Para quienes se perdieron al primera parte, aquí les dejo el link: http://www.poringa.net/posts/relatos/3157603/La-chica-de-la-barra-1ra-parte.html
Ahora si continuo con el relato:
Ella se prendió con esa pregunta y me dice si hay puntitos; me jaló del brazo, me llevó al baño y me dice “mira”. En ese momento me sentí en el cielo, su “papita” morenita y peladita estaba ante mí, me agaché un poco y le dije mira, “aquí se nota un poquito algunos puntitos”, mientras aprovechaba para ir bajando y llegar a su concha, cuando estaba frente a ella no perdí nada de tiempo y empecé a lamer cada espacio de ella, estaba ya algo mojada, y ella también estab esperando eso…pues empezó a empujar mi cabeza para meter más mi lengua en su conchaza y gemir con cada metida de lengua.
Luego de su buena lamida de concha la llevé a mi habitación, la ropa en unos segundos ya estaba por los suelos. Se puso encima de mí y empecé a chuparle las tetas, tremendo par de tetas tenía Ruth, unos pezones marroncitos y ricos...le mordía y le jalaba sus pezones. Mientras le chupaba las tetas, mi pinga ya estaba buscando su concha para romperla con cada embestida, apenas entró ella empezó a cabalgar sobre mí, estaba como loca. Luego la puse en cuatro, frente a mi espejo y con cada metida sus tetazas se movían y podía ver su cara de placer. Fue rico verla gritar, gemir con cada metida de pinga.
Después de un rato, pasé a su culazo hermoso, primero lo mojé un poco con mi lengua, es algo que siempre hago antes de meter mi pinga, me gusta ir abriendo camino. Ella no podía esperar mas y me dice “mételo de una vez, quiera que me rompas el culo”. Por lo que mi pinga entró en una, me debo haber quedado buen rato bombeando su culo y como ya estábamos los dos a mil, dejé toda mi leche en su “hueco”, a ella le encantó, es más me pidió no sacar mi pinga, dejarlo dentro hasta que salga hasta la última gota. Esa noche fue un desfoge para ambos, ya en la conversación post cache me confesó que tenía ganas de tirar conmigo desde hace mucho, pero no quería parecer muy arrecha y además pensaba que yo no quería nada con ella, estuvimos conversando un rato más….la noche terminé con una tirada más y la dejé en su casa en la madrugada.
Al finalizar los partidos era ya fijo vernos para tirar, ella me esperaba con hilos dentales, y prendas que me ponían a mil. Ruth, era única para chupar pinga, metía mis huevos en su boca, mi pinga la metía entera, casi hasta atragantarse, la pasaba por sus tetas, su cara y no terminaba hasta que la leche termine en su boca, toda una “puta” sin serlo. Obvio yo no podía quedarme atrás y lamía esa conchita, mordía suavemente sus labios hasta hacer que ella también se moje, aunque debo decir que me encantaba lamer su culo, meter mi lengua en su culo, hasta hacerla gemir, puyes era señal que ya estaba lista para la metida de pinga.
En alguna ocasión tuvimos oportunidad de viajar a otra ciudad, pues ella viajó para alentar a su equipo y yo para cubrir el partido. Pero como ya estaba planeado, luego del partido salimos a una disco de la ciudad y terminamos en un hotel. Apenas llegamos nos fuimos a la cama y empezó la faena. Me tiró contra la cama, y empezó a sacarse la ropa poco a poco, cuando estaba calatita se subió a la cama y empezó a chuparme la pinga, para luego poner su concha mojada encima de mi cara, terminé mojado con sus fluidos pero fue riquísimo chupar su concha y meter mi lengua hasta el fondo de ella. Luego la volteé y la puse encima mio y empecé a darle lapos a esos “cachetazos” ricos de Ruth, cuando ya estaban rojitos le metí mi pinga en su culo y ella cabalgó como siempre, toda loca hasta dejarle el culo blanco de toda mi leche, pero apenas boté mi leche, sacó mi pinga, se volteó y lamió toda mi lechada hasta dejar limpio mi pinga. Esa flaca, de verdad que era toda una loca, tomaba mi leche como agua.
Fue una de las últimas veces que tiramos, pues ya ella me había comentado que por temas de estudio, tenía que viajar a otra ciudad. Actualmente ya casi hemos perdido comunicación, y alguien más se debe estar comiendo tremenda mujer….
Ahora si continuo con el relato:
Ella se prendió con esa pregunta y me dice si hay puntitos; me jaló del brazo, me llevó al baño y me dice “mira”. En ese momento me sentí en el cielo, su “papita” morenita y peladita estaba ante mí, me agaché un poco y le dije mira, “aquí se nota un poquito algunos puntitos”, mientras aprovechaba para ir bajando y llegar a su concha, cuando estaba frente a ella no perdí nada de tiempo y empecé a lamer cada espacio de ella, estaba ya algo mojada, y ella también estab esperando eso…pues empezó a empujar mi cabeza para meter más mi lengua en su conchaza y gemir con cada metida de lengua.
Luego de su buena lamida de concha la llevé a mi habitación, la ropa en unos segundos ya estaba por los suelos. Se puso encima de mí y empecé a chuparle las tetas, tremendo par de tetas tenía Ruth, unos pezones marroncitos y ricos...le mordía y le jalaba sus pezones. Mientras le chupaba las tetas, mi pinga ya estaba buscando su concha para romperla con cada embestida, apenas entró ella empezó a cabalgar sobre mí, estaba como loca. Luego la puse en cuatro, frente a mi espejo y con cada metida sus tetazas se movían y podía ver su cara de placer. Fue rico verla gritar, gemir con cada metida de pinga.
Después de un rato, pasé a su culazo hermoso, primero lo mojé un poco con mi lengua, es algo que siempre hago antes de meter mi pinga, me gusta ir abriendo camino. Ella no podía esperar mas y me dice “mételo de una vez, quiera que me rompas el culo”. Por lo que mi pinga entró en una, me debo haber quedado buen rato bombeando su culo y como ya estábamos los dos a mil, dejé toda mi leche en su “hueco”, a ella le encantó, es más me pidió no sacar mi pinga, dejarlo dentro hasta que salga hasta la última gota. Esa noche fue un desfoge para ambos, ya en la conversación post cache me confesó que tenía ganas de tirar conmigo desde hace mucho, pero no quería parecer muy arrecha y además pensaba que yo no quería nada con ella, estuvimos conversando un rato más….la noche terminé con una tirada más y la dejé en su casa en la madrugada.
Al finalizar los partidos era ya fijo vernos para tirar, ella me esperaba con hilos dentales, y prendas que me ponían a mil. Ruth, era única para chupar pinga, metía mis huevos en su boca, mi pinga la metía entera, casi hasta atragantarse, la pasaba por sus tetas, su cara y no terminaba hasta que la leche termine en su boca, toda una “puta” sin serlo. Obvio yo no podía quedarme atrás y lamía esa conchita, mordía suavemente sus labios hasta hacer que ella también se moje, aunque debo decir que me encantaba lamer su culo, meter mi lengua en su culo, hasta hacerla gemir, puyes era señal que ya estaba lista para la metida de pinga.
En alguna ocasión tuvimos oportunidad de viajar a otra ciudad, pues ella viajó para alentar a su equipo y yo para cubrir el partido. Pero como ya estaba planeado, luego del partido salimos a una disco de la ciudad y terminamos en un hotel. Apenas llegamos nos fuimos a la cama y empezó la faena. Me tiró contra la cama, y empezó a sacarse la ropa poco a poco, cuando estaba calatita se subió a la cama y empezó a chuparme la pinga, para luego poner su concha mojada encima de mi cara, terminé mojado con sus fluidos pero fue riquísimo chupar su concha y meter mi lengua hasta el fondo de ella. Luego la volteé y la puse encima mio y empecé a darle lapos a esos “cachetazos” ricos de Ruth, cuando ya estaban rojitos le metí mi pinga en su culo y ella cabalgó como siempre, toda loca hasta dejarle el culo blanco de toda mi leche, pero apenas boté mi leche, sacó mi pinga, se volteó y lamió toda mi lechada hasta dejar limpio mi pinga. Esa flaca, de verdad que era toda una loca, tomaba mi leche como agua.
Fue una de las últimas veces que tiramos, pues ya ella me había comentado que por temas de estudio, tenía que viajar a otra ciudad. Actualmente ya casi hemos perdido comunicación, y alguien más se debe estar comiendo tremenda mujer….
1 comentarios - La chica de la barra (2da parte)