Finalmente estábamos enel motel, bailando un lento ochentoso. Una situación bastante distinta a la queimagine durante toooooodo el día, pero era incluso mejor.
Nunca una mujer me habían pedido, en un motel, bailar una cancióno cualquier otra ocurrencia que no sea ir al grano de inmediato; pero de algunaforma este lento me tranquilizó muchísimo, y se fue el típico miedo masculinode acabar rápido en mi primer orgasmo o fallar en algo.
Nuestros ojos se habían fusionado en la mirada, mis manos abrazándolaa la altura de la cintura y las suyas a la altura de mis hombros.
No pudimos estar más de una canción sin comenzar a besarnos.Empezamos por la boca, lengua con lengua por varios segundos; luego mi lengua siguiópor su cuello un lindo rato. Al notar que su respiración se aceleraba de talmanera, descubrí que había encontrado un lindo punto débil y que un suavemordisco la enloquecía. Cuando quise acordar, todo el romanticismo y lasutileza se convirtió en lujuria y pasión.
Mis manos comenzaron a recorrer su cola, su espalda y poco apoco nos fuimos desvistiendo.
No lo viví el mundial del ochenta y seis pero... verla a elladesnuda de seguro es algo parecido a ver a Maradona levantar la copa en vivo.Me quitó mi camisa despacio, botón por botón. Lo hacía de una forma simple,pero notaba como disfrutaba desnudando mi torso. Con los zapatos y el jean laayude para no demorar más de lo debido.
Quedamos en ropa interior los dos. Despacito le quito el corpiñosúper sexy color blanco que tenía mientras besaba toda su espalda y meencuentro con una tremenda sorpresa: Lo que tenían sus pechos de grandes lo teníantambién de firmes. (¿De verdad tenía 50 años? ¿Cuál era el truco? Juro que erannaturales) Imposible no quedarme un lindo rato en esos pechos, besando ylamiendo los pezones. Fue increíble.
Al rato de unos segundos, sus entendibles ganas de desnudarmecomenzaron a salir a la luz y empezó a tocarme por arriba del bóxer. Mi erecciónestaba que explotaba, y le encantó. Me quita el bóxer pero yo, dominante a miestilo, no la dejo hacer más que tocar unos 5 o 6 segundos la erección, la tomode sorpresa y la acuesto sobre la cama.
Mi lengua paso por su lengua.. Luego su cuello... Sus yafamiliares pechos... Su ombligo... Llegue al tesoro del mapa: una hermosa tangacolor blanca, haciendo juego con el corpiño.
Paso mi lengua por el costado izquierdo de sus labios.. Laentrepierna izquierda.. Despacito y sin apuro... Y luego repito el proceso conel lado derecho; hasta que finalmente quito la última prenda que me faltaba.
No era de menos esperar que una hermosa vagina TOTALMENTEdepilada; y ya a la vista húmeda. Comienzo a lamer el clítoris un poquito, ajugar con mi lengua con los labios externos, despaciiiiito, sin ningún apuro...
Noto que su respiración se acelera y no me deja seguir. Metoma de los hombros y me lleva a su boca. Deduzco que quiere que acabemosjuntos cuando toma mi pene lo masajea con la mano.
En ese momento de éxtasis y lujuria, me dirijo al costado dela cama y agarro un preservativo. Ella me mira y escucho algo totalmenteinesperado.
- "¿Te vas a cuidar?"
DIOOOOOOS... NOOOOO.... No me lo vuelvas a preguntar porfavor que no logro resistirme. Probablemente penetrarte sin preservativo sea elmismísimo paraíso terrenal perooo.... Debo cuidarme (pensé por dentro mío en unsegundo) Cerré mis ojos y solo conteste:
- "Si."
De milagro me cuidé. Lo puse a la velocidad de la luz y meacomode sobre ella.
Entrar en ella fue mágico. Su vientre estaba tan calientecomo el sol. Mi pene entraba y encajaba a la perfección dentro de ella. Comencéa moverme y los dos no parábamos de besarnos, de gemir, de mirarnos.. Estábamosigual de sorprendidos que tanta piel sea real y de poder coincidir en estavida.
La penetraba despacio, controlando mi orgasmo lo mejor que podía.Llevando el control, los tiempos y nunca pero nunca deje de mirar sus ojos.Brillaban y expresaban más placer que sus palabras y gemidos.
Cuando llevamos unos minutos de penetraciones inmejorables,ella saca su lado dominante y de un hermoso giro inesperado me pone debajo deella. Dios mío, ¡Que mujer!
Con sus manos toma mi pene y lo fusiona con su vagina... ycomienza a cabalgarme.. Sus pechos eran tan perfectos, sus gemidos y sus ojosme volvían loco y como si fuera poco sentía mi pene tan mojado y caliente que parecíano tener preservativo.
Disfrutábamos tanto que no se si pasaron horas, días osegundos hasta que realiza la maniobra más excitante que pudo hacerme, como sime conociera de toda la vida. Saca mi pene de su vientre y con la mano lo llevadirecto a su cola.
Ahora sí... no respondo de mí...
No fue necesario ningún tipo de lubricante, saliva o ayudaalguna. El preservativo no molestó en lo más mínimo. Sin consultarme nipedirme, solo se dejó llevar por su instinto. Nada más excitante que una mujersin tabú, donde no existe el "NO" o el "¿Puedo?".
Sentí un poco menos de calor al entrar, pero el pene estaba másapretado sin duda.. No fue la cola lo que me enloqueció, sino su hermosaactitud de tomar lo que quería. Y sin más remedio, acabe a los pocos minutos; abrazándola,gimiendo y besándola con una locura extrema.
Cuando terminamos, quedamos abrazados por unos segundos. Lapiel era tan intensa que parecíamos recién casados, o primeros novios.. O loque sea.. Todo menos recién conocidos.
Ella sale de arriba mío y se dirige al baño. Yo me quedoimpactado por la piel que sentíamos. No sé si fue que venía de sexo aburridocon mujeres de mi edad, o si fue que ella hacía mucho tiempo no tenía sexo. ¿Quéme pasa? ¿Por qué me gusta tanto esta mujer?
Cuando ella vuelve del baño nos reímos un poco por toda lalocura reciente, la forma en que nos conocimos y todo la lujuria que arrastrabala situación. De repente, a menos de cinco minutos de acabar, comenzamos abesarnos, a tocarnos y.... Créanme que lo que siguió merece otro relato. Descubríen ese momento dos cosas: Que la noche recién empezaba, y que podía tener sexonuevamente luego de cinco minutos de acabar...
Gracias a todos por leer. Pronto subiré la tercera parte.Saludos.
Nunca una mujer me habían pedido, en un motel, bailar una cancióno cualquier otra ocurrencia que no sea ir al grano de inmediato; pero de algunaforma este lento me tranquilizó muchísimo, y se fue el típico miedo masculinode acabar rápido en mi primer orgasmo o fallar en algo.
Nuestros ojos se habían fusionado en la mirada, mis manos abrazándolaa la altura de la cintura y las suyas a la altura de mis hombros.
No pudimos estar más de una canción sin comenzar a besarnos.Empezamos por la boca, lengua con lengua por varios segundos; luego mi lengua siguiópor su cuello un lindo rato. Al notar que su respiración se aceleraba de talmanera, descubrí que había encontrado un lindo punto débil y que un suavemordisco la enloquecía. Cuando quise acordar, todo el romanticismo y lasutileza se convirtió en lujuria y pasión.
Mis manos comenzaron a recorrer su cola, su espalda y poco apoco nos fuimos desvistiendo.
No lo viví el mundial del ochenta y seis pero... verla a elladesnuda de seguro es algo parecido a ver a Maradona levantar la copa en vivo.Me quitó mi camisa despacio, botón por botón. Lo hacía de una forma simple,pero notaba como disfrutaba desnudando mi torso. Con los zapatos y el jean laayude para no demorar más de lo debido.
Quedamos en ropa interior los dos. Despacito le quito el corpiñosúper sexy color blanco que tenía mientras besaba toda su espalda y meencuentro con una tremenda sorpresa: Lo que tenían sus pechos de grandes lo teníantambién de firmes. (¿De verdad tenía 50 años? ¿Cuál era el truco? Juro que erannaturales) Imposible no quedarme un lindo rato en esos pechos, besando ylamiendo los pezones. Fue increíble.
Al rato de unos segundos, sus entendibles ganas de desnudarmecomenzaron a salir a la luz y empezó a tocarme por arriba del bóxer. Mi erecciónestaba que explotaba, y le encantó. Me quita el bóxer pero yo, dominante a miestilo, no la dejo hacer más que tocar unos 5 o 6 segundos la erección, la tomode sorpresa y la acuesto sobre la cama.
Mi lengua paso por su lengua.. Luego su cuello... Sus yafamiliares pechos... Su ombligo... Llegue al tesoro del mapa: una hermosa tangacolor blanca, haciendo juego con el corpiño.
Paso mi lengua por el costado izquierdo de sus labios.. Laentrepierna izquierda.. Despacito y sin apuro... Y luego repito el proceso conel lado derecho; hasta que finalmente quito la última prenda que me faltaba.
No era de menos esperar que una hermosa vagina TOTALMENTEdepilada; y ya a la vista húmeda. Comienzo a lamer el clítoris un poquito, ajugar con mi lengua con los labios externos, despaciiiiito, sin ningún apuro...
Noto que su respiración se acelera y no me deja seguir. Metoma de los hombros y me lleva a su boca. Deduzco que quiere que acabemosjuntos cuando toma mi pene lo masajea con la mano.
En ese momento de éxtasis y lujuria, me dirijo al costado dela cama y agarro un preservativo. Ella me mira y escucho algo totalmenteinesperado.
- "¿Te vas a cuidar?"
DIOOOOOOS... NOOOOO.... No me lo vuelvas a preguntar porfavor que no logro resistirme. Probablemente penetrarte sin preservativo sea elmismísimo paraíso terrenal perooo.... Debo cuidarme (pensé por dentro mío en unsegundo) Cerré mis ojos y solo conteste:
- "Si."
De milagro me cuidé. Lo puse a la velocidad de la luz y meacomode sobre ella.
Entrar en ella fue mágico. Su vientre estaba tan calientecomo el sol. Mi pene entraba y encajaba a la perfección dentro de ella. Comencéa moverme y los dos no parábamos de besarnos, de gemir, de mirarnos.. Estábamosigual de sorprendidos que tanta piel sea real y de poder coincidir en estavida.
La penetraba despacio, controlando mi orgasmo lo mejor que podía.Llevando el control, los tiempos y nunca pero nunca deje de mirar sus ojos.Brillaban y expresaban más placer que sus palabras y gemidos.
Cuando llevamos unos minutos de penetraciones inmejorables,ella saca su lado dominante y de un hermoso giro inesperado me pone debajo deella. Dios mío, ¡Que mujer!
Con sus manos toma mi pene y lo fusiona con su vagina... ycomienza a cabalgarme.. Sus pechos eran tan perfectos, sus gemidos y sus ojosme volvían loco y como si fuera poco sentía mi pene tan mojado y caliente que parecíano tener preservativo.
Disfrutábamos tanto que no se si pasaron horas, días osegundos hasta que realiza la maniobra más excitante que pudo hacerme, como sime conociera de toda la vida. Saca mi pene de su vientre y con la mano lo llevadirecto a su cola.
Ahora sí... no respondo de mí...
No fue necesario ningún tipo de lubricante, saliva o ayudaalguna. El preservativo no molestó en lo más mínimo. Sin consultarme nipedirme, solo se dejó llevar por su instinto. Nada más excitante que una mujersin tabú, donde no existe el "NO" o el "¿Puedo?".
Sentí un poco menos de calor al entrar, pero el pene estaba másapretado sin duda.. No fue la cola lo que me enloqueció, sino su hermosaactitud de tomar lo que quería. Y sin más remedio, acabe a los pocos minutos; abrazándola,gimiendo y besándola con una locura extrema.
Cuando terminamos, quedamos abrazados por unos segundos. Lapiel era tan intensa que parecíamos recién casados, o primeros novios.. O loque sea.. Todo menos recién conocidos.
Ella sale de arriba mío y se dirige al baño. Yo me quedoimpactado por la piel que sentíamos. No sé si fue que venía de sexo aburridocon mujeres de mi edad, o si fue que ella hacía mucho tiempo no tenía sexo. ¿Quéme pasa? ¿Por qué me gusta tanto esta mujer?
Cuando ella vuelve del baño nos reímos un poco por toda lalocura reciente, la forma en que nos conocimos y todo la lujuria que arrastrabala situación. De repente, a menos de cinco minutos de acabar, comenzamos abesarnos, a tocarnos y.... Créanme que lo que siguió merece otro relato. Descubríen ese momento dos cosas: Que la noche recién empezaba, y que podía tener sexonuevamente luego de cinco minutos de acabar...
Gracias a todos por leer. Pronto subiré la tercera parte.Saludos.
8 comentarios - Yo 24, ella 50. (Parte 2)
Voy a mantener su identidad oculta, en discreción. Disculpá.
van puntines y reco.
besitos