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La otra mano de mamá se levantó y su dedocubrió mi boca, "Espera. No digas nada todavía". La mano de mamácomenzó a moverse muy suavemente y lentamente frotó mi pija a través de lospantalones. Su otra mano ahora se quitó la bata de un hombro y luego laotra. La bata cayó a su regazo. Casi jadeé. Sus tetas estaban ala vista ahora. Las dos grandes esferas todavía colgaban en alto en elpecho de mamá. Sus pezones rosados ​​se endurecieron ahora que estabanexpuestos. La vista fue maravillosa. Se veían tan besables ychupables. Ella me miró a los ojos, esperando que yo hablara. Mequedé estupefacto. No podría moverme o hablar si quisiera. La mano demamá sostuvo mi pene más fuerte en sus manos. Ella todavía estabaacariciando lentamente, pero con mucha presión. Mi pene estaba duro comouna roca.

No dije nada. No pude. Creo quemi poronga habló por mí. El brazo de mamá se balanceó alrededor de micuello y lentamente bajó mi cabeza hacia su pecho. No protesté. Micabeza entró en contacto con la carne cálida. Mi cara estaba enterrada enlas tetas de mamá. El instinto y la lujuria tomaron el control. Las beséy lamí mi camino arriba y abajo de sus tetas. Mis labios encontraron supezón y lo chupe en mi boca. Mamá gimió. Su mano comenzó a metersepor mi bragueta Ella dejo expuesto mi glande y se lo enterró en su boca. Lamano cálida de mamá apretó más fuerte y comenzó a bombear su puño. Mi lecheya estaba fluyendo hasta su boca.

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