¡Hola! a todos nuevamente, mi situación como marido consentidor me ha otorgado momentos de placer inimaginables, compartir una mujer como la mía es una locura, algunos pensaran que no la lleno o algo por el estilo, no, nada de eso, la razón es muy sencilla, me gusta que otros la deseen y se masturben pensando en ella, tal como lo hace nuestro vecino que se mata a pajas con su tanga que en ocasiones deja Jael a su alcance para que la tome sin dificultad desde su casa y encontrarla impregnada del semen de su joven admirador. Des estas son repetidas las veces que han sucedido y ella mismo me muestra su pequeña tanga con una risa coqueta y de estar de acuerdo que el chico las disfrute.
En cualquier hora del día cogemos muy rico y nos decimos cosas calientes recordando momentos vividos al lado de su amante dotado Fabián, que por cierto ella le exigió que terminara con su novia, su verga la quiere para ella sola. A mi amigo no le quedó otra opción que terminarla para complacer los caprichos de mi bella puta, fue imposible dejar de coger su estupendo culo, sabía que si se negaba otro relevaría su lugar de macho dominante, así que, prefirió dejar a su noviecita para seguir complaciendo a mi mujer. Ella es muy exigente y tiene planes de conservarlo para ella por un buen tiempo, si él sabe comportarse a la altura y a sus exigencias de hembra sedienta. Fabián por su parte, está súper contento de gozar el culo de mi mujer a su antojo; no le preocupa que otros la chuleen en la calle, él sabe muy bien que la puede coger cuando lo prefiera, es su puta personal…la que le descarga los huevos con su caliente concha y apretado esfinter…Antes de contarles lo que le hace a mi mujer en la tienda de ropa, prefiero relatar lo sucedido en la fiesta de Oaxaca, fue una experiencia única que le da mucho mayor morbo y placer a nuestras vidas.
Llegó el día de la fiesta en la ciudad de Oaxaca y nos fuimos los tres en mi auto, mi esposa llevaba puesto un largo vestido azul marino entallado con una abertura a un lado de la pierna, su escote permitía ver parte de sus tetas, pero el platillo más suculento por supuesto que era su culo. Su cuerpo era imposible de voltear a verlo, al caminar sus nalgas se dibujaban claramente, el movimiento que hacen sus atrayentes glúteos, hacían que mi verga se pusiera durísima al instante. Antes de salir de la casa y pasar a recoger a Fabián, me mostró su pequeña tanga negra, solo se le notaba un triángulo que asomaba entre sus nalgas y otro pequeño triángulo trataba de tapar sus carnosos labios de su vulva, que se dibujaban claramente por lo apretado de la pequeña tela; tampoco llevaba sostén, sus uñas bien pintadas, sus labios color rojo brillante y sus pies enfundadas por una zapatilla elegante de tacones altos, en fin era toda una diosa, parecía que concursaría en un desfile de putas de lujo. Antes de salir de casa ella me regaló una estupenda mamada prometiéndome que me daría un espectáculo que solo yo puedo disfrutar. ¡Suficiente! Dijo–¡Guarda tu leche para mas tarde amor! y salimos de casa.
Pasamos a recoger a nuestro amigo y al verla Fabián, le dijo sin importarle mi presencia: ¡Mamacita!, ¡Que culo me voy a comer hoy! Se besaron frente a mí dentro del auto como si fueran novios y se dijeron cosas en voz baja… Inmediatamente ella le agarró la verga y se la fue acariciando durante el trayecto a la fiesta, que por cierto eran las bodas de plata de un viejo amigo.
Antes de llegar a ese lugar, ella se pasó al asiento trasero, Fabián se sacó la gruesa verga para que se la siguiera acariciando y ella se dejó mamar las tetas y le respondió con sonoros chupetes a la gran cabeza de su verga manchándosela de lápiz labial;!Ssssluuurrp! –¡Mira como me come esta puta! –Escuché– por mi parte hacía el papel de chofer y en todo el camino no pararon de besarse, hablarse en voz baja y se tocaban mutuamente. La verga la tenía a punto de explotar pero supe controlarme, sabía que esa noche nos esperaban momentos maravillosos, sería una noche de sexo y más sexo.
Por fin llegamos a la fiesta y los anfitriones nos recibieron con mucha cortesía, había gente de clase alta y como siempre, todos los hombres discretamente volteaban a ver a mi mujer, yo la llevaba del brazo y Fabián para disimular que era su culiador; entró al lugar después de nosotros; a mi esposa la saludaban constantemente los invitados e invitadas. Había otras mujeres hermosas, tal vez, putas como mi esposa, también imaginaba que ellas traían a su macho que las cogerían en cuanto sus maridos se emborracharan. Pero la más voluptuosa era mi mujer, los meseros se esmeraban demasiado por atenderla y le traían lo que ella les pedía. Sabía que lo que querían era estar cerca de ella para oler su perfume, ver su escote y lo más soberbio de ella: admirar ¡SU CULO! …el culo que tantas pajas ha provocado en nuestros conocidos y desconocidos, un culo por el cual serías capaz de ser infiel a tu pareja, un culo por el cual serías capaz de todo, hasta de matar… unas nalgas que te hace perder la noción del tiempo y no te cansas de admirarlo y terminas con una brutal paja lechosa en su honor tal como se la dedica nuestro vecino.
El lugar que elegimos para sentarnos, era casi al final, estaba casi en penumbras, era el lugar indicado para comenzar a jugar con mi esposa y Fabián. Al principio estábamos un poco separados, pero al transcurrir el tiempo Jael pidió a Fabián se acercara a ella, al hacerlo ella le plantó un beso en la boca. Yo hice como si nada y seguí el juego que apenas comenzaba entre ellos. Para disimular un poco saqué a bailar una pieza a mi esposa y Fabián sacó a otra chica que estaba sola, fue entonces cuando Jael me dijo:– ¡Las copas que tomé estaban cargaditas y me estoy calentando con dos machos vergudos a mi lado!–
–¡Calma mi vida!– Esto apenas comienza, disfruta esta noche… es tuya y tú serás de Fabián, ella me besó y dijo muy excitada por el efecto de las copas:– Quiero sentarme un momento, ¡llámalo lo quiero junto a mí!—Le hice una seña disimuladamente y enseguida llegó, tomó su lugar y dejamos a Jael en medio de los dos. En la penumbra del lugar la abracé y la bese con pasión, él aprovechó para tocar sus deliciosas piernas encima del vestido, me incliné para mamar los senos de ella y sorpresivamente…él se deslizó bajo la mesa con bastante maestría, oculto por el gran mantel y la penumbra, abrió las piernas de mi mujer y acarició su concha,!Aaaaggghh! gimió mi puta esposa. Era muy arriesgado lo que estábamos haciendo, él no perdió tiempo y metió su cara entre las piernas de ella, ¡No lo podía creer! ¡Le estaba dando una mamada a Jael en plena fiesta! Mientras los invitados bailaban, tomaban y se divertían cada quien a su manera. El lugar ya estaba en ambiente, el trío tocaba las canciones solicitadas, eran como las 11 pm, la mayoría platicaba de diversos temas ya semiborrachos, en eso vi venir al mesero y rápidamente alerté a Fabián, él se paró para tomar su asiento disimuladamente –!Aaaagghh! –¡Papi, estoy más caliente ahora!—Me dijo Jael al oído.
El mesero trajo unas bebidas y aprovecho el muy cabrón para decirme—¡Con todo respeto caballero, pero la dama que los acompaña es muy hermosa!—¡Es mi esposa! Le contesté y le hice saber a ella el comentario del joven, ella se puso de pie y agradeció sus palabras, ante la aceptación de sus halagos, el joven se quedó de una pieza y se ofreció estar más al tanto de nosotros, pero le respondí que fuera por otras bebidas y botanas. En cuanto el mesero se retiró, Fabián se abrió la bragueta y sacó aquella verga que volvía loca a Jael, la tenía durísima igual que yo, con las luces que apenas nos alumbraban pude ver que brillaba la enorme cabeza de su miembro, se acercó a ella y la besó con lujuria, mi mujer por su parte, le tomó la verga para masturbarlo de prisa…Escuché que se hablaron muy bajito en aquel ruido de la fiesta pero alcancé a escuchar…–¡Tranquila mamacita que me vas a sacar la leche antes de tiempo!– Dejó de chaquetearle y volteó hacia mí, me abrió el zipper y me sacó la verga, ya la tenía hinchada desde que llegamos al lugar…ella tenía una verga en cada mano, aprovechando la penumbra se agachó y mamó un instante la vergota de Fabián pero se sentó rápidamente, temiendo ser sorprendida por alguien; luego lo mismo hacía con mi verga. Pero en cuanto había oportunidad, ella le besaba con más lujuria y bajaba a mamar otro rato–¡ssssluuurrrp! ¡ssluurrrp! A la imponente verga de mi amigo le dedicaba más tiempo, era el mensaje que ella me daba para decirme que estaba deseándolo demasiado; incluso abandonaba mi verga para abrazarlo y decirse cosas que yo no podía escuchar… toque su cocha y la tanga la tenía muy mojada, también toque su ano y le metí la punta de mi dedo, tenía demasiado lubricante en su zona anal…
Ellos estaban muy entretenidos cuando apareció el mesero. –¡Traigo sus bebidas caballeros! Fabián y Jael lo voltearon a ver pero sin dejar de manosearse, tampoco les importaba la presencia del mesero, ella bajó a mamar aquella verga que la volvía puta. El mesero se quedó sorprendido y antes de que reaccionara y se fuera le dije–¡Tómate una copa conmigo!– ¿o me vas a despreciar? –El se sentó en una silla y sin dejar de verlos se bebió su copa. Jael dejó de mamar un instante y le dijo: ¡Hola!–¡Gracias por acompañarnos! Fabián ya no se guardó la tremenda verga y apantalló al mesero diciéndole: –¡Con una como esta, (señalando su garrote), puedes tener un culo como este, jajajaja! Al ver que nadie nos observaba en aquella parte donde estábamos, hice inclinar a Jael para que siguiera mamando la verga de mi amigo, en cuanto comenzó a comerle la enorme cabeza; no me importó y subí el vestido de ella hasta la cintura, sus impresionantes piernas y su negra tanga estaban a la vista del joven mesero.–¿Qué te parecen? –Le pregunté –¿Puedo tocarlas un momento? Dijo con nerviosismo. ¡Adelante, hazlo, no hay ningún problema, solo date prisa que te van a despedir, jajajajaja! De un salto se puso junto a mi esposa que ya solo se abrazaba con Fabián mientras él le amasaba las carnosas y duras nalgas.
Era de esperarse que aquel joven, no perdería tiempo, era una oportunidad única, de pronto de sacó la verga y se comenzó a pajear al lado de nosotros, de forma alternada tocaba las piernas y nalgas a mi bella esposa, Fabián no decía nada, sabía que el pobre jovenzuelo pronto sacaría su leche y no podría hacer más, el macho de Jael era él únicamente, la cogería esa noche otra vez con mi pleno consentimiento. En menos de dos minutos el joven mesero aventó la leche a las piernas de ella y resoplando dijo: ¡uuuufff! –¡Qué hembra, que puta!– Las piernas le temblaban—-¡Gracias amigo por permitir desahogarme, pero que suerte la de este amigo!– Tomé unas servilletas y le limpié las piernas a Jael —Para ese entonces mi verga estaba a punto de explotar y le di un billete de quinientos al mesero por sus servicios; antes de que se retirara le dije que me dijera dónde estaban los jardines, porque quería respirar aire fresco sin humo de cigarros…El me dijo:–¡Al fondo caballero y se retiró con una sonrisa de satisfacción prometiendo traer la mejor bebida de la fiesta.
Jael dejó de mamar la vergota de su macho para evitar ser sorprendida por alguien más y de pronto me besó, su boca tenía el sabor de la verga de mi amigo…¡Qué bárbaro, espero que el joven no nos recuerde jamás!–¡Mira que caliente me he puesto mi vida, necesito ser montada por Fabián papi! –¿Ya quieres que te coja? ¡Eres una puta, le has mamado la verga en plena fiesta y no te importó el mesero! ¡Eso tú lo provocaste, tú me ofreciste al joven…cornudito! ¡Jajajaja!—Ya estaba un poco ebria, entonces se levantó acomodándose la ropa y se dirigió al baño, me quedé a solas con mi amigo en la mesa.
— ¡Oye que bruto!– La tienes bien arrecha y ya quiere que te la cojas, desea sentir tu verga en estos momentos la muy puta!—
–¡Estaba a punto de darle de comer mi leche! pero me contuve, quiero su culo!—Me dijo agarrándose la verga y apretándose los huevos…
El mesero sí que se dio un agasajo, que aventado eres!– Tengo los huevos cargados y la verga a reventar. Me la mostró en aquella semioscuridad…!uuuffff! ¡Sí que la vas a destrozar con esa verga! Jajaja, la tuya si es verga, no como la del mesero!
¿Dónde te la quieres culiar? –¿En un hotel o en el coche?, ella necesita sentir tu verga, la has vuelto muy puta! –¡Cógetela ya! Mientras hablábamos, me masturbaba lento, no quería votar la leche en la mesa, deseaba ver como Fabián se la culiaría frente a mí. En eso regresó Jael del baño, antes de sentarse me llamó a su lado para decirme:—¡Vamos a los jardines!–¡ahí quiero ser suya, ya no aguanto más! El sabía que mi mujer no podía esperar más y sin guardarse la verga se levantó tapándose solo con su chamarra la terrible erección.
Ella salió rumbo a los jardines y ambos la seguimos, su culo nos llamaba, el movimiento de sus nalgas nos hizo perder la noción del tiempo y del lugar de donde estábamos, ella quería ser poseída por Fabián en ese lugar, un lugar donde habían invitados y donde alguien podría sorprendernos pero ya no importaba nada, mi esposa deseaba ser satisfecha sexualmente, deseaba terriblemente la gruesa verga de mi amigo, la había calentado demasiado y ahora le tendría que cumplir. Yo por mi parte, deseaba que sucediera aquello, era una situación de peligro, pero me urgía verlos, me urgía ver desaparecer la verga de mi amigo en la concha y el culo de ella.
Jael, al ya no estar a la vista de los invitados lo tomó de la mano y lo condujo al fondo del jardín, era enorme y tenía lugares para estar a solas sin que nadie te molestara, él sin esperar más la tomó de las potentes caderas y la besó con lujuria…—¡Uuuummm! –¡Cuánto te deseo! –¡Cuánto deseo tu culo! –¡Si mi rey, a eso me trajo mi marido, a que me lo cojas!–¡A que me lo rompas rico mi rey!—¡Vamos más allá, date prisa, que te quiero sentir!–¡Deseo ser tuya, tu puta…mi culo y mi concha te extrañan papi! Escucharlos hablar de aquella manera, me hizo sacar la verga, era demasiado aguante para mí, sin masturbarme expulsé mi semen cerca de ellos, mi leche salía a borbotones, mi esposa se dio cuenta y me guiño el ojo de complicidad… pero mi verga seguía durísima, mi cuerpo se convulsionaba por la exquisita venida, quería más y faltaba lo mejor…
Al llegar al lugar elegido por mi mujer, se besaron apasionadamente, el con la majestuosa verga palpitando por fuera del pantalón se masturbaba lento, entonces ellos me dijeron:–¡Si se acerca alguien nos avisas! Yo obediente moví la cabeza afirmativamente y entonces Fabián giró a Jael para que le mostrará aquel culo que tanto deseaba, le alzó el vestido y dijo:–¡Por dios, que culote!-¡Que culo mi vida, que nalgas…eres la envidia de las mujeres!–¡Te lo voy a romper! —¡ Si hazlo ya! Se bajó el pantalón a las rodillas y su verga se veía enorme en aquella semioscuridad del jardín. Tomó a Jael por las caderas acomodándole su tanga a un lado, sin demora buscó y empujó aquella barra de carne en la concha de mi mujer. ¡Ahhhh! ¡Aaahhh! ¡Que divina verga te cargas, dámela toda mi rey! ¡Anda cógeme duro, que mi marido vea como te saco la leche!
Le comenzó a dar suaves empujones y en poco tiempo ya le arremetía salvajemente, no era un lugar para tardar demasiado…!plaf, plaf,plaf! ¡Ahhhhgggg!, ¡Aaaagghh! –¡Mira como me coge la cocha, la tiene riquísima mi vida! Entonces me acerqué a ellos, deje de ser vigilante por un momento para besar y sostener por enfrente a Jael de las terribles arremetidas que recibía. Ella se abrazó a mi cuello y me besó con pasión…me dijo al oído que estaba a punto de venirse y que ya no soportaría más placer, que la verga de Fabián la estaba taladrando delicioso..!Aaaaggghhh!—Mi vida me vengooo!-¡Me vengoo! ¡Así, así, cógeme duro mi rey! La tuve que sostener, su cuerpo perdió el control y se desvaneció con los ojos en blanco, abriendo la boca, casi convulsionaba por el violento orgasmo. En ese momento se sacó la tanga y me dijo en voz baja que si estaba preparado para ver como Fabián le rompería la cola otra vez, porque en toda la fiesta se lo estaba pidiendo y ella lo deseaba y le daría ese gusto; mientras los empujones hacia su concha no cesaban y eran cada vez más violentos, yo la detenía y sentía la potencia de aquella verga buscando inundar su interior. Miraba de vez en cuando alrededor buscando mirones pero estábamos solos, la música se escuchaba a lo lejos, pero mi deseo era mayor, anhelaba ver como el culo de mi esposa se tragaba la gruesa verga de Fabián, mi verga estaba durísima esperando tocarla para erupcionar todo mi semen nuevamente… —¡Puta, te la comes toda!–¡Tu concha me sacará los mecos, no soporto más!—de pronto se la sacó y dijo:–¡Quiero tu culo ahora, voy a llenártelo de leche puta deliciosa, uuuufff! Así como estaba sosteniéndola, le abrí las nalgas para que él la penetrara con facilidad, la verga de Fabián lucía super mojada, por momentos, accidentalmente rozó mi mano; la sentí dura y calientísima…
–¡Amor…no olvides checar quien viene, no quiero interrumpir este momento…! Dijo Jael, con la mirada perdida de tanto placer. –Si, sí, no te preocupes, nadie vendrá…quiero que lo goces amor…Ella abrió sus piernas un poco más y él buscó con sus dedos el pequeño ano de mi esposa y lo ensalivó abundantemente, incluso yo proporcioné mi saliva para untarlo en su esfínter, su pequeño ano en cuestión de minutos estaría ensanchado comiendo la gruesa verga de su amante.–¡Que cerradito lo tiene tu mujer, pero observa cómo se tragará completa mi verga! ¡Ummm, que delicia de culo, gracias por elegirme como el macho de tu puta!
–¡Es toda tuya pinche cabrón vergudo!—Le contesté excitado con la mirada fija en aquel miembro grueso y cabezón que estaba a punto de reventar la cola a mi bella esposa.
Sin demorar más, apuntó con firmeza y empujo la tremenda cabeza ¡Aaagghhh! –¡Mi vida que enorme está!—Gemía Jael–¡Disfrútalo amor… mira como me encula otro macho frente a ti!–¡Mi culo le pertenece esta noche lo has entendido?–¡Soy su puta y recuerda que tú me trajiste aquí para gozar su verga amor!–La verga de Fabián penetró lentamente…–¡Aaahhgg! –¡Es enormeee!– Yo separaba más las nalgas de Jael para dejar libre la entrada de su ano,—¡uufff! ¡Lo tenías cerradito, pero ya te va entrando toda! –Jael, todo el tiempo estuvo con la boca abierta gimiendo y dando pequeños gritos de dolor y de placer, me decía al oído que era una puta y que estaba dando el culo en la fiesta, que los machos que la saludaron también desearían estar en el lugar de su culiador..
¡Aaaagghhh!–¡Papi me ensartó toda, la tengo toda amor…! Sus ojos estaban en blanco, Fabián entonces le dio varios empujones lentos para que su culo se acostumbrara a su garrote y se untaba más saliva en el tronco de su miembro. Por un momento me olvidé de vigilar para no ser descubiertos, de pronto él me la quitó de mis brazos para que observara como la ensartaba por atrás; la sostuvo un momento parada y mientras amasaba sus senos la ensartaba con movimientos profundos, Jael en todo ese momento tuvo la boca abierta como aquella primera vez.
Mi verga si la tocaba, explotaría nuevamente y me contuve lo más que pude. Entonces con cierta maestría, la condujo a un árbol sin sacarle la verga del culo, caminaron al mismo paso, él atrás de ella… bajo el árbol estaba más oscuro por lo que quise ver como estaba dilatado el culo de mi esposa, esa visión me haría perder los sentidos, tomé mi celular y le pedí a Fabián que me permitiera ver cómo la ensartaba, él detuvo el movimiento de sus caderas mientras Jael se sostenía del árbol y me dijo con voz baja…–¡Amor no lo interrumpas, está apunto de inundarme con su leche! —Tomé mi celular para alumbrar y abrí con una mano una de las nalgas de mi mujer… ¡la verga del macho estaba bien enfundada!, la gruesa barra de carne estaba al tope. -¡Uuuufff! ¡Le has domado el culo nuevamente pinche Fabián!–¡Me la vas a dejar bien abierta!—¡Se la ha comido toda cabrón!
¿Eso querías no?—Un culo como el de tu mujer merece ser bien cogido por una verga como esta, jajajaja!—El se hizo un poco hacia atrás y su inmensa verga abandonó el ano de mi esposa–¡Observa cómo te la voy a dejar cornudo!—Oír esas palabras me hizo marear, el ano de mi mujer estaba muy dilatado, abierto e irritado… pero esa visión no tardó mucho y nuevamente arremetió con su ano suave de ella; su enorme cabeza hizo camino, la hizo gemir como una perra en la penumbra de aquel jardín…!Aaaggghhh!–¡Bárbaro, eres un salvajeee! ¡Aaagghhh! ¡Plaf, plaf, plaf! Este diálogo y el sonido de su verga me provocaban un placer terrible y a él también. La tomaba de sus caderas y casi la estaba lastimando con esa forma de poseerla, también la agarraba de sus hombros para jalarla hacia él con fuerza, el cuerpo de Jael se sacudía como un maniquí de trapo; pensé que ella protestaría por esa forma salvaje en que la culiaba, pero la muy perra sacaba la lengua y se relamía los labios, incluso para apagar un poco sus gemidos Fabián le tapaba la boca en ocasiones con una mano el cual ella aprovechaba para succionarle los dedos de su semental –¡Uuuummm! ¡Papi, cuantas ganas le traías a mi culo! –¡Eres un pervertido! –¡Me culeas frente a mi marido, eres un animal!–¡Tu verga me gusta demasiado!–¡Enséñale como ser un maestro del sexo anal!—¡Aprende mi amor, fíjate como me esta culiando, me está volviendo más puta!
Miré mi reloj y llevábamos en ese lugar como una media hora, por suerte nadie nos interrumpió, mi plan era que ellos cogieran en un hotel, pero la calentura de mi esposa fue mayor y ellos terminaron cogiéndose sin medir el peligro porque pudo armarse un escándalo mayor, pero no fue así. El sonido que hacían los huevos de el al chocar con las duras nalgas de Jael, era un tormento delicioso escucharlos y me hizo derramar mi leche con solo dos jalones, parado cerca de ellos en mi papel de esposo consentidor, me derrame a chorros, no me importó mancharme el pantalón–!Aaaagghhh!
–Te voy a llenar con mi leche puta!—Rugió Fabián y le dio un empujón violento para quedarse quieto mientras descargaba su néctar en los intestinos de mi esposa.–¡Así, así, así! –¡Dame todo mi rey…todo!!–¡Inúndame mi rey, gózalo!
¡Que culo mami!–¡Que culo!–¡Cuánta leche me haces sacar puta!…!uuuufffff! ¡Que puta, te dejaste coger en este lugar y tu marido cuidándonos!
—Si mi rey me vuelves una puta cuando me tocas, soy tuya cuando quieras mi rey…cuanta leche tenían tus huevos, me llenas toda, eres un maldito pervertido!! ¡Ahora si me has cogido como quería, me has convertido en tu esclava con esa verga que te cargas papacito! ¡Ummmm!
Estaba con las piernas temblorosas recuperándome de mi corrida, el aún no se la sacaba del culo, quería dejar hasta la última gota de su líquido caliente en lo profundo de su cavidad anal, entonces me llamaron a su lado, mi esposa me besó apasionadamente y me preguntó–¿Estas satisfecho amor?–¿Te gustó vernos?—Si mi vida, te hizo muy feliz y si él te complace no tengo porque enojarme…
Fabián le besaba la nuca y no daba señas de querer separase de ella, su verga seguía dentro del culo de Jael. ¡Anda mi vida, asómate como me dejó el culito! Me ordenó en voz baja– ¡Pero apúrate antes de que alguien venga! Tomé mi celular y alumbre para ver lo que me pedía; separé una nalga otra vez y allí estaba la gruesa verga de Fabián bien durísima y enterrada–¡Sácamela despacio mi rey, para que observe como me dejaste el culo!—Fabián se dirigió a mí y dijo sin pena ¡La verdad el culo de Jael es mi preferido de hoy en adelante, nada que ver con otros, lo tiene riquísimo, eres un suertudo de tener una hembra como ella! ¡Observa como te la dejé amigo! ¡Jajaja! ¡Mi verga quiere más culito!
El se hizo hacia atrás y aquella boa abandonó lentamente el ano de mi esposa, estaba abierto, super dilatado, poco a poco se fue cerrando ante mi vista…!Me la rompiste toda, eres un maestro en el arte anal no cabe duda! ¡No me equivoqué, sabía que la volverías más puta con esa verga!—De pronto del culo de Jael escurría un hilo de semen que llegó hasta sus piernas…¿Ya viste amor como me lo dejó? Si mi vida, te lo hizo más grande…en casa me desquito contigo llegando; Me dieron deseos de mamar su ano dilatado lleno de semen, pero me contuve, me estaba excitando otra vez…antes de subirse el pantalón Fabián me mostró su enorme erección, –¡Mira como la tengo amigo, pero con lo que hicimos aquí, es suficiente; en el auto me conformo con una mamada! ¡Quiero irme a Ocotlán! –¡Yo también amor! contestó Jael– Ella lo besó apasionadamente y se dijeron algo en secreto, mientras él le sobaba las nalgas, yo por mi parte levanté la tanga de mi esposa y la guardé en mi bolso del pantalón, ella solo tenía el vestido puesto. Estábamos a punto de caminar hacia el bullicio de la fiesta para despedirnos, cuando escuchamos ruidos provenientes de otra parte del jardín, al principio nos preocupamos porque pensamos que era alguien que había visto todo, sigilosamente busque a la persona y descubrí a una pareja; era una señora de buen ver, le daba sexo oral a un joven, sentados en una banqueta mientras el chico le amasaba las nalgas. Los dejamos que siguieran en lo suyo, nosotros ya habíamos hecho lo propio en aquel jardín, que al parecer era el lugar favorito de las parejas infieles.
Habíamos tardado aproximadamente una hora escondidos en aquel lugar y cuando llegamos el anfitrión me dijo:¿Dónde estabas?–Pensé que te habías retirado. Le expliqué que mi esposa se mareó con las bebidas y que la había llevado a tomar aire fresco al jardín. Nos despedimos de ese lugar, Fabián salió primero, a los cinco minutos salimos del lugar, como todos ya estaban bebidos descaradamente volteaban a verle el tremendo culo y las deliciosas piernas de Jael que se mostraba en el entallado vestido. Uno de ellos no le importó que fuera su esposo y se atrevió a pedirle su teléfono. Estábamos ya casi a la salida cuando vi al mesero y se acercó para despedirnos, quería comerse a Jael de pies a cabeza, incluso le solicitó si le permitía tomarse una foto con ella, el cual amablemente mi mujer accedió; entonces saqué la tanga de mis bolsillos y llamé al joven mesero que estaba engolosinado con Jael…!Toma es tu premio por atendernos de maravilla!–¡Son de mi esposa!—Sus ojos le brillaron y me dijo: ¡Gracias, lo conservaré como un tesoro! Inmediatamente la olió con disimulo…Jael ya no estaba, la alcance en el auto, abrí la puerta para subirme y conducir…La muy perra ya le mamaba la verga a Fabián en el asiento trasero…!Maneja y deja que esta puta me descargue los huevos ahora con su boquita! Escuche decir a Fabián…En el camino ella se tragó la leche de él, no sin antes darse sentones en su verga, en el camino tuve que parar para ver cómo se gozaban, esta vez no quise masturbarme porque llegando a casa era mi turno para cogerla como me gusta…con su ano dilatado y concha llena de leche de otro.
Espero les haya gustado mi relato, si es así, escribiré otros encuentros, igual o cada vez más calientes. Mi esposa se volvió su hembra permanente, su puta, su perra. Eso a mí me pone demasiado, es imposible regresar a mi vida anterior, disfruto ver como otro macho se coge a mi bella y deseada esposa… escríbeme tus comentarios. Cornox_@outlook.com
En cualquier hora del día cogemos muy rico y nos decimos cosas calientes recordando momentos vividos al lado de su amante dotado Fabián, que por cierto ella le exigió que terminara con su novia, su verga la quiere para ella sola. A mi amigo no le quedó otra opción que terminarla para complacer los caprichos de mi bella puta, fue imposible dejar de coger su estupendo culo, sabía que si se negaba otro relevaría su lugar de macho dominante, así que, prefirió dejar a su noviecita para seguir complaciendo a mi mujer. Ella es muy exigente y tiene planes de conservarlo para ella por un buen tiempo, si él sabe comportarse a la altura y a sus exigencias de hembra sedienta. Fabián por su parte, está súper contento de gozar el culo de mi mujer a su antojo; no le preocupa que otros la chuleen en la calle, él sabe muy bien que la puede coger cuando lo prefiera, es su puta personal…la que le descarga los huevos con su caliente concha y apretado esfinter…Antes de contarles lo que le hace a mi mujer en la tienda de ropa, prefiero relatar lo sucedido en la fiesta de Oaxaca, fue una experiencia única que le da mucho mayor morbo y placer a nuestras vidas.
Llegó el día de la fiesta en la ciudad de Oaxaca y nos fuimos los tres en mi auto, mi esposa llevaba puesto un largo vestido azul marino entallado con una abertura a un lado de la pierna, su escote permitía ver parte de sus tetas, pero el platillo más suculento por supuesto que era su culo. Su cuerpo era imposible de voltear a verlo, al caminar sus nalgas se dibujaban claramente, el movimiento que hacen sus atrayentes glúteos, hacían que mi verga se pusiera durísima al instante. Antes de salir de la casa y pasar a recoger a Fabián, me mostró su pequeña tanga negra, solo se le notaba un triángulo que asomaba entre sus nalgas y otro pequeño triángulo trataba de tapar sus carnosos labios de su vulva, que se dibujaban claramente por lo apretado de la pequeña tela; tampoco llevaba sostén, sus uñas bien pintadas, sus labios color rojo brillante y sus pies enfundadas por una zapatilla elegante de tacones altos, en fin era toda una diosa, parecía que concursaría en un desfile de putas de lujo. Antes de salir de casa ella me regaló una estupenda mamada prometiéndome que me daría un espectáculo que solo yo puedo disfrutar. ¡Suficiente! Dijo–¡Guarda tu leche para mas tarde amor! y salimos de casa.
Pasamos a recoger a nuestro amigo y al verla Fabián, le dijo sin importarle mi presencia: ¡Mamacita!, ¡Que culo me voy a comer hoy! Se besaron frente a mí dentro del auto como si fueran novios y se dijeron cosas en voz baja… Inmediatamente ella le agarró la verga y se la fue acariciando durante el trayecto a la fiesta, que por cierto eran las bodas de plata de un viejo amigo.
Antes de llegar a ese lugar, ella se pasó al asiento trasero, Fabián se sacó la gruesa verga para que se la siguiera acariciando y ella se dejó mamar las tetas y le respondió con sonoros chupetes a la gran cabeza de su verga manchándosela de lápiz labial;!Ssssluuurrp! –¡Mira como me come esta puta! –Escuché– por mi parte hacía el papel de chofer y en todo el camino no pararon de besarse, hablarse en voz baja y se tocaban mutuamente. La verga la tenía a punto de explotar pero supe controlarme, sabía que esa noche nos esperaban momentos maravillosos, sería una noche de sexo y más sexo.
Por fin llegamos a la fiesta y los anfitriones nos recibieron con mucha cortesía, había gente de clase alta y como siempre, todos los hombres discretamente volteaban a ver a mi mujer, yo la llevaba del brazo y Fabián para disimular que era su culiador; entró al lugar después de nosotros; a mi esposa la saludaban constantemente los invitados e invitadas. Había otras mujeres hermosas, tal vez, putas como mi esposa, también imaginaba que ellas traían a su macho que las cogerían en cuanto sus maridos se emborracharan. Pero la más voluptuosa era mi mujer, los meseros se esmeraban demasiado por atenderla y le traían lo que ella les pedía. Sabía que lo que querían era estar cerca de ella para oler su perfume, ver su escote y lo más soberbio de ella: admirar ¡SU CULO! …el culo que tantas pajas ha provocado en nuestros conocidos y desconocidos, un culo por el cual serías capaz de ser infiel a tu pareja, un culo por el cual serías capaz de todo, hasta de matar… unas nalgas que te hace perder la noción del tiempo y no te cansas de admirarlo y terminas con una brutal paja lechosa en su honor tal como se la dedica nuestro vecino.
El lugar que elegimos para sentarnos, era casi al final, estaba casi en penumbras, era el lugar indicado para comenzar a jugar con mi esposa y Fabián. Al principio estábamos un poco separados, pero al transcurrir el tiempo Jael pidió a Fabián se acercara a ella, al hacerlo ella le plantó un beso en la boca. Yo hice como si nada y seguí el juego que apenas comenzaba entre ellos. Para disimular un poco saqué a bailar una pieza a mi esposa y Fabián sacó a otra chica que estaba sola, fue entonces cuando Jael me dijo:– ¡Las copas que tomé estaban cargaditas y me estoy calentando con dos machos vergudos a mi lado!–
–¡Calma mi vida!– Esto apenas comienza, disfruta esta noche… es tuya y tú serás de Fabián, ella me besó y dijo muy excitada por el efecto de las copas:– Quiero sentarme un momento, ¡llámalo lo quiero junto a mí!—Le hice una seña disimuladamente y enseguida llegó, tomó su lugar y dejamos a Jael en medio de los dos. En la penumbra del lugar la abracé y la bese con pasión, él aprovechó para tocar sus deliciosas piernas encima del vestido, me incliné para mamar los senos de ella y sorpresivamente…él se deslizó bajo la mesa con bastante maestría, oculto por el gran mantel y la penumbra, abrió las piernas de mi mujer y acarició su concha,!Aaaaggghh! gimió mi puta esposa. Era muy arriesgado lo que estábamos haciendo, él no perdió tiempo y metió su cara entre las piernas de ella, ¡No lo podía creer! ¡Le estaba dando una mamada a Jael en plena fiesta! Mientras los invitados bailaban, tomaban y se divertían cada quien a su manera. El lugar ya estaba en ambiente, el trío tocaba las canciones solicitadas, eran como las 11 pm, la mayoría platicaba de diversos temas ya semiborrachos, en eso vi venir al mesero y rápidamente alerté a Fabián, él se paró para tomar su asiento disimuladamente –!Aaaagghh! –¡Papi, estoy más caliente ahora!—Me dijo Jael al oído.
El mesero trajo unas bebidas y aprovecho el muy cabrón para decirme—¡Con todo respeto caballero, pero la dama que los acompaña es muy hermosa!—¡Es mi esposa! Le contesté y le hice saber a ella el comentario del joven, ella se puso de pie y agradeció sus palabras, ante la aceptación de sus halagos, el joven se quedó de una pieza y se ofreció estar más al tanto de nosotros, pero le respondí que fuera por otras bebidas y botanas. En cuanto el mesero se retiró, Fabián se abrió la bragueta y sacó aquella verga que volvía loca a Jael, la tenía durísima igual que yo, con las luces que apenas nos alumbraban pude ver que brillaba la enorme cabeza de su miembro, se acercó a ella y la besó con lujuria, mi mujer por su parte, le tomó la verga para masturbarlo de prisa…Escuché que se hablaron muy bajito en aquel ruido de la fiesta pero alcancé a escuchar…–¡Tranquila mamacita que me vas a sacar la leche antes de tiempo!– Dejó de chaquetearle y volteó hacia mí, me abrió el zipper y me sacó la verga, ya la tenía hinchada desde que llegamos al lugar…ella tenía una verga en cada mano, aprovechando la penumbra se agachó y mamó un instante la vergota de Fabián pero se sentó rápidamente, temiendo ser sorprendida por alguien; luego lo mismo hacía con mi verga. Pero en cuanto había oportunidad, ella le besaba con más lujuria y bajaba a mamar otro rato–¡ssssluuurrrp! ¡ssluurrrp! A la imponente verga de mi amigo le dedicaba más tiempo, era el mensaje que ella me daba para decirme que estaba deseándolo demasiado; incluso abandonaba mi verga para abrazarlo y decirse cosas que yo no podía escuchar… toque su cocha y la tanga la tenía muy mojada, también toque su ano y le metí la punta de mi dedo, tenía demasiado lubricante en su zona anal…
Ellos estaban muy entretenidos cuando apareció el mesero. –¡Traigo sus bebidas caballeros! Fabián y Jael lo voltearon a ver pero sin dejar de manosearse, tampoco les importaba la presencia del mesero, ella bajó a mamar aquella verga que la volvía puta. El mesero se quedó sorprendido y antes de que reaccionara y se fuera le dije–¡Tómate una copa conmigo!– ¿o me vas a despreciar? –El se sentó en una silla y sin dejar de verlos se bebió su copa. Jael dejó de mamar un instante y le dijo: ¡Hola!–¡Gracias por acompañarnos! Fabián ya no se guardó la tremenda verga y apantalló al mesero diciéndole: –¡Con una como esta, (señalando su garrote), puedes tener un culo como este, jajajaja! Al ver que nadie nos observaba en aquella parte donde estábamos, hice inclinar a Jael para que siguiera mamando la verga de mi amigo, en cuanto comenzó a comerle la enorme cabeza; no me importó y subí el vestido de ella hasta la cintura, sus impresionantes piernas y su negra tanga estaban a la vista del joven mesero.–¿Qué te parecen? –Le pregunté –¿Puedo tocarlas un momento? Dijo con nerviosismo. ¡Adelante, hazlo, no hay ningún problema, solo date prisa que te van a despedir, jajajajaja! De un salto se puso junto a mi esposa que ya solo se abrazaba con Fabián mientras él le amasaba las carnosas y duras nalgas.
Era de esperarse que aquel joven, no perdería tiempo, era una oportunidad única, de pronto de sacó la verga y se comenzó a pajear al lado de nosotros, de forma alternada tocaba las piernas y nalgas a mi bella esposa, Fabián no decía nada, sabía que el pobre jovenzuelo pronto sacaría su leche y no podría hacer más, el macho de Jael era él únicamente, la cogería esa noche otra vez con mi pleno consentimiento. En menos de dos minutos el joven mesero aventó la leche a las piernas de ella y resoplando dijo: ¡uuuufff! –¡Qué hembra, que puta!– Las piernas le temblaban—-¡Gracias amigo por permitir desahogarme, pero que suerte la de este amigo!– Tomé unas servilletas y le limpié las piernas a Jael —Para ese entonces mi verga estaba a punto de explotar y le di un billete de quinientos al mesero por sus servicios; antes de que se retirara le dije que me dijera dónde estaban los jardines, porque quería respirar aire fresco sin humo de cigarros…El me dijo:–¡Al fondo caballero y se retiró con una sonrisa de satisfacción prometiendo traer la mejor bebida de la fiesta.
Jael dejó de mamar la vergota de su macho para evitar ser sorprendida por alguien más y de pronto me besó, su boca tenía el sabor de la verga de mi amigo…¡Qué bárbaro, espero que el joven no nos recuerde jamás!–¡Mira que caliente me he puesto mi vida, necesito ser montada por Fabián papi! –¿Ya quieres que te coja? ¡Eres una puta, le has mamado la verga en plena fiesta y no te importó el mesero! ¡Eso tú lo provocaste, tú me ofreciste al joven…cornudito! ¡Jajajaja!—Ya estaba un poco ebria, entonces se levantó acomodándose la ropa y se dirigió al baño, me quedé a solas con mi amigo en la mesa.
— ¡Oye que bruto!– La tienes bien arrecha y ya quiere que te la cojas, desea sentir tu verga en estos momentos la muy puta!—
–¡Estaba a punto de darle de comer mi leche! pero me contuve, quiero su culo!—Me dijo agarrándose la verga y apretándose los huevos…
El mesero sí que se dio un agasajo, que aventado eres!– Tengo los huevos cargados y la verga a reventar. Me la mostró en aquella semioscuridad…!uuuffff! ¡Sí que la vas a destrozar con esa verga! Jajaja, la tuya si es verga, no como la del mesero!
¿Dónde te la quieres culiar? –¿En un hotel o en el coche?, ella necesita sentir tu verga, la has vuelto muy puta! –¡Cógetela ya! Mientras hablábamos, me masturbaba lento, no quería votar la leche en la mesa, deseaba ver como Fabián se la culiaría frente a mí. En eso regresó Jael del baño, antes de sentarse me llamó a su lado para decirme:—¡Vamos a los jardines!–¡ahí quiero ser suya, ya no aguanto más! El sabía que mi mujer no podía esperar más y sin guardarse la verga se levantó tapándose solo con su chamarra la terrible erección.
Ella salió rumbo a los jardines y ambos la seguimos, su culo nos llamaba, el movimiento de sus nalgas nos hizo perder la noción del tiempo y del lugar de donde estábamos, ella quería ser poseída por Fabián en ese lugar, un lugar donde habían invitados y donde alguien podría sorprendernos pero ya no importaba nada, mi esposa deseaba ser satisfecha sexualmente, deseaba terriblemente la gruesa verga de mi amigo, la había calentado demasiado y ahora le tendría que cumplir. Yo por mi parte, deseaba que sucediera aquello, era una situación de peligro, pero me urgía verlos, me urgía ver desaparecer la verga de mi amigo en la concha y el culo de ella.
Jael, al ya no estar a la vista de los invitados lo tomó de la mano y lo condujo al fondo del jardín, era enorme y tenía lugares para estar a solas sin que nadie te molestara, él sin esperar más la tomó de las potentes caderas y la besó con lujuria…—¡Uuuummm! –¡Cuánto te deseo! –¡Cuánto deseo tu culo! –¡Si mi rey, a eso me trajo mi marido, a que me lo cojas!–¡A que me lo rompas rico mi rey!—¡Vamos más allá, date prisa, que te quiero sentir!–¡Deseo ser tuya, tu puta…mi culo y mi concha te extrañan papi! Escucharlos hablar de aquella manera, me hizo sacar la verga, era demasiado aguante para mí, sin masturbarme expulsé mi semen cerca de ellos, mi leche salía a borbotones, mi esposa se dio cuenta y me guiño el ojo de complicidad… pero mi verga seguía durísima, mi cuerpo se convulsionaba por la exquisita venida, quería más y faltaba lo mejor…
Al llegar al lugar elegido por mi mujer, se besaron apasionadamente, el con la majestuosa verga palpitando por fuera del pantalón se masturbaba lento, entonces ellos me dijeron:–¡Si se acerca alguien nos avisas! Yo obediente moví la cabeza afirmativamente y entonces Fabián giró a Jael para que le mostrará aquel culo que tanto deseaba, le alzó el vestido y dijo:–¡Por dios, que culote!-¡Que culo mi vida, que nalgas…eres la envidia de las mujeres!–¡Te lo voy a romper! —¡ Si hazlo ya! Se bajó el pantalón a las rodillas y su verga se veía enorme en aquella semioscuridad del jardín. Tomó a Jael por las caderas acomodándole su tanga a un lado, sin demora buscó y empujó aquella barra de carne en la concha de mi mujer. ¡Ahhhh! ¡Aaahhh! ¡Que divina verga te cargas, dámela toda mi rey! ¡Anda cógeme duro, que mi marido vea como te saco la leche!
Le comenzó a dar suaves empujones y en poco tiempo ya le arremetía salvajemente, no era un lugar para tardar demasiado…!plaf, plaf,plaf! ¡Ahhhhgggg!, ¡Aaaagghh! –¡Mira como me coge la cocha, la tiene riquísima mi vida! Entonces me acerqué a ellos, deje de ser vigilante por un momento para besar y sostener por enfrente a Jael de las terribles arremetidas que recibía. Ella se abrazó a mi cuello y me besó con pasión…me dijo al oído que estaba a punto de venirse y que ya no soportaría más placer, que la verga de Fabián la estaba taladrando delicioso..!Aaaaggghhh!—Mi vida me vengooo!-¡Me vengoo! ¡Así, así, cógeme duro mi rey! La tuve que sostener, su cuerpo perdió el control y se desvaneció con los ojos en blanco, abriendo la boca, casi convulsionaba por el violento orgasmo. En ese momento se sacó la tanga y me dijo en voz baja que si estaba preparado para ver como Fabián le rompería la cola otra vez, porque en toda la fiesta se lo estaba pidiendo y ella lo deseaba y le daría ese gusto; mientras los empujones hacia su concha no cesaban y eran cada vez más violentos, yo la detenía y sentía la potencia de aquella verga buscando inundar su interior. Miraba de vez en cuando alrededor buscando mirones pero estábamos solos, la música se escuchaba a lo lejos, pero mi deseo era mayor, anhelaba ver como el culo de mi esposa se tragaba la gruesa verga de Fabián, mi verga estaba durísima esperando tocarla para erupcionar todo mi semen nuevamente… —¡Puta, te la comes toda!–¡Tu concha me sacará los mecos, no soporto más!—de pronto se la sacó y dijo:–¡Quiero tu culo ahora, voy a llenártelo de leche puta deliciosa, uuuufff! Así como estaba sosteniéndola, le abrí las nalgas para que él la penetrara con facilidad, la verga de Fabián lucía super mojada, por momentos, accidentalmente rozó mi mano; la sentí dura y calientísima…
–¡Amor…no olvides checar quien viene, no quiero interrumpir este momento…! Dijo Jael, con la mirada perdida de tanto placer. –Si, sí, no te preocupes, nadie vendrá…quiero que lo goces amor…Ella abrió sus piernas un poco más y él buscó con sus dedos el pequeño ano de mi esposa y lo ensalivó abundantemente, incluso yo proporcioné mi saliva para untarlo en su esfínter, su pequeño ano en cuestión de minutos estaría ensanchado comiendo la gruesa verga de su amante.–¡Que cerradito lo tiene tu mujer, pero observa cómo se tragará completa mi verga! ¡Ummm, que delicia de culo, gracias por elegirme como el macho de tu puta!
–¡Es toda tuya pinche cabrón vergudo!—Le contesté excitado con la mirada fija en aquel miembro grueso y cabezón que estaba a punto de reventar la cola a mi bella esposa.
Sin demorar más, apuntó con firmeza y empujo la tremenda cabeza ¡Aaagghhh! –¡Mi vida que enorme está!—Gemía Jael–¡Disfrútalo amor… mira como me encula otro macho frente a ti!–¡Mi culo le pertenece esta noche lo has entendido?–¡Soy su puta y recuerda que tú me trajiste aquí para gozar su verga amor!–La verga de Fabián penetró lentamente…–¡Aaahhgg! –¡Es enormeee!– Yo separaba más las nalgas de Jael para dejar libre la entrada de su ano,—¡uufff! ¡Lo tenías cerradito, pero ya te va entrando toda! –Jael, todo el tiempo estuvo con la boca abierta gimiendo y dando pequeños gritos de dolor y de placer, me decía al oído que era una puta y que estaba dando el culo en la fiesta, que los machos que la saludaron también desearían estar en el lugar de su culiador..
¡Aaaagghhh!–¡Papi me ensartó toda, la tengo toda amor…! Sus ojos estaban en blanco, Fabián entonces le dio varios empujones lentos para que su culo se acostumbrara a su garrote y se untaba más saliva en el tronco de su miembro. Por un momento me olvidé de vigilar para no ser descubiertos, de pronto él me la quitó de mis brazos para que observara como la ensartaba por atrás; la sostuvo un momento parada y mientras amasaba sus senos la ensartaba con movimientos profundos, Jael en todo ese momento tuvo la boca abierta como aquella primera vez.
Mi verga si la tocaba, explotaría nuevamente y me contuve lo más que pude. Entonces con cierta maestría, la condujo a un árbol sin sacarle la verga del culo, caminaron al mismo paso, él atrás de ella… bajo el árbol estaba más oscuro por lo que quise ver como estaba dilatado el culo de mi esposa, esa visión me haría perder los sentidos, tomé mi celular y le pedí a Fabián que me permitiera ver cómo la ensartaba, él detuvo el movimiento de sus caderas mientras Jael se sostenía del árbol y me dijo con voz baja…–¡Amor no lo interrumpas, está apunto de inundarme con su leche! —Tomé mi celular para alumbrar y abrí con una mano una de las nalgas de mi mujer… ¡la verga del macho estaba bien enfundada!, la gruesa barra de carne estaba al tope. -¡Uuuufff! ¡Le has domado el culo nuevamente pinche Fabián!–¡Me la vas a dejar bien abierta!—¡Se la ha comido toda cabrón!
¿Eso querías no?—Un culo como el de tu mujer merece ser bien cogido por una verga como esta, jajajaja!—El se hizo un poco hacia atrás y su inmensa verga abandonó el ano de mi esposa–¡Observa cómo te la voy a dejar cornudo!—Oír esas palabras me hizo marear, el ano de mi mujer estaba muy dilatado, abierto e irritado… pero esa visión no tardó mucho y nuevamente arremetió con su ano suave de ella; su enorme cabeza hizo camino, la hizo gemir como una perra en la penumbra de aquel jardín…!Aaaggghhh!–¡Bárbaro, eres un salvajeee! ¡Aaagghhh! ¡Plaf, plaf, plaf! Este diálogo y el sonido de su verga me provocaban un placer terrible y a él también. La tomaba de sus caderas y casi la estaba lastimando con esa forma de poseerla, también la agarraba de sus hombros para jalarla hacia él con fuerza, el cuerpo de Jael se sacudía como un maniquí de trapo; pensé que ella protestaría por esa forma salvaje en que la culiaba, pero la muy perra sacaba la lengua y se relamía los labios, incluso para apagar un poco sus gemidos Fabián le tapaba la boca en ocasiones con una mano el cual ella aprovechaba para succionarle los dedos de su semental –¡Uuuummm! ¡Papi, cuantas ganas le traías a mi culo! –¡Eres un pervertido! –¡Me culeas frente a mi marido, eres un animal!–¡Tu verga me gusta demasiado!–¡Enséñale como ser un maestro del sexo anal!—¡Aprende mi amor, fíjate como me esta culiando, me está volviendo más puta!
Miré mi reloj y llevábamos en ese lugar como una media hora, por suerte nadie nos interrumpió, mi plan era que ellos cogieran en un hotel, pero la calentura de mi esposa fue mayor y ellos terminaron cogiéndose sin medir el peligro porque pudo armarse un escándalo mayor, pero no fue así. El sonido que hacían los huevos de el al chocar con las duras nalgas de Jael, era un tormento delicioso escucharlos y me hizo derramar mi leche con solo dos jalones, parado cerca de ellos en mi papel de esposo consentidor, me derrame a chorros, no me importó mancharme el pantalón–!Aaaagghhh!
–Te voy a llenar con mi leche puta!—Rugió Fabián y le dio un empujón violento para quedarse quieto mientras descargaba su néctar en los intestinos de mi esposa.–¡Así, así, así! –¡Dame todo mi rey…todo!!–¡Inúndame mi rey, gózalo!
¡Que culo mami!–¡Que culo!–¡Cuánta leche me haces sacar puta!…!uuuufffff! ¡Que puta, te dejaste coger en este lugar y tu marido cuidándonos!
—Si mi rey me vuelves una puta cuando me tocas, soy tuya cuando quieras mi rey…cuanta leche tenían tus huevos, me llenas toda, eres un maldito pervertido!! ¡Ahora si me has cogido como quería, me has convertido en tu esclava con esa verga que te cargas papacito! ¡Ummmm!
Estaba con las piernas temblorosas recuperándome de mi corrida, el aún no se la sacaba del culo, quería dejar hasta la última gota de su líquido caliente en lo profundo de su cavidad anal, entonces me llamaron a su lado, mi esposa me besó apasionadamente y me preguntó–¿Estas satisfecho amor?–¿Te gustó vernos?—Si mi vida, te hizo muy feliz y si él te complace no tengo porque enojarme…
Fabián le besaba la nuca y no daba señas de querer separase de ella, su verga seguía dentro del culo de Jael. ¡Anda mi vida, asómate como me dejó el culito! Me ordenó en voz baja– ¡Pero apúrate antes de que alguien venga! Tomé mi celular y alumbre para ver lo que me pedía; separé una nalga otra vez y allí estaba la gruesa verga de Fabián bien durísima y enterrada–¡Sácamela despacio mi rey, para que observe como me dejaste el culo!—Fabián se dirigió a mí y dijo sin pena ¡La verdad el culo de Jael es mi preferido de hoy en adelante, nada que ver con otros, lo tiene riquísimo, eres un suertudo de tener una hembra como ella! ¡Observa como te la dejé amigo! ¡Jajaja! ¡Mi verga quiere más culito!
El se hizo hacia atrás y aquella boa abandonó lentamente el ano de mi esposa, estaba abierto, super dilatado, poco a poco se fue cerrando ante mi vista…!Me la rompiste toda, eres un maestro en el arte anal no cabe duda! ¡No me equivoqué, sabía que la volverías más puta con esa verga!—De pronto del culo de Jael escurría un hilo de semen que llegó hasta sus piernas…¿Ya viste amor como me lo dejó? Si mi vida, te lo hizo más grande…en casa me desquito contigo llegando; Me dieron deseos de mamar su ano dilatado lleno de semen, pero me contuve, me estaba excitando otra vez…antes de subirse el pantalón Fabián me mostró su enorme erección, –¡Mira como la tengo amigo, pero con lo que hicimos aquí, es suficiente; en el auto me conformo con una mamada! ¡Quiero irme a Ocotlán! –¡Yo también amor! contestó Jael– Ella lo besó apasionadamente y se dijeron algo en secreto, mientras él le sobaba las nalgas, yo por mi parte levanté la tanga de mi esposa y la guardé en mi bolso del pantalón, ella solo tenía el vestido puesto. Estábamos a punto de caminar hacia el bullicio de la fiesta para despedirnos, cuando escuchamos ruidos provenientes de otra parte del jardín, al principio nos preocupamos porque pensamos que era alguien que había visto todo, sigilosamente busque a la persona y descubrí a una pareja; era una señora de buen ver, le daba sexo oral a un joven, sentados en una banqueta mientras el chico le amasaba las nalgas. Los dejamos que siguieran en lo suyo, nosotros ya habíamos hecho lo propio en aquel jardín, que al parecer era el lugar favorito de las parejas infieles.
Habíamos tardado aproximadamente una hora escondidos en aquel lugar y cuando llegamos el anfitrión me dijo:¿Dónde estabas?–Pensé que te habías retirado. Le expliqué que mi esposa se mareó con las bebidas y que la había llevado a tomar aire fresco al jardín. Nos despedimos de ese lugar, Fabián salió primero, a los cinco minutos salimos del lugar, como todos ya estaban bebidos descaradamente volteaban a verle el tremendo culo y las deliciosas piernas de Jael que se mostraba en el entallado vestido. Uno de ellos no le importó que fuera su esposo y se atrevió a pedirle su teléfono. Estábamos ya casi a la salida cuando vi al mesero y se acercó para despedirnos, quería comerse a Jael de pies a cabeza, incluso le solicitó si le permitía tomarse una foto con ella, el cual amablemente mi mujer accedió; entonces saqué la tanga de mis bolsillos y llamé al joven mesero que estaba engolosinado con Jael…!Toma es tu premio por atendernos de maravilla!–¡Son de mi esposa!—Sus ojos le brillaron y me dijo: ¡Gracias, lo conservaré como un tesoro! Inmediatamente la olió con disimulo…Jael ya no estaba, la alcance en el auto, abrí la puerta para subirme y conducir…La muy perra ya le mamaba la verga a Fabián en el asiento trasero…!Maneja y deja que esta puta me descargue los huevos ahora con su boquita! Escuche decir a Fabián…En el camino ella se tragó la leche de él, no sin antes darse sentones en su verga, en el camino tuve que parar para ver cómo se gozaban, esta vez no quise masturbarme porque llegando a casa era mi turno para cogerla como me gusta…con su ano dilatado y concha llena de leche de otro.
Espero les haya gustado mi relato, si es así, escribiré otros encuentros, igual o cada vez más calientes. Mi esposa se volvió su hembra permanente, su puta, su perra. Eso a mí me pone demasiado, es imposible regresar a mi vida anterior, disfruto ver como otro macho se coge a mi bella y deseada esposa… escríbeme tus comentarios. Cornox_@outlook.com
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