19. Mi visita al DF 3ra Parte (SexyAracely)

Mi visita al DF 3a Parte: como me convertí en la maestra de mi Primo
Después de mi cita con Miguel en el hotel (Relato anterior) al ir llegando a mi casa me encontré en el porche con mi primo que estaba sentado en una mecedora, un jovencito muy guapo, 18 años, casi 19, rubio, ojos color miel, de mi estatura. El venía a ver a papa de vez en cuando para ver su estado y como ya comenté en el relato anterior, me lo encontré saliendo del baño envuelta en una toalla que apenas si me tapaba. Mi primo siempre me había tratado muy lindo, muy galante, pero por ser primos nunca se me había ocurrido nada (Hasta hoy) ya que al ver cómo me miraba comencé a darme cuenta que ya era un apuesto joven.

Apenas me acerqué se levantó a recibirme -¡Hola primita!- y se acercó dándome un beso que sin querer alcanzo a dármelo en la comisura de los labios, en ese momento pude notar el bulto en su pantalón, un bulto considerable. Cuando se dio cuenta que lo noté se puso colorado, yo, la verdad no podía quitar la vista de su entrepierna. Le pregunté por papa, y me dijo que estaba bien, que él ya se iba pero se quedó a esperarme para saludarme antes de irse. En eso salió mi mama y al vernos me dijo que si queríamos cenar y le dije que sí, pero mi primo dijo que no se molestara, que él quería pagar unas hamburguesas, entonces mama le dijo que estaba cansada y se iba a acostar junto a papa, que si queríamos las compráramos.

Yo iba vestida de un pantalón blanco ajustado, zapatos de taco, mi tanga que se notaba en el pantalón y una blusita de tirantes. Mi primo se veía nervioso, trataba pero no podía quitar la vista de mi escote y cuando yo lo sorprendía desviaba la visa ruborizado. Lo que me hacía sentirme apenada y un poco turbada. Fuimos a comprar las hamburguesas y en ese lugar los hombres me comían con la mirada, pero al verme acompañada no me decían nada, pero se notaba que me querían decir warradas y eso me estaba poniendo caliente, algunos al descuidarse mi primo sacaban la lengua y me lanzaban besos, me dejaron muy caliente, al regresar ya no estaba mama, se había retirado a la panta alta a descansar. Nos fuimos a la cocina, a media luz pusimos la mesa y nos pusimos a cenar. Mi primo no dejaba de recorrerme con su mirada cuando yo me descuidaba y cuando yo lo descubría bajaba la vista apenado, ya entre platicas le pregunté por su novia.
-No tengo, prima.
-¿Cómo, tu tan wapo no tienes novia? –Le dije y se puso colorado.
-Es que soy algo penoso, me pongo nervioso cuando me acerco a una chica. No me creerás, soy virgen, nunca he tenido novia.
-No te creo, eres wapo, me imagino que debe haber alguna xhika detrás de ti.
-Pues no sé, la chica que me gusta no me hace en el mundo.
-Pues inténtalo primo, no creo que sea difícil decirle que sientes, eres wapo y no creo que haya xhika que se te resista.- Le dije sin imaginar a quien se refería.
-¿Tu crees? –Yo asentí.

Entonces, mientras aun estábamos en la mesa cenando comenzó a decirme cosas bonitas y acercando su silla junto a mí y me tomo la mano y me dijo:
-Prima, la verdad es que tu eres la chica que me gusta, estas hermosa, tienes un cuerpo que me ha hecho soñar, más desde que te vi, envuelta en esa toalla, no puedo dejar de pensar en lo que vi…

Mientras lo decía acercaba lentamente su rostro al mío, cuando terminó de hablar su boca estaba tan cerca que lo que siguió fue muy natural, me besó suavemente al principio. No reaccioné, ya venía caliente del hotel y las miradas y gestos warros de los tipos en las hamburguesas me habían dejado peor, entonces él me abrazó y sus besos iban subiendo de tono hasta que pude reaccionar.
-¡No, Ángel, eres mi primo!
-¡Aracely, me vuelves loco, no dejo de soñar contigo, con tu cuerpo, sueño que te hago mía, te deseo!

Y volvió a besarme con locura, con fuego, sus labios me quemaban, intenté resistirme sin mucha convicción, alejarme de él -¡No, no, no, Ángel, no!- Pero ya era tarde, mi cuerpo reaccionaba antes sus caricias y sus besos. Ahora no solo me besaba, sus manos se movían por mi cuerpo, sobando mis pechos sobre la blusa, acariciando mi cintura. Estábamos en la cocina, había riesgo de que nos descubrieran pero eso me hizo sentirme arder, el morbo de que nos sorprendieran así me encendió de una manera descontrolada. Yo instintivamente busqué su miembro por sobre la tela del pantalón, se sentía un miembro viril en plena potencia, joven y fuerte, se lo sobaba y él comenzó a gemir.

Entonces tome la iniciativa y desabotoné su camisa, que por cierto tenía un físico muy bien trabajado, su abdomen y su un cuerpo musculoso eran de ensueño, pasé mi lengua por sus pectorales, por su abdomen y él solo cerraba sus ojos, me hinqué y abrí su bragueta y liberé su pene que saltó como un resorte desafiante, un pene portentoso para su edad, grande, hermoso. Apenas lo liberé, lo sujeté con mis manos y le di lo que sería su primer beso en el glande. El jadeaba, cerró sus ojos y entonces metí su pene en mi boca, lo grueso que era hizo que meterlo en mi boca fuera difícil, así que solo lamía el tronco y metía el glande y lo que alcanzaba a entrar, pero eso no me detenía de darle una mamada que nunca olvidaría.
-¡ARACELY, MAMITA, CADA QUE TE VEÍA ME MASTURBABA, ME LA JALABA PENSANDO EN TI, CUANDO TE VI EVUELTA EN LA TOALLA ME METI AL BAÑO Y ME LA JALE HASTA QUE ME DOLIÓ! ¡ME LA JALE IMAGINANDO QUE TE QUITABA LA TOALLA Y TE METIA MI VERGA! ¡NUNCA PENSÉ TENERTE ASÍ!
-¡¡¿¿SI??!! ¡NO SABIA! ¡PUES AHORA YO TE LA VOY A EXPRIMIR PRIMITO!

Su confesión me excitó muchísimo más. Imaginármelo masturbándose por mí me puso tan caliente que casi tengo un orgasmo. Mientras lamía su tronco, su grueso tronco, mordía suavemente su glande y lamia o besaba sus testículos. Entonces, le hice una rusa, cuando empecé él abrió sus ojos y cuando vio lo que estaba haciendo, como tenía su miembro entre mis tetas y lo estaba masturbando, fue tal su excitación que tuvo un tremendo orgasmo, su semen salía con tal fuerza que me salpicó la cara y los pechos. Saqué la lengua y probaba lo que me había salpicado, parecía que para él era nuevo todo eso, me miraba con una mezcla de asombro y lujuria que me excitó musho. Seguí con mi rusa, no quería que se bajara su excitación, quería montarlo y tener el privilegio de ser la primer xhika en su vida. Volví a mamársela, estaba muy deliciosa, pero él, en su tremenda excitación no pudo contener un segundo orgasmo que ahora sí me lleno la boca.
-Mmmmmmmmmmmmmm, primo, que rica sabe tu lechita.
-¡AAAAHHHHHH! ¡AAAAAHHHHH!

Solo gemía. Sudaba. Entonces me levanté y le regalé el espectáculo de verme bailar mientras me desnudaba. Ondulando mis caderas fui sacándome la blusa para luego desabrochar mi pantalón y dándole la espalda para que contemplando mi trasero viera como bajaba lentamente mi pantalón. Lo morboso de la situación me tenía a mil, podía venir mama y descubrirnos, ver cómo me estaba desnudando para mi primo como una puta cualquiera, ver como él ya me había regalado dos veces su semen y yo quería más, esa morbosa situación me tenía ardiendo. Mientras seguía desnudándome él continuaba masturbándose furiosamente. Entonces le acerqué mi trasero a su rostro ondulándolo y él besó cada pompa sujetando mis caderas, mientras yo apretujaba mis pechos y con mi propia lengua lamía mis pezones –Quítame la tanga papito- le dije y él, sujetándola, la bajó hasta quitármela, ahora abrí mis nalgas con las manos y le dije -¡CHUPAME MI ANO PAPITO!- Se me quedó viendo sin saber qué hacer y le dije -¡POR FAVOR, RECORRELO CON TU LENGUA, YA ME TIENES CALIENTE, CHUPAMELO POR FAVOR!

Su instinto lo hizo reaccionar y empezó a pasear su lengua por mi ano, por mis nalgas y ahora empezaba a darme suaves mordiscos en cada una mientras sujetaba mis caderas con sus manos, ahora su mano buscó mi concha y comenzó a masturbarme, sus instintos de macho se habían despertado totalmente.
-¡AAAHHH! ¡AH, AH, AH, PAPACITO, QUE RICO LO HACES! –Le dije totalmente encendida.
-¡ES QUE ESTAS BIEN BUENA, ESTAS COMO QUIERES CABRONA!
-¿TE GUSTA QUE YO VAYA A SER LA PRIMERA?
-¡SI MAMITA, QUE SEAS LA PRIMER PUTA QUE ME COJA!
-¡¡¿¿QUE YO SOY TU QUEEE??!! ¿¿QUE YO SOY TU QUE MI AMOR??
-¡MI PUTA, MI ZORRA PARTICULAR!
-¡OOOOOHHHHH! ¡AH, AH, AH, AH! –

Sus palabras me encendían cada vez más. Cuando me dijo puta, un estremecimiento me recorrió toda y así, de pie tuve mi primer orgasmo, sentía que las piernas se me doblaban. Él se dio cuenta y siguió diciéndome:
-¡TODOS MIS AMIGOS TE QUIEREN COGER, DICEN QUE ESTAS BIEN BUENA, QUE ERES LA PUTA MAS DELICIOSA DE LA CALLE Y QUE TIENES UN CULOTE PARA LLENARLO DE VERGA!
-¡AAAHHHHH! ¡AAAAHHHHH!
-¡Y AHORA YO TE TENGO PARA MI PUTITA!
-¡SSSSIIIIII! ¡SI PAPI, SOY PARA TI ESTA NOCHE, COGEME, HAZME TUYA!

No podía esperar más, me subí arriba de él y guie su pene a mi concha que ya estaba totalmente empapada, con mucho dolor logré que entrara gracias a la lubricación de mis jugos, ahora, así de frente empecé a cabalgarlo, a comerme su boca, él me sujetaba por el culo mientras yo cabalgaba con locura, nos comíamos la boca, mientras gemía él aprovechaba para comerse mis pechos sin soltar mi culo, para luego volver a comerse mi boca. Tan caliente estaba que empecé a gemir intensamente hasta no poder más, me corrí sobre él, me corrí como nunca y él empezó a llenarme de leche la vagina. Entonces se levantó y cargándome me plantó un beso salvaje, metió su lengua en mi boca en un beso caliente, abrazándome y sin sacar su pene de mi concha me llevó cargada a mi recamara, una vez allí, me acostó y siguió bombeando mi concha arrancándome más orgasmos..

Entonces le dije: -Sácala papito, quiero que me hagas algo más- dije señalando mi concha. El se acercó y le dije –Ahora mete tu lengua allí
-Pero no sé cómo
-Yo te enseñaré papacito, métela y empieza a recorrer lentamente cada parte, en especial el clítoris, aquí- Le señalé con mi dedo. Entonces, metiendo su cabeza entre mis piernas me dio la mamada más placentera que he experimentado en mi vida. Al principio era tosco, pero conforme escuchaba mis gemidos se fue dando cuenta donde estimular con su lengua, hasta que me tenía retorciéndome del placer y la locura que su lengua me provocaba.
Era demasiado -¡ME VOY A VENIR PAPITO!- le grité-
-¿QUE HAGO MAMACITA?
-¡SIGUE LAMIENDO, NO TE DETENGAS…! ¡AH, AH, AH, AH, LO QUE SALGA BEBELO MI AMOR!

Continuó lamiendo cada vez más intensamente -¡ASI, ASI, MAS, MAS, ASIIIII….! ¡AAAAAAAAAAAHHHHGGGGGG!

Me estremecía en sus manos, el aire se me iba… ¡Increíble que un jovencito primerizo me haya arrancado el orgasmo más delicioso de mi vida! Sin decirle nada, se subió a la cama y empezó a lamer mis pechos, aun no me reponía de ese dulce orgasmo y sus lamidas me hicieron correr otra vez…
-¡AAAHHH, AAAAHHHH, AAAGGGHHH AAAAAAAAAHHHHGGGGG!

Su lengua recorría de tal manera mis pechos que me hacía estremecer, su boca, llena de mis jugos se posó sobre la mía llena de su semen en un beso cachondo mientras sus manos me recorrían toda sin dejar ningún rincón de mi cuerpo sin tocar. Sin decirle nada me puse en la posición de perrita y le dije -¡PENETRAME!- Se colocó detrás de mí y guié su pene con mi mano a mi concha y él su instinto hizo lo demás, fue metiendo poco a poco su miembro -¡ASI PAPITO, ASI, COGEME CON TU GRUESA VERGA!

Y continuó metiéndola lentamente hasta poder sentir que la tenía toda. Cuando lo hizo solo empezó a bombear de manera tosca, salvaje, viril, sujetando mis caderas bombeaba mi concha como un desesperado.
-¡MAS, MAS, MAS, MAS PAPITO, JALAME EL CABELLO, NALGUEAME!

Me jalaba el cabello, me daba de nalgadas y entonces, inclinándose un poco su mano busco mis pechos y los apretujaba mientras bombeaba mi concha. Me volvía loca. Mientras yo metía mis dedos en mi clítoris masturbándome. Me embestía con pasión, con fuego, su pene en mi concha me hizo gemir como loca, no me importaba si mama o papa me oían. Solo quería gozar de ese pene tan portentoso.
-¡PRIMA, PRIMA, ME VOY A VENIR!
-¡SI AMOR, SI, VENTE EN MI CONCHA!

No alcanzamos a decir más, estalló en mi concha y al sentir como inundaba de semen mi concha tuve mi último orgasmo de esa noche. Caímos rendidos en mi cama y abrazándonos mientras nos besábamos nos quedamos dormidos. Esa fue la primer noche que tuvimos juntos hasta que me regresé a mi cuidad. Así me convertí en la maestra de mi primo.