, me acerqué y nos besamos.
Después de ese encuentro caliente, cada que lo llevaba a su casa mi puchita se mojaba y palpitaba anticipando el placer que disfrutaríamos, placer que se desataba al cerrar la puerta, me hizo suya sentado en la cocina, en la sala y en su cama.
Continuara.
3 comentarios - 25. Una experiencia inesperada... (SexyAracely)