¡DEJAME METERTELA, POQUITO, QUIERO METERTELA!
Entre mis muchas amistades, tengo una que es muy amiga mía, vive a dos calles de mi casa. Es casada, nos llevamos muy bien. Ella siempre en la plática sale a relucir siempre su marido. Que es muy cariñoso, que la quiere mucho, etc.
Pero me llama la atención que siempre se expresa muy bien de él en lo sexual. Que en la cama es una bestia, un semental, etc. Es alto, 1.85m, complexión media. Aperlado, ojos cafés y mirada penetrante, manos grandes, pero siempre, tenía un notorio bulto en su entrepierna.
Yo me lo encuentro muchas veces ya que cuando voy a la tienda él va a realizar algún trabajo, trabaja en casa. O a veces que tengo que ir a algún pago me lo encuentro y me saluda, platicamos algo rutinario, a veces se sienta conmigo en el colectivo hasta donde me bajo o se baja.
Así, entre encuentro y encuentro fuimos conociéndonos algo. Pero para mí era muy interesante lo que me comentaba su esposa, me imaginaba como lo haría él.
Un día que fui a visitar a mi amiga a su casa, mientras platicábamos su esposo entró pues estaba en el patio, no traía camisa, sus pectorales y abdomen me hicieron agua la boca solo de verlo y su esposa lo regañó por entrar así sin ver si había visitas o no -¡Dejalo! No seas envidiosa jajajajajajaja- le dije a modo de broma. Pero creo que él noto algo en mis ojos, algo más que una broma.
Así en cada vez que me lo topaba, aparte de saludarme me decía que me veía hermosa. La verdad me gustaban muchos sus piropos, más por lo que me decía mi amiga de él. Pero por ser mi amiga nunca pensé tener nada que ver con él.
En una ocasión quedamos de ir al centro, pasé por ella a su casa, traía un minivestido amarillo, mis zapaos de taco. Mi amiga ni se había bañado, así que mientras la esperaba ella se metió a bañar. La estaba esperando cuando su esposo entro igual que la vez pasada, sin camisa y en bermudas.
Solo al verme vi como su bulto se hizo más notorio, su mirada me recorrió de arriba abajo y me hizo mojarme instintivamente. Fue algo animal, salvaje, sin decir nada solo se me acercó, me sujetó por los hombros y me besó, no supe cómo reaccionar porque mi excitación iba en aumento.
Sin decir nada me volteo, me empinó en la cama, levantó mi falda y bajo mi tanga mientras él se bajaba las bermudas:
-¡NO DON MANUEL! ¡NO, QUE VA A HACER!
-¡ DÉJAME METERTELA, POQUITO, QUIERO METERTELA!
Yo temblaba de la excitación que me producía el morbo de la situación, él no esperó más, la puso en medio de mis pompas y empezó a meterla en mi ano. Estaba súper excitada y sentir esa barra caliente entrando en mi ano me hizo estremecer, sujetando firmemente mis caderas mientras seguía metiendola hasta lograr que su pelvis chocara con mis pompas.
Tuve que taparme la boca, quería gritar, el morbo de que en casa de mi propia amiga su esposo me estuviera culeando y encima ella estuviera a nuestro lado bañándose me volvió loca.
Empezó a bombear rápida y salvajemente. Me estiraba el cabello, sentía esa barra de carne ardiente taladrar mi ano, mis pompas chocaban con su pelvis, no hablábamos, solo copulábamos. Me penetraba violentamente, sabiendo que tenía poco tiempo quería eyacular en mi ano, desde que empezó a culearme tuve el orgasmo más intenso que he experimentado, seguía penetrándome violentamente, rápidamente. Hasta que empezó a llenar mis entrañas de su leche.
Después de hacerlo, la sacó, se limpió con un klinex y se retiró sin decirme nada. Me dejó picada, quería más, aproveché para limpiarme también y arreglarme ya que mi amiga acababa de cerrar el agua y no tardaría en salir así que para fingir me senté en la cama. Cuando salió no notó nada raro, pues me puse perfume para que se impregnara la habitación y no sintiera el fuerte olor a sexo, notó que estaba ruborizada producto de la cogida:
-Oyes ¿Tienes calor? –Me dijo
-Sip, hace musho kalor. -Le dije riéndome y abanicándome algo de aire.
Se vistió y salimos a pasear, antes de irnos su esposo entro con camisa y se despidió de ella con un beso, a mí solo me dijo hola y se retiro. Desde ese día, cada que nos encontrábamos, ambos deseábamos más. Así que ahora, en vez de saludarme solamente me decía que me deseaba, que deseaba hacerme suya al tiempo que intentaba besarme, yo le decía que eso no podría ser, su esposa era mi amiga y lo que sucedió fue un error.
-¿Qué acaso no te gustó la culeada? ¿No te gustó como mi verga penetro tu culo? –Me dijo.
-Sip, me gusto musho, pero no puede ser, yo le debo respeto a mi amiguis, porfa ya no insistas.
Pero él insistía en decirme cosas que me calentaban, que me quería culear, que quería volver a llenar de semen mi culito, comerse mi boca y pechos y la verdad, yo también lo quería pero mi amistad con su esposa me hacía resistirme aunque me moría de ganas de repetirlo.
Sin embargo él no cejaba en su intento de seducirme, máxime porque ya me había poseído y sabía que me gustó. Así que su oportunidad de hacer realidad sus deseos se presentó un día que fui a buscarla, al tocar la puerta él me abrió, solo verlo me ruboricé, pregunte por mi amiga y me dijo –Pásale – y entré cerrando la puerta.
Apenas entré me sujetó fuertemente por detrás restregando su bulto en mi trasero, mi puchita comenzó a chorrear, a arder, sin embargo traté de resistirme:
-¡NO, NO, DON MANUEL! ¡MI AMIGA NOS VA A VER!
-¡NO TE PREOCUPES, NO ESTA, FUE AL CENTRO, ASI QUE AHORA PODRE HACER REALIDAD MI FANTASIA CONTIGO!
Sus manos me tenían fuertemente abrazada mientras restregaba su bulto en mi trasero, ahora empezó a puntear mi trasero con su bulto arrancándome gemidos, a pesar de que mi mente me decía que no, la calentura dominaba mi cuerpo, al grado de que mi trasero se restregaba inconscientemente contra su bulto, al ver que no me oponía, sus manos fueron a mis pechos, amasándolos y luego bajo el zíper de mi vestido el cual cayó al piso con lo poco de cordura que podía haber quedado.
Mordiendo mi cuello me llevó a la cama sin dejar de amasar mis pechos desde atrás mientras sentía como su bulto se abría paso entre mis pompas ya que mi tanga metida entre ellas le facilitaba meterlo. Al llegan a la cama desbrocho el brasiere para apretujar mis pechos libremente y luego bajó mi tanga al tiempo que me daba de palmadas. Ahora abrió mis piernas y me hizo empinarme, abriendo mis pompas empezó a lengüetear mi ano y conejito totalmente encharcado.
-¡MMMMM, QUE RICO SABE!
-¡AH, AH, NO DON MANUEL, AH, AH, AHHH!
Su lengua recorría de mi ano a mi conejito donde se quedó aprovechando para meter sus dedos en mi ano y una vez que lo dilató me hizo empinarme al borde de la cama. Ya para entonces él se había desnudado dejando de fuera su portentosa herramienta. Y como la vez anterior, sujetando firmemente mis caderas, esta vez su miembro viril entró en mi conejito, ahora me poseía haciendo realidad sus fantasías y mis deseos, bombeando intensamente, ahora si podía gemir, gemía intensamente para que viera como me gustaba esa forma de follarme.
No hablábamos, solos se oía el sonido de las embestidas. Me arrancó mi primer orgasmo pero no se detenía, entonces me arrancó otro mientras mis pechos rebotaban al ritmo de las embestidas.
Luego me acostó en la cama boca arriba, se puso sobre mí y en la posición de misionero volvió a penetrarme, quería aprovechar para que mientras me cogía comerse mi boca y mis pechos, metía su lengua en mi boca, lamía mi cuello y luego se comió mis pezones mientras yo rodeaba su cuerpo con mis piernas. Era un maestro en la cama, no sé cuantos orgasmos tuve, lo único que sé es que no paraba de gritar.
Hasta que él aceleró, iba a darme su semen lo que empezó a hacer. Se quedó quieto besándome mientras yo sentía como su pene se estremecía mientras acababa de descargar su semen en mi vagina. Luego, se enderezó y poniendo mis piernas en sus hombros dirigió su pene a mi ano, repitió la culeada empalándome bestialmente.
Ahora, totalmente desnuda, sometida a sus caprichos bombeaba mi ano arrancándome gritos de placer. Bombeaba violentamente, rápido, luego disminuía el ritmo para sacarla casi toda para meterla de golpe, volviendo a arremeter sin piedad. Repitiendo esa operación varias veces me hizo gritar sin pudor alguno:
-¡MANUEL TE AMO, TE AMO PAPITO!
-¡LO SE MAMACITA, TE VOY A CULEAR CADA QUE LO DESEES!
-¡AAAGGGHHH! ¡AAAAHHHH!
Bombeo hasta que su pene volvió a palpitar, explotó volviendo a llenar mi ano de su semen al tiempo que yo también le regalaba mi ultimo orgasmo intenso. Cuando terminó se acotó a mi lado, me besaba mientras sus manos recorrían mi cuerpo. Luego se levantó y me dijo:
-Vístete y vete, no tarda en regresar y no quiero que te encuentre aquí, sospecharía y quiero seguir cogiéndote.
Me vestí, nos besamos y quedamos en volver a vernos para repetir esa experiencia.
Continuará.
Entre mis muchas amistades, tengo una que es muy amiga mía, vive a dos calles de mi casa. Es casada, nos llevamos muy bien. Ella siempre en la plática sale a relucir siempre su marido. Que es muy cariñoso, que la quiere mucho, etc.
Pero me llama la atención que siempre se expresa muy bien de él en lo sexual. Que en la cama es una bestia, un semental, etc. Es alto, 1.85m, complexión media. Aperlado, ojos cafés y mirada penetrante, manos grandes, pero siempre, tenía un notorio bulto en su entrepierna.
Yo me lo encuentro muchas veces ya que cuando voy a la tienda él va a realizar algún trabajo, trabaja en casa. O a veces que tengo que ir a algún pago me lo encuentro y me saluda, platicamos algo rutinario, a veces se sienta conmigo en el colectivo hasta donde me bajo o se baja.
Así, entre encuentro y encuentro fuimos conociéndonos algo. Pero para mí era muy interesante lo que me comentaba su esposa, me imaginaba como lo haría él.
Un día que fui a visitar a mi amiga a su casa, mientras platicábamos su esposo entró pues estaba en el patio, no traía camisa, sus pectorales y abdomen me hicieron agua la boca solo de verlo y su esposa lo regañó por entrar así sin ver si había visitas o no -¡Dejalo! No seas envidiosa jajajajajajaja- le dije a modo de broma. Pero creo que él noto algo en mis ojos, algo más que una broma.
Así en cada vez que me lo topaba, aparte de saludarme me decía que me veía hermosa. La verdad me gustaban muchos sus piropos, más por lo que me decía mi amiga de él. Pero por ser mi amiga nunca pensé tener nada que ver con él.
En una ocasión quedamos de ir al centro, pasé por ella a su casa, traía un minivestido amarillo, mis zapaos de taco. Mi amiga ni se había bañado, así que mientras la esperaba ella se metió a bañar. La estaba esperando cuando su esposo entro igual que la vez pasada, sin camisa y en bermudas.
Solo al verme vi como su bulto se hizo más notorio, su mirada me recorrió de arriba abajo y me hizo mojarme instintivamente. Fue algo animal, salvaje, sin decir nada solo se me acercó, me sujetó por los hombros y me besó, no supe cómo reaccionar porque mi excitación iba en aumento.
Sin decir nada me volteo, me empinó en la cama, levantó mi falda y bajo mi tanga mientras él se bajaba las bermudas:
-¡NO DON MANUEL! ¡NO, QUE VA A HACER!
-¡ DÉJAME METERTELA, POQUITO, QUIERO METERTELA!
Yo temblaba de la excitación que me producía el morbo de la situación, él no esperó más, la puso en medio de mis pompas y empezó a meterla en mi ano. Estaba súper excitada y sentir esa barra caliente entrando en mi ano me hizo estremecer, sujetando firmemente mis caderas mientras seguía metiendola hasta lograr que su pelvis chocara con mis pompas.
Tuve que taparme la boca, quería gritar, el morbo de que en casa de mi propia amiga su esposo me estuviera culeando y encima ella estuviera a nuestro lado bañándose me volvió loca.
Empezó a bombear rápida y salvajemente. Me estiraba el cabello, sentía esa barra de carne ardiente taladrar mi ano, mis pompas chocaban con su pelvis, no hablábamos, solo copulábamos. Me penetraba violentamente, sabiendo que tenía poco tiempo quería eyacular en mi ano, desde que empezó a culearme tuve el orgasmo más intenso que he experimentado, seguía penetrándome violentamente, rápidamente. Hasta que empezó a llenar mis entrañas de su leche.
Después de hacerlo, la sacó, se limpió con un klinex y se retiró sin decirme nada. Me dejó picada, quería más, aproveché para limpiarme también y arreglarme ya que mi amiga acababa de cerrar el agua y no tardaría en salir así que para fingir me senté en la cama. Cuando salió no notó nada raro, pues me puse perfume para que se impregnara la habitación y no sintiera el fuerte olor a sexo, notó que estaba ruborizada producto de la cogida:
-Oyes ¿Tienes calor? –Me dijo
-Sip, hace musho kalor. -Le dije riéndome y abanicándome algo de aire.
Se vistió y salimos a pasear, antes de irnos su esposo entro con camisa y se despidió de ella con un beso, a mí solo me dijo hola y se retiro. Desde ese día, cada que nos encontrábamos, ambos deseábamos más. Así que ahora, en vez de saludarme solamente me decía que me deseaba, que deseaba hacerme suya al tiempo que intentaba besarme, yo le decía que eso no podría ser, su esposa era mi amiga y lo que sucedió fue un error.
-¿Qué acaso no te gustó la culeada? ¿No te gustó como mi verga penetro tu culo? –Me dijo.
-Sip, me gusto musho, pero no puede ser, yo le debo respeto a mi amiguis, porfa ya no insistas.
Pero él insistía en decirme cosas que me calentaban, que me quería culear, que quería volver a llenar de semen mi culito, comerse mi boca y pechos y la verdad, yo también lo quería pero mi amistad con su esposa me hacía resistirme aunque me moría de ganas de repetirlo.
Sin embargo él no cejaba en su intento de seducirme, máxime porque ya me había poseído y sabía que me gustó. Así que su oportunidad de hacer realidad sus deseos se presentó un día que fui a buscarla, al tocar la puerta él me abrió, solo verlo me ruboricé, pregunte por mi amiga y me dijo –Pásale – y entré cerrando la puerta.
Apenas entré me sujetó fuertemente por detrás restregando su bulto en mi trasero, mi puchita comenzó a chorrear, a arder, sin embargo traté de resistirme:
-¡NO, NO, DON MANUEL! ¡MI AMIGA NOS VA A VER!
-¡NO TE PREOCUPES, NO ESTA, FUE AL CENTRO, ASI QUE AHORA PODRE HACER REALIDAD MI FANTASIA CONTIGO!
Sus manos me tenían fuertemente abrazada mientras restregaba su bulto en mi trasero, ahora empezó a puntear mi trasero con su bulto arrancándome gemidos, a pesar de que mi mente me decía que no, la calentura dominaba mi cuerpo, al grado de que mi trasero se restregaba inconscientemente contra su bulto, al ver que no me oponía, sus manos fueron a mis pechos, amasándolos y luego bajo el zíper de mi vestido el cual cayó al piso con lo poco de cordura que podía haber quedado.
Mordiendo mi cuello me llevó a la cama sin dejar de amasar mis pechos desde atrás mientras sentía como su bulto se abría paso entre mis pompas ya que mi tanga metida entre ellas le facilitaba meterlo. Al llegan a la cama desbrocho el brasiere para apretujar mis pechos libremente y luego bajó mi tanga al tiempo que me daba de palmadas. Ahora abrió mis piernas y me hizo empinarme, abriendo mis pompas empezó a lengüetear mi ano y conejito totalmente encharcado.
-¡MMMMM, QUE RICO SABE!
-¡AH, AH, NO DON MANUEL, AH, AH, AHHH!
Su lengua recorría de mi ano a mi conejito donde se quedó aprovechando para meter sus dedos en mi ano y una vez que lo dilató me hizo empinarme al borde de la cama. Ya para entonces él se había desnudado dejando de fuera su portentosa herramienta. Y como la vez anterior, sujetando firmemente mis caderas, esta vez su miembro viril entró en mi conejito, ahora me poseía haciendo realidad sus fantasías y mis deseos, bombeando intensamente, ahora si podía gemir, gemía intensamente para que viera como me gustaba esa forma de follarme.
No hablábamos, solos se oía el sonido de las embestidas. Me arrancó mi primer orgasmo pero no se detenía, entonces me arrancó otro mientras mis pechos rebotaban al ritmo de las embestidas.
Luego me acostó en la cama boca arriba, se puso sobre mí y en la posición de misionero volvió a penetrarme, quería aprovechar para que mientras me cogía comerse mi boca y mis pechos, metía su lengua en mi boca, lamía mi cuello y luego se comió mis pezones mientras yo rodeaba su cuerpo con mis piernas. Era un maestro en la cama, no sé cuantos orgasmos tuve, lo único que sé es que no paraba de gritar.
Hasta que él aceleró, iba a darme su semen lo que empezó a hacer. Se quedó quieto besándome mientras yo sentía como su pene se estremecía mientras acababa de descargar su semen en mi vagina. Luego, se enderezó y poniendo mis piernas en sus hombros dirigió su pene a mi ano, repitió la culeada empalándome bestialmente.
Ahora, totalmente desnuda, sometida a sus caprichos bombeaba mi ano arrancándome gritos de placer. Bombeaba violentamente, rápido, luego disminuía el ritmo para sacarla casi toda para meterla de golpe, volviendo a arremeter sin piedad. Repitiendo esa operación varias veces me hizo gritar sin pudor alguno:
-¡MANUEL TE AMO, TE AMO PAPITO!
-¡LO SE MAMACITA, TE VOY A CULEAR CADA QUE LO DESEES!
-¡AAAGGGHHH! ¡AAAAHHHH!
Bombeo hasta que su pene volvió a palpitar, explotó volviendo a llenar mi ano de su semen al tiempo que yo también le regalaba mi ultimo orgasmo intenso. Cuando terminó se acotó a mi lado, me besaba mientras sus manos recorrían mi cuerpo. Luego se levantó y me dijo:
-Vístete y vete, no tarda en regresar y no quiero que te encuentre aquí, sospecharía y quiero seguir cogiéndote.
Me vestí, nos besamos y quedamos en volver a vernos para repetir esa experiencia.
Continuará.
1 comentarios - 24.Dejame metertela, poquito quiero metertela!(SexyAracely)