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Compendio II
😆
Haciendo el aseo en la casa y cambiando la ropa ya por una más de invierno, me encontré con el buzo de colegio que mi marido me regaló.
😳
Y yo sé que se preguntan ¿Qué tiene de importante un buzo de colegio?
Pues, que aparte de ser una de las primeras prendas de vestir que mi marido me regaló, también fue la prenda queme hizo ver más sexy ante sus ojos.
😮
Ahora, no les digo que son unas calzas delgadas y sexys, de esas que son la última moda de hoy en día.
Para nada.
:/
Este es uno de esos buzos antiguos, de algodón negro, gruesos y súper calientitos, ideales para dormir cuando tienes mucho, mucho frio…
Y para allá va mi historia…
😏
Era el tiempo en que éramos pobres, pobres.
O sea, mi mamá se habrá ido con mis hermanas y mi papá para el norte como un par de meses antes y mi pololo (hoy, marido) y yo vivíamos en mi misma casa, que el pobrecito le tenía que arrendar a mi papá…
😠
Y o sea, estábamos de verdad pobres, pobres, pobres, porque el sueldo de mi marido se nos iba en las cuentas del agua y de la luz, el balón de gas (lo que más pena me daba de esos tiempos era que mi marido se bañaba todas las mañanas cortito y con agua fría, para que yo pudiera bañarme con agua caliente y para poder también cocinar T.T), la comida para el mes y mis dientes (porque mi mejor amigo me pagó también mis frenillos XD).
Y bueno, yo estaba en mi primer año en la universidad, peleándome cuanta beca me dieran y estudiando como loca, para no entrar en deudas que con suerte estábamos esquivando.
😏
La cosa es que, igual que ahora, los días se estaban poniendo súper, súper helados…
¡Ahh!
Y se me olvidaba contarles que en esos tiempos, yo era más flaquita y me faltaba pecho…
:/
O sea, yo me creía y sentía bonita, con mis ojitos verdes, mi piel blanquita y mi colita bien parada y juguetona…
😅
Pero a mi marido, le gustan las chicas pechugonas, no le interesaban los ojitos de colores y en esa época, no se fijaba en los traseros.
ToT
O sea, todo un drama para mí.
😭
Pero yendo al grano, las noches se estaban poniendo bien, pero bien frescas…
Y claro, lógico que “hacíamos cositas” para mantenernos calientes, pero yo tenía bien claro que él no me veía entera, entera sexy…
😰
O sea, le gustaba mi cara y podía sentir que me amaba de verdad…
Pero no tanto como una mujer, sino que todavía como amiga…
¡Y eso me mataba el alma!
😩
Yo quería que me mirara sexy.
Que me corriera mano no solamente cuando íbamos al cine y me dedeaba hasta que mis piernas no dieran más.
Quería que se fijara en mí y me tocara el cuerpo, parecido a como lo hicieron los patudos amigos de mi papá, pero con la diferencia que a él sí le iba a dejar y quería que me lo hiciera.
¿Entienden mejor?
😈
Pues bueno, llegaba el otoño y tenía frio.
Me acuerdo que tenía un pijama delgadito, de 2 piezas color celeste (nada sexy y que tenía desde que era niñaToT), pero me estaba dando frio por las noches.
Y en esa época, no teníamos mucha ropa de cama, así que no nos quedaba otra más que abrigarnos con lo que teníamos.
“¡Uy, qué lindo es esto! ¿Por qué nunca te lo has puesto?” le pregunté cuando se lo vi por primera vez.
😂
“¡Es mi buzo de colegio! ¡Supieras cuánto sufrí con él!”
Pero a mí, me encantó al tiro.
Porque, o sea, era de esos que tienen elásticos en la cintura, que se ajustan súper bien si eres gordo o eres flaco y la chaquetita tenía como su propio estilo…
😋
(¿Y para qué les miento? Me pasé altiro el rollito de lo sexy que se debió ver mi marido con ese buzo, con sus hombros grandotes, ese porte varonil y ese traserito rico y tan de superhéroe, que me vuelve loca… XP)
Y aparte de todo, todavía le quedaba ese olorcito rico, que era un poco como olorcito a él, pero más suavecito.
“¿Me lo puedes prestar para dormir?”
“Si quieres, quédatelo, porque yo ni lo ocupo…”
😭
Y yo, waaa, que casi lloraba…
Porque a mi mamá, nunca le alcanzó para comprarme un buzo del colegio y mi pololo viene y me da el suyo…
XD
Y bueno, vamos llegando a la parte de interés, que es cuando voy a probármelo…
😏
Yo me había sacado muchas veces la ropa delante de él, pero nunca me había mirado.
La cosa es que me saco el pantalón de pijama que llevaba, me voy subiendo el pantalón del buzo…
Y ¡Zas! ¡Que me lo encuentro mirándome el trasero!
😳
“¿Qué tanto me miras?” le pregunté, roja como tomate, porque de verdad que él nunca me había mirado así.
“¡No, nada!... es que nunca me había fijado que tu cintura es tan bonita…”
😊
O sea, pónganse en mi lugar…
Yo, con medio trasero al aire, mirando roja de vergüenza a mi pololo, que no me quitaba el ojo del trasero…
Y claro, ese como que quiero y que no quiero que me mire, porque era él, el chico que más adoro…
Y no sé si habrá sido por los nervios o por impulsos, pero la cosa fue que paré más y más mi trasero…
😳 😳 😳
¡Él, con los tremendos ojos!
¡Y no me los quitaba de encima!
😊 😊 😊
“¡Yaaa!” le dije, para que la cortara y me dejara de mirar tanto, porque las mejillas me ardían súper.
“¡Perdón, pero nunca me había fijado que tenías un trasero tan grande!”
😡 😡 😡
“¡YO NO TENGO UN TRASERO TAN, TAN GRANDE!” le gritoneé.
Y él, pobrecito… como que se achicó.
😰
“¡Discúlpame! A lo mejor, tienes razón… pero yo nunca me he fijado.”
XD
Y es que eso me molía y encantaba tanto, pero tanto de él.
😍 😍
Porque claro, él es súper inteligente, sabe de muchas, muchas cosas, tiene lindos sentimientos y más años que yo…
Pero en esas cosas, él es como un niñito que hay que enseñarle…
(Y yo no me he despegado de él, porque a pesar de todo lo que hacemos y hace, sigue siendo ese chico lindo y precioso que me gusta…)
Y aunque yo no fuera la tremenda mina o algo así, algo me latía para poder enseñarle.
¿Me entienden?
😉
Y eso fue lo genial y que lo hizo tan diferente, comparado con los otros, porque él me miraba mi colita, pero igual así con respeto y como con temor, que me gustó tanto…
“¿Me dejas tocarte?”
😍😍 😍
¡Les prometo que me lo habría comido a besos!
Porque entiéndanme, era el chico que me volvía loca, que mejor me había tratado y que para más remate todavía, era mi mejor amigo…
Y así y todo, como todas esas veces que me pide permiso para besarme o para correrme mano, a mí me prendía tremenda, porque ha sido el único que lo ha hecho…
Y bueno, eso también fue una experiencia memorable, porque por primera vez en mi vida que me di cuenta que igual, tengo mi buen trasero…
😂
Porque claro, al principio, empezó como con cariñitos, así, como cuando uno masajea un perrito…
Pero después, me empezó como a explorar más los cachetes.
😵 😲
Y les digo, en esos tiempos, yo era virgen de mi colita y les puedo prometer que ni él ni yo pensábamos en el sexo anal…
Pero sentir sus manos tibiecitas, acariciándome la cola, me hacían sentir un picor tremendo en la conchita…
😫😫 😫
“¿Te puedo sacar el pantalón?”
Yo sentía mi conchita mojada y mis calzones, pero mi trasero estaba ardiendo y sentir sus deditos más frescos, acariciándome tan tierno, tan fino, como un niñito que está conociendo algo por primera vez, me hacía sentir estupenda…
😫 😖
Aparte que no era brusco.
Él no buscaba pellizcarme, ni sobarme ni meterme el dedo lo más adentro posible de mí…
(Y que tuviera que cerrar firmemente las piernas, soltar combos o amenazar con mordidas, como sí me pasaba con los amigos de mi papá :/)
Él, de verdad, era como un amigo y les prometo que fue uno de mis primeros momentos más románticos, excitantes e intensos que había tenido en toda mi corta vida…
“¿Te puedo dar un beso?”
😊 😊 😊
¿Qué respuesta le podía dar a alguien que te pide eso?
¿Qué te mira con esos ojitos y quede verdad, verdad, sabes en tu corazón que no te va a hacer nada malo y que, aunque suena raro, no es tan sorprendente que te lo diga él?
😩 😲
Yo solo les puedo decir que se sentía estupendo y que estaba tensa, de la cintura para arriba.
A mí, nunca nadie me había dado un beso en el trasero y como les digo, él nunca me había visto sexy…
😘 😍
Sentir sus labios en mis cachetes fue genial, porque su boquita era súper fresca…
Pero cuando a ese beso, le siguió otro y después, otro…
Y cuando el séptimo, ya no era tanto beso, sino más un chupón en el trasero y luego otro y luego otro más, yo pienso que no hay niña que resista con los calzoncitos secos…
😵 😲
Entonces, me giró suavecito de la cintura, me sonrió…
¡Y le vi su cosota preciosa parada!
(Pero bajo un fastidioso condón…ToT)
😳 😳 😳
Y es que tienen que pensar que para mí, en esa época, todavía me impresionaba lo gorda, dura y grande que se le ponía…
(¿Para qué voy con cosas? Todavía me impresiona… XD)
Pero es que todo ese tremendo plátano iba a entrar en mi conchita para hacer pipí y se me hacía increíble…
😩 😲 😩 😲
Y ese desgarro rico, cuando se empieza a meter…
Y lo rico que se siente cuando te estira hasta no poder más…
Y bueno, también esa sensación loca en los ojos, que te palpitan, y eso que solo me metía la puntita…
😂
Y lo mejor de todo fue que en ningún momento, me sacó las manos del trasero.
Y es que, o sea, estamos hablando del periodo donde yo todavía era medio virgen…
Y que cuando me empezó a jalar para abajo, pues yo me sentía abierta entera…
😩 😖 😩 😖
Y subiendo y bajando, subiendo y bajando…
¡Yo pensé que me iba a reventar!
😫 😖
Y sus manos tiernas, calientitas y respetuosas, jalándome más y más en su vaivén.
¡Me volvía loca y la forma que sus ojitos lindos me miraban!
😂 😂 😂
¡Era para reventar!
Y pasa un poquito de rato y un poquito de rato y acaba…
😵 😲
¡Fue fenomenal!
Pero eso no fue todo, porque mi amigo me dijo bien clarito…
“¿Quieres hacerlo otra vez?”
😩 😖 😩 😖
Y va él arriba y va él arriba y machaca, machaca, machaca fenomenal…
Me da besos, mordiscones y sus manos lindas no se despegan de mis pompas, haciéndome que me apegue a él cada vez más y más…
Y más profundo, y más profundo…
Y gritar como loca, así, tipo…
“¡Ahhh! ¡Ahhhh! ¡Ahhhhhh!”
¡Y acaba!
¡Acaba tan profundamente en mí!
😫😫 😫
Y esa cosa de maldecir a mediomundo.
Porque, en serio, un orgasmo se llega más rico si tu chico se corre contigo y no que un estúpido condón se lo quede…
😠 😠 😠
Pero al menos, me consolaba en esos tiempos que tenía a mi mejor amigo a mi lado y que me haría cariño y dormiría conmigo toda la noche y sin frio…
Y bueno, ya rematando, yo creo que a partir de ese tiempo, me empezó a pedir más permiso para correrme mano…
😊 😊 😊
Que no era justo que “Yo me comiera siempre su pene y que él nunca pudiera agarrar mi ENORME TRASERO…”
(Algo que cada vez, me hacía enojar…)
😡 😡 😡
Pero que, como todas las cosas que he vivido con mi mejor amigo, marido y padre de mis chiquititas, nunca le pude decir que no.
😉
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2 comentarios - El buzo de colegio